viernes, 29 de diciembre de 2017

 
 
Ana vivió en España las consecuencias de la guerra. Era solo una niña pero recuerda la escasez, la falta de comida, el frío, la oscuridad. El miedo. 
Ana no se olvida de todo lo que un conflicto que ella no provocó, marcaría el resto de su vida.
Hoy Ana es socia de UNRWA y apoya a la población refugiada palestina precisamente por eso, porque no olvidar es estar del lado de las personas que sufren.
Esta es la razón de Ana, una de las más de 5 millones de razones que existen para apoyar a las personas refugiadas palestinas.Escucha a Ana y con tus razones, suma tu apoyo a los refugiados y refugiadas de Palestina. Hazte socio de UNRWA >>>
 

martes, 26 de diciembre de 2017

El discurso del Rey

Javier Pérez Royo






Un discurso como el que dirigió el Rey Felipe VI a la sociedad española por televisión el pasado 3 de octubre no tiene cabida en una Monarquía Parlamentaria, en el único tipo de Monarquía compatible con un Estado Democrático de Derecho. El Rey se arrogó un protagonismo político que no le corresponde, anteponiendo el principio monárquico del 1.3 CE al principio de legitimación democrática del art. 1.2 CE.


Lo hizo, además, con una torpeza extrema, identificándose con el discurso del Presidente del Gobierno, con un “discurso de parte”, que, entre la “angustia” que atravesaba por igual a las dos mitades en que estaba dividida la sociedad catalana, tomaba partido por una de ellas contra la otra. La agresividad contra la mitad nacionalista y el apoyo incondicional a la otra mitad con una retórica españolista, no podía conducir más que a hacer más profunda dicha división.
En dicho discurso estuvo el origen de la activación del art. 155 CE de la forma en que se acabó haciendo, que no es la prevista en la Constitución. La Constitución contempla una reacción “de naturaleza política” frente a un “ejercicio desviado del poder por una Comunidad Autónoma”. Se trata de una respuesta política por parte del Estado para imponer  a la Comunidad Autónoma el cumplimiento de la Constitución o de la Ley que esta última está desconociendo. El 155 CE es un instrumento de “protección excepcional o extraordinaria” del Estado frente a una emergencia de naturaleza política.
En la forma en que se ha activado, la reacción de naturaleza política ha desembocado en una reacción de “naturaleza penal”, que no estaba prevista de ninguna de las maneras en la Constitución. Políticamente el 155 CE va a tener una duración breve: los cincuenta y cinco días del proceso electoral y los días que sean necesarios para la investidura del President de la Generalitat. Penalmente va a tener una duración indefinida. Ya son 28 los dirigentes políticos nacionalistas investigados por el Tribunal Supremo, 18 de los cuales son parlamentarios electos.
Lo que estaba previsto en la Constitución para “corregir políticamente un comportamiento políticamente desviado”, se ha convertido en una persecución penal de toda la política desplegada por el nacionalismo catalán en los últimos años. Para esto es para la que está siendo utilizada la activación del art. 155 CE.
Políticamente en el Parlament y en el Govern va a estar la misma mayoría parlamentaria y el mismo Govern que antes de la activación del 155 CE. La diferencia va a estar en que los máximos dirigentes de dicha mayoría van a estar procesados penalmente. Y en que, como consecuencia de ello, la línea que divide políticamente por mitad a la sociedad catalana se ha hecho más ancha y más profunda.
El art. 155 CE ha dejado de ser un instrumento de “rectificación política de una conducta  políticamente desviada” para convertirse en un instrumento de “persecución penal del adversario político”, algo muy común en las sociedades predemocráticas, pero que no ha ocurrido nunca en un Estado Social y Democrático de Derecho.
Una democracia no puede operar si se utiliza el sistema de Administración de Justicia lato sensu, Ministerio Fiscal, Tribunales y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en su función de policía judicial, contra el adversario político. No hay nada de qué hablar políticamente. Esa es la posición del Presidente del Gobierno avalada el 3 de octubre por el Rey.   Para eso disponemos de los  Fiscales, Jueces,  policías nacionales  y guardias civiles.
En esto es en lo que ha acabado desembocando la activación del art. 155 CE. Y esto es lo que desató el Rey Felipe VI con su imprudente e inmoderado discurso del 3 de octubre.  “A por ellos” no puede ser nunca el discurso de un Jefe del Estado. Y menos si carece de legitimidad democrática.
