Independentismo en acción
La desobediencia, cuando se convierte en rutina, como es el caso, sirve para apuntalar la idea fundamental: que en Cataluña, antes de cumplir los mandatos de la ley española, se ponderan en el marco de sus interese
Es un pulso sin tregua. Pedro Sánchez apostó por la desinflamación del conflicto, pero por lo que se ve, aquí no rige el principio de reciprocidad. La conducta de Quim Torra en todos y cada uno de los casos está dictada por un único principio; reconocer solamente las instituciones catalanas. Los representantes del Estado, del rey para abajo, han de percibir en toda circunstancia su condición de forasters, desprovistos de autoritas y con potestas que se discute hasta donde se pueda, y un poquito más.
Para el Gobierno de Sánchez es un sapo, pero él no puede ponderar; ha de apoyar con la máxima firmeza a la Junta Electoral. Alimento de campaña para los enemigos del PSOE, y una patata ardiendo para los Mossos en su primer gran test desde los sucesos de 2017.
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