martes, 28 de junio de 2011

Homenaje a Jorge Manrique

Recuerde el alma que olvida
espabílese y despierte
recordando
la brevedad de la vida
y como se va marchando
mientras la conciencia duerme
sesteando

Cuán presto se fue el placer
y cómo su resultado es el dolor
como todo malhacer
devuelve cambio sobrado
y a peor

Nuestro tiempo es una barca
que navega hacia la mar
que es el morir
y teniendo esa certeza
no conviene machacar ni destruir
ni olvidar que la torpeza y la maldad
no permiten ni crecer ni ser feliz

Mas si argumentos así
no te logran convencer
recuerda sólo una cosa
que le experiencia demuestra;
una sencilla noción:

Que todas las maldiciones
que te gusta regalar
igual que las procesiones
mas con distintos afanes
terminan por regresar
al punto de donde salen

aunque durante el camino
se quiera cambiar el mapa
y poner tierra por medio
pegándose como lapas
a virtudes irrisorias
el anónimo no tapa
ni delito ni remedio
ni emborrona la memoria
que el dormido lleva dentro
y así poquito a poquito
todos los que así maldicen
se van quitando de en medio
sin que nadie les castigue

Son la leyes infalibles
que rigen el Universo.
Y si aún así no lo crees
ya lo demostrará el tiempo

Cuando te llegue la hora
de comprabar la verdad
recuerda que te avisaron
con amor y con piedad
y que toda la creación
tiene una finalidad
no estás aquí por capricho
no existe casualidad
en lo que tú diseñaste
eres libre y responsable
de gestionar este tiempo
y de dar forma al futuro
para bien o para mal.

Nada de lo que te pasa
es producto del azar
sino el puro resultado
que labra tu voluntad,
del camino que elegiste
y tu forma de pensar.

Alma que duermes ahora
si quisieras despertar
tú misma comprobarías
el valor de la verdad

viernes, 24 de junio de 2011

Las sombras del eco

Curioso es el negocio de las publicaciones editoriales como inexcrutables son los caminos del señor. Esta idea me asalta constantemente mientras pienso en el grandioso y reverberante estilo literario de Umberto Eco. Sobre todo después de leer su último folletín, al más puro aire decimonónico, "El Cementerio de Praga".
A este autor le encantan las tramas complicadas y los argumentos-matrioska, que de vez en cuando agrada leer, si no se emplean como herramienta habitual. Lo poco agrada y lo mucho empalaga.
En el caso de sus grandes novelas río, esa práctica del injerto se repite cada vez más. Y no sé por qué me viene in mente una paráfrasis de otro adagio popular: "No es más escritor quien más páginas escribe, sino el que tiene algo que decir y sabe como decirlo" lo mejor posible y conservando el interés del lector desde la primera página a la última.
La novela y el relato son géneros difíciles a pesar de que la mayoría de los novelistas y narradores no lo vean de ese modo, o al menos así lo parece, dada la profusión asfixiante de material editado, que no siempre es digno de ser leído.
Desde que me tropecé con "El Nombre de la Rosa" me interesó leer a Eco. Luego llegó "El Péndulo de Foucault", "La Isla del Día de Antes", su ensayo sobre el lenguaje perfecto, su discurso en el Palau de la Música de Valencia en el año 97, creo recordar, y me fui interesando y desinteresando según avanzaba en lectura.
De aquel primer Eco, ocupado brillantemente en los enredos monacales del medievo, queda ya poco. Quizás sean los años, o los kilos, o la jubilación, o la retro experiencia. No sé. El caso es que a lo largo de la lectura de "El Cementerio de Praga", van llegando ráfagas repetitivas, cansinas. El personaje principal se diluye en sí mismo saltando de un mundo milimetrado, circunscrito, injertado en hechos muy concretos de la historia real, hasta convertirse en un soufflè que baja de repente al abrir la tapa del horno. Se pierde. Se difumina en un elenco de actos que son siempre el mismo acto, pero no como creación narrativa de un juego de espejos para mostrar el patetismo de una personalidad recortable y pegable sobre el mismo maniquí, - que es lo que parece apuntar al inicio de la novela- sino un conjunto abigarrado de trozos de lo mismo, que resbalan inconexos y dejan inéditos, al personaje y su significado. Como alegato contra la xenofobia antisemita queda demasiado disperso y exorbitado para tener contenido suficiente. Como descripción de una patología paranoide, que habría dado mucho juego descriptivo, queda superficial y al mismo tiempo persistente hasta la saciedad. Como burla irónica del conspiracionismo enfermizo, se queda a media persiana. A lo largo del relato se siente la caída cada vez más rápida del interés del propio narrador por su obra. La desgana que de repente aleja a Simonini del barroquismo pertinaz de sus tabernas, sus bistrots y sus boulangeries de barrio. La falta absoluta de credibilidad en los estereotipos de feuilleton, la histérica posesa, los curas obscenos y sus tratos con los demonios, el tópico recurrente y sobado de los salones parisinos, el espionaje torpe de mujeres idiotizadas y hombres grises de idéntico voltaje sin interés alguno, la homofobia y la misoginia en cápsulas recidivantes, los odios hiperbólicos y aburridísimos que inciden y persisten sin venir a cuento. Las tres bandas en que se desarrolla la trama: Los diarios de Simonini y Della Piccola y el papel del narrador, descoinciden, no están acoplados narrativamente, hasta el punto de dar lugar a una sospecha, ¿este libro lo ha escrito Eco solo o es la recopilación de lo que han escrito un par de "negros" a sus órdenes? La narración fresca y vital de los lances garibaldinos, la lupa recurrente sobre la ancestralidad siciliana, con detalles y precisión tan concreta que recuerda a Tomasso di Lampedusa, aunque muy de lejos, y después, la vorágine de acontecimientos desvahídos que se traga personajes, coherencia histórica e interés por la lectura que cada vez se va convirtiendo en una relectura de lo anterior. En un refrito de sí misma.

