sábado, 30 de abril de 2016

El efecto mordaza


                                         Resultado de imagen de imágenes sobre la ley mordaza
                                   Lo que faltaba: la pren$a cen$urando
                                   y envenenando a la pren$a.Pp fa$hion.
                                   Kafkiano total. Adió$ Cebrián.
                                   Que te compre y te lea Rita.
                                   $eguro que ella, tan empática y colega
                                   comprende tu ca$o divinamente.




Siguen las réplicas del seísmo Cebrián. Pasar de haber sido un promotor de la libertad de expresión a convertirse en represor de esa misma libertad no es moco de pavo. Estas conmociones sociales, además del trauma moral que provocan, también son una oportunidad importante para la reflexión y para el análisis de nuestra conciencia colectiva y personal.

El suceso, además de conmover los cimientos de la ética y del civismo, así en primer plano,  también ha provocado a lo largo y ancho de la prensa nacional, nacionalísima, como efecto secundario, un revoltijo de basuras, de rencores añejos y malas babas con retranca, que ponen de manifiesto las miras tan cortas que tienen nuestras miserias, nuestras envidias y nuestros narcisismos egópatas. No hay una prueba del algodón de la conciencia más efectiva que un mal trato al prójimo, para que podamos comprobar qué se esconde dentro de nosotros: equidad, ética, empatía, comprensión, sentido de la justicia o rencores inéditos, bajeza moral, colegueo en lo más infame, alegría por el daño ajeno, que, como la tristeza por el bien del prójimo al que se considera más rival que compañero, se llama envidia. Inmundicias, al fin y al cabo. Hacer leña del árbol caído es uno de los deportes  en que España podría batir el record en cualquier olimpiada, si esa especialidad cotizase como deporte de élite. Y es lo que está pasando en parte de los medios de comunicación; el atropello de Cebrián contra eldiario.es, El Confidencial y la Sexta, personalizado en Ignacio Escolar, ha sacado a la luz un montón de porquería que se camuflaba agazapada en el silencio esperando el momento oportuno para soltar la melena de la miseria.

Cierto periodismo se está despachando en plan vendetta contra el cesado tertuliano de la SER. No han tardado ni un minuto en desempolvar un comentario de Ignacio Escolar, hace tiempo, con motivo del despido de otro periodista de la SER, Carlos Carnicero, en un momento de cambio de dirección y de renovación de plantillas periodísticas. Según cuentan, Carnicero, que no fue el único despedido sino uno más, se apropió del problema como si fuese la única víctima de una injusticia horrible, e Ignacio Escolar comentó esa actitud como poco lógica, ya que al parecer la  causa del despido no era una persecución contra Carnicero ni privarle de libertad de expresión ni vengarse de él por ser decente, sino un ajuste de plantilla para una nueva estructura de la programación, en la que el estilo y el enfoque requerían renovar también los criterios y los talantes, como sucedió con José María García o posiblemente con Iñaki Gabilondo, que también dejó su exitoso y siempre brillante Hoy por hoy y se dedicó a otras cosas, sin que se hundiese el mundo ni a llorar por los rincones, simplemente asumiendo que es mucho mejor saber desapegarse a tiempo de los rollos de siempre, que acabar siendo una entrañable momia apegada a la costumbre; mucho mejor es tener la libertad de expresión en la propia vida de uno, para poder tenerla en lo demás. Claro, que no todo el mundo es igual de lúcido. 
Bien, pues ahora, aquel comentario de Escolar, que para nada era acusador, sino meramente un análisis lógico del caso, aunque, naturalmente, eso del "victimismo" le pudiese escocer en su momento  a Carnicero, se ha convertido en un ensañado boomerang contra el director de eldiario.es. A pesar de que las circunstancias de ambos casos no tienen nada que ver entre sí. No es lo mismo una renovación de criterios y estructuras que requieren un nuevo aire y talante para otro estilo de programación, aunque eso suponga tener que decir adiós, a profesionales muy queridos y respetados, y se supone que con un trato justo en las indemnizaciones y finiquitos, que dar la patada, sin ningún motivo profesional, a un colaborador habitual y prohibir la presencia de periodistas de la SER en cualquiera de los medios considerados como enemigos por el máximo gerifalte  de la empresa, descubierto y puesto en evidencia por  sus enjuagues personales y trapicheos propios. 

Es una pena que un sector de nuestra prensa se mueva en tan bajos andurriales y ponga por delante sus orgullos heridos, sus frustraciones personales, su cicatero sentido de la justicia, su colegueo con la mediocridad ética, su rabia de taberna o de redacción, que a veces, parece que se confunden con facilidad. 

No, queridos periodistas del boomerang, no es eso. Ni es por ahí. El periodismo, ante todo, debería tener muy presente el código ético que se basa en distinguir la verdad de los hechos, de los humores con que los podamos interpretar. Y el hecho es que un director de emisoras y de redacciones informativas, no es ni debe ser jamás, un dios omnipotente, ni un dictador, ni un tirano que hace girar el mundo de la empresa sobre el eje de sí mismo, sino sobre el eje de la verdad y de la información veraz, sin más interés que mejorar la vida de la ciudadanía que le compra la información. Como el deber de un médico o de un maestro, no es convertirse en el amo del hospital o de la escuela, sino que los enfermos sean atendidos y curados y los niños se eduquen y aprendan lo necesario para ser personas de bien. 

Cebrián no debería estar ahí para forrarse y ser solo el guardián cancerbero  del negocio (suyo, sobre todo, según demuestra), sino para que, justamente, la libertad de expresión nunca se amordace, ni siquiera aunque se trate de él, y si fuese tan demócrata como siempre presumió y aún presume, no habría que recordarle que es un trabajador más, aunque se haya blindado en poder y pasta hasta perder el oremus y no distinguir entre la noche y el día, entre tentaciones que si no hay fuste sólido interior, acaban por dejarnos, como seres humanos decentes, a la altura del betún, haciendo olvidar la propia fragilidad y que  se es un periodista mondo y lirondo; un tipo que, como todos, nació, creció, trabajó, envejece y morirá, igualito que el más pobre y olvidado de la especie. Uno más. Sin más. Esa realidad debería bajarnos los humos a todos los seres humanos capaces de pensar un poco en la mera evidencia, antes de subirse a la parra y darse el gran bofetón. Que en todas partes pueden cocerse las mismas habas si no somos capaces de cambiar el menú. 

Es verdad que ahora, en un mundo tan imprevisible, convulso, inestable y enloquecido, la profesión de periodista, además de ser de riesgo máximo,  es una de las más exigentes en materia ética y por eso no todos/as los/as que sienten la vocación de investigar y contar la actualidad están capacitadas/os para ejercer un oficio tan peligroso. No basta con dominar el lenguaje, ni con tener mucha creatividad o agilidad mental e ingenio. Además de todo eso, un periodista de verdad, debe ser antes que nada honesto. Sin complejos ni excusas. Lo demás se aprende con la práctica. La honestidad se vive. Se respira y se emana. Y viene siempre de la mano de la conciencia.

Habría que mirar más que a los grandes magnates de la prensa, como Berlusconi, Murdoch o W.R. Hearts, aquel Citizen Kane, de Orson Welles, a periodistas pedagogos como Indro Montanelli, Italo Calvino, Gianni Rodari o Alcide De Gasperi, el periodista que perseguido a muerte por Mussolini, rechazado por miedo en todas las redacciones de prensa italiana de la época, se vio en la calle y en la cárcel por mantener en alto la libertad de expresión y con los años y la libertad, ya terminada la II Guerra Mundial, pudo levantar a su país como presidente del primer gobierno libre y multipartidista en consenso. Y además fue un de los pilares imprescindibles en la reconstrucción de una Europa más sana y de espíritu federal, que luego derivó en la UE. (No sé qué pensaría ahora De Gasperi acerca de lo que ha derivado aquel esfuerzo titánico, aunque no cuesta nada imaginarlo).
Disculpad que solo cite italianos como ejemplo, pero es que en España no he encontrado casos tan claros e Italia me parece un buen referente por la similitud de la cultura, de la religión, el origen de la lengua y la historia compartida. O sea, que si en Italia se pudo y se puede, estando en tesituras tan parecidas y padecidas, aquí ya no hay excusa que valga.

A pesar de todo, no hay que mirar solo no bloquearse en los resultados parciales de cualquier esfuerzo para bien, que parece malograrse con el tiempo, las presiones y el desgaste, sino el camino que se abre como paradigma y referente para la conciencia humana, cada vez que alguien trabaja en serio desde y por la dignidad, los derechos y las libertades y pasa de ceder al miedo y a la comodidad. Como escribe A. Machado: " Caminante, no hay camino, se hace camino al andar, al andar se hace camino y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar..." Y es cierto. Hay que reconocer el camino equivocado para no repetirlo de nuevo.

