jueves, 31 de agosto de 2017

El rábano por las hojas. Para no variar.



Esto es la historia interminable. Con lo fácil que es reconocer lo que nos ha salido mal por la causa que sea (casi siempre es por la discapacidad incompetente de ir de sobraos, dando más importancia a la imaginería y a las formas que al contenido y a la sustancia real y colocando por delante el criterio propio sin tener en cuenta más factores importantes porque no son "los nuestros"). Me estoy refiriendo al nuevo escándalo mediático del aviso sobre el atentado del pasado 17 de Agosto en Barcelona y Cambrils. 

A estas alturas, tanto el Gobierno de Madrid como el de la Generalitat de Catalunya, si dejasen de mirarse el ombligo en el nombre de millones de españoles de todas las nacionalidades territoriales, que no les han pedido que se peleen y se pisen los callos a todas a todas horas, aprovechando los votos que se les dieron en su día como las desgracias de un ataque terrorista para arrimar el ascua a su sardina, ya deberían haber comprendido a lo que conduce no saber gobernar y confundir el servicio con el mangoneo a favor de sus partidos y sus rifirrafes, que no hacen política sino que se revuelcan en el politiqueo, salpicándonos a todos con sus basuras enfangadas. 

Hay unas cuantas cosas claras que la ciudadanía lleva viendo y soportando desde hace mucho más tiempo del que quisiéramos y que ninguna trama mediática ha conseguido reformatear y ser creída:

1) España entera es el punto de mira del terrorismo de origen fanático derivado del islamismo mal entendido, desde que el PSOE nos metió en la OTAN con un referendum de preguntas manipuladas que nos llevó primero a la Guerra del Golfo y desde que Aznar quiso hacer carrera como el Richelieu de las Azores, junto a los linces y clarividentes Bush Jr y Blair, el nuevo Churchill fabricado 'made in China todo a un eulo'. Aznar no iba a desperdiciar la ocasión de convertirse en el nuevo avatar salvador de Occidente, una vez muerto el dios de El Pardo y asumidos los plenos poderes cuando se le apareció en sueños para dejarle las ideas tan claras como el nuevo look del futuro en formato ¡Marinad'or que guay! O sea, que ya tenemos un rodaje ad hoc. 

2) El 11M se encargó de demostrarnos nuestra fragilidad y el riesgo constante de tener todavía colonias en el Magreb, como son Ceuta y Melilla y al mismo tiempo estar participando con la patrulla canina de la OTAN en destrozar países y territorios islámicos, como Iraq, Libia, Afganistán o Siria, con el único fin de esquilmarlos e implantar en ellos la "democracia" made in nosotros", y la visión del mundo consumista y terminator, como excusa para controlar el campo petrolífero de los mercados especulativos. Casi 200 muertos y centenares de vidas destrozadas para siempre en Atocha, ya fue suficiente material cognitivo como para comprender adónde nos estaba llevando el peculiar concepto de civilización y democracia que habíamos aceptado porque no teníamos otra alternativa y ni siquiera se nos pasaba por la imaginación que se pudiera intentar algo más sano y más humano como forma de vida. Hasta el 11M, claro. Las explosiones genocidas abrieron muchos ojos y despertaron muchas conciencias.

3) La crisis en 2008 vino a confirmarnos lo poco que significa la democracia y la soberanía de los pueblos cuando el poder de una moneda se hace el amo de la política y de la honestidad, de la justicia, de las iglesias y los parlamentos y llega para desmantelar los recursos del Estado comprando políticos y subvencionando sus proyectos demagógicos de consumismo loco para hoy y destrozo social para mañana. Hasta de esas políticas socialistas de nombre, que nos acabaron haciendo tanto daño como terrorismo de salón y de despacho y acabaron dejándonos en manos de troikas, ratings, deudas por lo que sólo los especuladores globales del déficit como negocio debían, comprando dividendos a la nada. Creímos que tal vez esa crisis llevase a nuestros gobiernos a cambiar de orientación. A salirse de la OTAN que ya no podemos mantener si a la ciudadanía le falta lo necesario para vivir con dignidad y plantar cara a una UE demoledora que solo beneficia a un sólo país: Alemania, el alma gemela de Washington y Wall Street, a la greña con Francia por la soberanía del proyecto europeo. De repente ya no éramos libres asociados para convivir, sino un regreso sofisticado al Imperio Carolingio. Al Sacro Imperio Romano-Germánico. Pero esta vez con la Metrópoli al otro lado del charco atlántico. 