Los orígenes hipotéticos y novelables de las maldades actuales se quedan en el chasis cuando se observa la hecatombe diaria de un mundo dominado por la imbecilidad mayestática ascendida a los cielos virtuales de un vacío sin precedentes. No espor descorazonar al autor, pero el rollo religioso ya no interesa y se hace infumable, ha perdido, gracias a Dios, hasta el morbo. La perversión ya hace tiempo que entró en declive como argumento. Los demonios, sus conjuros y rituales se han quedado en mantillas ante la maldad automática y estúpida del protohumano que convive con el humano intentando deshumanizarlo y robotizarlo a base de crisis inventadas, terrorismo enmascarado, manipulaciones impensables en un mundo donde la inteligencia brilla por su presencia mínima, infiltraciones inmundas en proyectos magníficos, asesores torpes, políticos que desbarran o se corrompen o ambas cosas y ciudadanos que despiertan mientras los rebaños del "pueblo" se suicidan; quizás un cuadro del Bosco pasado por matrix y con imágenes del Apocalipsis de Juan entre el punky y el freeky, proyectadas en el fondo de la narración, hubiese sido la performance adecuada para un relato de este tipo. Un conjunto inorgánico, a caballo entre el Cottolengo y el manicomio, que cada día supera en cretinez cualquier pronóstico imaginable y hace que cualquier truculencia narrativa y estructurada tenga menos interés que un videojuego de la Play.

En fin, mirando bien el propio nombre y apellido del autor, hasta suena irreal: Umberto -el que está en la sombra- y Eco -la repetición de sí mismo-. Y surge la pregunta curiosa ¿habremos estado leyendo siempre a un autor con ese nombre o a un colectivo recopilatorio de datos y de historias que se han unido bajo una sigla y bajo la sombra del eco de un nombre? Es sólo una hipótesis divertida. Muy a tono con el estilo complotero del autor, al que le encantan las tramas enrevesadas y las historias de triple filo. ¿Qué mejor relato que el invento de un personaje que se inventa sí mismo y pasa su vida fingiendo escribir y tomando el pelo a los lectores que pagan una pasta por la broma?


Ante esta barahunda de ideas que llegan a mi mente,- sin la intención de acusar para nada a Eco de jugar literariamente sucio, porque no tengo ni la intención ni las pruebas para hacerlo- me pregunto por qué en nuestro tiempo de prisas y ganancias que vienen y van, no se trabaja más por la claridad y la transparencia, que son el verdadero foco de atracción, porque aportan crecimiento y horizontes nuevos, frescos y diligentes. En vez de ranciedades obvias y resignada a "más de lo mismo". En este tiempo de inmundicia universal, lo verdaderamente revolucionario es la limpia normalidad y su aroma reconfortante. El grito simple y certero del chiquillo que ante el desfile disparatado e impúdico de un rey borderlaine, es capaz de ver la realidad y decir a todos que su majestad va desfilando en calzoncillos pensando llevar encima un conjunto elegantísimo de Kalvin Klein.

Ya se sabe que en época de crisis hay que recurrir al trabajo con mayor fuerza y fecundidad. Que es muy bueno colaborar entre trabajadores, por ejemplo escribiendo juntos unas novelas y repartiendo beneficios. Pero sería mucho mejor si esas colaboraciones se puliesen, se trabajasen adecuadamente y con talento suficiente adquiriesen carta de sincronicidad y de revelación, que se eligiesen cooperadores dignos y no aprendices de brujo literario. Y sobre todo que se tuviese la dignidad y el buen gusto de aclarar en la portada que la autoría es una colaboración. Sería hasta una novedad digna de encomio. Un subir del ego al nosotros. Un pasar de la piratería de los listillos a la maestría de los sabios. Un crecer y no un menguar.

Me pregunto, si a lo largo de toda esa historia pantagruélica dedicada a describir maldades y obscenidad hiperbólicas, vale la pena el resquicio final que acaba con la incógnita de la autovoladura de una entidad zombi, Simonini, que ha sido la excusa para dejar el mundo un poco más sucio, más feo y más repulsivo. Por mucha ecología que se haya empleado en papel reciclado y energía solar al imprimir este libro. Contraponiendo la verdadera crítica de Macchiavelli a la afirmación que repite un par de veces el autor: el fin no justifica los medios porque la suma de factores horrendos nunca produce un resultado mejor de lo que pueden lograr sus sumandos, una tortilla muy jugosa, bonita y bien presentada, hecha con huevos podridos es incomestible y huele a demonios. En la nueva energía que llega como llegan las estaciones, inexorablemente, para que se produzca una lieta fine son imprescindibles unos medios semejantes en excelencia a la del fin propuesto, aunque el gobierno indecente de los príncipes de este mundo, todavía, no se lo crea ni lo practique. El futuro lo aclarará todo.
Un sabio y experto jugador al poker de las palabras debería saberlo por experiencia.


martes, 21 de junio de 2011

Roberto Vecchioni - Chiamami Ancora Amore (sanremo 2011)

CRUZANDO EL ABISMO CON UN PUENTE A CADA PASO

Vivo en un continente que es un contenedor
donde se pudre el aire y se subasta el sol
donde el agua se rifa igual que un gigoló
y el personal esnifa el humo embriagador
de esa hoguera inconsútil llamada corrupción
y no hay bicho viviente que pueda soportar
el genio de la Merkel y el glamour demencial
que emana un Sarkozy
llegados al poder por un cutre desliz
en la pendiente turbia de una noche podrida
que no sabe llegar hasta el amanecer
ni convertirse en día
que no consigue andar con el peso añadido
de lo que va robando en su nogobernar
en su acumulación de dinero in-debido
en su intrigar obsceno en su obtusez trincona
en su mediocridad de madame de burdel y mafiosona.