Si ya tenemos un gobierno que funciona desde la mordaza convertida en ley, ¿cómo es posible que un periodista que se pone laureles de defensor de la libertad de expresión también use la mordaza para que no se sepa nada de sus chanchullos que, además, son ya del dominio público mediante los papeles de Panamá y se vengue de los profesionales que lo son de verdad? Es como intentar poner puertas en la playa para que el agua no entre o intentar guardar el viento o los rayos del sol en una maleta.

Pero lo más importante es que no les hagamos el juego a los amordazadores, usando el baúl de los recuerdos manipulados para desviar la atención sobre lo esencial, tirando el confeti de las insignificancias inconsistentes que despistan y distorsionan, en su carencia de objetividad haciendo el juego  al señor de las moscas. No deberíamos permitir que las miserias de algo que ya no tiene arreglo desactiven la fuerza de la verdad cuando es más necesaria que nunca su coherencia.
La prensa libre no puede acabar de un modo tan rastrero, siendo una triste escopeta de perdigones en manos de un caciquismo, que perdió hace tiempo el tren de la honestidad, y que al parecer tiene como lema "amordaza, que algo queda".

                                       Resultado de imagen de imágenes sobre la ley mordaza
                                       Ya tuvimos bastante dosis. Basta.
                                       Se empieza callando periodistas
                                       y se acaba construyendo un Valle de los
                                       caídos por Dios y por España.
                                       Los que vivimos entonces
                                       no queremos más de lo mismo.
                                    Cebrián dimisión por represión.

  P.D.
Ostras! Ahora que caigo, recuerdo que el máximo brahman de Prisa, Cebrián, es, para colmo, miembro de la R.A.E. desde hace la tira de años. Además de Vargas Llosa y de Azúa, que sepamos y, en este plan, a saber lo que puede haber y no sabemos. La selección de académicos de esa santa casa, cada vez más selectos, está que arde. En fin. Eso confirma que solo el criterio menestral del manejo del lenguaje no significa gran cosa, se puede ser un crack jugando al scrable académico y ser a la vez un elemento de cuidado y hacer del mismo arte escribidor una ballesta contra la dignidad y los derechos de la humanidad sufriente y pagante.

Teniendo en cuenta que esa institución se mantiene con dinero público la ciudadanía debería exigir que además de la habilidad con las letras, se exigiese la misma coordinación en la excelencia ética de los argumentarios morales y prácticos de  los aspirantes a próceres literarios. El problema está en encontrar un jurado con criterio ético además de gramatical, sintáctico, morfológico, literario y estilístico. A lo mejor es mucho pedir, pero sería genial y mucho más decente que, ya que pagamos con nuestros impuestos el funcionamiento de tan selecta institución, la RAE hiciese elecciones  públicas de sillón, quinquenales, por ejemplo, que podrían ser por internet, para no resultar gravosas al Estado.
Los académicos aspirantes propuestos por el jurado de la casa, deberían ser leídos y conocidos previamente por el electorado y hacer su campaña cultural, yendo por pueblos y barrios explicando su obra y sus porqués y respondiendo a las preguntas de los ciudadanos. Así los intelectuales creativos tendrían la  oportunidad de conocer a su público y viceversa, en directo y no como hasta ahora, tan cospedalianamente: en simulado y diferido.
La cultura para serlo de verdad y no solo de escaparate, estantería y museo, debería hacerse carne como el logos y habitar la vida, palparla, abrazarla, olerla y saborearla, reconocerse en ella,  en vez de mirarla y describirla, incluso fingirla y desfigurarla desde un teclado, desde la distancia y los filtros de clase social, religiosa o ideológica.
Eso daría pie a que aumentase la cultura popular, la necesidad de leer y comprender desde donde se escribe y se crea, y el interés por nuestra lengua y que se desarrollase una pedagogía analítica y selectiva muy necesaria en nuestra sociedad, que aunque sabe leer y escribir mecánicamente no acaba de alfabetizarse desde dentro, desde el alma y su conciencia; se queda masivamente en la cáscara sin llegar a comerse el fruto, no por falta de capacidad sino por carencia de orientación y de verdaderas oportunidades para crecer de verdad y no solo en remiendos para sobrevivir y/o fardar en plan bocazas sin fundamento ni verdadera educación. Sería un gran paso para salir de la cochambre cognitiva que padecemos y de la que también están afectados los talentos academizables como vamos viendo, desgraciadamente.

Nuestra sociedad o suciedad, -que ya no sabemos donde acaba y empieza el dominio de la "o" y de la "u"-, es como La Peste de Albert Camus, que, ciertamente, hubiese merecido unos cuantos sillones académicos, (en el caso de que no le hubiera dado un ataque de risa ante la propuesta, claro).  Sí, una peste tristemente  hereditaria de la que nadie se libra si no hay higiene y profilaxis social y política. Ains! 
                                             










Jordi Évole  @jordievole
 
Ahora es cuando todos los tertulianos o periodistas que somos entrevistados en @La_SER nos levantamos y nos vamos indignados de la cadena...



"...no hay verdadera bondad ni verdadero amor sin toda la clarividencia posible" 
Albert Camus (La Peste)


¿Qué periodista de la SER ha participado en ‘Al Rojo Vivo’ a pesar del veto de Cebrián?


Twittea esta noticia ¿Qué periodista de @la _SER ha participado en @DebatAlRojoVivo a pesar del veto de Cebrián? Twittea esta noticia


Juan Luis Cebrián ha decidido declararle la guerra a laSexta. Al presidente de Prisa no le ha gustado nada que la segunda cadena de Atresmedia ofreciese junto a El Confidencial y eldiario.es nuevas revelaciones que supuestamente le implicaban con los famosos Papeles de Panamá. La cruzada de Cebrián es tal que ha prohibido a los periodistas de Prisa a colaborar desde hoy en los programas de laSexta.
Sin embargo, este mediodía hemos podido comprobar que el veto no se ha cumplido íntegramente. Así hemos visto al periodista de la Cadena SER Miguel Ángel Campos participar en directo en Al Rojo Vivo junto Antonio García Ferreras. Habrá que esperar a los próximos días para ver cómo va evolucionando este veto de Cebrián que supone todo un ataque a la libertad de expresión.

Acciones legales, el despido de Escolar y el veto

El primer movimiento de Juan Luis Cebrián ante las informaciones publicadas de su relación con los Papeles de Panamá fue interponer una demanda contra laSexta, El Confidencial y eldiario.es. La segunda medida ha llegado este miércoles cuando nos hemos levantado con la noticia de que la Cadena SER había despedido a Ignacio Escolar –director de eldiario.es y tertuliano de laSexta- como colaborador de la principal emisora de Prisa.
El revuelvo formado por el despido de Escolar ha sido mayúsculo y ha ido en aumento puesto que no se trataba de la única decisión del presidente de Prisa. Juan Luis Cebrián ha querido cortar por lo sano y por ello ha prohibido a los profesionales de Prisa participar en laSexta. ¿Cuánto durará el veto que no ha impedido hoy a Miguel Ángel Campos participar en Al Rojo Vivo?
Seguiremos Informando...

viernes, 29 de abril de 2016

La barbarie sin fronteras

Hace 5 horas
Alepo pierde a su último pediatra en un bombardeo a su hospital

El armadillo y la liebre. Un alto en el camino antes del debate de la convergencia

