viernes, 29 de marzo de 2019

El grito aterrizado de la conciencia: no todo vale "solo para ganar". Más que ganar, se trata de construir lo que nos falta para ser de verdad una sociedad sana e inteligente. Estas voces son el test del agodón para hacer visible que la democracia y sus valores no son compatibles con el engaño y las estrategias fraudulentas ni con el vacío de contenido y de conciencia. Gracias, gente buena, por no ceder a la tentación del ppoder por encima del Ser. El movimiento se demuestra andando y la ética, realizando y haciendo posible un mundo mejor que el actual. Alguien tiene que arriesgarse a dar los primeros pasos en la inseguridad y en la 'rareza' de lo desconocido

Catalunya El viaje a la institución: con billete de vuelta, por favor

Conversamos con cinco voces del activismo que en el anterior ciclo electoral entraron a la institución para llevar la voz de la calle desde diferentes partidos de izquierdas como los Comuns, la CUP y Compromís. Por una razón u otra, su etapa institucional no tendrá continuidad y vuelven, o ya han vuelto, a su vertiente más activista.

La concejala de la CUP de Barcelona Eulàlia Reguant
La concejala de la CUP de Barcelona Eulàlia Reguant


Si una de las consecuencias del 15M fue acelerar el fin del bipartidismo, la entrada de nuevos partidos en el mapa político también ha propiciado que los activistas de calle aterricen en las instituciones. Y a pesar de que el ecosistema político en Catalunya ya era más diverso en el abanico de partidos representados (con una ERC histórica y una ICV más fuerte que su hermana estatal) el nacimiento de los Comuns y la expansión de la CUP ha alimentado aún más la entrada de las luchas sociales hasta el viejo corazón de Matrix.
La campaña para la municipalización del agua, la batalla contra la austeridad, las ILP en defensa de la educación y la sanidad pública... Las reivindicaciones de la calle se han colado en ayuntamientos y parlamentos. Y han intentado abrir las ventanas de par en par. Pero los activistas que hacen de altavoz también sufren. Eulàlia Reguant (CUP), por ejemplo, quiere detenerse y reflexionar sobre los aciertos y errores cometidos, de forma que el conocimiento pueda revertir en los movimientos sociales. Sonia Farré (Comuns) también quiere volver al activismo de base porque la moqueta le "repele". Cinco activistas que han vivido una etapa institucional (y que ahora no repetirán) nos cuentan lo que más les sorprendió al llegar y los límites que se encuentran para ejecutar lo aprobado.

Eulàlia Reguant (CUP): "Vivimos la política con una voluntad de 24 horas"

Eulàlia Reguant (Barcelona, 1979), ha estado vinculada a Setem, la fundación Justícia i Pau y el Ateneu Layret de Barcelona, entre muchos otros. En 2015 entró en el Parlament en la legislatura en que la CUP pudo sacar más músculo con sus flamantes 10 diputados. Actualmente es concejal en el Ayuntamiento de Barcelona, pero lo deja en dos meses. Su hoja de ruta más inminente: "Ahora me toca un tiempo de pararme, de repensar lo que hemos hecho. Aprender de los errores que hemos cometido, que seguro que son muchos. Y en la medida de las posibilidades, revertir el conocimiento en los movimientos sociales".
Reguant ha pasado de ser una activista de las calles de Barcelona a tener un personaje propio en el programa humorístico de TV3 Polònia, una sobreexposición al público catalán que sin embargo han mantenido con militancia. "Los que venimos del activismo vivimos la política con una voluntad de 24 horas... mientras que en los otros partidos parece que haya personas que se lo toman como una mera cuestión laboral", apunta.
Reguant coincide con todas las entrevistadas criticando la rigidez institucional: "El Parlament tiene una parafernalia, con lo de los Usos y Costumbres...". Y también en la poca capacidad de acción real. "Por un lado, especialmente si estás en la oposición, se puede aprobar alguna medida que propongas, pero luego su desarrollo dependerá de la voluntad del gobierno". Y por otro lado, apunta, también lo dificulta "la voluntad recentralizadora del Estado" y el hecho de que en la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona gobiernen colores diferentes.