En este reino infame que Erasmo dibujó
con sabia y contumaz clarividencia
y del que Tomás Moro se escapó tras la Utopía
aquella alcantarilla pestilente
que Sócrates el griego barruntaba
Cicerón denunciaba cabreado
y un Nerón loquitonto convirtió en barbacoa,
este rincón del cosmos puteado
machacado y vendido por enanos rampantes
por viejos dictadores babeantes
que dejaron la baba repartida
en la burda costumbre de la resignación
y la obediencia ciega, la desinformación
la queja y la quimera,
aunque parezca una contradicción
es otro mundo nuevo, nacido del cansancio y del olvido
y sin embargo fuerte y decidido a no entrar en combate,
sino a resucitarse en medio de la paz y del debate,
del respeto y de la lucidez.

Este es mi continente y mi trabajo.
Esta es la gloria hermosa que tan bajo cayó,
que olvidó su belleza,
su historia y su legado
en pequeños infundios de cuchillo y refajo
de serpientes ocultas en el jardín del santo
de máscara y cicuta en gobiernos y bancos
en paro y triquiñuelas, en excusas de políticos ciegos
que sirven a su amo: don dinero.
Un viento redimido se abre paso en la luz
si el rebaño del pueblo abandona el redil
y se transforma por mera y necesaria evolución
en un mundo que habitan ciudadanos.

Los rebaños necesitan pastores
los pueblos y la masa precisan un poder
que los aplaque y los controle
mas a quien ya se despierta ciudadano
y señor de sí mismo,
con noble indignación y sabia resistencia
responsable, fraterno y solidario,
tan sólo le dirige,
le gobierna e inspira su conciencia.

Este es el Paraíso que mañana será
si ahora nos despertamos.
Con el alma cambiada y renacida
con la mente consciente y despejada
la coresponsabilidad y la justicia
se abren paso en el hueco de las plazas
inventan y proclaman otras leyes
dibujan y pronuncian otro idioma
donde el sentido y la misma creación
se hacen palabra
Las calles, y los parques y las flores
son el coro
que entona su belleza en las pancartas
donde el futuro invita a otros caminos
que convocan certeza y esperanza.

Este es el continente que ahora nace
paralelo al horror de las batallas
de la misma raíz que los dolores
donde la libertad se amordazaba
y ahora es una canción que se hace vida
al unísono opuesto y milagroso
que impulsa la conciencia
con todo el porvenir en la mirada

jueves, 16 de junio de 2011

Análisis imprescindible de una situación

Hola a todos y a todas. La situación del momento nos está dando señales. Hay que ir abriendo paso y canalizando una fuerza magnífica, desde el sentido común y desde el bien común. Tenemos un gran capital ético y cívico que no podemos desperdiciar. Una vía abierta que hay que gestionar. Unos datos reales de violencia y agresividad infiltrada que no se corresponde con el espíritu de un movimiento de conciencia social que pretende mejorar lo que hay, no empeorarlo. Unos ataques coordinados contra diputados como el de Compromís, en Valencia o Cayo Lara en Madrid, justo cuando estaban ayudando: el de Valencia hablando con los manifestantes a la entrada del Parlament y Cayo Lara cuando intentaba impedir un desahucio injusto en Madrid. Tenemos la sospechosa agresión disparatada y fuera de tiesto, estrambótica y con aparato informativo casi de Hollywood, al alcalde de Madrid, con su mujer y su perro, con los que, al parecer, pasea cada noche tranquilamente por las calles del centro, sin guardaespaldas ni seguridad alguna. Estando las cosas como están y siendo el PP tan precavido en asuntos de alarmas sociales. Tenemos agresiones de polis que no se identifican cuando se les pide su credencial mientras apalean manifestantes pacíficos. Tenemos "manifestantes" teledirigidos en plan "Hombres de Harrelson". tenemos manifestantes histéricos y más perdidos que el alambre del pan bimbo o que Marco en el día de la madre, que confunden a todos con sus actitudes de odio hiperbólico. Tenemos un silencio instituiconal, por parte del Ministerio del Interior que no se sabe como interpretar. Y sospechamos que en realidad no sabe como pillar esta oportunidad, porque no se acaba de fiar de que en el fondo no sea una movida pepera para desestabilizar el poder socialista y adelantar las elecciones. Tenemos una propuesta lúcida de Tomás Gómez en el Parlamento de la Comunidad de Madrid, que invita al diálogo y a la escucha de las propuestas del 15M. Y tenemos a la presidenta de esa misma comunidad desestimando el movimiento sin contemplaciones porque una vez asegurado su cargo hay que ir a la carga. Este es el tablero de ajedrez que tenemos delante. Ahora, hay que reflexionar, unirse y trabajar. Hacer de la indignación un camino transitable. No una selva.