.
manifestación, de antonio berni
‘Manifestación’, de Antonio Berni.
En la época previa a la crisis recuerdo que una de las máximas preocupaciones para cualquiera que hiciera política en la izquierda era el vaciado ideológico de la sociedad. Se instaló la falsa idea de que existía algún tipo de gestión neutra que estaba por encima de lo ideológico, esto es, que se podían tomar decisiones concretas en base a algo llamado sentido común. La idea era falsa: negaba el conflicto entre actores sociales que por su posición en la producción no podían compartir intereses. Pero además era totalitaria, imponía que la sociedad sólo podía organizarse de una forma posible, la que beneficiaba a los propietarios de los medios de producción, en una especie de transposición del derecho divino noble a la burguesía de la sociedad postindustrial.
Esta interesada aberración filosófica se llevó incluso por medio a esa versión del capitalismo que había sido mayoritaria en el mundo occidental tras la segunda guerra mundial, aquella que proponía una redistribución de la riqueza con el Estado como garante de derechos civiles, políticos y sociales. Todo el mundo compró la nueva forma de hacer y organizarse (que provenía de las cloacas de la Escuela de Chicago, una pandilla de extremistas del liberalismo económico, totalmente marginada por la comunidad universitaria en sus inicios y elevada a paradigma gracias al reaganismo). Y cuando digo todo el mundo no me refiero únicamente a los profesionales de la cosa pública. Aquel aforismo de que el pensamiento de la clase dominante es el pensamiento dominante se hizo patente cuando asunciones como que “los empresarios son los que crean la riqueza” o “no existe la derecha ni la izquierda, sólo los negocios” eran tomadas por cualquiera como el movimiento de las mareas o los amaneceres.
Con la izquierda posible noqueada, o bien por la Tercera Vía o bien por el shock soviético, pero sobre todo por una inmediatez que elevaba a fin de la historia quince años de crecimiento económico (no sin sustos premonitorios, miren el hundimiento del Nasdaq), la clase trabajadora quedó huérfana de paraguas ideológico, dejó de percibirse como tal y por tanto de creer en sus propios intereses. Ciento cincuenta años de luchas e identidad se disolvieron como un azucarillo en un espectáculo demasiado caliente. Y en estas llegó la crisis. Entonces el empirismo, forma de educación política popular, empezó a resultar menos atractivo para la clase dirigente. El día que Lehman Brothers cayó simbolizando el fin de la mentira de la infalibilidad del mercado recuerdo verme señalando furioso a la tele, mirando a la gente que me acompañaba en el salón y esperando, en vano, que aquel acontecimiento revelador les iluminara como a San Pablo de Tarso. Por desgracia no hubo ni lenguas de fuego ni caída del caballo. La maquinaria mediático teórica del capitalismo se puso a funcionar al día siguiente: ante la imposibilidad de ocultar a millones de seres humanos -esos que parecían vivir cómodamente- la naturaleza caótica y vil del sistema, había que colocar miles de pantallas entre ellos y su realidad, mediar la percepción sobre sus vidas y sobre todo, buscar culpables de aquello. Y les funcionó; tras ocho ocho años de crisis el pensamiento dominante sigue siendo aquel que provocó este magnífico desbarajuste. Hagamos un alto en el camino ¿cómo se enfrentó la izquierda a la crisis?
Quizá la pregunta debiera ser ¿cómo se había enfrentado anteriormente con la discrepancia entre intereses de clase y su disolución en las formas de pensar impuestas? La forma más clásica había pasado siempre por lo que se podría denominar como hoja de ruta militante. Lo que se proponía era, sobre todo, pedagogía política. Lo podríamos resumir en que un partido organizaba una resistencia ideológica en torno a él; mediante la militancia se enseñaba al trabajador tanto teoría como práctica; el partido conseguía crear una red amplia de consensos en torno a sus ideas, una estructura que era transversal a todos los estratos de la clase trabajadora. El partido era el organizador, pero sobre todo el mediador entre el sujeto y la realidad. Se esperaba por tanto que este proceso fuera seguido, progresivamente y de manera exponencial, por más trabajadores, hasta resultar mayoritario y por tanto decisivo.
En una segunda fase, posiblemente identificada con la ola revolucionaria de los 60, coexistiendo con la anterior forma, surgió un movimiento, más vinculado a la intelectualidad subversiva, el arte y el activismo en base a cuestiones concretas, que donde ponía el foco era en los procesos que legitimaban culturalmente al estado de las cosas. Es decir, lo que se trataba no era de formar cuadros (militantes de partido con capacidad de organizar lo práctico y extender lo teórico) sino de buscar los engranajes que hacían brotar la discrepancia entre el sí mismo y el para sí mismo. Se consideraba a la clase trabajadora lo suficientemente formada, lo único que hacía falta era destruir la pantalla que ocultaba a la vez que emitía falsedad.
En una tercera fase -y perdonen de antemano el esquematismo- quizá desde los 80 y con un estallido posterior a la caída de muro, surgió una nueva visión de la izquierda que se planteaba si la sociedad postindustrial había cambiado lo suficiente para reformular sus categorías de análisis, e incluso reformularse a sí misma como categoría. Quizá la clase obrera estaba tan fragmentada que había que agrupar a los actores de otro modo; era posible que para plantear y visualizar correctamente el conflicto hiciera falta prescindir del arco ideológico surgido en la Convención Nacional francesa. Son por tanto estas categorías, mucho más al menos que las de reformistas o revolucionarios, las que han marcado la actitud de la izquierda ante la crisis actual, que más que crisis (momento de cambio brusco) ya es realidad permanente, sin vuelta al tiempo precedente, al menos por el propio devenir económico y político.
¿Han fracasado estas tres formas de enfrentarse al modelo de pensamiento capitalista? Sí, de momento. ¿Por qué lo han hecho? Fundamentalmente por una cuestión semántica, bien atribuyendo una cualidad mágica al lenguaje, fetichizándolo, bien por su desprecio absoluto, creyendo que el cambio de significantes nunca afecta al significado. Parte de la izquierda vio la crisis como la oportunidad para demostrar que lo que llevaban años predicando en el desierto era cierto. Por fin, tras años de desideologización existía espacio e interés entre los trabajadores en el debate político, en las ideas. Existía un hambre de explicación, la ruptura de certezas requería de guías. Y allí estaban ellos esperando a impartir su, cierta, clase magistral. La cuestión es que aquello nunca sucedió. Si en un primer momento Marx volvió a los anaqueles de las librerías como superventas pronto fue sustituido por la televisión, que en un pornográfico cambio de máscara, transformó sin rubor el modelo de tertulias del corazón en debates políticos. La izquierda pedagógica asumió que las nuevas -realmente viejas- contradicciones darían a los trabajadores el impulso para seguir el camino marcado, para convertirse en militantes, formarse y extender a su alrededor la simiente roja. Esta izquierda volvió a confundir que tener razón en algo no siempre coincide con saber expresarlo, pero que sobre todo, incluso pasándolo por el tamiz pedagógico, con que quizá ya no haya nadie que te quiera escuchar.
Las ideas combaten entre ellas, pero sobre todo, en este momento, pugnan por el espacio para sobrevivir, para tomar cuerpo en la sociedad y no quedarse como ecos lejanos recitados entre un pequeño núcleo incapaz de influir en nada. Importa tener razones, casi tanto como un lugar social para que se repliquen. Por otro lado esa izquierda despojada de cualquier tradición, la que optó por sacrificar su identidad histórica para intentar funcionar con mayor efectividad en una comunidad de individuos con problemas concretos y mutables, es la que quizá ha obtenido un mayor éxito en cuanto a la visualización del descontento. Sí consiguió articular unas formas que se han expresado en grandes multitudes transversales que sabían qué no querían, pero que difícilmente consiguieron organizarse para enfrentar la cuestión globalmente. Quizá si se renunciaba a las grandes narrativas también se hacía a las grandes soluciones. De ahí que el mayor éxito se haya conseguido en ámbitos específicos.
La cuestión es que bajo ese cierto éxito no se ha influido netamente en la comprensión y percepción que la mayoría tiene de la situación general. No es una aseveración a la ligera -y aquí ya volvemos a la parte donde hicimos un desvío en el camino- sino la constatación de que la forma de pensar general que existía hace veinte años sigue vigente y sin haber sufrido un gran desgaste. Los culpables han sido los políticos. Si existe una aseveración hegemónica hoy en día es esa. Obviamente, nuestros políticos, no han hecho nada digno para no ganarse el odio de todo el mundo. Han hecho, efectivamente, lo que tenían que hacer, para lo que fueron elegidos (y no por nosotros en las elecciones, precisamente). La comprensión de que la mayoría de políticos no son más que funcionarios aventajados del gran capital sigue siendo minoritaria y residual. Esto lleva a que ese odio ante el gran desastre haya sido fácilmente manipulado: si ya tenemos a alguien a quien partir la cara, ¿para qué buscar a los verdaderos culpables y beneficiarios de la crisis?
Esto lleva a la aberración escandalosa de ver a defensores a ultranza del capital jactándose de que precisamente ha sido “lo público” lo que nos ha llevado a la crisis; “las malas decisiones de los políticos, su pésima gestión” ¿recuerdan? El conflicto ideológico se sigue negando, se sigue reduciendo todo a una gestión pretendidamente neutra, salvo que, en este caso, como ejemplo negativo. Además, la asunción de que se sabe identificar a eso llamado clase política, es como poco optimista. Quizá a lo que se echa la culpa es a la propia política, situándonos ante una paradoja que revuelve el estómago: precisamente una crisis que fue el resultado del abandono de la economía a una sola forma de hacer política, la de derechas, es la que se va a llevar por delante a toda la política -y no hablo de un parlamento- sino del propio concepto de ideología, esto es, la forma ordenada de enfrentar unos intereses en base a una forma concreta de pensar y hacer.
Otro de los sangrantes ejemplos es la enésima fantasía de horizonte que el capitalismo ha ideado para proporcionar, además de culpables, esperanzas. El mito del emprendedor. Digo fantasía de horizonte porque es un lugar que se atisba, que impulsa a andar, pero al que es imposible llegar. Es absurdo, además de suicida, pretender que la salida a la crisis se encuentre en la creación de pequeños negocios innovadores. Absurdo porque no se puede vender cuando no hay dinero para comprar (vender productos, servicios, ideas, lo que sea); suicida porque el nivel de cierre de pequeñas empresas iguala casi al de creación, dejando a muchos con deudas que les lastran (a ellos y a todos) aún más. Pero además es una fantasía de horizonte sucia. Sucia porque bajo el emprendedor, el autónomo, se trata de ocultar la mayor pérdida de derechos laborales de la historia reciente: ¿para qué contratar a nadie si ellos mismos se pueden auto-explotar vendiéndonos sus servicios? parecen decir los empresarios. El capitalismo ha elevado a categoría de teoría cuatro aforismos propios de un libro de autoayuda para justificarse.
Por otro lado, la creación de identidades artificiales, aunque exitosa, deja muchas dudas en el camino. Obviamente hablo de la casta y el pueblo, conceptos que ayer usaban los ultras mediáticos, hoy personas bien intencionadas y mañana quién sabe. Los juegos de reapropiación es lo que tienen, puedes acumular muchas cartas pero, en la siguiente jugada, quizá se las quede tu enemigo. Aún así el problema es, sobre todo, que al final el lenguaje acaba de modelar las formas de pensar. No basta con repetir “clase trabajadora” para que por sí mismo esto opere un cambio. No decirlo, al final, hace olvidar -o quizá nunca conocer- cuál es ese concepto que lleva haciendo avanzar a la historia desde hace siglos. No es casual, por tanto, que desde estas posiciones a veces se exprese como salida la subvención al pequeño empresario: no es una cuestión de maldad o ética, es, simplemente, que al final se acaba pensando como se habla. No construimos narrativas para impresionar a un gran auditorio social, lo hacemos para poder representar la realidad de una forma exitosa, para guiar nuestras acciones, para ayudarnos a decidir.
Por un lado quienes creen tener una respuesta estructurada al actual estado de cosas han sido incapaces de llegar a influir en los trabajadores. No han llegado siquiera a visualizarse como una alternativa que merezca la atención, y eso, tras esta sangría descomunal (no es dramatismo, las cifras son de guerra) es para replantearse un par de cosas. Por otro, quienes sí han conseguido conectar lo hacen de una forma superficial, encarnando un papel en un juego de roles fácilmente modificable, dependiendo de una figura carismática, siendo, más que una esperanza por ellos mismos, una herramienta que ha encauzado el odio a lo existente. La encrucijada es importante, pero de difícil encaje. Yo, al menos, desconozco la respuesta. Y quizá en la asunción de esta incertidumbre se halla una forma de actuar: hacer el menor ruido necesario para poder escuchar, y dejar, sobre todo, que el debate se desarrolle en las mejores circunstancias posibles.