Felipe VI parece haberse dado cuenta de su error. En su discurso de felicitación de la Navidad del 24 de diciembre ha corregido el tono e incluso el contenido de su discurso anterior. No puede reconocerlo, pero es obvio que así ha sido. Implícitamente ha reconocido que no puede ser portavoz de una parte de la sociedad catalana contra la otra.
El problema es que llega tarde. El mensaje dirigido a todos los parlamentarios elegidos el 21-D de que tienen que trabajar juntos con el objetivo de servir al conjunto de la sociedad catalana, difícilmente puede abrirse camino, cuando los dirigentes de una parte de ellos están en la cárcel o amenazados con penas de cárcel. ¿A qué acuerdo se puede llegar bajo una amenaza de esta naturaleza?
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En efecto, el problema es que llega tarde. Este rey es sólo un peón del engranaje. No es relevante, ni su opinión decisiva, él también obedece al mismo sistema disparatado para una democracia, pero muy útil para las oligocracias opacas y corruptas que están tan interesadas en que él siga en el trono, como el mismo rey en que éstas sean su soporte. Se retroalimentan. En una total simbiosis contra natura democrática, igualitaria y ética. Una monarquía impuesta por un dictador y asumida por el miedo de una sociedad oprimida e ignorante siempre llega tarde porque es una rémora, un lastre del pasado más triste y negro. 
Poco tiene de creíble el discurso de un jefe de estado que carece de responsabilidad jurídica y penal de sus propios actos, como lo define la Constitución. Es una especie de consola rococó, que adorna con su rancia pátina dorada y su espejo oscuro el vestíbulo del disparate anacrónico.
Sería un personaje de sainete si no fuese porque se nos lleva ese 0'9% del PIB,
que nos haría falta para paliar el desastre social que estamos condenados a padecer con este régimen, más propio de los siglos XVII y XVIII que del siglo XXI.
Mientras no  se convoque y se realice un referendum acerca de la aceptación o rechazo de la monarquía como modelo de estado, este país de países
seguirá siendo un desastre de desastres. 
Debo confesar que no he escuchado entero ni un sólo discurso de este lamentable personaje, como escuché apenas alguno de su padre, tras comprobar que nunca aportan nada
y son una redundancia constante, retórica, acomodaticia y hueca.
Me repugnan los paripés, la fanfarria, el protocolo por el protocolo, sin significado ni significantes, sin sustancia digna de tal nombre, sobados tópicos que no valen un chavo cuando los analizas, y que cuando haría falta que fuesen útiles y orientativos, - ya que nunca serán decisivos ni dignos de tomarse en serio de un modo ejecutivo-, sólo sirven para enfrentar a los españoles, para apoyar el caciquismo secular y alargar en el tiempo la manonegra que mueve todas las cunas: el dinero y sus mercados, que sostienen los poderes más indecentes del mundo, con la subsiguiente estela de desigualdades e injusticias que se venden como "legalidad vigente", mediante leyes manipuladas y aplicadas a gusto de sus manipuladores, enfangados en un berenjenal enlodado que no distingue las competencias ni las funciones
de los tres supuestos poderes del estado de "derecho" cada vez más retorcido, cual columna salomónica. 

Partiendo de la base de que el respeto y la consideración no son patrimonio de ningún apellido dinásticoni de ningún cargo relevante, sino que hay que ganárselos a base de decencia, ética, buen juicio, lucidez y sabiduría práctica -que no de hipocresía, figureo y protocolos ridículos- me maravilla que el máximo representante de una Nación, de un Estado,caiga tan bajo como cayó el señor Felipe Borbón en su discurso pro pp del 3 de octubre.
¿Rey de todos los españoles? ¿O rey contra una gran parte de los españoles, como su antepasado, Felipe V, el experto en barbacoas a domicilio como la de Xátiva? Bonita manera de entender la historia...
España no necesita más reyes, sino aprender a ser reina de sí misma.
Si este hombre sólo sabe hacer y decir lo que ha hecho y dicho hasta ahora, debería dejar el trono mañana mismo, ponerse a trabajar y a ganarse la vida de otro modo, que no sea parasitando al prójimo.
A la mayoría ciudadana la monarquía la humilla y la explota. El pueblo no quiere reyes ni reinas, ni sanguijuelas que lo esquilmen. 