4) Los desgracias nunca vienen solas. Y a la debacle económica y al desmoronamiento del socialismo de atrezzo que habíamos tenido hasta entonces, aquél que llamaba a Anguita, "iluminado" por explicar con años de antelación lo que ya estaba pasando lentamente, le salió un brote letal: un gobierno fascio-capitalista producto del desánimo, de la abstención y la depresión mayoritaria y de los votos sobrevalorados del sistema D'Hontd, un sofisticado modelo de recuento electoral más digno de ser el diseño calamitoso de una Camorra 'adecentada' que de ser una herramienta sana para contar y valorar los votos. A consecuencia de tal desbarajuste abrumador el tejido de España se resquebraja y se convierte en sólo un cuatrienio, en una ruina política, económica y social. Que para colmo usa la corrupción como modus operandi en todos los estamentos de la sociedad y como una pandemia se apodera de todo, hasta del único recurso que les queda a los pueblos para no perecer como agrupación humana digna de tal nombre: la justicia, también comprada y dominada por la misma enfermedad contagiosa y mortal de necesidad en todos los aspectos. 

5) En este plan, Catalunya comprende que ya no es sostenible tal estado de descomposición e intenta sacudir la conciencia española para que las cosas cambien, pero tan grande es el destrozo y el contagio, que hasta el noble y avisado impulso catalán viene ya contaminado y podrido desde dentro con la misma corrupción, las mismas trampas y jugarretas del sistema ppodrido general. El poder encenagado y bloqueado en su mismo lodazal ha conseguido aniquilar el alma gestora en limpio de las naciones ibéricas. Ha cegado a los responsables más comprometidos, los ha envenenado. Los ha convertido en un peligro social que ya no mira ni ve fuera del círculo y de la fosa séptica de su ambición, de sus manejos y de sus intereses particulares entretejidos con los de sus partidos y todos ellos amparados en la inmunidad parlamentaria que les convierte en verdugos y a los ciudadanos en sus víctimas camino del matadero social. 
La ciudadanía estará indefensa mientras espere de ellos un movimiento inteligente y lúcido que no se puede producir entre tal marasmo y desconcierto de unos pueblos que carecen de arraigo democrático y de responsabilidad civil, que han sido educados desde el miedo a que todo se tuerza si se hace algo distinto "que no venga de arriba". Con una historia atroz de caciquismo militante en la que al llegar a estos términos todo se ha rematado sofocando,  una vez y otra, las mejores aspiraciones y al sacar por sistema tropas a la calle "por tierra, mar y aire" en plan franquista, como Cospedal tiene ya previsto en programa si Catalunya se empeña en seguir en sus trece, tan mal gestionadas y cerriles, ppor cierto, como si todo fuese hacia un único destino y parada final:  Villaciegos del Tortazo. Ayer Puigdemont aseguraba, seguramente por contagio, que Catalunya "necesita un ejército" y se quedó tan a gusto.
Es evidente que si algo sobra en el mundo y especialmente en Esppaña es motivación y testosterona para apretar gatillos y ametralladoras y sacudir con porras y fustas. Una forma de "orgullo" y de "valor" que impide crecer a la inteligencia y su lucidez, cuyo ejercicio hace innecesarios los gatillos, las metralletas y las porras. Por desgracia, eso para el pp y sus fans es flojera y blandenguería. Y no saber gobernar. En fin...

6) Mientras tanto el Psoe se une a Rajoy en el asunto catalán e inaugura una autofinanciación a tono con los tiempos del pastón que adora el dinero por encima de todo y aniquila, primero, a quienes no lo acumulan  con ansia y luego a sí mismos. El Psoe recibe una pasta del Estado y otra millonada de sus afiliados. Y mientras se enreda en tales vericuetos, los efluvios venenosos del pp y el indeppendentismo manipulado aturden a la bancada socialista, la dejan KO para encabezar la definitiva y urgente moción de censura, un espacio en blanco que el pp aprovecha para poner en marcha todas las formas posibles que impidan su desalojo de las Instituciones, se burla en las comparecencias, trama al alimón con los reaccionarios catalanes espectáculos mediáticos y guerras de comunicados absurdos a estas alturas: si el mensaje de aviso sobre un posible ataque en Catalunya se dio en Mayo a todas las fuerzas de seguridad, la responsabilidad es de todo el poder político que maneja los hilos en Barcelona como en Madrid, que la acemilez no conoce fronteras y puede que hasta se intente servir del propio terrorismo para salirse con la suya y castigar al pueblo para someterlo  (en catalán y en castellano) a todos los abusos e impedirle protestar por miedo, sofocando huelgas y asfixiando sindicatos y reivindicaciones justas y necesarias para el equilibrio económico y social, en un plan orwelliano que hace del desastre y del caos, la más importante arma letal del Gran Hermano que desde las pantallas controla todo el desastre.   