Ahora nos corresponde colaborar y centrar lo que queremos y a donde queremos ir y como queremos hacer este camino.

a) Violencia descartada.

b) Rechazo de un sistema injusto y corrompido pero mejorable y también recuperable. No se rechaza a las personas que trabajan en él. Ellas también están atrapadas en la misma red, aunque no lo crean ni se hayan dado cuenta todavía.

c) Organizarse y cooperar es imprescindible. Lo único que no se negocia es la ética ni la decencia. Lo demás todo se puede modificar a favor del bien común y no sólo por intereses de partido o personales.

d) Si mi indignación significa que me coloco por encima de los demás, que no soy capaz de contener mi rabia ni mis malos humores, mi indignación es inútil.Me estaré comportando como los represores que están fastidiando el progreso y protegiendo la injusticia.

e) Diseñar muy claramente qué tipo de acción pública queremos. El acoso no es creíble. Ir a manifestarse ante una institución no es ir a insultar ni a provocar. Se ven indignados muy agresivos que han tirado agua o pintura contra diputados elegidos por una mayoría. Esto, además de ser un delito contra cualquier persona física, es signo de inmadurez democrática, justamente, de lo que se pretende exigir a los demás. O sea, falta coherencia y educación cívica.

f) Hay que ser muy exquisitos en la transparencia. Es decir, no admitir en ningún momento la "ayuda" de lo anónimo, de aquello que no es responsable de sus actos y no se atreve a dar la cara, mientras está agrediendo por internet y camuflando su marginalidad en grupos de descontentos. Ahí se esconde la mano negra de lo mismo que está machacando la libertad de todos. Su lema es "confunde y destroza, todo lo demás vendrá por sí mismo"

g) La misma Esperanza Aguirre en su discurso de anteayer dio la clave de lo que pretende el sistema, dijo que este estado de desorden es lo que quieren los más totalitarios para que lleguen las dictaduras. No sé si es cinismo o es torpeza, pero describió exactamente la dinámica del propio partido popular, lo que hizo Hitler desestabilizando el gobierno de su país en los años 30, para hacerse con el poder. Lo que hizo Mussolini en Italia. Lo que ocurrió en la segunda república española: se crearon grupos ideológicos violentos que acabaron matándose por la calle. Y así se justificó el golpe militar que nos tuvo encadenados 40 años y ha dejado esta herencia que ahora quiere amordazar al pais entero. A río revuelto, ganancia de pescadores. Eso quiere decir que hay que evitar al máximo las situaciones caóticas. Y tener una estructura de funcionamiento. Comisiones de varios miembros - no siempre los mismos, para que no se creen vínculos personales con ningún tipo de poder- que representen a todos con coherencia y honestidad. Porque este sistema que nos rige ahora necesita tener interlocutores concretos. Una masa vociferante o silenciosa no puede dialogar. Así que hay que hacer un esfuerzo y comprometernos a ser representantes de todos, cuando nos toque y a retirarnos de la palestra cuando nos lo pidan aquellos a los que representamos. Para pedir democracia hay que saber en qué consiste la democracia y practicarla en todo.

h) La paz y la serenidad son la base del diálogo. Sin ellas nada será posible. Y es un verdadero reto mantenerlas cuando se es atacado. No responder con los mismo métodos malévolos del ataque. Sino con la escucha y la comprensión y al mismo tiempo mantener intactos los valores y la justicia que se defiende. Ante cientos o miles de personas que avanzan en paz y tienen muy claro que lo que quieren es mucho más importante que ganar o perder, no hay nada que resista. Cuando triunfa el sentido común y el bien de todos, nadie pierde nada. Al contrario, todos ganan y mejoran.

i) A veces es más impactante y eficaz una manifestación meditativa, en silencio, de noche, cuando las calles está vacías, llevando linternas o velas,recitando frases creadoras de vida y bien, concentrados mentalmente en el objetivo, orientando las mentes hacia la finalidad justa, que salir a mamporros con los violentos que pagamos con nuestros propios impuestos, iterrumpiendo la circulación y molestando a aquellos a los que quisiéramos despertar y no tener en contra. Quizás un nuevo mundo no sea posible con los mismos métodos que hemos estado utilizando hasta hoy. Si cada uno de nosotros cambia ahora mismo por dentro, mañana todo será distinto.

viernes, 10 de junio de 2011

Los enanos morales y sus maniobras orquestales en la oscuridad

Es importante escuchar esta información y movilizarse, si no queremos que esto vaya a peor. A mucho peor.
Saludos

