Sorpresa, sorpresa: los candidatos a gobernar se han apiñado esta mañana como moscas bulímicas ante un bote de miel abierto, en la mani que ha llenado Madrid de globos blancos, representando el alma solitaria y abandonada de la más de media España vacía, precisamente, gracias a las políticas devastadoras e irresponsables de sus partidos. Es alucinante el cinismo la falta de pudor y la cara de cemento que se puede llegar a desarrollar en los mundos de Yuppy. Es admirable la comprensión del pueblo ya hasta la coronilla de tanto morro e incompetencia corrupta, que no les ha mandado a freir espárragos al verlos en plan fariseo, infiltrados en la manifestación, como si fueran inocentes criaturas solidarias e inmaculadas (también es corrupción por fraude moral, con daños colaterales a la ciudadanía, mentir por sistema y no cumplir lo que se ha prometido, haciendo todo lo contrario de lo que se dijo en las campañas electorales y repitiendo maniobra de cara al 28-A)
Pp,Psoe, y C's como acólito advenedizo que se apunta a un bombardeo, dejad de hacer el paripé, porfa, porque durante años habéis contribuido con verdadera dedicación a que España esté medio vacía haciendo la vida imposible a los pueblos pequeños, abandonando a los agricultores a su suerte, quitando ayudas, cerrando consultorios médicos rurales, escuelas, abandonando el cuidado de las carreteras secundarias que no son autopistas fantasma e innecesarias, adjudicables a las amistades y luego rescatables con el dinero público que negáis a la España rural, suprimiendo líneas férreas de media y corta distancia, para colocarnos un AVE que solo utiliza en largas distancias la peña con pasta que se lo puede pagar y obligando a que el coche, la furgoneta y las motos de tercera o cuarta mano, sean de contaminante uso obligado para llegar a pueblecicos dejados de la mano de las instituciones, donde no se puede comprar ni el pan ni un aspirina, ni un lápiz ni un libro, porque ya no quedan ni horno, ni kiosco-papelería ni farmacia, aunque casi seguro sí que hay un bar con una tele de hace treinta años que constantemente proyecta "La tienda en casa", donde los tres últimos resistentes entre los 70 y los 90 abriles, juegan al dominó y a la brisca mañana y tarde mientras le dan al café o al vinillo de guisar y el hijo del dueño del bar, que en la furgoneta les trae por encargo la compra cada dos días, se juega hasta las pestañas en internet. Y no digamos nada si llueve en plan aluvión y el agua inunda el pueblo, o nieva a lo bestia y se quedan incomunicados en el olvido más cruel, o algún turista despistado hace una barbacoa en el bosque de al lado, se deja las brasas en activo y cuando se va, por la noche, se monta un incendio forestal. Mientras se avisa y llegan los bomberos, allí no queda ni Dios. Pero, total, para qué molestarse si de esos pueblecillos insignificantes solo se puede sacar, como mucho, el disputado y raquítico voto del Señor Cayo...
Con vuestras políticas inhumanas obligáis a emigrar a más de la mitad de la población, que carece de servicios mínimos, cuando en realidad el fomento y atención al mundo rural, de la comarca y los municipios, es fuente de crecimiento sostenible y de empleo seguro: la tierra, los cultivos, la ganadería, el cuidado de los bosques para evitar incendios, los servicios,sociales, educativos, los oficios como la forja, la carpintería, las reparaciones y fabricación de calzado e industria tradicional de tejido, costura, artesanía y turismo rural e inteligente y no masificado, puede convertir la vida rural en una riqueza imprescindible hacia una transición ecológica inevitable, que de un modo u otro nos veremos forzados a implementar antes de lo que se imaginan los arcontes del descalabro que nos mangonea, y que en España, si la cosa sigue en el plan de siempre, será por imposición de la ONU o de la UE, una chapuza en plan taberna de suburbio, trinke analfabeto fashion y cutre look, bodeguiya felipera y casino provinciano en el peor de sus aspectos, como lo describen los versos de Antonio Machado. Mientras las ciudades se siguen convirtiendo en favelas celtibéricas tipo el Gallinero y con el centro urbano e histórico invadido por turistas devastadores y vandálicos que encuentran en la tolerancia española al desmadre, la borrachera y el colocón de los visitantes invasores, el mejor modo de divertirse y que arruinan el país más de lo que gastan en sus viajes, que más que ganancia son una pesadilla cada vez más desagradable y contaminante medioambiental.
