domingo, 10 de diciembre de 2017

Elecciones bajo sospecha


Cada día que se descuenta hacia las elecciones catalanas aumenta la sensación generalizada de lo turbio. Como una nube de contaminación amañada entre los poderes aposentados en las secuelas del 78, con los medios a sus pies, para que esas elecciones resulten un plebiscito, no por el indenpendentismo sino por el más de lo mismo. Las encuestas no son creíbles, lo de c's como opción irreversible es ya tan descarado para quien conoce Catalunya, que raya en lo esperpéntico. Y está dejando entrever demasiadas maniobras orquestales en la oscuridad. 
La repentina promoción de Iceta como árbitro posible capaz de hacer presidenta a Arrimadas es ya un descaro. Y una solución patética para un país como Catalunya, con una conciencia clarísima de su soberanismo natural, y no por eso separatista. El discurso de c's es anticatalán, desnaturalizado para esa tierra. Es como un santo con dos pistolas. Suena a falso y postizo por todas partes, es como el de Albiol pero con sacarina y leche descremada, cuesta trabajo imaginar que el psoe que Maragall representó pueda dar la presidencia a los naranjitos por más que se maquillen y se disfracen, con tal de que los republicanos, la parte más sensata del Pdcat, lo que quede presentable del Psc y los Comunes no salgan a flote como opciones posibles para gobernar juntos. Al menos el psoe dispuso en su día de un Pascual Maragall, cuyo discurso y sensatez dialogante recuerda mucho más al de Xavi Domènech que al de Iceta. Por otra parte ERC tendría todas las de ganar si los discursos y salidas floklóricas y estrepitosas como las de Rufián no espantasen a  la gente que c's pretende arrastrar. Eso por un lado. 

Por otro lado está el mosqueo del pucherazo flotando sobre las elecciones como una espada de Damocles pro-chanchullo. Es vital que partidos decentes y ciudadanía ídem exijan sin parar tres requisitos imprescindibles en una verdadera democracia:

1) Que además del control in situ de las mesas y las urnas por parte de  los interventores y apoderados delegados de todos los partidos a lo largo de la jornada electoral, se convoque  una representación ciudadana políticamente "laica" para dar fe de la escrupulosa exactitud de los datos , como se hace con las mesas electorales, y que esté presente en todo el proceso: de las mesas, al juzgado, tanto en la emisión, en el traslado de las actas  como en la recepción y comunicación final de los resultados, una vez hecho el recuento de los votos especialmente.

2) Se debe exigir  que se suprima la destrucción de las papeletas una vez hecho el recuento de votos en los colegios electorales  y se posponga la eliminación por lo menos un mes. Porque si hay reclamaciones posteriores  sobre las actas, tras hacer públicos los resultados, tal y como se hace ahora no hay posibilidad material de comprobar que el número de  papeletas de todos los partidos se corresponde con el número de votos que se dan desde los medios.

3) Es imprescindible que la recepción y publicación de los datos como la emisión de los mismos no estén realizadas por empresas privadas que se contratan por el Gobierno a gusto y presupuesto de quienes gobiernen en cada ocasión, sino por funcionarios del estado y controladas por interventores de los partidos, como las votaciones, más un comité ciudadano libre que se cerciore presencialmente de y compruebe que los datos emitidos desde los juzgados son los mismos que constan en las actas y en el comunicado final que aparece en los medios, para que no se modifique ni una coma ni una cifra en ese espacio tan poco claro y de tapadillo, que queda en un limbo misterioso entre el recuento y la comunicación oficial. En las últimas elecciones generales del pasado año, la empresa contratada para recopilar el recuento y dar los resultados fue una que estaba implicada en las tramas corruptas del pp. Y nadie en el Parlamento pidió una explicación cuando esto se hizo público ni hubo intención de reclamar otra votación limpia de sospechas; en España cualquier cosa que venga de "arriba" tiene credibilidad, no porque sea fidedigna comprobada sino porque viene del poder. Esa actitud es la masa madre de la corrupción porque es pura impunidad para todo tipo de mafias políticas y empresariales. Nunca se nos informa en las noticias como cosa normal sobre los criterios que regulan esas contratas de las que dependerán nada menos que cuatro años de legislatura, de ejecutivo y hasta judicial. Nuestros impuestos pagan ese trabajo, luego tenemos el derecho y el deber de exigir claridad y transparencia impecable, especialmente en un asunto del que va a depender que nos gobierne gente decente o un González, un Cotino, un Blasco, un Granados, rematando con un Rajoy como padrino de la familia.

Es muy preocupante que dos horas antes de acabar el recuento de votos, el estado nos comunique tan pancho el resultado "estimado" con una exactitud clavada e idéntica a lo que las encuestas profetizaron previamente y que no haya ni un voto de más o de menos en el supuesto avance...Visto lo visto, se tiene la sensación de un tongo monumental, de que todo sea una farsa protocolaria y de que ya se hayan diseñado previamente los resultados que nos comunican como "avance"y nunca sabremos quienes ganaron o perdieron de verdad. No hay testigos directos con garantías. Del juzgado a las pantallas gigantes del recuento finiquito ¿qué hay en medio? Ordenadores mudos y discos duros amartillables en caso de investigación. Los interventores y apoderados acaban su cometido cuando deberían estar aún más al loro, cuando dejan en manos de un correo anónimo las actas fiándose cándidamente de la escolta de una policía que es en un 90% un refugio de ultras, de un gobierno de filibusteros que venderían a su padre por seguir robando impunemente y además se destruyen las papeletas para que no haya manera de comprobar nada si alguien reclama recontar los votos. Todo ese montaje unido al porcentaje D'Hontd explicaría a las claras por qué en mi barrio que era y es absolutamente anti pp, Rita Barberá sacaba mayoría absoluta con el estupor alucinado de los vecinos que no conocían a nadie en el barrio que la quisiera como alcaldesa y todos estaban super mosqueados por la existencia indemostrable de tanto Judas, excepto por los resultados electorales. Y cómo tras el accidente del Metro de Valencia volvió a ganar el pp inexplicablemente o como es posible que c's gane por goleada el 21D, que es la que están preparando. Las encuestas nos adelantan el tongo. Nada más. Ese contubernio es, además un arma letal anti pueblo, una herramienta insustituíble  para que el propio electorado se desanime y se desentienda de una política donde votes lo que votes nunca cambiará nada porque siempre salen los mismos y la única participación ciudadana se reduce a pagar impuestos y a hacer el ridículo en unos rituales esperpénticos que nos cuestan una millonada y que son un filón para las empresas que hacen papeletas y sobres (¡cómo no!), urnas, cabinas, programas cuenta votos y pasapalabra...y al que protesta, hále, 155 al canto y a la cárcel para que sepa lo que vale un peine con tres por ciento en el sobre. Y véte a buscar papeletas que confirmen las sospechas, que están hechas trizas en la basura de papeles y cartón. 

Parece un guión de cine o un relato disparatado, ¿a que sí?. Pero tiene toda la pinta de ser verdad a poco que se piense, sobre todo cuando has sido varias veces apoderado o interventora en los comicios patrios. Ains!

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