La voz de Iñaki

Una última ronda

EL PAÍS 

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Uff....Qué situación y qué propuestas. Los partidos más partidos que nunca y Esperanza Aguirre predicando a favor de un gobierno presidido por Felipe González. Disney World made in Cascorro. O El Fary pintado por El Greco.  O la Pantoja en el sillón de al lado, junto a Azúa, en la RAE. Sobre realidades así, querido Iñaki, es muy difícil hacer pronósticos. 

Menos mal que ya está el Rey remangándose una vez más, desde la lucecita de La Zarzuela, que es lo suyo, para rematar la faena con decisiones rotundas y sensatas. Ya ha propuesto hasta otra nueva ronda y todo; la última, según parece. En la Italia de Berlusconi también decían lo mismo en momentos crudos: meno male que Silvio c'è. Siempre es una garantía tener un rey en el tablero al que aún no se le ha dado el jaque mate, no por falta de motivos sino por apatía de uno de los jugadores y por los esotéricos intereses del otro. Un rey. Sea como sea. Lo que cuenta es la figura. Y ya sabemos que España lleva siglos (desde los Reyes Católicos, más o menos), siendo un tablero donde abundan  las figuras de juegos reales a peseta. Y ahora a euro. 

En eso de proponer rondas, el Rey resulta de lo más español. En estas benditas tierras ibéricas lo de las rondas está al cabo de la calle. Es un sistema de lo más campechano. Los debates políticos de verdad se hacen en el bar y a base de rondas de tercios cerveceros, como en el pasado se hacían a base de tercios de Flandes, que, por cierto, resultaron un desastre al final. Por ejemplo, las comisiones y los círculos de Podemos comenzaron a funcionar así. A base de rondas bien regadas y ahumadas, en las terrazas de los baretos de barrio. Por eso cae tan bien el rollito colega de PI y por eso se apañan tan mal en los debates del Parlamento, pierden soltura, se atrofian las sensibilidades a flor de piel y taberna, y así a palo seco y sin humo estimulante que aspirar, no se da una, xd. 

Pero a  base de rondas, la cosa cambia. Que no ha funcionado a la primera, pues se dejan pasar un par de meses o tres, para que se repongan los contertulios del intenso agotamiento paseante, y vuelta a empezar. Otra ronda. Y las que hagan falta, que para eso estamos. ¿Cómo vamos a querer una república, teniendo un Rey que todo lo soluciona desde esa autoridad moral rondadora que dan la corona, el trono, el cetro y el  toisson  ya por sí mismos? 
En una república estas rondas no las convocaría un monarca, sino un mindundi sin curriculum dinástico y hasta seguramente ni siquiera serían necesarias ... con lo que molan y la vidilla que dan. Viva la ronda. Sólo nos queda que también participe la tuna, que seguro que aporta muchísimo más de  lo que hasta ahora hemos padecido. 

Donde se ponga un buen sistema de rondas, que se quiten los gobiernos que son un aburrimiento y un latazo, con tanto consejo de ministros semanal, rutinario y plasta, en vez de  tener un buen calendario rondero, animadísimo con los flashes y las declaraciones de las superstars del momento, quedando antes, eso sí, de uno en uno, para tantear y luego todos juntitos y sonrientes para la foto en el porche de la Moncloa. Menudo glamour! 

¿Para qué hacer cábalas que seguro que no dan una en el clavo futurible, pudiendo disfrutar del morbo de una buena ronda trimestral en plan zarzuela-sainete, en la que se finge no saber qué pasará, a pesar de saber de antemano que, pase lo que pase en simulado y diferido, no pasará nada, como siempre? Con lo requetebién que se está en modo desesperanza sine die. Laissez faire (ou non faire pas), laissez passer (pasimisí, pasimisá por la puerta de Alcalá, los de alante corren mucho, los de atrás no corren ná) Y escuchando propuestas como las de esa Esperanza, salsa comodín para todos los platos  ppower ppoint fashion.