El señor Borbón debería ahorrarse los discursos en plan remiendo a deshora, y hacer la maletas. No hace falta que se exilie si no quiere, basta con que deje de vivir del pueblo y viva de su trabajo, de un oficio que no sea el de mantenido, con sueldos para toda su familia -incluida una cría como su hija mayor, que ya tiene un sueldo millonario adjudicado, sólo porque en el futuro sería la programada invitro sucesora de papá-.

Es vergonzoso y degradante estar encadenados a un estado semejante de indecencia incongruente y que cuando algunos ciudadanos y políticos elegidos por la ciudadanía pretenden exponer esta situación ,en una supuesta democracia, se les encarcele, se les aísle y se les persiga.
Si el Parlamento fuera democrático obligaría al rey a someterse a un referendum,y no le protegería como si fuese el tesoro de los templarios.

No es nada personal contra el Preparao, es que hace falta un cambio de verdad y no sólo de marionetas y decorados; un cambio hacia la  justicia, la transparencia, la igualdad y la democracia de verdad auténtica, atar cabos entre causas y efectos, liberarse del pasado más obsceno y vergonzante, para poner en su sitio cada cosa y superar de una vez por todas tantos siglos de oscuridad y de tabúes, de miedos y de irresponsabilidad, de mediocridad y miseria, de vivir colgados del y sometidos al derecho de pernada feudal disfrazado de "modernos" horteras cognitivos, entre tanto ruido, tanta marcha real, tanto himno, tanta bandera absurda...y tan pocas nueces cosechadas en la realidad.

Ojalá ese discurso de Navidad, como siempre amañado y escrito por cualquier funcionario,que nada tiene que ver con el sujeto que lo lee ante cámaras y micrófonos, haya sido el último y que el próximo añonos felicite por estas fechas, un presidente o presidenta de la III República de los Pueblos Ibéricos, antigua España hecha cisco, que para entonces ya sea historia terminada, convertida en una sociedad solidaria y reconciliada consigo misma en un presente digno de un futuro igualmente digno
...por fin!

Las paradojas de los comediantes 

 

Luis García Montero 

La vida de los políticos en la sociedad del espectáculo no es fácil. Sus inquietudes me recuerdan la letra modernista de un cuplé que cantaba a principios de siglo Pilar Franco: "¡Ay señores, y qué peligrosa / es la vida de la institutriz! / Siempre expuesta, si es joven y hermosa / a tener, sin querer, un desliz". Con la fecha de caducidad a flor de piel, con los valores diluidos en las coyunturas, lo que hoy nace como insolentemente joven mañana es viejo y lo que parece un error instantáneo se convierte en una sentencia definitiva. La política, es decir, nosotros, somos esclavos de los dueños de la prisa.
En esta prisa todo corre como una paradoja en la que los triunfadores pueden perder. Más que los proyectos, lo que manda es el vértigo. Siempre gana la banca. Voy a hacer mi repaso de paradojas en la vida de la institutriz.

Uno de los grandes triunfadores del proceso catalán ha sido Rajoy. De forma calculada desde que estaba en la oposición y quería acabar con Zapatero, pensó que alentar el independentismo podía ser una buena estrategia para desgastar al Partido Socialista. Ya en el gobierno, la amenaza catalana le sirvió para ocultar las corrupciones de su partido y para diluir las graves consecuencias de sus políticas neoliberales. Ha tenido en realidad mucho éxito, nadie habla de desigualdad, ni de dinero negro, ni de paraísos fiscales, ni de cuentas en Suiza. El problema es que su éxito lo ha dejado sin votos en Cataluña y con un futuro difícil en España.

La bandera de la identidad se la quitó Ciudadanos. Es la fuerza ganadora de las elecciones al Parlament, aunque no tenga diputados para gobernar. El éxito catalán parece que inaugura la época de Ciudadanos en España. Madrid lo tiene trabajado, pero deberá pensar ahora en Galicia, el País Vasco, Valencia… Claro que en esas comunidades la amenaza catalana no es muy efectiva (quizá sí en Andalucía y Extremadura). No va a tener más remedio, si quiere protagonismo, que seguir agitando la identidad española como respuesta al independentismo catalán. Así que la razón de su éxito puede al mismo tiempo separar a Ciudadanos de los lugares en los que necesita extenderse.  Es una paradoja, aunque no tan llamativa como otras. Presentado a las elecciones generales como partido regenerador, es un apoyo firme del partido más corrupto de la democracia española.