Lo que no se está leyendo en los mayores rotativos españoles sobre lo que pasa en las primarias de EEUU

29 abr 2016


Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy en la The Johns Hopkins University 

La cobertura de la realidad estadounidense por parte de la prensa escrita se realiza, por lo general, a través de corresponsales que se limitan a traducir al castellano lo que dicen la mayoría de los grandes rotativos de EEUU, lo cual puede llevar a conclusiones que son cuestionables. Un ejemplo de ello es la lectura de las últimas elecciones primarias en el Estado de Nueva York, ganadas por el Sr. Trump en el Partido Republicano y por la Sra. Clinton en el Partido Demócrata, victorias que parecen haber colocado a ambos candidatos en posición de convertirse en los aspirantes de cada uno de los partidos para competir por la Presidencia de EEUU.
A primera vista, los datos parecerían confirmar que esta lectura no es del todo desacertada. En el día de hoy, Trump parece que terminará teniendo suficientes delegados para ser nombrado candidato republicano para competir con el candidato o candidata del Partido Demócrata para tal cargo.
Y, según los medios, es la Sra. Clinton la que más probablemente será la candidata. Y por los números de delegados así lo parecería. La Sra. Clinton tenía, después de las elecciones que tuvieron lugar en EEUU el día que se realizaron en Nueva York, 1.429 delegados elegidos en las primarias, a los cuales había que sumar 469 súperdelegados que tienen derecho a participar en la votación por el cargo que tienen, sean congresistas o senadores, u otros cargos electos del Partido Demócrata, sumando así 1.883 delegados, un número ya relativamente cercano para alcanzar los 2.383 necesarios para conseguir la mayoría. El Sr. Bernie Sanders tenía 1.149 delegados y tenía el apoyo de solo 31 súperdelegados, ganando un total de 1.180. La diferencia es notable y parecería que el Sr. Sanders no tiene muchas probabilidades de ser el candidato del Partido Demócrata.
Lo que no se conoce tanto en España
Ahora bien, hay varios datos que deberían conocerse y que no se han publicado en España. Uno de ellos es que la mayor causa de la diferencia de delegados fue el inicio de la campaña en los Estados del sur, los más conservadores en aquel país. En aquellos Estados, el aparato del Partido Demócrata jugó un papel clave en la movilización del electorado de este partido, canalizando el voto a través de las asociaciones de afroamericanos y latinos, que eran, en la práctica, ramas del aparato del Partido Demócrata, aparato que estaba claramente a favor de la Sra. Clinton, ansiosos y temerosos del Sr. Sanders y su socialismo. De ahí el énfasis de la candidata Clinton en acentuar las discriminaciones por raza y grupo étnico, así como por género, que existen en EEUU, y su necesidad de corregirlas para facilitar una mayor integración de los afroamericanos, de los latinos y de las mujeres en el sistema económico y político estadounidense. La estrategia de la Sra. Clinton es facilitar la integración de los grupos discriminados –negros, latinos y mujeres- en la estructura de poder estadounidense. De ahí que la mayoría de aquellas asociaciones –lideradas por personas negras, latinas y mujeres de clase media alta– apoyaran a la Sra. Clinton.
El Sr. Sanders, por el contrario, enfatizó los temas transversales, mostrando sentido e identificación de clase social, pues su intención no es conseguir su integración en el sistema, sino el cambio de este. El Sr. Sanders cuestiona la estructura de poder, y por lo tanto, el sistema económico y político estadounidense basado en el maridaje y complicidad entre el poder financiero y económico, por un lado, y el poder político y mediático, por el otro. La estrategia de los movimientos civiles en defensa de los negros y de los movimientos feministas había conseguido que variara la composición de las estructuras de poder, incluyendo a las minorías negras, latinas y las mujeres, sin que el nivel de vida de la mayoría de negros, latinos y mujeres hubiera aumentado. En realidad, el Presidente Clinton, esposo de la candidata Clinton, había facilitado la integración de negros, latinos y mujeres en su Administración, a la vez que aprobó leyes de claro sentido clasista (es decir, que beneficiaron al mundo empresarial) que causaron el crecimiento de la pobreza en EEUU, también entre los negros, los latinos y las mujeres. El Presidente Obama, el primer presidente afroamericano, no ha mejorado el estándar de vida de la clase trabajadora afroamericana, la clase mayoritaria dentro de la población negra. Es una de las diferencias clave entre la candidata Clinton y el candidato Sanders. La Sra. Clinton enfatiza las políticas de identidad, de raza, de grupo cultural y étnico y de mujer, y el Sr.  Sanders enfatiza las de clase social.
El socialismo de Sanders
Para Sanders el mayor problema de la democracia estadounidense es la instrumentalización del poder político por parte del poder financiero y económico, haciendo una llamada explícitamente a la Revolución Política del pueblo estadounidense frente a la minoría financiera y económica, que él llama la “billionaire class” (la clase de billonarios) que controla la vida política, económica y mediática del país. Su concepto de socialismo no es el de la nacionalización de los medios de producción, sino el de la democratización del sistema político, rompiendo el maridaje entre el poder financiero y económico y el poder político. Su llamada a la movilización de clase (redefiniendo la clase trabajadora como la mayoría de la población que trabaja, a la cual Sanders define como “las clases medias y las familias trabajadoras”) ha sido sorprendentemente exitosa. Ha movilizado sobre todo a la gente joven y a la clase trabajadora en EEUU. De ahí que fuera en las primarias que tuvieron lugar en los Estados más industrializados y más urbanos cuando su estrategia de clase fue más efectiva, ganando en muchos de estos Estados, venciendo además con grandes mayorías. Y es en estos Estados donde el aparato del Partido Demócrata ha tenido menor capacidad de movilización. Y ahí, en estos Estados, la Sra. Clinton tiene una imagen de ser un miembro prominente del establishment, algo que le daña. Ha recibido casi tres millones de dólares por dar 12 conferencias en los bancos de Wall Street, eje del capital financiero, que ha pagado gran parte de sus campañas. Así, la Sra. Clinton es especialmente vulnerable, pues se la ve como una figura del establishment en un momento en el que la población tiene un claro rechazo hacia el mismo, el cual es visto como controlador del Partido Demócrata. Ello explica la gran pérdida de personas pertenecientes al Partido Demócrata, cantidad que ha pasado de representar el 38% de la población adulta en 1988, al 29% en 2014. El Partido Republicano ha tenido una pérdida semejante de miembros, pasando de un 33% a un 26% en el mismo periodo, mientras que los independientes han subido, de un 31% en 1988 a un 42% en 2014. Es entre los independientes donde Sanders está consiguiendo más apoyo.
Los problemas de Hillary Clinton
Hillary Clinton, persona percibida claramente como miembro del establishment, tiene un elevado porcentaje de voto negativo (uno de los más altos, el 52%). Si se suman, pues, estas dos variables: una el bajo porcentaje de personas que se consideran demócratas, y dos el elevado grado de opinión desfavorable de Clinton entre la población, la candidatura de Clinton tiene un grave problema. En realidad, todas las encuestas muestran que Sanders podría derrotar a Trump con porcentajes mayores que Clinton, porcentajes que son incluso mayores entre los jóvenes, por debajo de los 35 años, y entre la clase trabajadora. En realidad, lo que está sucediendo en esta campaña es el resurgir de la clase trabajadora estadounidense como sujeto político. El gran rechazo por parte de tal clase hacia las estructuras políticas a las cuales se consideran como responsables del gran deterioro económico, es uno de los datos de mayor interés en EEUU, y que apenas ha aparecido en España.
Tal movilización es lo que explica el otro inesperado éxito, el del candidato Trump, cuyo apoyo procede en su mayoría de la clase trabajadora, predominantemente blanca. Y aun cuando, como he indicado en otros artículos, Trump es la versión Le Pen, la versión fascista en EEUU, sería injusto definir a sus seguidores como tales. Son obreros que rechazan profundamente el establishment político-mediático, hecho que Trump explota y capitaliza en su campaña. Un componente que atrae gran interés es que Trump, al comienzo de cada una de sus conferencias, ridiculiza el análisis político que han hecho los gurús mediáticos el día anterior en sus informativos.
El futuro incierto en el plano político en EEUU: el resurgimiento de la clase trabajadora como agente político
El bipartidismo está también en crisis profunda en EEUU. El descenso de la población que se identifica con ambos partidos es muy marcado. Y es probable que este descenso continúe. Y, mientras, el porcentaje de la población que se define como independiente (es decir, ni demócrata ni republicana) está aumentando de una manera muy notable. Durante las primarias en el Partido Demócrata votan solo los miembros del Partido Demócrata en algunos Estados, pero en otros pueden hacerlo también los independientes. Y es en estos Estados donde, por regla general, Sanders  (que tiene su mayor apoyo entre los independientes) gana. De ahí que en los primeros Estados (en los que solo votan los demócratas, como en el Estado de Nueva York) consigue peores resultados. Pero no así cuando los independientes pueden votar. De ahí que en las encuestas para predecir el resultado de las elecciones generales, el candidato Sanders consiga unos porcentajes de voto sobre Trump mayores que los que consigue la Sra. Clinton.
Si la elección fuera Donald Trump versus Hillary Clinton, el resultado sería más incierto, pues Trump presentaría su candidatura intentando capitalizar sobre él el profundo sentimiento antiestablishment que aparece en aquel país frente a una figura que representa claramente a este establishment. Y aun cuando sería predecible que la mayoría de personas que han apoyado al candidato Sanders durante las elecciones primarias votaran a la Sra. Clinton, es también probable que un porcentaje elevado se abstuviera. No se puede subestimar el rechazo de la juventud (la mayoría de personas por debajo de 35 años simpatiza con Sanders) y de la clase trabajadora hacia el establishment. La percepción de que los dos partidos mayoritarios están instrumentalizados por intereses financieros y económicos está muy generalizada en EEUU, sobre todo entre las clases populares. Y no son insensibles a las llamadas a la necesidad de una revolución política que hace el candidato socialista. Desde la decisión de la Corte Suprema de EEUU en el año 2012 (“Citizen United Versus Federal Election Commission”), la cantidad y origen del dinero que pueden recibir los candidatos es ilimitada, con lo cual el 40% de los fondos que recogen los políticos (en terminología actual, la casta política) procede del 0,01% de la población.
Mientras, el promedio de los ingresos familiares, ajustado por la inflación, es hoy más bajo que en el año 2008. Y aun cuando el desempleo ha descendido bajo la Administración Obama, el porcentaje de la población adulta que trabaja ha disminuido. De ahí que el futuro sea hoy muy incierto en aquel país. No es fácil hacer predicciones, pues lo que caracteriza a la vida política de Estados Unidos es su gran rechazo hacia el establishment financiero, económico, político y mediático del país. Y ahí está la cuestión, que los grandes medios de información y persuasión españoles apenas citan.