No es una conjuración determinada, planificada ni organizada, sino un determinismo apocalíptico, cegato, mecánico, autómata, una compulsión elemental e instintiva, que aunque quisieran parar ya no ppueden hacerlo sin destruirse ellos también, como les pasa con la economía, los mercados y las finanzas que ya escapan al poder político, científico, jurídico  y legislativo. Son como una fuerza sísmica de naturaleza animal pero degenerada y trastornada en cuerpos humanos que en vez de ser transformada por la Idea, como propone Platón, se convierte en una especie de Thermomix de las ideas y las hace puré. 
Han provocado un tsunami incontenible, como el cambio climático, a base de horadar las capas freáticas del mundo, buscando el oro negro de su avaricia, como el Golum del Señor de los Anillos. Miran pero sólo ven números. Piensan como una calculadora, pero no entienden adónde les lleva  la escoria que generan sus mentes enfermas de bulimia insaciable y series numéricas asesinas. 

7) La única salida es eso mismo que proclama Catalunya, pero no sólo a nivel político, sobre todo a nivel existencial y con-sciente: la desconexión. La bifurcación de trayectorias cívicas, saliendo a escape de la entropía antes de que ésta nos haga picadillo a todas y a todos. Tomar el testigo del 15M y unidos a los proyectos más sanos de la izquierda socialista, comunista, libertaria, cristiana de base, ecologista, nacionalista del alma compartida y federalista en todo lo demás y animalista, tan maternal y empática como feminista, noviolenta y sobre todo humana al cien por cien. Esa revolución de los claveles que España tiene pendiente y que cuanto más tarda en hacerla, peor lo está pasando y peor aún lo pasará in crescendo.

Decir basta no es sólo hablar de cosas utópicas. Sobre todo es vivir y materializar lo que se piensa y se habla desde un proyecto común y bien concreto de rescate colectivo. El día a día de la ruptura civilizada se realiza de dentro a afuera. Construyendo lo nuevo con los derribos de lo viejo. Reciclando con amor e inteligencia  aquello, que abandonado a su propia inercia, hasta nos mataría si lo dejamos campar a sus anchas, alienar y  abducir a toda la humanidad con su mentira pperenne para matar muriendo inútilmente, empezando por el tejido geopolítico más cercano que nos afecta mientras se globaliza el finiquito universal.



Pensar, ay! Es sanísimo y, además, gratis, (de momento), el pp aún no ha conseguido cobrar por ello. Aprovechemos la ocasión...con artculos como éste

El deseo






'Big Data from Space' se celebrará del 15 al 17 de marzo en el Auditorio de Tenerife
Puede decirse que la historia de la humanidad es la historia del deseo. 
Desde la aparición de las urbes, las monarquías y las religiones, la respuesta a la pregunta '¿Qué desear?' indefectiblemente conducía a lo 'bueno'. Deseo esto porque es bueno. Lo bueno circunscribía, por lo tanto, el objeto de lo deseable, quedando fuera de foco aquello que no aprovechaba a la monarquía o a la religión. Si había algo a l o que el rey o los dioses, si no a ambos de forma indisoluble como ocurría con las monarquías de origen divino, no consideraban apropiado simplemente no era deseable. En caso de duda, se recurría a la mazmorra, el manicomio o la pira.