Paradójica es también la situación de Puigdemont. Ha triunfado sobre el 155 de Rajoy y sobre las otras fuerzas independentistas. Ha conseguido reunir al mismo tiempo apoyos de los antiguos votantes conservadores de Convergència, leales al significado institucional de un president, y de los atrevidos partidarios de sustituir la monarquía española por la república catalana. Pero en su éxito lleva dentro la condena, porque se ha convertido en el mayor obstáculo del proyecto que representa. Por un lado, es necesario abrir un periodo de diálogo, de pacto entre catalanistas, para dejar a corto plazo la independencia unilateral y trabajar de cara al futuro; por otro, no puede encabezar ese proceso un político prófugo, al margen de la ley, que será encarcelado en cuanto pise el país que debe gobernar.

Las paradojas de la izquierda son más graves, porque los dueños de la prisa han favorecido todo este vértigo para desarticular la política como medio de transformación social. Aquí manda el neoliberalismo ya sea español, catalán o europeo. La izquierda que quiso buscar sus únicas bazas en la sociedad del espectáculo se puso en manos del enemigo. La izquierda que despreció la labor sólida de los sindicatos se puso en manos del enemigo. La izquierda que convierte la pureza en una secta al margen de la ley se pone en manos del enemigo. Y la izquierda que quiso convertir la identidad nacional en uno de sus signos de identidad ha fracasado en su intento al ser incapaz de sostener las razones de este discurso en la desigualdad social y la legitimidad institucional.

Ser español o catalán no significa ahora defender la dignidad laboral de una nación, ni el derecho a una sanidad pública, ni la prioridad de una educación que favorezca la igualdad, ni la seguridad de los jubilados, ni el respetuoso carácter público de las instituciones, ni la dignidad de la cultura, ni la vigencia de los derechos humanos. Ser español o catalán es hoy una consigna de identidades cerradas dentro del mismo modelo neoliberal defendido por los unos y por los otros.

Así estamos. Las derrotas no invitan a darse por perdidos. Las paradojas no suponen una renuncia al pensamiento.  Supongo que todas las institutrices de la sociedad infantil del espectáculo están ya pensando en sus deslices, aunque es de suponer también que ningún líder creerá conveniente su retirada
.