Sonia Farré (En Comú Podem): "La moqueta o te absorbe o te repele"

Sònia Farré (L'Hospitalet de Llobregat, 1976) ha sido miembro, entre otros, de la Plataforma Auditoría Ciudadana de la Deuda, del Ateneu Popular de Sant Joan Despí y participó activamente en el 15-M. Pero en esta pasada legislatura se fue a Madrid, al Congreso, en el grupo de En Comú Podem. Lo deja rápido: "Miguel Urbán dice que la moqueta te absorbe o te repele. Y a mí me ha repelido todo el tiempo".
"En el Congreso no hay grandes debates en las comisiones, se miente continuamente y los del PP están gritando"
Y sigue: "Para mí ha sido un espacio muy hostil, no ha dejado de fastidiarme". Entre las cosas que le desagradan está la actitud de PP y Ciudadanos a la hora de montar bronca. "Después te venden por el pasillo y te dicen que no hay problema, que esto es el juego parlamentario". También lo tacha de circo: "No hay grandes debates en las comisiones, se miente continuamente y los del PP están gritando...". Asegura que ella, como maestra de escuela que es, no ha visto este comportamiento "ni en un patio de escuela". También denuncia que mucha gente no se prepara las reuniones y sólo gesticula.
La diputada d'En Comú Podem Sònia Farré
La estampa es desoladora para Farré, que no repetirá en las listas y que ha tenido alguna fricción con la dirección de su partido, como oponerse a la aprobación del principio de estabilidad presupuestaria. "Se supone que estamos en contra, de forma que no veo bien cambiar el discurso, para que los medios no te critiquen", explica este verso suelto de En Comú Podem. "Pero ha sido un aprendizaje muy grande, para ahora poder seguir trabajando desde los movimientos sociales".

Josep Manel Busqueta (CUP): "El Parlamento te aísla, es una realidad paralela"

Josep Manel Busqueta (Sant Andreu de Llavaneres, 1973) fue diputado en el Parlament de Catalunya en los convulsos meses que terminaron con la renuncia de Artur Mas a conseguir la investidura como presidente de la Generalitat, debido a la negativa de la CUP, y con la elección de Carles Puigdemont como su relevo. Considerado el cerebro económico de los cupaires, Busqueta participó de muy joven en el movimiento estudiantil (en el campus de la UAB) y de los solidarios con la rebelión zapatista; mientras que en los últimos años ha estado más vinculado al ateneo de Lleida La Maranya, al discurso en favor de la soberanía alimentaria y a grupos de estudio como el Seminario Taifa, etc. Su paso por el Parlament fue fugaz. "En parte ya me imaginaba lo que me encontraría, pero es que la burocracia administrativa es tan recargada, oscura, como si fuera una máquina sobrecargada de procedimientos...", recuerda de sus primeros días. Y añade con corazón activista: "Saber revolver los papeles de la institución es un verdadero oficio!".
A diferencia de tejer alianzas en las asambleas y manifestaciones, que te hacen contactar con la sociedad, "el Parlamento te aísla, es una realidad paralela". Como ya dijeron en una ocasión, es Matrix. "Claro, es que tiene poco que ver con lo que le pasa a la gente en la vida real. Como el absolutismo: Todo para el pueblo, pero sin el pueblo ". Y tampoco cree que, a pesar de ser un partido con capacidad de legislar, después pueda implementar lo aprobado: "Es que la soberanía no está en el Parlament, es una farsa".
"Las instituciones están hechas para autoreproducirse, de forma que los partidos tiran de calculadora electoral y puedes acabar modificando tus planteamientos políticos"
Así pues, ¿mejor salir del Parlament? "No, no tenemos que renunciar, sencillamente debemos asumir que es limitado. Y que tenemos que intentar ser diques de contención, ante políticas de austerocracia, que no es nada despreciable, porque las políticas de transformación social no se harán desde el Parlamento". Tira con bala contra la institución. "Las instituciones están hechas para autoreproducirse, se convierten en un modus vivendi, de forma que los partidos tiran de calculadora electoral y puedes acabar modificando tus planteamientos políticos". A Busqueta no le supo mal dejar el parque de la Ciutadella [sede del Parlament], donde apenas estuvo unos meses meses. En el recuerdo, todavía, su frase para celebrar haber tumbado los presupuestos de Artur Mas: "Hoy es un día histórico para las clases populares del sur de Europa".