Fue el humanismo y la ciencia los que desplazaron a las fuerzas telúricas del centro de la vida de las personas y hoy es ese mismo humanismo, ese 'yo' inapelable cargado de deseos, el que corre riesgo de pasar a la historia. 
A la pregunta de '¿Qué desear?' los monoteísmos contestaban: 'Dios'. El Estado decía 'El Rey', el Rey decía 'El Estado' y el budismo, que no es una religión, simplemente se encogía de hombros y predicaba no desear (lo que me recuerda siempre a esa novela espeluznante de Delibes, 'La sombra del ciprés es alargada', donde su protagonista renuncia a vivir para no pagar la factura por vivir). Luego vino Lacan que dio carta de naturaleza al hombre como 'sujeto de deseo'. Y después Deleuze quien dijo que algo no es deseable porque sea bueno, sino que es bueno porque lo deseo. Esta fue la apoteósis del proceso a que ha conducido el humanismo: el hombre sin ataduras, incluso a contrapelo de la moral mayoritaria.
Pensamos que el humanismo va a existir siempre como la democracia o el liberalismo (su vicario en la Tierra), pero echando una vista atrás, pongamos que desde el año 2000, el mundo ha cambiado tan drásticamente que nadie puede exactamente predecir el futuro inmediato. 
Muere en el mundo tres veces más gente por ingesta de azúcar que por conflictos bélicos. 
El mismo concepto de trabajo, ante un universo de máquinas, tiene los días contados. Nuevas reglas sociales regularán la existencia de los hombres productivos y de los no productivos. 
Las mismas instituciones van dejando de ser representativas para ser gobernadas por tecnócratas que no han sido elegidos ni rinden cuentas, pero que toman decisiones 'por nuestro bien'. 
La medicina se centrará más en mejorar a los humanos (que puedan pagárselo) que en curarlos. Viviremos tantos años (el que pueda pagárselo) que nos hartaremos de vivir. 
'Big data', ese monstruo que alimentamos con nuestros datos con la inconsciencia de un niño, ha convertido en obsoleta la administración, incapaz ni con millones de empleados públicos de digerir el torrente de datos que generamos. Ergo, las administraciones son meras gestorías (ineficientes) y el empleo público mutará. 
Nuestro coche no arrancará si el ordenador de a bordo concluye que no hemos dormido bien. 'Por nuestro bien'. Y lo aceptaremos.
La educación ya dejó de ser el gran trampolín para el salto entre clases sociales porque las élite se han cerrado a los advenedizos.
La clase política se reproducirá con individuos de la élite, dejando fuera a la mayor parte de la población. Votar cada vez tendrá menos influencia en nuestras vidas.
El mismo concepto de revolución política ha periclitado. Puede que haya una revolución cultural, que levante a cada hombre y mujer individualmente y por yuxtaposición genere nuevos estados de conciencia colectiva, pero en el mundo interconectado los procesos revolucionarios de corte político están llamados al fracaso. Y si no, que se lo pregunten a los árabes: ninguna de sus 'primaveras' ha tenido éxito.
Las nuevas reglas del juego han quedado fijadas y ni nos hemos enterado.
Pongo un ejemplo. Imagine que le guste el fútbol, imagine que le guste mucho mucho el fútbol (si realmente le gusta mucho, le felicito, yo no llego a tanto), pero que: 
-Podrá asistir al campo pero no cambiar las reglas de juego (la complejidad del juego excede su comprensión).
-Podrá ser espectador pero nunca jugador (usted nunca formará parte de la élite).
-Podrá dar su opinión sobre la alineación pero nunca tendrá la decisión final (para eso está el míster al que le paga).
Esto cabrea bastante, pero cabrea más pensar que ha sido creado con su consentimiento, o mejor dicho, con su abulia. Por supuesto podrá alegrarse del éxito o entristecerse con el fracaso de su equipo, pero sus sentimientos no tienen trascendencia.
-Podrá...
-Deseará...
Pero '¿Qué desear?' sigue siendo una pregunta pertinente. ¿A qué llamaremos en el futuro lo 'bueno'? Si la felicidad es lo que produce placer, ¿cuál será el buen placer deseable? ¿En el fondo preguntarse qué desear no es preguntarse qué queremos ser? 
No creo que la respuesta esté ya a nuestro alcance. Por falta de información y por falta de capacidad de decisión. Digamos que alguien o algo decidirá por nosotros. Más bien algo. Por nuestro bien, con nuestro consentimiento. El datismo arrinconará al humanismo con la ayuda de la ciencia. Ellos sí tienen la respuesta.
Nota: Si ha llegado hasta aquí, sufrido lector, alabo su paciencia. Si no en mi descargo, sí como atenuante baste decir que cuando escribo estas líneas es fiesta en Santander, los periódicos tienen las páginas en blanco y además llueve.