Paráfrasis de Bertolt Brecht.
"Cuando vinieron por los extranjeros no hice nada, porque soy de aquí, cuando vinieron por los sindicalistas, tampoco, porque no milito en ningún sindicato, cuando vinieron por los comunistas no moví un dedo porque no son de los míos, cuando acabaron con los judíos, con los deficientes, con los pobres, con los inmigrantes y con los pensionistas, tampoco me interesó nada porque afortunadamente, yo vivía feliz y seguro de mis derechos, de mi trabajo y de mis pertenencias.Cuando pusieron la sanidad, la educación y los servicios en manos de las empresas de construcción porque no podían pagar las obras de los hospitales o cuando el El Corte Inglés se convirtió en el comprador de la economía de mi Comunidad Autónoma, me pareció muy bien, porque la Comunidad estaba en bancarrota y El Corte Inglés se portó como un señor. Cuando quitaron de en medio a los magistrados decentes y dejaron sueltos a los gobernantes y empresarios corruptos, yo sólo pensaba que aquello no era asunto mío y que era mucho mejor no crear alarma social y aceptar todo lo que los gobernantes hacen, porque ellos nunca se equivocan cuando tienen mis mismas ideas y protegen mi bienestar. Si los demás tienen problemas, será porque se los merecen. Eso pensaba yo en aquellos tiempos. Pero ahora que me recortan el sueldo, queme quitan derechos de jubilación, que no tengo ni un euro para mi pequeña empresa, porque me niegan los créditos necesarios, que con la movilidad de plantilla y la precariedad laboral, han suprimido las oposiciones y el funcionariado se rige por contratos con empresas privadas, que han dejado los sueldos en la miseria, que han quitado la seguridad social y me tengo que pagar la sanidad y a la banca el adelanto de mi pensión, que ya no dependerá más del Estado, sino de los trust bancarios y sus crisis de paraiso fiscal, ahora que comprendo que soy yo la víctima del sistema terrible que siempre me negué a reconocer, ahora, qué mala suerte, ya no queda nadie que reivindique esta gravísima injusticia que estoy soportando. Estoy sólo en medio de una jungla inhumana, que después de explotarme me abandona en la miseria. Mientras que con mi esfuerzo y mi trabajo pagué sus sueldos millonarios y sus privilegios. Ahora que vienen por mí, no queda nadie que me apoye y defienda mis derechos".
¿Hasta cuándo el silencio y la pasividad? ¿Hasta cuándo creeremos que las injusticias se arreglan solas y los problemas también? Si al injusto, al delincuente de guante blanco y mano negra se le deja hacer de su capa un sayo, se le concede la impunidad y que se acople las leyes a su gusto, con la bendición o la indiferencia de la mayoría, no nos quejemos después. Millones de personas tienen mucha más fuerza que unos miles de impresentables. Pero para eso, hay que despertarse y reaccionar, desarrollar una conciencia cívica y exigirla a los gobernantes. Encontrar al héroe humilde, sencillo, veraz y sano que todos llevamos dentro. Ése que no "lucha" por medrar, ni conseguir cosas que ya tiene, sino porque algo en su interior le muestra el dolor del mundo, mientras a él no le pasa nada. El que no espera a estar fatal para apoyar a los que sí lo están.
Pensemos seriamente en la responsabilidad moral que tenemos TODOS en lo que está sucediendo a nuestro alrededor, porque el que se calla ante la injusticia, otorga poder al injusto.



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Esta información es importante escucharla



http://www.youtube.com/watch?v=IESFWU-fc34

jueves, 9 de junio de 2011

Un punto de encuentro entre videos y experiencia

Hoy he vuelto a mirar dos videos interesantísimos en la colección de Redes. Uno trata sobre la génesis del mal en las raíces oscuras de nuestra naturaleza, el título ya es muy sugerente: "La pendiente resbaladiza de la maldad". El psicólogo norteamericano Philip Zimbardo, conocido por sus experimentos en los 70, acerca de este tema, habla sobre y explica la importancia del entorno como caldo de cultivo de nuestras emociones y de nuestras pulsiones. De tal modo que la asunción de ciertos roles, de ciertas actitudes impuestas por el entorno o contagiadas o elegidas libremente, pueden convertir a un ser normal en un monstruo. El psicólogo hace una crítica muy acertada a la magnificación del ego en las culturas de occidente. Afirma que la corriente que exalta el egocentrismo considerándolo "sano", hace un daño espantoso en la psicología de niños y adolescentes. Y que también el ego está en la base de las crisis mundiales porque suprime el valor del "nosotros" o lo limita al clan de la complicidad, le priva de universalidad y lo limita a la pobreza de alma, a la miseria de sentimientos y a la perversión de la mente. Después de analizar, concienzudamente y con la ciencia en la mano, ese tipo de conducta monstruosa que puede desarrollar cualquier persona que se abandone a las órdenes de una autoridad tiránica, de un rol social asumido, ya sea por miedo, por indiferencia, por interés o por afinidad, da unas sugerencias importantes sobre la falta de paradigmas, de modelos de conducta. Y afirma que está haciendo un proyecto en internet, una especie enciclopedia, en la que se puedan publicar todos las conductas heroicas que se hayan conocido en el entorno de cada persona que desee colaborar en esta recopilación. Con el fin de que los educadores y los educandos encuentren referencias más sanas y positivas que las que están ahora mismo prevaleciendo y destruyendo lo mejor que el hombre tiene: la potencialidad de ser héroe. Y ahí explica que un héroe es el anti-ego personificado. Es quien ha pasado de ser egocéntrico a ser sociocéntrico, del limitador e inmaduro "yo sólo soy yo", al evolucionado y magnífico: "yo soy nosotros". A comprender que el valor del bien común es el tesoro más grande que poseemos y la única fuerza capaz de salvar al hombre, a la especie humana y al planeta, de la catástrofe autodestructiva.
Ha sido necesario atravesar históricamente el infierno del individualismo paranoico, para saber que no es el camino de la vida, sino el de la destrucción. Por eso ahora nacen corrientes "indignadas" que van mucho más allá de la indignación, van en busca del héroe que se esconde detrás del dormido, del manipulado, del indiferente o del desanimado. Del que ha llegado a un mundo vacío de ideales realizables y se ha encontrado una jungla mortal, donde las alternativas sólo son dos: o te devoran o te conviertes en devorador. Eso no es real. Es una falacia que se ha extendido como una gripe y ha convencido a muchos de que hay que aceptar "las reglas del juego" para sobrevivir. Y no es verdad. Dentro llevamos la fuerza suficiente como para salir de esa madeja paralizante y narcótica. Dentro llevamos ese héroe de las pequeñas cosas diarias. El que es capaz de olvidarse de sí mismo para pensar en el bien de todos, que es también el suyo, naturalmente, como el barco en el que todos navegan. Ese ser tan completo y maduro que no necesita estar constantemente siendo valorado, aplaudido, reconociodo o temido. Lo mismo da que sea amado, envidiado u odiado y sólo busca la burbuja hueca del protagonismo. Como cantaba Cecilia hace años: "la novia en la boda, el niño en el bautizo o el muerto en el entierro, con tal de dejar su sello". No, para el héroe de nuestro tiempo, no es así. Él no busca jamás el reconocimiento, es discreto y silencioso. Da sin pedir nada a cambio. Conoce a fondo los secretos de la empatía, de la solidaridad, del respeto por los demás. Sabe descubrir lo bueno de cada persona y alimentarlo. Así nace la cooperación y desaparece la rivalidad, las suplantaciones de la envidia, la confrontación y la competitividad desleal.

