domingo, 19 de mayo de 2019

Evidencias sin más. No se podía esperar algo mejor. Donde ganan países bajos lo que está a mayor altura no cabe. Demasiado arroz para tan poco pollo.

eurovisión 
Miki, en Eurovisión. / EFE
Público
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Ciertamente, tiene toda la lógica que la calidad de una  canción como La Venda, no sea valorada en el festival del cinismo que se nutre de la superficialidad y el timo de la estampita publicitada y alienada, y, para colmo, en un lugar horrible como lo es el actual Israel, el verdugo de Oriente Medio en comandita con el TT, trumpismo terminator. Una verdadera connivencia sin parangón entre los intereses más repulsivos y los poderes más indecentes, tonti-locos y crueles. Lo contrario hubiese sido una aberración, pero esto es 'lo normal' en semejante tesitura; donde la hipocresía es el negocio del milenio no cabe imaginar otra cosa distinta y mejor, primero porque no se entiende y segundo, porque si se entendiera no sería posible un fregado semejante: el mismo festival sería imposible. La Venda está compuesta y escrita desde la conciencia. Donde la conciencia no existe y la ética esta sustituida por la cacoestética de la horterada pseudocognitiva, no hay nada que hacer, salvo aguantarse o no participar, mientras la organización del evento tenga tragaderas como para ir a montarse la fiesta en la acera de enfrente de Palestina, en la franja de Gaza. Sólo basta con revisar los informes que llegan de ACNUR y de UNRWA, para comprender el fondo de estos absurdos lavados de cara, como lo son además, hacer que canten negros o magrebíes representando a países donde impera el racismo, la xenofobia y el cierre de fronteras más cruel, y se dejan morir sin compasión a los propios hermanos de especie, que no se reconocen como tales, sino como una plaga de insectos invasores producida por el cambio climático, sin atar los cabos de una realidad tan perversa como evidentísima: esas "plagas" son la consecuencia de un proceso depredador estructurado, pensado y puesto en marcha por la misma Europa con sus herederos USA, que rechazan asumir la responsabilidad histórica de sus negocios sucios y manejos invasores. La franja de Gaza y el desgarrón palestino es la denuncia permanente de lo que hay. Pero la maravillosa Europa decide que no quiere quitarse la venda, que con ella puesta le va genial, bueno, les va genial a sus dineros y negocios turbios, completamente de espaldas y hostiles  a la empatía humanitaria, que solo celebra sus acontecimientos y sus héroes y sabios y santos maravillosos, pero machaca a cualquiera que no sea de su cultura, de sus etnias, religiones y empresas. Monta una cruzada en un dos por tres si se trata de pillar territorios productivos con mano de obra esclava de la cuna a la tumba. Se permite el lujo de montarse un Hiroshima-Nagasaki, pero no puede permitir que nadie más en el mundo maneje energía nuclear. El montaje es dios y dios solo puede haber uno, según sus libros sagrados. Un dios, que si se levanta un día con el flequillo de punta, aprieta un botón y acaba con todo...Aunque es cierto que se le quitan todos los prejuicios étnico, políticos y religiosos, cuando por medio hay un dineral y la estupenda oportunidad de multiplicarlo. Entonces no hay trabas de ningún tipo. Se puede ser íntimo y querido amigo de un Sadam Hussein , de un Gadhafi o de un El-Assad o de un Bin Laden, de un genocida saudí o del mismísimo Balzebú, siempre y cuando la cosa salga rentable y multiplique millones de dólares y de euros...en el casino del horror, que para ellos es el gordo de la lotería permanente.

Ante semejante cochambre, -visto lo visto y exhibido- la verdad, es un alivio el hecho de que la canción de Miky Núñez y la denuncia de La Venda, quede relegada a un lugar sin relieve, mientras la conciencia brilla por su ausencia enmedio del estruendo, los descarados enjuagues y el lavado colectivo de cerebros vendados ¡y hasta escayolados! Como ya viene siendo ritual en la transversalidad litúrgica del finiquito inhumano y su manifestación 'pentecostal' -anticristo fashion, of course-, que hace años dimos en llamar Euroirrisión. 
Dime lo que premias y bendices y te diré quien no eres. Ains!

¿Y si el pastón que cada año se desperdicia estúpidamente en estos acontecimientos sin fuste ni sustancia, se emplease como inversión para recuperar la España vacía, por ejemplo, o para abrir bibliotecas y espacios musicales en los que educar barrios, vecindad, escuelas, plazas y calles, que hiciesen posible con su tarea, unas generaciones de españoles más inteligentes, menos garrulas y manipulables,más libres y felices? Eso también es rentable en  muchos más aspectos que en el exclusivo forring office. 
Contra lo que vende y predica el sistemita, a más educación, inteligencia y conciencia, más y mayor libertad, equilibrio y felicidad. Más amor. Más lucidez. Y más bondad. Un mundo más hospitalario y acogedor. Sin miedos ni manías ni dogmas. Fraterno e igualitario. Justo. Luminoso. Mucho más bello y digno de ser vivido y gozado en vez de padecido y sufrido. Eso por supuesto.

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