La eficacia política de la porra

Publicada 30/08/2017 (Infolibre)
Nada le puede gustar más a un Gobierno políticamente débil que tirar de la porra para fortalecerse ante el electorado. Esta costumbre no es novedosa ni exclusiva de España: Franco inventaba de cuando en cuando una conspiración judeomasónica para darse un autohomenaje en la Plaza de Oriente después de firmar unos cuantos fusilamientos, pero ahí están también los reiterados ejemplos de muy diversos presidentes norteamericanos capaces de decretar guerras patrióticas en lugares exóticos para excitar la unidad del pueblo en torno a la Casa Blanca. Hoy el recurso a la porra ha adquirido formatos más pacíficos y burocráticos, aunque igualmente eficaces desde el punto de vista político. Vale para un amago de legislación secesionista en Cataluña, pero también para una huelga de seguratas en el aeropuerto de El Prat. El Gobierno saca la porra de la autoridad con indisimulado orgullo y satisfacción, convencido de que tal ejercicio es una fábrica de futuros votos.

Mariano Rajoy había convocado para el miércoles 16 de agosto un Consejo de Ministros extraordinario (obsérvese el oxímoron que ya supone la organización anticipada de una reunión supuestamente “extraordinaria”) en previsión de que la Mesa del Parlament iniciara la tramitación de la ley del referéndum, para recurrirla de inmediato ante el Tribunal Constitucional. A falta de esa iniciativa, aplazada por los independentistas hasta ocasión más propicia a sus intereses (o menos arriesgada judicialmente para sus dirigentes), el Gobierno aprovechó la cita para tomar otra decisión “extraordinaria”: decretar que fuera un árbitro o mediador quien resolviera el conflicto de El Prat por la huelga de los vigilantes de Eulen, empresa adjudicataria de los servicios de seguridad en el aeropuerto barcelonés, donde ya no hay enormes colas ante los arcos metálicos de filtro de pasajeros tras la imposición por el Gobierno de servicios mínimos del 90% y la sustitución de los huelguistas por guardias civiles. El "árbitro" nombrado por el Gobierno, Marcos Peña (presidente del Consejo Económico y Social), deberá tener listo este mismo miércoles un laudo que los sindicatos ya han advertido que denunciarán en los tribunales.

Todo eso ocurrió en vísperas de los atentados de Barcelona, hace menos de dos semanas, aunque la gravedad de los mismos y la intensidad con la que vivimos cada minuto de los hechos y las reacciones posteriores instalen la sensación colectiva de que hace siglos de "lo de El Prat". Observado desde la simplicidad con la que conviene analizar las decisiones guiadas por la eficacia política, el conflicto de El Prat era una golosina veraniega para cualquier Gobierno: los seguratas de una empresa privada fastidian las vacaciones a miles de ciudadanos con el fin de presionar para lograr mejoras salariales. Una vez producido el grado suficiente de “alarma social” o encabronamiento colectivo, acude entonces el Gobierno con su porra en forma de guardia civil y de laudo obligatorio para garantizar la tranquilidad de los sufridos pasajeros-ciudadanos-votantes.

El inconveniente político principal del uso de la porra es que debe tener carácter realmente “extraordinario” para no volverse contraproducente. El Gobierno lo sabe, y ante la firme posibilidad de que los conflictos laborales a imitación de El Prat se sucedan, declaró ese mismo miércoles su disposición a crear un “grupo de trabajo” que aborde las condiciones del sector de la seguridad privada en las diferentes contrataciones con la Administración (no sólo aeropuertos sino todo tipo de edificios que albergan servicios públicos). Ya se sabe que anunciar la creación de un “grupo de trabajo” equivale a soltar un patadón a la pelota o problema lo más lejos posible en el espacio temporal, es decir hasta más allá de la fecha en que sea posible recoger los frutos electorales del uso previo (y extraordinario) de la porra. Los vigilantes privados de El Prat, que habían suspendido los paros a los pocos minutos de los atentados, votaron este domingo una nueva huelga a partir del 8 de septiembre, y los sindicatos del gestor aeroportuario público-privado Aena tienen anunciada también  su intención de ir a la huelga a partir del 15 de septiembre y durante todo el otoño-invierno en las fechas más complejas para el tráfico de pasajeros. El Gobierno sabe que si se dedica a tirar de la porra cada dos semanas llegará un momento en que será considerado, con razón, inútil para la resolución razonable de los problemas o para anticiparse a los mismos.