La ofensiva de Europa contra quienes ayudan a las personas refugiadas

26Dic 2017
 
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Ben Hayes y Frank Barat (*)
Traducción de Christine Lewis Carroll
Hace aproximadamente tres años, el 31 de octubre de 2014, la presión ejercida por la Unión Europea (UE) sobre Italia forzó el fin de una de las misiones humanitarias de más éxito de la Unión, Mare Nostrum, una operación de búsqueda y rescate que, en solo un año, consiguió que 130 000 personas refugiadas llegaran sanas y salvas a las costas de Europa.
A raíz de esta decisión, el número de víctimas se incrementó, y alcanzó la cifra de 1200 personas ahogadas en el mar cinco meses más tarde.
Las ONG entraron en escena para cubrir este vacío, poniendo en marcha sus propias misiones de rescate, en un intento desesperado de salvar vidas. Sus iniciativas formaron parte de una ola de solidaridad que recorrió toda Europa aquel año, en el que la gente organizó caravanas hacia los centros de acogida de personas refugiadas, recibió calurosamente a las personas que llegaban a las estaciones de tren alemanas y participó en cadenas humanas para abastecer de agua y alimentos a las personas que recorrían un arduo camino, huyendo de zonas asoladas por la guerra, como Siria y otros lugares.
Mientras la clase política europea eludía sus obligaciones humanitarias, los ciudadanos y las ciudadanas de Europa demostraban su compasión, solidaridad y compromiso con los Convenios de Ginebra.
En su primer discurso sobre el estado de la Unión Europea, en 2015, el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, incluso había alabado a las personas voluntarias como un ejemplo de “la Europa en la que quiero vivir”.
Sin embargo, apenas unos años después, la UE no parece la misma y Juncker permanece en silencio, mientras a esos mismos activistas ya no se les trata como héroes, sino como a delincuentes.
Por citar solo algunos casos recientes: en febrero de 2017, Cedric Herrou, un pastor del valle del Roya, en el sudeste de Francia, fue condenado a una pena suspendida de ocho meses de prisión y una multa de 3000 euros por dar cobijo a migrantes sin techo. En Dinamarca, Lisbeth Zornig Andersen fue multada en 2016 por abrir su hogar a familias refugiadas que no tenían dónde vivir. En febrero de 2017, en la frontera entre Grecia y Macedonia, más de sesenta personas voluntarias de Alemania, Suiza, los Países Bajos, Austria, España, Gran Bretaña y la República Checa se enfrentaron al acoso y a la intimidación de policías armados, lo cual entrañó, entre otras cosas, amenazas de detención y registros domiciliarios arbitrarios.
Estos casos son la punta de un iceberg especialmente desagradable que debería avergonzar a los dirigentes de Europa.
Es importante recalcar que estos casos son tanto un producto como una contravención del derecho de la UE. La Directiva de 2002 relativa a la entrada y residencia ilegales, dirigida contra los traficantes organizados de personas, contiene una exención no vinculante, con el fin de asegurar de que las actividades humanitarias estén excluidas de su aplicación.
Sin embargo, 15 años después de que se aprobara esa directiva, dos tercios de los Estados miembros de la UE aplican la ley pero no la exención, allanando el camino a la criminalización generalizada de la solidaridad y el activismo con las personas refugiadas. Estas leyes se complementan con un sinnúmero de procedimientos administrativos que dificultan las actividades de las ONG o restringen aún más el margen de maniobra para ayudar a las personas refugiadas. En los Países Bajos, dar cobijo a una persona migrante indocumentada y no comunicarlo puede implicar una multa de 3350 euros y seis meses de cárcel. En Chipre se prohíbe a los abogados realizar cualquier tipo de trabajo voluntario, lo que, entre otras cosas, entorpece el acceso a asistencia legal en los procedimientos para solicitar asilo. Croacia también ha tomado medidas para criminalizar la asistencia a migrantes ‘ilegales’.
Estos atentados contra los defensores y las defensoras de los derechos humanos y el desprecio por el derecho humanitario internacional y las obligaciones de la UE en materia de derechos humanos no son una anomalía: son producto de las políticas y prácticas de la Unión. La Guardia Europea de Fronteras y Costas (conocida oficialmente como Frontex) ha realizado repetidas campañas difamatorias contra los barcos de búsqueda y rescate de las ONG, al insinuar su connivencia con traficantes y contrabandistas, a pesar de que una investigación del Senado italiano realizada en abril de 2017 no encontró pruebas de tales vínculos. Estas difamaciones hacían presagiar aún más atentados contra las ONG que actúan en el Mediterráneo por parte de una alianza nefasta de organismos estatales y activistas de la extrema derecha.
Las misiones de búsqueda y rescate, encabezadas por organizaciones tan conocidas como Médicos sin Fronteras y Save the Children junto con nuevas organizaciones que han surgido en respuesta a la crisis humanitaria, han sido objeto de un acoso implacable.
En Grecia, tres bomberos españoles en misión de rescate para la asociación Proem-Aid fueron arrestados en alta mar y detenidos durante 60 horas antes de ser liberados bajo fianza acusados de tráfico de personas. En Italia, se habla de agentes secretos de la policía que se han infiltrado supuestamente en las ONG y actúan de manera encubierta en los barcos de búsqueda y rescate. Ya se han requisado varias embarcaciones, en espera de más investigaciones. Estas acciones, acompañadas de un código de conducta ‘voluntarioʼ que prácticamente acabó con la capacidad de las ONG para operar con independencia, han surtido el efecto deseado de que cesen del todo las misiones de rescate.
La narrativa construida en torno a las ONG y el tráfico ha sido adoptada también por grupos populistas y fascistas, como el barco microfinanciado Defend Europe, lanzado en julio de 2017 con el fin de perturbar activamente la labor de las ONG humanitarias. Aunque los integrantes de Defend Europe abandonaon su misión a causa de la movilización de los antifascistas, no dejaron de reivindicar su éxito, al argumentar que los Gobiernos italiano y libio habían hecho el trabajo por ellos: “Solo hace dos meses muchas ONG hacían guardia en las costas libias, como taxis esperando a sus clientes. Hoy, solo hay una”. El despliegue de estas fuerzas ha llevado a más atentados contra las ONG italianas, que se han convertido en un chivo expiatorio.
La criminalización de la solidaridad con las personas refugiadas es el aldabonazo más reciente de una política basada durante mucho tiempo en impedir por todos los medios posibles que las personas refugiadas lleguen a los Estados de la Unión, dejando que se ahoguen, confinándolas en campamentos en Turquía o supuestamente pagando a paramilitares libios para impedir su salida.
Al acosar a los y las activistas que apoyan a las personas refugiadas, las autoridades eliminan a los testigos de lo que está sucediendo y disuaden al resto de la ciudadanía de que otras políticas, más compasivas, son posibles. Este desmembramiento de los valores y principios de Europa ha convertido al mar Mediterráneo en una fosa común con fines ‘disuasorios’.
Hace tres años, los ciudadanos y las ciudadanas de Europa intervinieron cuando sus dirigentes fallaron, demostrando la compasión y solidaridad sobre las que se fundó la UE. Es hora de que los políticos de Europa muestren la misma valentía y acaben con una política hipócrita que solo es capaz de exacerbar la miseria de algunas de las personas más vulnerables del mundo.
(*) Ben Hayes es un investigador del TNI especializado en políticas de seguridad, contraterrorismo, control de fronteras y protección de datos. También trabaja como asesor para organizaciones como el Centro Europeo de Derechos Constitucionales y Humanos (ECCHR), el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Cordaid, la Fundación Heinrich Böll, el Parlamento Europeo y la Comisión Europea.Frank Barat coordina el trabajo del TNI relativo al recorte del margen de maniobra de la sociedad civil.