Ismaël Lô - "Khar"

No caerá esa breva


Felipe VI se harta de reuniones inútiles con los candidatos y proclama la III República

Europa -Caín, ¿dónde están tus hermanos?


#CanalRefugiadxs Retwitteó MédicosSinFronteras
No nos salen las palabras de apretar tanto los dientes. :___( Solo nos preguntamos de dónde provenían las bombas.
#CanalRefugiadxs agregado,

Idomeni y la lluvia, como las lágrimas del mundo convertidas en un mar desolado, donde solo los niños son la esperanza


Pablo Iglesias vs Álvaro Zancajo. Muy acertada esta puntualización de PI ante una información tendenciosa y falsa

Polònia - 21/04/2016

España rajoyizada


El presidente Rajoy con un grupo de miembros de Nuevas Generaciones
Foto: Twitter oficial de Mariano Rajoy

 El día que se retire, Rajoy tiene la vida resuelta sin necesidad de puertas giratorias ni pensión de ex presidente: puede convertirse en coach de éxito, y dedicarse a dar conferencias para ejecutivos, escribir libros de management, presentar un programa televisivo de talentos, y poner su nombre a cualquier cosa, que se la compraremos: el método Rajoy, la dieta Rajoy, inglés con Rajoy, cocina con Rajoy, en forma con Rajoy.
Lo pienso cuando veo el consenso periodístico de estos días sobre Rajoy como el gran triunfador del momento político. Y no seré yo quien diga lo contrario, pues los hechos mandan. Yo ya he perdido la cuenta de las veces que dimos por muerto al todavía presidente, y ahí sigue. No iba a sobrevivir a las protestas ciudadanas, ni a los recortes, ni a los papeles de Bárcenas, ni al 20D, ni a los pactos políticos, ni a las voces que pedían renovación dentro de su partido... Y ya ven, hasta Sánchez ha acabado por retirar lo de “indecente”, mientras sus enemigos han ido pasando por su puerta en modo cadáver, uno tras otro, lo mismo rivales políticos que disidentes internos o directores de periódico.
Vosotros ya no os acordáis, pero cuando llegó a Moncloa hicimos la broma de apodarlo “Mariano el Breve”, porque la crisis se lo iba a comer por los pies; y en las manis cantábamos lo de “Mariano, Mariano, no llegas al verano”. Pues toma pedorreta: ha agotado su legislatura hasta el ultimísimo día legal, y le ha añadido como poco otros ocho o nueve meses en funciones. A lo tonto, “el Breve” se va a pasar cinco años en el cargo, eso como poco, que ya veremos tras el 26J.
Hemos criticado sus momentos de inacción, nos hemos burlado de su pachorra, lo hemos caricaturizado en siesta permanente, pero otra vez le ha salido bien: cuatro meses relajadito, en su Moncloa en funciones, dejando que los otros se desgastasen mientras él guardaba fuerzas para la siguiente campaña, que en realidad no necesita ni hacer. Podría no salir de casa hasta el 26J, y le iría igual de bien, porque lo que ha conseguido con la repetición electoral es que en las próximas urnas ya no juzguemos la legislatura 2011-2015, la de los recortes y la corrupción, la de la desigualdad y la precarización, sino la legislaturita de cuatro meses. Y él, dando lecciones: ayer recomendó a sus rivales “actuar en el futuro con más calma y tranquilidad”. Es decir, que se rajoyicen, que sigan el yoga Rajoy, la dieta Rajoy.
Si vuelve a ganar las elecciones, si encima mejora resultado como aventuran las encuestas, si crecen la abstención, la apatía y el desencanto, tendremos que admitir que el método Rajoy ha alcanzado victorioso sus últimas posiciones: la rajoyización total de España, la rendición de su partido, de la democracia y de la sociedad toda al tiempo que marca el reloj de Rajoy, todos contagiados de rajoyismo, España rajoyizada, quién la desrajoyizará.
No sé, yo mismo me empiezo a ver un poco Rajoy, a ratos, pero tampoco me preocupa: visto lo visto, es la fórmula para triunfar. 

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::  

Querido Isaac, me encanta tu finísima ironía, lástima que en este país de nuestros soponcios y patatuses degradantes, la ironía sea un manjar demasiado exótico para ser entendido, así porque sí. Ya ves lo poco exigente que es el público a la hora del aplauso y cuán presto anda a regalar las urnas con el voto cerril o con la abstención de cualquier signo de inteligencia votante, que ambas opciones son tornillos y tuercas de la misma máquina de cabreos y comodidades varias. O sea, que son factores desordenados que acaban por dar el mismo resultado en la suma de calamidades ya sea del revés o del derecho. El producto siempre es el mismo.