Lo que esconde el conflicto de El Prat

En realidad al fondo del conflicto de El Prat asoman dos cuestiones graves y muy significativas de lo que ha sido la gestión política de la crisis económica y lo que está siendo la presunta y desigual “recuperación”. Por un lado, las reivindicaciones de los empleados de Eulen son perfectamente legítimas: su salario medio se ha recortado desde 2012 casi un 12%, se han eliminado pluses de antigüedad y los nuevos contratos suponen un sueldo que no llega a los 900 euros mensuales. Mientras tanto, como hemos contado en infoLibre, los sueldos de los administradores de la sociedad que gestiona esos filtros de pasajeros en 21 aeropuertos crecían un 20%, y la empresa declaraba constantemente pérdidas pese a ingresar entre 2012 y 2016 casi 926 millones de euros. De modo que los seguratas de Eulen (que no son los vigilantes que peores condiciones laborales sufren) vienen a simbolizar lo que ha ocurrido con millones de trabajadores de todos los sectores, que han visto disminuir sus rentas de forma contundente, al tiempo que las de sus máximos ejecutivos aumentaban. Además, los procesos de privatización de empresas públicas o de externalización de servicios públicos han significado una precarización clara de las condiciones laborales sin aportar tampoco una mejora de la calidad de esos servicios. (Podrían citarse decenas de ejemplos, uno de los más sonoros el de las empresas adjudicatarias de los servicios de limpieza de las calles de Madrid y la recogida de basuras, cuyo deterioro galopante llevó a una huelga en tiempos de Ana Botella que desveló los recortes y el exclusivo negocio de las sociedades beneficiadas).

Por otro lado, el conflicto de El Prat deja en evidencia los tics autoritarios de la legislación vigente sobre el derecho a la huelga, como apuntaba nuestra compañera Elena Herrera tras contrastar los datos con expertos en materia laboral. Esa legislación se basa en un decreto de 1977, preconstitucional, que ha sido reinterpretado en fallos posteriores pero que sigue otorgando al Ejecutivo un estatus de juez y parte en asuntos capitales como la capacidad de determinar qué actividad es esencial para la ciudadanía, qué porcentaje de servicios mínimos fija o la utilización a capricho del arbitraje obligatorio. El Tribunal Supremo ha anulado los laudos obligatorios impuestos por el Gobierno en casos como huelgas de pilotos de Iberia o de empleados de gasolineras, pero lo ha hecho con años de retraso, de modo que esas decisiones son papel mojado, como denuncian con razón los sindicatos. El propio Comité Europeo de Derechos Sociales y los tribunales de justicia de la Unión Europea han denunciado y sentenciado reiteradamente los incumplimientos del Estado español en materia de derechos laborales. (Puede leerse aquí un detallado informe de Belén Cardona sobre los atropellos a la Carta Social Europea o aquí un análisis de Luz Rodríguez sobre la absoluta precariedad en la contratación por las administraciones públicas).

Lo que asoma por tanto al fondo del conflicto de El Prat es la consecuencia de unas políticas austericidas y privatizadoras que han precarizado las condiciones laborales de los trabajadores y deteriorado los servicios públicos. El recurso a la porra administrativa por parte del Gobierno demuestra una vez más las enormes lagunas en la protección de derechos fundamentales como el de huelga, que queda anulado de facto por las decisiones que puede tomar la autoridad competente, por ilegales que se demuestren demasiado tarde.

Entre las muchas y graves consecuencias del proceso independentista en Cataluña, algún día habrá que analizar su descarada utilización (en Cataluña y en Madrid) para desviar los focos de asuntos tan trascendentes como la precarización generalizada tras la crisis o el progresivo debilitamiento de los derechos sociales y laborales. Esos sí que son fenómenos de carácter “extraordinario” que amenazan con convertirse en crónicos.

