València afronta su futuro en verde
Un debate en València reúne partidos municipales y
movimientos sociales para afrontar el reto medioambiental. El modelo
productivo, las políticas de movilidad, la preocupación por la
contaminación atmosférica, las críticas a los planes urbanísticos que
promueven nuevas construcciones en barrios como El Cabanyal o la
protección de la huerta de la ciudad, protagonistas de las discusiones.
Horas después que el Parlamento británico hubiese aprobado una moción para declarar el estado de "emergencia climática", la Plataforma per un Nou Model Energètic
reunía ayer en la Universitat Politècnica de València a miembros de los
cinco partidos políticos con representación en el Ayuntamiento de
València para debatir acerca de las políticas municipales ante el gran
reto del cambio climático y la transición energética. Un acto que contó también con la participación del movimiento Fridays For Future y Rebel·lió/Extinció,
además de propiciar un turno abierto de intervenciones que permitió a
miembros de plataformas como Ecologistes en Acció o ATTAC País Valencià
plantear algunas cuestiones.
El modelo productivo, las políticas de movilidad, la
preocupación por la contaminación atmosférica, las críticas a los planes
urbanísticos que promueven nuevas construcciones en barrios como El Cabanyal
o la protección de la huerta de la ciudad protagonizaron una jornada
que pretendía sensibilizar a las administraciones municipales para que
no permanezcan ajenas a la transición energética. Para los
organizadores, las instituciones de los municipios son las más cercanas a
la ciudadanía y, por lo tanto, las primeras que deben desarrollar un
papel ejemplarizante. Y, en el caso de las ciudades, es imprescindible
este papel, teniendo en cuenta que en el estado español el 80% de la población se asienta en zonas urbanas.
Legislatura de tímidos avances
El encuentro de ayer sirvió para recapitular, de
forma telegráfica, algunas de las iniciativas puestas en marcha durante
los últimos cuatro años por el gobierno de La Nau, conformado por
Compromís, PSPV y València en Comú. Los representantes de estos partidos
reconocieron que València partía de menos cero, en referencia a los
gobiernos de Rita Barberá. Pusieron en valor la apuesta hacia un modelo de sostenibilidad del transporte
y denunciaron que la oposición tiene propuestas para revertirlo. La Nau
sacó pecho porque este modelo ha permitido que, de los cinco millones
de viajes diarios en València y su área metropolitana, casi tres
millones son viajes no mecanizados y en transporte público. Se han
superado los 5.000 pasos diarios de bicis y patinetes en la red ciclista
del centro de València, convirtiéndose en la segunda ciudad del Estado
que más usa la bici por detrás de Sevilla.
Se han ahorrado más de 14 millones
de euros en electricidad, lo que supone un 20,1% de ahorro económico
para las arcas municipales
Otro de los aspectos que destacó el gobierno de la capital valenciana fue el de las medidas de eficiencia energética llevadas
a cabo esta legislatura que toca a su fin. Destacaron que se han
ahorrado más de 14 millones de euros en electricidad, lo que supone un
20,1% de ahorro económico para las arcas municipales. Casi la mitad de
este ahorro hace referencia al alumbrado público. Desde 2015, se han
apagado en la ciudad 5.000 luces innecesarias y se han eliminado los
glóbulos superiores de las farolas que emitían luz sin alcanzar la
calzada. Para La Nau, València ha dejado atrás la imagen asociada a una
Dubai o una Singapur. Además, subrayaron que la ciudad por fin cuenta
con un software para evaluar los puntos de consumo y equilibrar potencias, algo que el PP tenía absolutamente descuidado.
Entre otras de las obras recalcadas por el gobierno
valenciano, se apuntaron la reducción a los 30 km/h en el 60% de las
vías, la aplicación del programa 50/50 en las escuelas para crear
cultura energética y la entrada en el Pacto de las Alcaldías por el Clima y la Energía.
Los deberes en residuos y contaminación
Sin embargo, los movimientos sociales presentes en el
acto se encargaron de señalar los límites de sus políticas. Las tres
fuerzas del gobierno valenciano reconocieron que el modelo productivo sigue siendo insostenible y dependiente del turismo y el ladrillo.
València en Comú criticó especialmente el proyecto de ampliación de la
ZAL del puerto y la ampliación de la V-21 que expropiará más de 60.000
metros de huerta en el acceso norte. Para Compromís, el nuevo modelo
debe basarse en la rehabilitación de viviendas para reducir el consumo
energético. Algo que choca con los planes del ayuntamiento en El
Cabanyal, donde se proyectan nuevas construcciones en la línea de playa.
Compromís también puso el acento en potenciar la agricultura sostenible haciéndose valer de una huerta periurbana con unas posibilidades enormes.
En este sentido, recordaron que la ciudad fue capital mundial de la
alimentación sostenible en 2017 y se está poniendo en marcha el Centro
Mundial de la Alimentación Sostenible en el edificio La Base de La
Marina. El PSPV, por su parte, añadió que es indispensable apostar por
el I+D+I, con una Agència Valenciana de la Innovació al frente, a la
cual hay que dotarla de presupuesto. Para el PP, un cambio de modelo
abrupto en la vida real de una ciudad es irreal. Su representante
consideró erróneo renunciar al turismo y piensa que el ladrillo ya fue
corregido por la crisis económica.