En una sociedad nueva, donde todos van encontrando el héroe que hay dentro de cada uno, las cosas cambian diametralmente. La energía sube de revoluciones. Porque se crece y se progresa cooperando, creciendo juntos, alegrándose de las cosas buenas que descubren todos y compartiéndolas. Así desaparece el instinto depredador que lleva a la rivalidad, a la inseguridad, a los celos, a la envidia y al desgaste. A la infelicidad. A la estupidez camuflada de "talento".
Las mentes más rezagadas en la evolución se empeñan en conservar los instintos en el estado actual, tienen miedo a que si pierden "fiereza" y "agresividad" se los coman y los destruyan. Y es esa mentalidad miedosa y limitadora la que crea las conductas crueles como las que describe Zimbardo en su dossier experimental, eso es lo que tiene estancado el avance y eso es lo que las nuevas olas de inquietos desean eliminar para poder ir avanzando. Se está viendo muy claro en las asambleas del 15-M que consiguen organizarse serenamente. Soplan vientos de lucidez. Menos mal. Y se va entendiendo, que no son los políticos ni los administradores públicos, sino las bases sociales, las responsables de su aceptación sumisa e irreflexuva de lo que se les impone. No por el hecho de que esté impuesto, sino porque no sirve en realidad para crear vida, sino desastre y ruina. El imperio del ego está consumiendo sus últimas etapas. El siguiente paso es el "Nosotros".

Y las herramientas para poner en marcha el sistema de la normalización del héroe, lo aporta el segundo vídeo, en el que un neurólogo y monje budista nos explica claramente y con una sencillez total, los valores sociales y reformadores de la compasión. Y nos da la clave científica de la luz interior como instrumento básico para aprender a distinguir y a optar por lo que da vida y crecimeinto. Todo empieza por el aprendizaje que nos hace dueños de mente y emoción. Que nos lleva a la libertad verdadera, que es la que nos hace dueños de nuestro sistema reactivo animal, ese que sin control interno, es capaz de convertir a un ser normal en un monstruo. En un autómata esclavo de la genética, del ambiente, de la necesidad primaria.
La propuesta de Zimbardo es enriquecida por esta oferta saludable e inteligente. La meditación como alimento diario, nos conduce a unos cambios irreversibles y estupendos en nuestra conciencia. Nos procura la visión de la realidad separada de la cortina emocional y cambiante del mundo emotivo y mental desordenado. Confuso. Irresponsable. Ciego. Perdido. La meditación comienza con pequeños cortes de atención combinados con la respiración consciente y el "parón" de los pensamientos delante de la inteligencia. Como las nubes pasan por un cielo imperturbable. Como brillan los astros en el cielo, aunque en las capas bajas de la atmósfera estén tapados por la contaminación y las nubes que se forman en ella.

A mí personalmente me ha ayudado siempre mucho incorporar el estado meditativo a la vida diaria, a la normalidad de lo que pasa en mi vida. Lo hago por la mañana al despertar, antes de levantarme. Me fijo un "argumento" para el día. Puede ser la bondad en todo. O la justicia. O la ternura. O la paz. O la generosidad. O el amor universal. La sanación del mundo o de algún caso especial que conozca. Paso unos minutos respirando esa idea, que poco a poco extiendo conscientemente por todo mi organismo, con el oxígeno del aire. Lleno mi cuerpo, mi mente, mis pensamientos que van y vienen, con esas ondas, que pasan de ser ideas, a ser respiración, latido, pulso, sensaciones térmicas, ruidos en el exterior., el cielo, la tierra, el universo..todo está impregnado de ese impulso. A veces me lo escribo en papelitos y los reparto por la casa, o los llevo en el bolso o en los bolsillos, a veces me los escribo en la palma de la mano, para recordar que vivo inmersa en ello, simplemente con respirar esa luz argumentada. Y eso es lo que me voy encontrando a mi paso. Porque todo lo que se me acerca, se contagia de ese estado. Y sea lo que sea, se convierte en algo estupendo tarde o temprano. La experiencia constante de esa verificación me hace tener mucha más segiridad en el proceso. Y así mi ego se va fundiendo en el nosotros sin demasiado esfuerzo y sin ninguna "lucha", al contrario, con una paz gozosa que aún en medio de problemas, dificultades y conflictos, no se pierde jamás. Me enfado, río, lloro, me emociono, como todo el mundo, pero también esas manifestaciones de mi carácter, nacen contagiadas de el "programa" argumental de cada día. Y nunca me llevan a desear el mal ni el dolor para nadie.
Escribo esto para animar a todos los que lo leais, para que veais que si una mujer corriente, madre y abuela normalísima, lo puede vivir, cualquier persona puede hacerlo igualmente si lo desea.