Imprescindible análisis del Profesor Navarro


La politización del dolor de las víctimas del terrorismo


Vicenç Navarro

A raíz del ataque terrorista en Barcelona y en otros centros urbanos y pueblos de Catalunya, hemos visto durante estos últimos días varios hechos que merecen destacarse. Uno es el espíritu de solidaridad, auténticamente ejemplar, entre las distintas culturas existentes en Catalunya, que alcanzó su máxima expresión cuando en Ripoll se pidió que fuera Hafida Oukabir, la persona musulmana hermana de dos de los terroristas (uno muerto y el otro en prisión), la que resumiera el sentir del dolor y del rechazo hacia el terrorismo que la población de Ripoll sentía. Y en Barcelona, otra persona, también musulmana, Miriam Hatibi, fue una de las dos personas escogidas para leer el manifiesto de protesta y solidaridad, ampliamente aplaudido por el medio millón de personas presentes. El grito espontáneo surgido de la ciudadanía, No Tenim Por! (¡No tenemos miedo!) representaba el sentimiento generalizado de la población barcelonesa de no permitir que el miedo configurara el futuro de la ciudad. La Alcaldesa Colau definió de una manera muy clara y emotiva lo que este grito significaba: era la llamada “a que Barcelona continuara siendo lo que siempre fue y continúa deseando ser, es decir, una ciudad abierta, plural, diversa y solidaria”.
Pero también hubo aspectos no tan positivos durante estos días de gran dolor, que aparecieron tanto en Catalunya como en el resto de España, que merecen señalarse también y que, en cambio (y de un manera predecible) no aparecieron en los mayores medios de comunicación del país, altamente controlados, bien por intereses financieros (los medios privados) o por los partidos gobernantes (los medios públicos). En este aspecto, es importantes señalar que el excelente discurso hecho por Hafida Oukabir en Ripoll incluía un ruego (diría yo exigencia) de que las instituciones catalanas hicieran una autocrítica  sobre el comportamiento que habían tenido todos estos años que antecedieron al ataque terrorista, ruego que ha pasado desapercibido y desatendido por completo. Por desgracia, la autocrítica no es una virtud ampliamente practicada en los medios del establishment político-mediático del país, ni de Catalunya ni de España. Resultado de cuarenta años de una dictadura enormemente represiva (convirtiéndose en el régimen gobernante de España que ha atemorizado y asesinado al mayor número de españoles que haya existido en su reciente historia) y de una transición inmodélica, existe hoy en tales medios una cultura democrática poco desarrollada. Y la respuesta a la crisis creada por el terrorismo por parte de tales establishments fue una clara prueba de ello. Veamos algunos ejemplos.
La clara politización por los partidos y movimientos políticos de los hechos acaecidos
Un mensaje hecho con gran contundencia en la manifestación del sábado 26 de agosto (que se centró en una denuncia del terrorismo y una demanda para que exista la paz) fue un rechazo por parte de amplios sectores de la manifestación a la Monarquía Borbónica por su relación privilegiada con la familia real de Arabia Saudí (una de las cinco monarquías absolutas todavía existentes en el mundo), y al partido gobernante en España (el Partido Popular), por su activa y masiva venta de armas españolas a aquel Estado. Aplaudo esta crítica, y solo lamento que no se hubiera hecho mucho antes. Pero me apena que muchos de los protagonistas  de estas protestas hayan tenido escasa credibilidad, pues era obvio que su máximo interés era desacreditar a los receptores del mensaje –el Monarca y el gobierno Rajoy- pero, en cambio, parecía importarles poco el argumento que utilizaban para denunciarlos, es decir, la ayuda a los Estados (en este caso, Arabia Saudí) que financiaban el terrorismo. Como indiqué en otro artículo reciente (Ver “Lo que no se está diciendo a raíz del ataque terrorista en Barcelona”, Público, 24.08.17) tales voces, supuestamente escandalizadas con el comportamiento del Rey y del gobierno Rajoy, han mantenido un silencio ensordecedor sobre el apoyo que una institución enormemente importante en Catalunya ha dado a otra dictadura tan absolutista y medieval (y esclavista) como la de Arabia Saudí, que es Qatar, y que es también una de  las mayores financiadoras de movimientos yihadistas. Esta institución, protegida por el silencio, es nada menos que el Club de Fútbol de Barcelona que, a través de las camisetas de los jugadores ha estado promocionando al Estado de Qatar, una de las monarquías más absolutas y una de las dictaduras más crueles existentes en el mundo, que también ha estado financiando al terrorismo yihadista. Me parece bien que un conocido militante independentista apareciera casi al lado del rey Felipe VI con una pancarta en que se leía “Felipe, quien quiere la paz no trafica en armas” (en catalán). Pero tal protesta hubiera tenido más credibilidad si aquel y otros miles de independentistas, así como otros que denunciaban al Rey y al gobierno Rajoy hubieran denunciado al Barça en cada partido de fútbol que se jugaba en su campo, por promocionar Qatar. Nunca vimos tal denuncia o abucheo en el campo del Barça, y ello a pesar de que estuviera lleno de banderas independentistas. ¿Por qué callaron tanto tiempo?