La recogida puerta a puerta es el sistema más eficiente y en pueblos como Orba ha elevado el reciclaje al 85%
En
el transcurso del acto, Ecologistes en Acció recordó al equipo de
gobierno las obligaciones municipales derivadas del plan de residuos
autonómicos. En menos de un año, la ciudad debe tener un plan de residuos,
pero antes un diagnóstico del que carece o que se desconoce. Se apuntó
que en el nuevo contrato de gestión de residuos hay que ir a la
identificación en los contenedores, los cuales tienen que estar
cerrados. El equipo de gobierno anotó que el contenedor marrón ya se ha extendido en el 50% de la población.
Sin embargo, los ecologistas recordaron que la recogida puerta a puerta
es el sistema más eficiente y que en pueblos como Orba ha elevado el
reciclaje al 85%. Por otra parte, se puso encima de la mesa la creación
de ecotasas para mitigar el impacto del turismo, se recordó que es
obligado contar con un educador ambiental por cada 5.000 habitantes y se
abogó por la participación ciudadana en los planes de eficiencia
energética y cambio climático.
La contaminación del aire se reveló como una de las
preocupaciones recurrentes. Se reconoció que algunas de las avenidas de
la ciudad son antihumanas, como es el caso de Pérez Galdós. El
representante de Ciudadanos sostuvo que se debe hacer una sensorización
de la ciudad como se ha hecho en Londres. Las siete estaciones de medición que tiene la capital valenciana para cubrir la superficie total de la ciudad no reflejan la realidad de la contaminación atmosférica
y obligan a recurrir a plataformas independientes para contar con
información más objetiva. Ciudadanos añadió que el proyecto europeo
Breathe ya certificó que en muchos colegios los perjuicios de la
contaminación pueden causar daños irreversibles a los alumnos y que es
urgente una zonificación de la protección a los colectivos más
sensibles.
Propuestas en clave electoral
Todos los partidos dijeron que tomaban nota para
acabar de perfilar sus programas electorales. Y no desaprovecharon la
ocasión para hacer públicas algunas de sus propuestas. El PP habló de
instaurar nuevas modalidades de transporte eléctrico de dos y
cuatro ruedas y miniautobuses públicos para el casco urbano. Apuntó
también la implementación de una malla verde para interconectar la
huerta con la ciudad. El PSPV puso el acento en fijar objetivos
cuantificables en una hoja de ruta sobre transición energética,
profundizar en adaptar los edificios existentes a emisión cero y crear aparcamientos disuasorios a la entrada de València para las personas que residen en el área metropolitana.
Compromís, de manera paralela, propuso una comercializadora pública de energía
para combatir la pobreza energética, a la manera de Barcelona. También
está entre sus planes la compra directa de energía de mercado libre que
deberá ser obligatoriamente renovable para ahorrar costes en factura y
rebajar el impacto medioambiental, a la manera de Rivas Vaciamadrid.
También se señaló la necesidad de una nueva ordenanza por la protección lumínica,
que impida a los comercios emitir luz en cartelería de madrugada.
Compromís, además, hizo memoria que en el próximo mandato se procederá a
la peatonalización de cuatro grandes plazas del centro de València: la
del Ajuntament, la de la Reina, la de Sant Agustí y la del Mercat.
Una fiscalidad verde, el proceso de remunicipalización del agua y la construcción de una empresa de energía
Desde València en Comú, la reducción de los gases de efecto invernadero pasa por la rehabilitación de edificios.
La representante de la formación morada recordó que existen 60.000
viviendas vacías en toda la ciudad en manos mayoritariamente de bancos y
grandes tenedores. También hace falta incrementar las inspecciones para
que las normativas se cumplan. Este partido también apuesta por dar
vida a las terrazas con cubiertas verdes, placas solares y huertos
ecológicos. Una fiscalidad verde, el proceso de remunicipalización del agua
y la construcción de una empresa de energía para frenar a las
multinacionales eléctricas son otros puntos clave de la agenda de
València en Comú.
Ciudadanos, por su parte, retomó la idea de los
incentivos para las cubiertas vegetales pero puso el acento en
equilibrar las zonas verdes de la ciudad recordando que hay barrios sin lineales verdes. Añadió que es necesario conectar mucho mejor la ciudad con los polígonos industriales y el área metropolitana.
Desde la Plataforma per un Nou Model Energètic se
entregó a todos los grupos políticos una serie de propuestas
irrenunciables para este colectivo plural. Entre ellas, se demanda un
plan de choque contra la pobreza energética, una monitorización de los
consumos de la ciudad, un programa de rehabilitación energética, la
creación de una Agencia Municipal de la Energía, la aprobación de una
Ley de Movilidad Sostenible, el impulso de la obligatoriedad de
reciclaje en las empresas y la regulación para que los alimentos de
comedores escolares sean sanos, de proximidad y de temporada. El acto
finalizó mencionándose que este domingo 5 de mayo la plataforma Tanquem
Cofrents realizará una marcha a la central nuclear situada a 60 km de
València para exigir su cierre.
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