Llevo algún tiempo sospechando que la ironía en España se entiende también al revés, como casi todo, o sea, como un serio y concienzudo sistema de dogmas saltarines que acaban por iluminar las oscuridades del intelecto, pero, justo, al modo Rajoy, en sentido contrario. Lo iluminan para que se autoafirme en las razones de sus oscuridades, de sus posiciones de siempre: banalizando y confirmando, que sí, que es cierto, que lo de Rajoy es el camino de Damasco, Eldorado de felices descubrimientos y la piedra filosofal contra la que se hace trizas cualquier intento de rescate lúcido. Es más, te diría que hasta los nuevos aires renovadores nacen ya con el estigma del rajoyismo cualitativo y contagioso. Fíjate en los grupos políticos, en los partidos y formaciones, y la poca garantía que generan las propuestas que intentan la regeneración en serio. O sea, la ética. 
Ya se pueden explicar y demostrar los hechos con todas las razones posibles. No sirve de nada, porque a continuación llega el discurso rajoyano vestido de revolucionario y vanguardista que es la cara esperpéntica y más chunga del sanchopancismo nacional y va y la pifia con toda la naturalidad de ese peculiar atributo tan marianil:  el shentido común, que no por ser común adquiere el tornillo cognitivo que le falta, sino todo lo contrario, en puritito perogrullo, como la loa rajoyana a la evidencia de la vajilla, por ejemplo o ese profundo koan donde refugiados y sentimientos se enlazan aleatoriamente con un sentido metafísico tan peculiar como esperpéntico. Ese razonamiento tocinero de toda la vida, vamos.
En esos trances la ironía se convierte en  boccato di cardinale del nihilismo habitual, en vez de ser el empujón de la lucidez que nos revela el estado miserable en que co-existimos tan resignada y estúpidamente con las zonas más míseras del cotarro personal y colectivo. Ahí la inteligencia no atina a  entrar. El acceso está cerrado, bloqueado, blindado y aforado cual político o gerifalte en dificultades. Compruébalo in situ, si quieres. En cualquier asamblea. El glamour que tiene el cenizo consensuado y tópico, el "prudente" que ya está de vuelta sin haber llegado a ningún sitio,  como el descarado que va de sábelotodo sin saber nada, pero es una máquina de datos combinados con los instintos y las obviedades, eso no lo supera el irónico ni de coña y no te digo nada el que además de irónico va al grano. Ése ya lo tiene fatal porque al tirar de la manta hace que la ilusión se quede de pronto en lo que es: un desencarnado cuento  chino. Y eso no le gusta nada a la claque que espera su baño de ilusión shenshata. O sea, su ración de oxímoron, o de soma, como diría Huxley, para ir tirando.

Lo más cercano a las entendederas patrias no es la ironía ni la metáfora, es exponer pocas ideas pero muy claras, con el ceño todo lo fruncido que dé la elasticidad del entrecejo, los ojos lo más abiertos y desportillados que se pueda ( Mariano, Soraya, Errejón o Monedero, son paradigmas ojimétricos) y todo ello acompañado de mucha mala leche rezongona y de una lista de culpables a los que cargar el muerto de los fracasos propios. Porque lo último es atreverse a ser decente y humilde, a reconocer en público los fallos y limitaciones tan naturales como vivir, simplemente, eso es ya la sentencia de muerte para cualquier político que pretenda llegar a algo en España y olé.

 ¿A quién no se le ha quedado grabado en la memoria que "la culpa de todo la tiene Zapatero", aunque la realidad haya demostrado que ese presidente, después de Suárez, haya sido el más decente y  el que logró un grado más alto de ética social, de democracia, de solidaridad, de derechos y libertades, desde la ley de la igualdad, a la memoria histórica, a la regulación ética del funcionamiento de TVE, a las becas y al apoyo a la educación y a la cultura, en las prestaciones sociales, en la creación estatal de puestos de trabajo cuando la crisis comenzó a mordernos con crueldad, un jefe de gobierno que  tuvo el valor de nombrar ministros que no fuesen militantes de su partido,  que supo entender a Catalunya y a Euskadi con respeto y visión federalista y además ser el gobierno que consiguió que ETA dejase de matar? Pero, claro, Zapatero no hablaba ni pensaba ni actuaba en rajoyano. Ese fue su gran error: no hablar el lenguaje del pueblo dormido, no supo cantarle la nana tan bien como Rajoy o Pablo Iglesias, una sintonía estilística que les une en una finalidad compartida: conseguir que España no pueda, aunque lo vote, ser una democracia plural. 

El triunfo del marianismo como del podemismo ha sido, precisamente anestesiar la conciencia y reducir el activismo y la participación ciudadana al despotrique e sofá y cervecita ante la tele, y conseguir la simplificación del cabreo en tres palabras: todos, (menos los míos), son iguales. En rajoyano como en podemita, la lengua pierde su capacidad de abrir la inteligencia. Es un cerrojo letal para el intelecto. Y se centra en el mantra jaculatorio. Poco, hueco, negativo y machacón para la campaña en contra. Poco, hueco, elogioso y machacón, para la campaña a favor. Y mientras el ganado bala encantado sus consignas de malos y buenos y arribas y abajos, la democracia real se difumina en el horizonte de la ilusión que nunca se realiza, que se dibuja y desdibuja como una entelequia imposible, para un pueblo acostumbrado a "palo largo y  mano dura para evitar lo peor", como cantaba Jarcha hace años.

 Un pueblo manipulado por miedos que le inoculan las ambiciones de los que nunca le han respetado pero le necesitan para hacer carrera y subirse a la limusina del poder, mientras ese pueblo les paga la gasolina y está encantado si además puede ser el chófer y hasta en momentos de dificultad vial, ser la rueda de repuesto o las cadenas si hay nieve. Una ciudadanía multiabusos. ¿Cómo se puede degustar en tales tesituras la exquisita finura de la ironía? Eso es pedir peras al olmo, cuando el horno desportillado de la paciencia cívica está cada vez para menos bollos.

Después de que Atila y el caballo de su ambición sin freno haya arrancado de cuajo hasta la última hierba disponible, no es nada extraño que Rajoy siga en la cresta de la ola con el aplauso de unos cuantos y la cansada indiferencia de muchísimos más agotados por tanta aberración, que se acaba asumiendo como un mal incurable, aunque solo sea el goteo mántrico de los grandes manipuladores, que en realidad están ahí solo gracias a que nosotros los mantenemos con votos que no se merecen. 

Ahora volveremos a tener  la ocasión para reivindicar nuestra horizontalidad, nuestras capacidades organizativas, nuestra pluralidad y nuestro valores humanos y colectivos. Si hemos podido parar tantos desahucios, conseguir negociaciones impensables con bastantes bancos para evitar el destrozo familiar de tantos, parar privatizaciones sin que ningún partido político interviniese,  incluso con todo en contra y en comandita con los bancos, es que sí se puede.

Solo hay que volver a las urnas con firmeza y con la pluralidad por delante unida en un único sentimiento razonador: hay que acabar con los bloques absolutos de poder sean del color que sean, hay que sustituir el enfrentamiento constante por la cooperación y el diálogo que negocia en limpio para que ganemos todos y nadie pierda el tren de la evolución y la dignidad. La mayorías sectarias en bloque y su poder absoluto siempre son fatales, son la muerte de la democracia. Unidos por la base en confluencias democráticas cada vez más numerosas y bien avenidas, ese juego de tronos se terminará cayendo a pedazos porque la democracia habrá podido humanizarse del todo en la solidaridad. Lo veremos si no tiramos la toalla antes de tiempo convencidos por el sistema de que esto no tiene más arreglo que la mano dura y la obediencia resignada; el mensaje que nos dan constantemente impidiendo la pluralidad de la democracia y su eficaz inteligencia colectiva; la única forma de conseguir el bien común y una imprescindible estabilidad social.

Cinco alcaldes en defensa de la ley catalana contra los desahucios y la pobreza energética



La PAH ocupa 14 pisos en Manresa y el Sareb denuncia por ocupación ilegal
Una acción de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca EFE
En julio el Parlament de Catalunya aprobó por unanimidad la ley 24/2015 para hacer frente a la emergencia habitacional y la pobreza energética, impulsada por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, la Alianza contra la Pobreza Energética y el Observatorio DESC. Los ayuntamientos elegidos dos meses antes han sido hasta ahora los principales responsables de aplicar esta ley. Hablamos con alcaldes y alcaldesas de todos los colores políticos que gobiernan ayuntamientos de Catalunya con la excepción de CiU –el alcalde de Reus, el principal municipio gobernado por los convergents, no ha encontrado ninguna ocasión a lo largo de esta semana para expresar su opinión a petición de Catalunya Plural–, y todos valoran positivamente las herramientas que les da la ley, que puede ser  impugnada por el gobierno de Rajoy en el Consejo de Ministros de este viernes, el último antes de la fecha límite para el recurso ante el Constitucional.