Con vuestras políticas inhumanas obligáis a emigrar a más de la mitad de la población, que carece de servicios mínimos, cuando en realidad el fomento y atención al mundo rural, de la comarca y los municipios, es fuente de crecimiento sostenible y de empleo seguro: la tierra, los cultivos, la ganadería, el cuidado de los bosques para evitar incendios, los servicios,sociales, educativos, los oficios como la forja, la carpintería, las reparaciones y fabricación de calzado e industria tradicional de tejido, costura, artesanía y turismo rural e inteligente y no masificado, puede convertir la vida rural en una riqueza imprescindible hacia una transición ecológica inevitable, que de un modo u otro nos veremos forzados a implementar antes de lo que se imaginan los arcontes del descalabro que nos mangonea, y que en España, si la cosa sigue en el plan de siempre, será por imposición de la ONU o de la UE, una chapuza en plan taberna de suburbio, trinke analfabeto fashion y cutre look, bodeguiya felipera y casino provinciano en el peor de sus aspectos, como lo describen los versos de Antonio Machado. Mientras las ciudades se siguen convirtiendo en favelas celtibéricas tipo el Gallinero y con el centro urbano e histórico invadido por turistas devastadores y vandálicos que encuentran en la tolerancia española al desmadre, la borrachera y el colocón de los visitantes invasores, el mejor modo de divertirse y que arruinan el país más de lo que gastan en sus viajes, que más que ganancia son una pesadilla cada vez más desagradable y contaminante medioambiental.
Ningún país de la Europa más próxima sufre semejante abandono y devastación de su propio territorio, cuando viajas por los países del contorno no se encuentra nada parecido a este desbarajuste, que choca escandalosamente con un fervor patrio inexplicable, casi demencial en su ferocidad, es un verdadero shock comprobar que quienes predican y afirman querer tanto a su patria son quienes más la destrozan y la utilizan como estercolero universal y escenario de sus batallas miserables, ya sean deportivas, comerciales, empresariales, taurinas o políticas.
Sacar tajada electoralista de semejante panorama aprovechando la coyuntura para poner verde al adversario y camelarse a los ultrajados por el mismo tinglado-trampolín sumándose a una manifestación que les señala como causantes del destrozo, no tiene nombre y constituye una ofensa de lesa ciudadanía.
Si tanto queréis que el mundo rural recobre la vida que le habéis quitado desde vuestros escaños del apaño, legislatura tras legislatura, irse ya, rediez, ah, y llevaros con vosotros la monarquía y las banderitas de los chinos a un eulo, no volváis para seguir en las mismas. Dejadnos ser democracia municipalista y republicana, que no quiere decir desmadre, sino el predomino de la cosa pública y democrática sobre el egoísmo del chanchullo privado, como forma de gobierno; dejad el Congreso, de una puñetera vez, despejado de manguis e irresponsables y ya veréis cómo no solo no se hunde el mundo sino que salimos adelante entre todas, como ha pasado en Portugal. Elegiremos como gestores políticos a gente buena,formada y competente de esa que conocemos de cerca y de toda la vida para no llevarnos sorpresas, de esa para la que gobernar no es ppoder ni forring office, ni el negocio de su vida "para forrarse", sino un verdadero marrón que se hace como un servicio al bien común, un sacrifico hecho por amor fraternal y sentido común. Nada que ver con las sucursales de Harvard en Aravaca ni con los masteres apócrifos de niñatos y aprovechonas en Pijolandia.
Si tanto queréis a vuestra patria dejad ya mismo de machacarla con vuestra inutilidad y ya veréis que cambiazo.