Gracias por estar ahí y un buen día a todos.

sábado, 4 de junio de 2011

El cambio del Cambio

Ahora es el tiempo de buscar y encontrar la sintonía con el cosmos. ¿Os habeis preguntado alguna vez por qué fracasan siempre las revoluciones, a corto o a largo plazo? ¿Porque tantas veces ideas magníficas se deterioran y jamás se llevan a la práctica? Porque no hay sintonía con el "programa" de la evolución. Mirad una orquesta. Oid un orfeón. Escuchad un cantante y la música que canta. Todo eso que nos gusta tanto: está afinado. Concuerda. Como el lenguaje que hablamos y escribimos. Tiene que tener una concordancia, una sintaxis, una armonía entre sujeto, verbo, complemento, número, género, caso gramatical, persona, tiempo y lugar. Sin esa armonización no se pueden comprender las ideas. Sin la sintonía "musical", la vida es un caos. La sociedad, un montón de cosas desordenadas e incomprensibles, donde cada uno pretende imponer su ritmo, su compás, su tiempo mental, sus ondas sonoras.
En los coros y orquestas se necesita una nota, un La. Un diapasón que la haga sonar en perfecta unidad de acción y de comprensión. Y todo el conjunto se acopla. Se esfuerza en captar la señal y en reproducrila lo mejor que sabe y que percibe.
Por eso, creo que en las acampadas del 15-mayo, en las asociaciones de barrio, en los partidos políticos, hace falta crear espacios de sintonía. De cierto silencio interior que favorezca la escucha. Si todos gritan acelerados, no se entiende nada. Resulta todo cacofónico y caótico. Si las ideas sólo nacen de la rabia o del descontento, el rencor y la revancha, no habrá nada que hacer.
En los caminos de búsqueda personal, en las escuelas de ciencia y de conocimiento, de verdadera espiritualidad, no necesariamente religiosa, existen disciplinas imprescindibles para crecer y reconocerse uno mismo. Yoga. Meditación, Taichi, Chikung, Kung Fu, Oración contemplativa, repetición aérobica y consciente de mantras, prana yoga, tantra yoga del espíritu, autocontrol mental, yoga del sonido, canto en lenguas, como hacían los antiguos, para entrar en estados modificados de percepción consciente, que en nuestro mundo deteriorado se ha intentado alcanzar con drogas y psicotrópicos, que ya se ha visto a donde llevan y en lo que derivan ...Sin embargo estamos dotados de la capacidad de generar nosotros mismos las sustancias mantenedoras de la lucidez, del bienestar y de la salud . Tenemos la fábrica dentro. La armonía delos neurotransmisores y la unidad entre materia y energía. Cuerpos mental, emocional y físico, con espíritu. Y su funcionamiento va coordinado con una ética personal y una práctica comunitaria, como disciplina imprescindible. Como se frecuenta un gimnasio o un spa, así hay que frecuentar los espacios internos íntimos y compartidos.

Ya es hora de que asociemos y coordinemos las piezas de nuestro puzle. No hay ni habrá posibilidad de cambiar nada en el mundo, si no se produce esa sintonía profunda, que hasta ahora sólo ha imitado la uniformidad que produce el miedo. Y por eso los desórdenes sociales siempre han terminado en una represión dictatorial. Una falsa y forzada "armonización" violenta, que produciendo despotismo impositivo enmascara el caos con normas inhumanas pero "seguras". En las que la víctima más perjudicada, después de la dignidad y los derechos humanos, es la libertad. Que desaparece por completo. Así, ideas fantásticas y geniales, terminan en nada, a causa de esa falta de sintonía honda, del ser, que sólo se descubre en la paz personal, en el silencio interior que se comparte y en la salida del reino del propio ego, para aceptar la grandeza del La universal del bien común.
Tenemos que crear ese espacio interno y a la vez, aprender a compartirlo en la práctica. Por ahí se puede avanzar sin temor ni rabia, ni violencia. Con la fuerza de la razón, la limpieza de la mente y la bellezza del sentimiento creador de lo nuevo. La poesía de la inteligencia. La música del alma. El cambio social donde la libertad y el respeto son las dos caras de la moneda más valiosa.

viernes, 3 de junio de 2011

Derrotas y victorias, el cánon de lo que ya no sirve

En el plano dual que hemos habitado hasta ahora, todo se ha estado rigiendo por la dialéctica del enfrentamiento agresivo, por los pactos temporales entre fuerzas opuestas, que periódicamente se agotan y deciden pactar una tregua y cuando se consumen tiempos, recursos y ganas, se vuelve al combate por intereses. Todo ese mundo es un juego in articulo mortis en el que, hasta hoy, la conciencia del hombre ha ido naciendo, creciendo y descubriendo el sentido y el no sentido de las cosas. Un juego horrendo que ha causado y causa todavía genocidios, invasiones, terrorismo de todo tipo, muerte tanto física como psiquica y por supuesto ética y del alma. Enfermedades crónicas del carácter personal y social, que son la peor plaga que ha sufrido al humanidad.