El rey en el país de las maravillas



Cualquiera que escuchara anoche el mensaje de Navidad del rey pensaría que España es el paraíso terrenal. El distanciamiento del Borbón con la realidad no puede ser mayor, algo que seguramente se debe al tren de vida que procura ganar al mes unas 28 veces el salario mínimo interprofesional. Y con todo, al menos, el Borbón sí se acordó este año de los asesinatos machistas -sin lenguaje inclusivo, eso sí-, algo que no sucedió el año pasado.
¿De veras España es “un país nuevo y moderno, un país entre los más avanzados del mundo”? Y la respuesta es que no. Un país con rey, no es moderno. Un país que se declara aconfesional y sigue con la Iglesia católica metida hasta el tuétano de las instituciones del Estado no es moderno. Un país que gasta más en lotería que en investigación y desarrollo no es moderno.
Cuando este señor, con su tonillo paternalista que le recomiendo deje para su cuñado, afirma que “España es hoy una democracia madura, donde cualquier ciudadano puede pensar, defender y contrastar, libre y democráticamente, sus opiniones y sus ideas”, se equivoca. Ni siquiera ahondaré en los Jordis, me basta echar la mirada a cómo chistes que hacían hace décadas Tip y Coll hoy podrían dar con nuestros huesos en la cárcel. Borbón, ese es el país que realmente le paga unos 8 millones de euros a la Casa Real cada año. Acéptelo.
Lo que sucede es que, efectivamente, cuando se sale de una dictadura -que algun@s quisieran recuperar- de un asesino malnacido como Franco, el margen de mejora es muy amplio. Así,como dijo el Borbón, “el balance tan positivo de todos estos años es innegable”… salvo, claro está, que nos comparemos con otros países. Y eso que él es rey gracias a que ese dictador infame designó e Juan Carlos I monarca.
Respecto a Catalunya, el Borbón relajó el mensaje pero sin asumir la realidad, hasta el punto de que aseguró que “hemos comprobado el compromiso muy sentido, firme y sincero de los españoles con la España democrática que juntos hemos construido”. Debe de ser que, para él, el despliegue de banderas es parte de ese compromiso, cuando para muchas personas como yo no era más que la pataleta de un buen puñado de cerebros huecos que esconden sus carencias envolviéndolas en un trapo.
Para acabar, tres últimos apuntes, Borbón. No tome el discurso partidista del Gobierno aplaudiendo que “nuestra economía y el empleo han mejorado sustancialmente” cuando los informes ponen de manifiesto que somos el segundo país con más desigualdad de toda Europa y la miseria se ceba con un tercio de la población.
No hable tampoco de la lucha contra la corrupción cuando los trapos sucios en su propia casa se lavan de manera muy diferente a como se lavarían en la mía… con un tipo intocable y otro condenado tan campante por Suiza.
Y finalmente, deje de hablar tanto de pluralidad cuando, como ya sucediera el año pasado, ni mencione a las personas migrantes a las que España da la espalda, a las que rechaza, a las que expulsa ilegalmente con devoluciones en caliente, a las que encierra en cárceles aunque no son criminales…
En suma, Borbón, viva si quiere es un país de las maravillas, pero no con mi dinero… y quédese allí sin necesidad de vendernos lo que no es.