Manuel Alcaraz (Compromís): "Me acusaron de ser la conselleria para perseguir el PP"

Manuel Alcaraz (Alicante, 1958) tiene un perfil universitario al que quiere volver (es profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Alicante), por lo que a finales de abril abandonará la Conselleria de Transparencia de la Generalitat Valenciana, que actualmente dirige. Alcaraz ha combinado otras etapas de su vida con cargo público, pero destacó en su implicación en la Plataforma de Iniciativas Ciudadanas, que se convirtió en un ariete contra la corrupción del PP.
El conseller valenciano Manuel Alcaraz
Quizá por eso, fue recibido por la oposición conservadora con la acusación de dirigir "la Conselleria para perseguir al PP". Pero no es cierto, apunta Alcaraz. "En todo caso sería para perseguir la corrupción, como si fuera de los nuestros". Y si bien es cierto que se ha encontrado reticencias internas a los cambios en transparencia y anticorrupción (por eso le han puesto el mote de el de Asuntos Internos), cree que su tarea esta legislatura ha posibilitado que el PP "ya no pueda utilizar la Administración en su favor". Y es que, según Alcaraz, cuando llegó a la Generalitat Valenciana hace cuatro años se inquietó profundamente: "Me encontré una auténtica Generalitat en B". Aún más: "Teníamos una crisis de personal, porque no había casi ningún funcionario preparado en temas de Transparencia".
Ahora lo deja, después de haber aportado en aquello de lo que tenía conocimiento específico. "Quizá me apetecería volver si tuviera 20 años menos", especula. Pero vuelve a Alicante y a la Universidad.

Aurora Jhardi (Podemos): "Cuando gobierna la izquierda, las calles quedan un poco blandas"

Aurora Jhardi (Palma, 1979) es actualmente teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Palma. Concejala por la coalición Som Palma (marca que empleó Podemos en 2015) su paso por la política institucional termina el 26 de mayo. En su momento representante en la facultad de Derecho de la Unión de Estudiantes Progresistas y voluntaria en hogares de mayores y menores tutelados con la ONG "Solidarios para el desarrollo", entró en equipo de Gobierno con PSIB y MÉS con ganas de cambiarlo todo.
"Llegas y te piensas que tendrás capacidad para hacer cosas. Pero de pronto te sorprendes de la limitación para ejecutar las decisiones"
"Llegas y te piensas que tendrás capacidad para hacer cosas. Pero de pronto te sorprendes de la limitación para ejecutar las decisiones". Se refiere a la Ley Montoro, "que nos tiene secuestradas", y de la que se deriva una falta de personal y presupuesto. También se ha sorprendido por "un cierto anacronismo, debido a la burocracia". Bien diferente a la agilidad que podían aportar algunos colectivos Así que la modernización, dice, es urgente.
La concejala de Palma Aurora Jhardi
Una de las medidas que no ha podido ejecutar es el derribo del monolito franquista Sa Feixina, reivindicación constante del colectivo para la recuperación de la memoria histórica Memoria de Mallorca. "El ámbito competencial era confuso y acabó detenido en los juzgados. Pero no derribar-lo ha sido muy doloroso para mi". En parte, demuestra que el trabajo institucional "sirve de poco si no tiene detrás un clamor de la calle". De hecho, Jardhi reconoce que "cuando gobierna la izquierda, las calles quedan un poco blandas". Pero deben ir de la mano. Tras divergencias internas con Podemos, ha decidido irse a la calle. "Y al paro", añade.

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