Hola,
Habrás
notado como yo, que desde hace unos días hace mucho frío. Pensamos que
es lo que toca, que es diciembre, casi invierno, pero siempre recibimos
el frío así, con sorpresa congelada. Es entonces cuando nos
resguardamos bajo una manta, a una estufa o al calor de la calefacción
central de la oficina.
Al frío respondemos buscando calor.
He
estado muchas veces en Gaza. Hay gente que piensa que en Palestina el
invierno es flojo o que incluso no hace demasiado frío. Todo lo
contrario, en Gaza el frío se te mete por todas partes y cuando nieva a
veces es imposible hasta encender un fuego en la calle.
En Gaza he visto a miles de personas sufriendo, en sus casas, el frío que
congela.
Por
eso cuando llega el frío, pienso inmediatamente en la gente de Gaza.
Con los cortes de electricidad que no terminan nunca, es muy difícil
mantener una estufa y demasiado peligroso encender un fuego dentro. Sin
posibilidad de calor, lo único que queda es el frío.
A
veces no es fácil explicar la realidad de la población refugiada en
Palestina. Te escribo precisamente porque creo que es difícil no
comprender lo que es tener frío.
Te necesitamos. Necesitamos que te hagas socio de UNRWA para poder
ayudar a los refugiados de Palestina en este duro invierno. Estamos con
ellos, solo nos faltas tú. Puedes hacerlo en este enlace:
Gracias de todo corazón,
Raquel Martí - Directora Ejecutiva de UNRWA España
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