Ada Colau, alcaldesa de Barcelona

L'alcaldessa de Barcelona Ada Colau durant l'entrevista amb Catalunya Plural
Ada Colau durante una entrevista con Catalunya Plural Robert Bonet
La lucha contra los desahucios es una de las principales banderas con las que Ada Colau (Barcelona en Comú) llegó al Ayuntamiento de Barcelona. "La ley llega tarde, porque hace años que es necesaria esta ley o una similar, pero más vale tarde que nunca, asegura la alcaldesa. Su impugnación, considera "sería sacarnos una de nuestras herramientas más importantes en esta materia". Colau recuerda que los servicios técnicos del ayuntamiento han estado meses preparando su aplicación y fue hace dos semanas cuando pudieron anunciar las primeras  multas a grandes propietarios que desahucian sin ofrecer una alternativa de vivienda como exige la ley.
"Partimos de una anomalía en el contexto europeo, porque las administraciones no han hecho un parque de alquiler social, y para intervenir aquí necesitamos más instrumentos y leyes, que es lo contrario de lo que hace el PP, que repite la receta que nos ha traído hasta aquí, dejarlo todo en manos privadas produciendo grandes desequilibrios", apunta la alcaldesa. "Lo que quiere el PP es desautorizar la presión ciudadana que ha hechos posible esta ley y que nos ha permitido en muchas ocasiones llegar a acuerdos con las entidades antes de tener que aplicar la ley", afirma Colau.

Núria Parlon, alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet

Iceta ofrece a Núria Parlon ser su 'número dos' en el partido
Núria Parlon en una imagen de archivo
Santa Coloma es uno de los bastiones infranqueables del PSC en el área metropolitana de Barcelona, y ahí el plenario municipal ha aprobado esta semana una moción impulsada por la PAH en apoyo a la ley contra los desahucios. La alcaldesa Núria Parlon, asegura que la falta de respuesta de los bancos que acumulan pisos vacíos le traen muchos problemas, y valora la ley como una herramienta que les permite actuar. Sin embargo, también destaca que "los bancos han encontrado fórmulas para no cumplir la ley, ya que a parte de ayuntamientos grandes como Barcelona, la interlocución la tienen con la Generalitat", y eso, critica, ralentiza el tiempo en el que Santa Coloma puede disponer de pisos vacíos para usos sociales.
"Lo que hace falta es garantizar una situación de corresponsabilidad", reclama Parlon, y para eso ve fundamental la aplicación de la ley impulsada por la PAH. El ayuntamiento, dice, lleva tiempo trabajando en un plan de detección de pisos vacíos a los que puede reclamar la cesión y en medidas contra la pobreza energética, "gran parte de ellas pasan por pagar los recibos, y la complicidad de las compañías es muy baja", añade. "Estamos en contra de que el Tribunal Constitucional pueda declarar inconstitucionales algunos artículos de esta ley, sobre todo en lo que se refiere a responsabilizar a los bancos, que es a lo que nos enfrentamos", apunta la alcaldesa.

Dolors Sabater, alcaldesa de Badalona

Dolors Sabater de Guanyem Badalona en Comú / ENRIC CATALÀ
Dolors Sabater durante una entrevista con Catalunya Plural Enric Català
Badalona es el tercer municipio de Catalunya y el principal municipio en el que gobierna la CUP, junto a Podemos, Procés Constituent y Comunistes de Catalunya en la coalición Guanyem Badalona en Comú. La alcaldesa Dolors Sabater asegura que "tanto en pobreza energética como en emergencia habitacional, la ley ha demostrado desde su aprobación que es un instrumento útil". "A los municipios, que estamos en primera línea para atender a las familias en situación de exclusión residencial, nos ha ayudado por ejemplo a negociar alquileres sociales con los bancos, porque no es lo mismo cuando es voluntario que cuando están obligados por ley", remarca. "Esta ley está trayendo una brizna de esperanza, no es la solución ni la varita mágica, pero sí una herramienta que da respuesta a esfuerzos titánicos de los ayuntamientos que no tenían resultados como ahora", considera Sabater.
Sobre la posible impugnación de la ley, la alcaldesa de Badalona considera que "sería un ataque muy grande por un lado a los derechos sociales de las personas, porque es un instrumento que está sirviendo para defender el derecho a la vivienda y los abusos que sufrimos en esta crisis, y por otro porque es un ataque claro a la soberanía del Parlament de Catalunya". "¿Cómo puede ser que el Gobierno del Estado impugne una ley del Parlament que está siendo buena, útil y además responde a la negativa de una ILP con una recogida masiva de firmas por una ley por el derecho a la vivienda en el Estado?", se pregunta Sabater antes de reafirmar que como administración local no pueden estar más que en contra de una impugnación.

Juli Fernàndez, alcalde de Sabadell

Sabadell es el municipio más importante en manos de un alcalde de ERC. El alcalde Juli Fernàndez, que dirige un gobierno de fuerzas de izquierda alternativa, asegura que "la ley 24/2015 hace que una cosa que las entidades financieras querían hacer pasar por responsabilidad social corporativa es ahora una responsabilidad legal". Fernàndez asegura que los municipios necesitan el despliegue de la ley para poder aplicar todas sus medidas, y en el caso de los municipios del Vallès Occidental han encargado a la Universitat Autònoma de Barcelona un estudio para contar con todos los recursos legales necesario. En relación al agua, el alcalde remarca que la empresa suministradora de agua, de mayoría privada pero participada por el ayuntamiento, está aplicando en todos los casos el principio de precaución que establece la ley: no se puede efectuar un corte de suministro sin un informe previo de servicios sociales. "En el caso de las empresas privadas es más complicado, porque están esperando la impugnación", asegura.
Fernàndez asegura que una impugnación sería "un paso más del Gobierno contra los ciudadanos que más están sufriendo en nuestras ciudades y pueblos". "Impugnada o no, seguiremos trabajando en la misma línea para defender los derechos básicos, pero con la impugnación tendríamos una herramienta menos", apunta el alcalde, que añade que "el lamentable cálculo cortoplacista de algunos puede hacer que en este contexto de campaña electoral no acaben recurriendo una ley que de otra manera recurrirían".

Lluís Caldentey, alcalde de Pontons

Después de las pasadas municipales, el PP sólo conserva una alcaldía en Catalunya, la Pontons, un municipio de menos de 500 habitantes en el Alt Penedès. El alcalde Lluís Caldentey valora positivamente la ley y asegura que les ha sido útil. Si bien su municipio no tiene las cifras de las grandes ciudades, apunta que "problemas hay en todas partes, y el ayuntamiento ha tenido que pagar algún alquiler y algún recibo de la luz". Caldentey remarca, sin embargo, la necesidad de buscar otros modelos. "En Pontons desde 2004 esperamos la instalación de un parque eólico que el gobierno de Montilla dejó parado y hubiera acabado con todo el paro de la localidad", lamenta.

jueves, 28 de abril de 2016

Sabor amargo

Hablaba de literatura con una estudiosa italiana, le explicaba que el panorama de la literatura española que había sido creado entre los ochenta y los noventa estaba por los suelos, autores y obras literarias establecidas como referencia habían envejecido y se veían rancias. Como ese sistema literario se había instituido con un criterio lingüístico sectario que ocultaba las literaturas en otras lenguas que no fuesen el castellano. Como, por ejemplo, la literatura catalana era conocida en Europa y completamente desconocida en España. Como los puentes entre las lenguas y literaturas estaban volados, como conté aquí hace tres años.
Y eso me llevó a continuar que lo que ocurre en un campo tan simbólico como es la literatura refleja la situación de España como comunidad humana y política y como estado. Eso me llevó a continuar: ya no hay referencias nacional españolas, nadie tiene capacidad de imponer y prescribir, nadie confía ya en "su periódico"..., todo se ha venido abajo.
Los papeles de Panamá son una pintura negra de un Goya que retrata a esa realeza, en el retrato están la Familia Real, Aznar, González, Cebrián… ¿Qué queda del tinglado de la Transición? ¿De verdad alguien cree que puede tapar esa enorme vía de agua informativa despidiendo a un periodista? Patético final. 
Eso sí, la ideología españolista se refugia en las instituciones del estado como un virus que lo infecta y recorre de arriba a abajo, y eso une a los partidos que representan al estado y defienden todo tipo de intereses establecidos. El mismo hecho de pretender imponer las corridas de toros por ley para asegurar la identidad española demuestra la paranoia de una ideología que solo puede pervivir por la fuerza y que es nacionalista pero no "nacional", en absoluto, en el sentido de asumida por una comunidad política. España, simplemente, no es una nación, lo es menos que nunca.
El Ejército, que garantizó la continuidad de los intereses y elementos del franquismo no puede hoy garantizar la sumisión de la población. La Iglesia española, que tuteló la sociedad con los militares, sigue siendo rica y poderosa pero ya solo es un grupo de presión con ideología e intereses particulares, no expresa a una sociedad que la ve con mucha distancia. La Monarquía no se cae a pedazos al suelo porque ya está, como todo, por los suelos, ya sin hablar de la corrupción y desvergüenza, es una parte importantísima del fracaso del sistema político español. Y los partidos estatales e incluso los sindicatos que sostenían el tinglado, qué vamos a decir que no sepamos.
La diferencia con Italia, le explicaba, es que allí la cultura social se basa en un devastador cinismo, asumido como cultura nacional, en cambio en España la sociedad no sabe como aceptar la propia corrupción, que al fin es la de todos, y necesita expresarse con enfado. La ira española. Lo que en Italia se vive con aceptación y cinismo en España se vive con indignación y dramatismo.
No sé si será mejor pactar ahora un gobierno posible que deshaga algunas de las cosas terribles que cometió Rajoy o ir a unas elecciones que pueden dar tanto un nuevo gobierno del PP con Ciudadanos como un gobierno progresista. No lo sé. Pero lo que sí veo alrededor es cierta amargura. Y el sabor de la amargura se debe en primer lugar a que los partidos que deberían haber dado una alternativa al PP no la dieron, pero también a la clara conciencia de que España es un barco herido.
Y la culpa no es de los catalanes, si los catalanes desean marcharse de un país así es porque pueden permitirse desearlo y porque creen que pueden construir un país mejor donde vivir, su república.