No hay rey para tanto país



El rey Felipe VI, durante su discurso de Nochebuena en 2017. EFE


Hay cierto candor en el discurso del rey de este año 2017, que probablemente venga motivado por las fechas navideñas y esa especie de vapor etílico que lo inunda todo para que estos días nos queramos mucho y bien hasta después del 6 de enero.
Hay, sin embargo, en el discurso del rey de este año un sutil asomo de frustración y unas ganas tremendas de congraciarse con todos/as hablando de corrupción, desigualdad y hasta de violencia machista; y es de agradecer, sin duda, pero llega tarde y con el daño ya (muy) hecho.
Felipe VI, en su discurso de Nochebuena, el más personal del año (el que Moncloa mira pero no toca), evita las aristas, los picos de intensidad que hicieron de su discurso del 3 de octubre (“Hoy la sociedad catalana está fracturada y enfrentada”) un contundente alegato de parte —de parte del Gobierno Rajoy— que hoy le pasa factura y le presenta en los televisores desdibujado, frío, alejado y prácticamente noqueado e inservible.
¿Qué puede decir hoy el rey a los dos millones de independentistas catalanes a quienes ignoró el 3 de octubre salvo para hacerlos culpables del Apocalipsis por querer votar siguiendo instrucciones de un Govern con un programa electoral que incluye la (legítima) independencia? ¿Y a los que apeló como la parte víctima de la división catalana dándoles una incomprensible esperanza de que el Estado estaba con ellos, y sólo con ellos, protegiéndolos en un presunto silencio mártir?
Recuerden:
“Sé muy bien que en Cataluña también hay mucha preocupación y gran inquietud con la conducta de las autoridades autonómicas. A quienes así lo sienten, les digo que no están solos, ni lo estarán; que tienen todo el apoyo y la solidaridad del resto de los españoles, y la garantía absoluta de nuestro Estado de Derecho en la defensa de su libertad y de sus derechos”. Felipe VI, 3 de octubre.
Craso error. La mayoría silenciosa para la que reinó Felipe ese fatídico día no existe: el 21-D ha votado más del 80% de la población y seguimos igual salvo por la distribución partidista; seguimos con Catalunya partida en dos bloques, y moralmente reafirmada ahora en su área independentista, como es previsible, porque los/as catalanes le han dado la mayoría absoluta a sus fuerzas políticas. Pese al rey, al Gobierno Rajoy, a las porras, al 155, a la cárcel o a la amenaza económica.
Felipe VI ha tenido su primera gran crisis institucional y ha perdido
Recomiendo la lectura del discurso navideño del rey y, a continuación, la relectura del texto del 3 de octubre; uno no puede entenderse sin el otro, pero no augura nada bueno para la Monarquía el desconcierto titubeante que hoy manifiesta el jefe del Estado ante el inesperado resultado electoral del jueves 21. ¿También se creyó el monarca que con unas elecciones convocadas por el Gobierno central en Catalunya se acababa el ‘problema’? Mal monarca tenemos, entonces, que carece de la intuición del observador neutral y se deja llevar por las pasiones electoralistas y cobardes del Gobierno de parte.
Felipe VI ha tenido su primera gran crisis institucional y ha perdido. Es posible que la cuestión catalana sea en este momento más compleja que el 23-F y que a él le hayan preparado (mucho, insisten en todas partes) para una coyuntura como la de su padre en 1981, al que una serie de circunstancias —y sobre todo el deseo de pasar la página franquista de nuestra Historia— se le dieron cita en Palacio para darle la forma de rey conciliador y empático; aglutinador y simpático.
Hoy, el rey Felipe ha intentado entrar en muchas casas asegurando que “hay que reconocer que no todo han sido aciertos; que persisten situaciones difíciles que hay que corregir, y que requieren de un compromiso de toda la sociedad para superarlas". ¿Qué "sociedad", se preguntarán muchos/as españoles? ¿La que Su Majestad protegía el 3 de octubre? ¿Esa mayoría silenciosa que resultó ser un engaño electoral? ¿La que eligió y reeligió la opción independentista en Catalunya? ¿La que contempló horrorizada, desde Lugo a Málaga, las cargas del 1-O y el encarcelamiento sin sentencia y sin consenso jurídico de líderes políticos con su bendición?
¿De qué sociedad nos habla el rey, que ni siquiera ha reconocido la grandeza y diversidad de la suya cuando servía para algo?