Ahora, agotados los horizontes geográficos, traspasados ya los niveles de sostenibilidad biológica del ecosistema, arruinado el viejo concepto de economía de mercado, aplicada la guerra como tecnología esclavizante, el armamento como moneda de cambio, la política como sistema de lucro, presión, chantaje, corrupción y servilismo a los "poderes" negros de la banca, y la cibernética como bomba de relojería planetaria, en manos del mejor postor o im-postor, se comprueba que ya ha terminado su función el viejo sistema de luchas, de vencedores y vencidos. Ya no sirve el combate como medio de prevalecer o bien como opresores o como oprimidos.
Ni derrota ni victoria: cambio de paradigma. Abandono de los viejos tics agotadores e inútiles. El futuro no pertenece a los beligerantes, sino a los lúcidos. La justicia es la paz. Y no hay paz sin justicia. Justicia no es la aplicación del talión, sino el respeto y la asunción de la Ley de la Consecuencia, por parte de los infractores de las leyes cósmicas. Asumir la responsabilidad de las propias acciones sin la ilusión estúpida de que por ser actos anónimos no son visibles a un nivel metahistórico y metatemporal. De aquí nadie se escapa sin pagar daños y perjuicios. Es algo que los humanos no tenemos ninguna posibilidad de poder evitar. Se llama karma. Personal, social e histórico.
Pasar de víctimas y verdugos a adultos capaces de reconocer por sí mismos la responsabilidad de los propios delitos, sin necesidad de que haya castigo, sino simplemente, enmienda de la conducta dañina y de la mentalidad primaria. Reparación de los daños causados. Una reflexión profunda y humilde y real . No es lo mismo una estrategia de ataque y destrucción que protegerse del horror y exponer razones para evitarlo sin dañar a nadie. No es igual vivir y dejar vivir que estar interfiriendo y coartando la libertad ajena por capricho, locura o venganza irrisoria sin motivos. El mundo, en su estado actual, ya no permite esas frivolidades. Hemos llegado a la frontera en que el cosmos debe intervenir para recolocar el caos. Sólo hay una posibilidad de que esa recolocación no sea traumática para todos: y es la maduración de la mente y la personalidad salvajes y prepotentes, que están llevando a la humanidad al precipicio. La mente debe obedecer a la conciencia despierta, ponerse bajo tu tutela. Necesita limpiarse y cambiar de gafas. Necesita otra graduación mucho más precisa, que no le haga ver paranoias megalómanas ni emprenderla con los inocentes, ver culpables en los que aportan una visión nueva, ver imposición en lo que es simplemente una reflexión práctica y una revisión de lo que ya no funciona. Ahora podemos ver que las guerras, cuando el ser humano no avanza, sólo cambian de plano, no se disuelven en el avance de la civilización y lo que antes eran armas de fuego, ahora son los medios de comunicación, la red on line, la publicidad, las técnicas mentales de control a distancia ya experimentadas por la KGB y la CIA desde hace muchas décadas, el miedo virtual y la alarma constante que lo provoca. Los viejos depredadores no han cambiado su mente, sólo su aspecto físico y sus métodos de depredación. Ellos ven enemigos en todo el que piensa otra cosa, o ve un poco más allá.

Un modo de combatir suciamente es la manipulación desestabilizadora. Que no pretende nada, sino agitar y revolucionar, aprovechando la justa indignación que produce el mismo estado de cosas que esas fuerzas desencadenan. Por ejemplo, las revoluciones "espontáneas" que estamos sufriendo en estos meses, por todas partes, provocadas más por inercia y ganas de ser protagonistas en plan el Zorro, que por la inteligencia y el sentido común. Se trata de soliviantar los ánimos cansados de soportar un peso injusto, pero la "sublevación" no es coherente, es necia, se levanta en el momento menos oportuno con mensajes incoherentes que confunden las ideas, que en su ruido no dejan espacio a la reflexión. Se agitan los más rebeldes sin causa, porque los que tienen la causa verdadera no pueden salir a la calle a gritar: tienen que solucionar la supervivencia. Gritan y se alteran los que viven bien, lo que viven de sus padres, sin iniciativa para coger una mochila y buscar el trabajo donde sea. Gritan los que luego no saben vivir sin los videojuegos, sin la moto o el coche, sin la cerveza o el botellón en la mano, que han estudiado por inercia, no porque saben lo que quieren y están dispuestos a esforzarse como sea, que por supuesto, pagan con dinero de "papá y mamá". He visitado las plazas ocupadas de mi ciudad. Y eso no tiene el menor futuro. Rabia y hastío son un velo para la inteligencia, un cemento para la creativdad y un anzuelo para los poderes de siempre. Así no se cambia nada más que el deseo de votar, en abstención. Y el resultado ya se ha visto. Los partidos pequeños practicamente no han variado su posición. Pero los organizadores del malestar han aumentado el quorum.

No es una revolución, sino una evolución, lo que se necesita. Por eso, en las acampadas hace mucho más efecto una sesión de Taichi, de Chikung o de meditación o de yoga, que la rabia y la indignación estúpidas y sin solución. El milagro es un principio real, cuando hay luz para ver la realidad, y un imposible cuando la luz de la inteligencia está apagada.
El futuro no puede florecer entre cardos y piedras, en una tierra árida, embarrada con plásticos y basura no biodegradable, en unas mentes zafias, atadas por adicciones, incontinentes y turbias. Idiotizadas por la vulgaridad y la pornografía de la estupidez que se cree por encima del bien y del mal, mientras, paradógicamente, ve enemigos hasta debajo de la mesa.

El futuro necesita inteligencia como abono, honestidad como agua, equilibrio como aire puro. Decencia y lucidez como poda. Ideales limpios y realizables, como alimento. Y una canalización racional y al mismo tiempo intuitiva, de todo el potencial, en actos no sólo testimoniales del fastidio, sino capaces de cambiar los hábitos y las conductas. Mientras eso no se cultive y se desee, nos tocará soportar la falacia de las victorias y las derrotas. De la protohistoria dictatorial, de los enredos indeseables que viven disfrazando las mentiras con apariencias de verdades a medias o medias mentiras. Que es lo mismo.

No hay mas salida que despertar y abandonar la caverna. O perecer en ella, en la ignorancia, en la mala voluntad, en el engaño de la componenda. En la locura de la perversión revestida de falsa virtud. En ese revolucionar inútil y demente que sólo es la excusa para que nada cambie en realidad.
Si no cambia el individuo, no puede cambiar nada en la sociedad, que no cambia inercialmente por sí misma, porque es el conjunto de toda la intención individual. Un montón de locos manipulados y sin orientación, sólo pueden constituir la población de un manicomio. Un montón de locos sanados y reorientados hacia el equilibrio, puede ser el milagro de un mundo nuevo. La utopía que se realiza. El milagro de la inteligencia.