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

La reflexión de Suso es muy acertada en lo que toca a nuestra amargura patria. Aunque tal vez demasiado optimista respecto a nosotros, las españolas y españoles comparados/as con los y las italianas. 
Que estemos más amargados no tiene por qué significar que seamos menos cínicos, sino que llevamos ese cinismo con peor talante y más gruñidos, pero con la misma resignación. Con más enfado. Y menos paciencia. Ellos, lo llevan con más stile, ya han pasado las de Caín varias veces por causa de este tormento, llevan más de 150 años de democracia, a la mediterránea, es cierto, pero democracia al fin y al cabo, ya son expertos; nosotros somos aún neófitos en el asunto, solo llevamos treinta y ocho. Ellos han pasado por todo lo imaginable. Hasta por compaginar la mafia con el Estado y a Berlusconi con la política. Terrorismo como el de ETA, pero desde dentro del propio Estado. Y por fin el salto cuántico de Mani Pulite. Los jueces  y los magistrados, el Poder Judicial más transparente y más valiente, coraggioso, dicen ellos, se alzó sobre la montaña de podredumbre ancestral y acabó con el filón corrupto. Una catarata de suicidios en cadena dejó  al aire toda la desvergüenza, ya insostenible hasta para los propios desvergonzados. El Juez Di Pietro se convirtió en héroe nacional y en cabeza de un partido político que se llamó L'Italia dei valori. Ya nos gustaría que aquí hubiese habido algo similar, no por los suicidios, sino por la conciencia puesta en marcha.
Por el contrario, en España sucedió todo al revés. Una mafia corruppta hasta las trancas se apodera de Valencia y de Madrid y trama  a lo bestia el desgaste, el desprestigio y el odio contra el gobierno de Zapatero, hasta hacerle, más tarde, adelantar las elecciones y convertir el país en una ruina y en una pocilga de corrupción, tras ganar en las urnas por goleada a causa de la abstención masiva de los enfadados. Siguiendo el lema habitual de la inteligencia española que tanto alababa Gila: que se fastidie el sargento, que hoy no como rancho. 

El poder judicial, entoces, en los prolegómenos de la debacle, no se dio por enterado, excepto el Juez Garzón, que intentó hacer lo imposible para que la trama corrupta del pp fuese descubierta y desmantelada a tiempo. Y nuestras  heroicas y ejemplares "mani pulite" aborígenes, se convirtieron en una trama fascista llamada Manos Limpias, para mayor escarnio, que con alegaciones absurdas y carentes de moral, consiguieron desvalijar los argumentos del Juez Garzón y que nada menos que un Poder Judicial en pleno , dependiente ilegítimo e inconstitucional, de los poderes Legislativo y Ejecutivo y proclive al pp y al apaño, como luego se fue viendo, le condenase a dejar la judicatura nada menos que por prevaricación, que se sacaron de la manga debido al uso fraudulento y sin ética, de la propia ley. Con la connivencia y refocile del propio Tribunal Superior de Justicia y sin que ni el  gobierno socialista que entonces gobernaba objetase la más mínima señal de disgusto, ni nadie elevase la voz ni un recurso para recapitular la Justicia y reparar tal barbaridad en forma de condena terriblemente absurda  e irracional. Y así consiguieron que el inocente saliese condenado y los delincuentes no solo fueran absueltos sino, además y para más recochineo,  convertidos en héroes.  ¿La ciudadanía? Sólo recuerdo en Valencia una raquítica mini-manifestación de unas diez personas un domingo por la mañana en la Plaza del Ayuntamiento. Fantástico el parangón, ¿a que sí?
Podemos seguir con el paralelismo entre los dos Estados, comparando las actitudes de ambos jefes de Estado, italiano y español, ante la crisis actual, ante un gobierno delincuente, como han sido el pp y Forza Italia con Berlusconi a la cabeza. 
El Presidente de la República, Giorgio Napolitano hizo que la Justicia y la Ley, obligasen a dimitir al corrupto fundador del "partito dell'amore"  y a pasar por los tribunales para dar cuenta de sus indecencias  y corrupciones interminables.  Mientras que el jefe del Estado español, Juan Carlos de Borbón, se nos desencuadernaba cazando elefantes en Botswana en plena debacle de una crisis terrible y al pp no había poder humano capaz de pararlo en su desastre universal, que consiste en  legislar rigurosamente el caos cuesta abajo y sin frenos, con el anexo en torrentera enloqucida de su corrupción connatural. 

Nuestras historias, española e italiana, van en paralelo en este tiempo, pero se resuelven de un modo completamente distinto. Y no creo que sea por la amargura de unos y el cinismo de los otros. Sino porque un pueblo capaz de soportar una monarquía inútil y parásita impuesta por un dictador, e incapaz de relacionar lo que le gobierna con lo que le pasa,  no se merece algo mejor que este concentrado de amargor histórico ya convertido en modus vivendi. 
En Italia se ha votado un gobierno socialista, tras tras la salida  de Berlusconi y el paso de un gobierno de técnico de mergencia, nombrado por el Presidente Napolitano y presidido por  Mario Monti, que  trató de hacer los "deberes" del BCE lo mejor que se pudo y así volver a las urnas, que eligieron a Renzi, el socialista actual.
Ya nos gustaría en España haber tenido la fortuna de gozar  un "cinismo "   de tal laya.  Pero aquí no cuecen las mismas habas, por lo que se ve y se sufre. En Italia las cosas  injustas duelen, como es natural, pero al menos se arreglan, aquí, en cambio, el dolor se convierte en sufrimiento, que mola muchísimo y es parte del folklore, de la copla, del quejío, del lamento y del ay, ay , ay, ay, ay del flamenco. ¿Para qué mejorar nada, si esa "cultura" nihilista y dramática es nuestra mejor fuente de ingresos? Por ella emigramos y volvemos con los años y  con un Volswagen de los de antes, o con un Mercedes, hechos un pincel, mucho más espabilados que nuestros compatriotas sedentarios y con pasta fresca; además si nos normalizásemos y abandonásemos ese genio  Spain is different,  ya nada sería igual, perderíamos el glamour y la devoción de tanto turista ávido de emociones fuertes, toros aterrorizados y enfurecidos trotando por las calles, apestando las ciudades a base de heces de casta y orines bravos, con aroma a cuerno quemao, -si el toro, además se embola- y que acaban su fiereza con estoque y apuntillados de mala manera por 'maestros' de la torería chuleta y hortera como solo ella sabe serlo;  y para rematar, luego está ese cante jondo que cuenta todas las peripecias de nuestros sufrires más desgarradores.
Si España perdiese ese maravilloso y exquisito patrimonio se convertiría en un país europeo del montón. Un asquito. Dejaría de ser el drogadero de Europa, el paradigma de la fiesta y la borrachera, la taberna y el chiringuito de la UE. El spa del relax mundial. El bouquet de los mastercheffs.El primer productor y consumidor de emigrantes de lujo. Único en el Planeta, donde los camareros, camareras  y chicas de la limpieza son licenciadas y doctores en casi todo.  Y por supuesto el paraíso del pelotazo internacional y del burbujeo inmobiliario, donde se deja en la  calle a las familias insolventes por la crisis que han creado los bancos y las políticas afines, para vender el parque inmobiliario desahuciado, a las mafias internacionales que en este mapa de interminables obscenidades, han encontrado un verdadero chollo. Menudo caché. Y con lo que mola todo eso y la  cantidad de trabajo que se crea en un plisplás en cuanto llega Semana Santa o el verano o cualquiera de los puentes festivaleros con que nuestro calendario de jotas, boleros y lumpen-disco se estira sin parar . Vamos, un país verdaderamente excepcional. No hay otro con el mismo grado de inteligencia gestora de recursos para invertir y orientación profesional para medrar a nada que se sea un poco espabilado. Seguro que no.
Evidentemente, los catalanes, que son mucho más listos, prefieren no sufrir tanto por amor al arte, ser menos serviciales en la hostelería nacional, cerrar las plazas de toros  y bailar la sardana por su cuenta. Yo también me apunto.