domingo, 24 de diciembre de 2017

IU informa


La Izquierda - Boletín electrónico de Izquierda Unida
Boletín de Izquierda Unida. 23 de diciembre 2017 - Número 96, IV época.
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La Semana de IU
IU señala que los resultados en las elecciones catalanas muestran que “el diálogo sigue siendo una necesidad histórica y la única vía para garantizar la convivencia”IU señala que los resultados en las elecciones catalanas muestran que “el diálogo sigue siendo una necesidad histórica y la única vía para garantizar la convivencia”
Desde Izquierda Unida consideramos que los resultados de las elecciones catalanas demuestran que “el diálogo sigue siendo una necesidad histórica y la única vía para garantizar la convivencia. El referéndum pactado, a partir de un debate sereno, es la única salida para solventar de una vez los problemas políticos”.
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La responsable federal de Estrategias para el Conflicto, Sira Rego, la coportavoz de IU Madrid Sol Sánchez y el coportavoz de IU Madrid Ciudad, Ángel Guillén, ofrecen una rueda de prensa en la que destacan la “responsabilidad de Cristóbal Montoro y de las políticas de recortes y austericidio impuestas desde el Ministerio de Hacienda y el Gobierno del PP”, que han llegado “hasta el chantaje y la extorsión” para apartar al concejal de su puesto
Carlos Sánchez Mato: "Los que están brindando en el Ministerio de Hacienda porque se quitan un enemigo, que sepan que vamos a seguir dando la batalla"Carlos Sánchez Mato: "Los que están brindando en el Ministerio de Hacienda porque se quitan un enemigo, que sepan que vamos a seguir dando la batalla"
Primera entrevista en medios de comunicación de Carlos Sánchez Mato, responsable federal de Políticas Económicas de IU y concejal presidente del distrito de Vicálvaro, tras ser cesado como concejal de Economía y Hacienda en el Ayuntamiento de Madrid el pasado lunes al ausentarse del pleno durante la votación del Plan Económico Financiero impuesto por Montoro
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El ex presidente de la Comunidad de Madrid cuenta al ex ministro de Aznar en otro audio en poder del juez de la Audiencia Nacional cómo uno de los principales investigados en la ‘Operación Lezo’, Ildefonso de Miguel, utilizó supuestamente la grabación hecha al empresario y asiduo donante del PP Rafael Palencia y ‘cogió esa cinta, porque nos estaban atacando, y se la dio a Julio Ariza’, y con ella el fundador del Grupo Intereconomía ‘se fue a ver a Mariano a chantajearle’.
IU “saluda” la subida del SMI en 2018 y traslada a CC.OO y UGT que las “imprescindibles medidas para revertir los efectos de la crisis deberían llegar más rápido a las clases trabajadoras”IU “saluda” la subida del SMI en 2018 y traslada a CC.OO y UGT que las “imprescindibles medidas para revertir los efectos de la crisis deberían llegar más rápido a las clases trabajadoras”
Una delegación de la dirección federal de Izquierda Unida, encabezada por sus dirigentes Carlos Sánchez Mato y Marga Ferré, se reúne con representantes de las direcciones confederales de ambos sindicatos y señalan que “el año próximo ya toca hablar de subida salarial efectiva para el conjunto de trabajadores y trabajadoras”.
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