Por mucho que tu buena intención, Iñaki, nos trate de animar a predecir sorpresas y   a jugar a las apuestas con esta situación endémica, ¿sabes cuál es ahora el peor enemigo que tenemos?: El aburrimiento potencial debido al abuso en acto. Esa única y perversa seguridad cansina de que solo pasa el tiempo. De que no pase nada más digno de merecer. Mientras el sufrimiento social, del que apenas se habla desde que el 20D nos dejó en el limbo institucional sin saber qué somos ni qué vamos a hacer para ser algo más que números en el censo electoral, o sea, que, desgraciadamente, desde que se abandonó el interés informativo por la realidad  de la calle para dar protagonismo de cabecera a estas interminables zarandajas sin sustancia, no solo no disminuye el aburrimiento de los agotados y estafados, es que aumenta de día en día, con el silencio cómplice de casi todos los medios, mucho más involucrados en marhuendizarse y banalizar que en ser lo que deberían ser: palancas de la conciencia social. Despertadores pedagógicos de la ética política, social e individual. Que a base de hacerse los suecos y no aclarar las cosas desde la base, se nos plantan en Panamá, con ese  particular concepto del periplo viajero y forring office mogollonal, al que ya nos tienen casi, casi, acostumbrados/as. Como, por ejemplo, distrayendo al personal de ronda en ronda y dejando en el olvido premeditado las cuentas-buitrefamiliares de Pilar de Borbón, alias, "¡a callar!". Cuyo toque de silencio  ha obedecido ipso facto el núcleo duro de la prensa más difundida. Un primor. Por lo de los primos más que nada, y por lo de las hermanas y las tías, esas Juanas de Arco sacrificadas por sacar a flote el glamour y el bolsillo de la estirpe, sin cuyos milagros las sagas dinásticas se quedarían en nada a la hora de salir por piernas como ciertos abuelos y bisabuelos tuvieron que hacer en su momento. Ahora no. Una hermanatía en plan Scarlet O'Hara siempre es como un previsor plan de pensiones colectivo y millonetis maravilloso. Ossssssea, wonderful que lo flipas Maripili. Mientras, como quien no quiere la cosa, el real sobrino para distraer al personal aburrido, convoca una ronda detrás de otra, pero sin precipitarse, dando tiempo al tiempo. Como debe ser. Que tampoco hay que agobiarse con bagatelas plebeyazas desagradecidas que no comprenden nada y al fin y al cabo, son merde.  
Un panorama que resultaría hasta divertido, a lo Tip y Coll, si fuese una zarzuela de verdad, un sainete, un juguete cómico o un astrakán si apuramos y cargamos las tintas de la ridiculez, pero que resulta devastador, cuando entre todos llevamos subvencionándolo con el 0'9 de nuestro PIB, desde hace 41 añitos (ahora con  el añadido de un sueldo para tres reyes más y una princesita de Asturias, que para ser una cría, hay que ver lo cara que nos sale) sin que eso nos haga pensar en algo más que en la resignación y en el "virgencita que nos quedemos como estamos y vivan las caenas de siempre", ante esta mutilación  inducida de la inteligencia colectiva y la eutanasia subsiguiente de su conciencia adjunta. La granja está que se sale. A tutiplén.  Con el apoyo incondicional del Psoe y C's, incluido. Por el pp que no quede. Y Podemos se acopla, según soplen los vientos de la demoscopia, que es su dinámica y su eje fundamental. Las únicas objeciones serias y sólidas son de IU/UP/Izab y los partidos autonómicos más lúcidos, como Compromís, IC, ERC, PNV, BNGA y Bildu.

Gracias, porque tú, precisamente, Iñaki, siempre has sido una excepción, junto a otros pocos informadores decentes que no suelen dar la espalda a la esencia para dedicarse a parlotear de las distracciones fabricadoras, -y frívolamente  'normalizadoras'-, del consentimiento; como diría Chomsky. 
Ya que al parecer los gestores políticos mayoritariamente no saben ni quieren salir del pozo negro de la miseria cognitiva  que produce el trapicheo acomodaticio y se pasan nuestros votos por el forro del cinismo, nos gustaría, al menos, tener el alivio de poder decir a la española , con motivos razonables y ya que no disponemos de una República con un Jefe de Estado en condiciones operativas ni de un Renzi capaz de formar gobierno como mandan los cánones:  meno male que la stampa c'è. 

P.D. 

Quizás crezca la abstención con estos episodios vergonzantes, pero
una cosa buena, a más largo plazo, sí va a tener esta situación incalificable: la regeneración y fortalecimiento de la movilización ciudadana que, gracias a la "ilusión" puesta en el cambio político tan cacareado, había bajado muchísimo. Ahora la gente está viendo de nuevo la realidad en toda su crudeza: el trabajo común de la resistencia solidaria, del empeño y el esfuerzo en la calle es insustituible y el verdadero motor de los cambios. 

Hasta ahora los partidos maravillosos que nos iban a rescatar no han sido capaces ni se han interesado -salvo IU, Izab, las CUPs, Compromís y los proyectos de mareas y plataformas en común-, en parar un solo desahucio ni una desprivatización, ni el destrozo de un barrio, ni los recortes, ni ocuparse de las carencia básicas  ni de los refugiados, a los que han convertido en una burbuja informativa que se hincha o se ignora según soplan los vientos del instante...Sólo la ciudadanía lo ha hecho sin necesidad de gobernar ni de pelearse por mandar más, sólo la ciudadanía cuando ha conseguido llegar a los ayuntamientos los está cambiando. 

Este fenómeno merece bastante más atención y respeto, más interés por parte de los medios 'importantes', que tienen en su mano la capacidad de informar con decencia y veracidad sobre los problemas y los logros y no sólo centrarse en los fracasos, en los desastres, en la puyas y en la corteza de las cosas, filtrando solo lo que les "mandan" y exigen sus amos. Los de Panamá y demás antros de evasión. 

La prensa libre de verdad, tiene el deber ético y deontológico de ser independiente y honesta. De investigar y contar la verdad tal como es y no sólo como se imagina desde el despacho de una redacción. O dándole el sesgo y el barniz superficial que interesa a los que pagan porque se deforme esa realidad a su gusto e interés. 

Lo que se llama "el cuarto poder" no puede ni debe convertirse, como decía Cantinflas en una de sus pelis, en "no poder salir del cuarto", sino en abrir de par en par y sin miedos, complejos o remilgos, las puertas y ventanas de los tres poderes que le preceden en la clasificación: el poder político-militar, el  económico-mercantil y el religioso.