La doble moral de los mayores medios de comunicación
Y esta incoherencia se mostró también, como era predecible, en los mayores medios de comunicación catalanes. Prácticamente ninguno de ellos denunció la transformación del Barça (al que, con razón, se le presentó durante la dictadura como de “ser más que un club” por facilitar que la gente canalizara su rechazo a la dictadura a través del fútbol, siendo la única expresión colectiva permitida), en un mero instrumento propagandista del Estado de Qatar, una de las dictaduras más crueles, opresivas, esclavistas y apoyadores del terrorismo existentes hoy en el mundo. Este silencio se convirtió en veto cuando envié a los tres rotativos más importantes de Catalunya un artículo denunciando al Barça por ello, sin que nunca lo publicaran (ver el artículo “El Barça, ¿más que un club?”. ARA, 06.06.16). La censura fue su respuesta. Y tampoco apareció tal denuncia en los mayores canales televisivos de Catalunya, que también han silenciado aquella transformación que, mírese como se mire, es una ofensa a todos los que lucharon por la democracia y justicia social durante la dictadura, que ven ahora cómo los propietarios del Barça transformaron tal club defensor de la libertad y de la democracia en el promotor de una dictadura cruel y terrorista. Aconsejo a los lectores que vean el excelente documental sobre la transformación política del Barça, presentado a nivel internacional por un canal público de la televisión sueca, mostrando lo que fue y lo que representó el Barça durante la dictadura franquista, y lo que ha llegado a ser estos últimos años. (Verlo colgado en mi blog www.vnavarro.org). Me alegra ver que Jordi Évole en su artículo semanal en El Periódico, días después de que yo denunciara el silencio sobre el Barça, publicara la primera denuncia del Barça en los medios que he visto en la prensa escrita en papel en este país.
La instrumentalización política del dolor de las víctimas por parte de los mayores medios de información
La falta de cultura democrática que caracterizó la cultura mediática española, que incluye la catalana, apareció una vez más en la manera cómo se cubrieron los hechos dramáticos ocurridos en Barcelona. Tal sesgo alcanzó niveles vergonzosos en la presentación de las figuras protagonistas del evento: las autoridades políticas de carácter institucional. A nivel del Estado central la noticia preferente de los mayores medios próximos al partido gobernante en el Estado español era mostrar el deseo de unidad y prevención de la secesión, dando gran hincapié a la necesidad de mantener una coordinación dentro de la unidad, mostrando, de nuevo, gran incoherencia (hipocresía), pues había sido el Estado central el que había mostrado menos cooperación, consecuencia de su jacobismo, ocultando información a las autoridades catalanas que hubiera sido de gran ayuda, tal como ha documentado la prensa internacional. Pero los medios públicos de la Generalitat de Catalunya también mostraron claros signos del sesgo informativo -al cual nos tienen acostumbrados- intentando negar la importancia de un aviso recibido de Bruselas sobre el Imán, bajo la pobre excusa de que era una mera nota “informal”.
Pero esta utilización de los mayores medios públicos de la Generalitat de Catalunya, y sobre todo de TV3, para promover la secesión de Catalunya fue la visibilidad preferencial que tal canal dio a la figura del President Puigdemont y al Vicepresident Oriol Junqueras, dejando muy en segundo plano a la alcaldesa Ada Colau. La única diferencia con la televisión pública española es que en aquel canal el Monarca y Rajoy absorbieron la mayoría de visibilidad mediática. En ella la alcaldesa Colau tampoco apareció de una manera muy visible. En cualquier otro país demócrata la alcaldesa de la ciudad hubiera liderado la manifestación ciudadana. No así en España. Y la utilización de TV3  para promover el secesionismo alcanzó niveles extremos, como las entrevistas hechas durante la marcha del 26 de agosto en homenaje a las víctimas, a los dos dirigentes del movimiento proindependencia, el Presidente de la ANC y el de Omnium, dándoles un protagonismo que no se le dio a ninguna otra asociación, a pesar de que tenían mucha más centralidad en la crisis terrorista que estos personajes políticos. Creo que a la audiencia le hubiera gustado más que se entrevistara a personal del sistema sanitario de urgencias, por ejemplo (que probablemente se habrían quejado, con razón, de la falta de recursos, resultado de los recortes sanitarios del gobierno Junts Pel Sí), que no a tales dirigentes de movimientos secesionistas que aparecen continuamente en tales medios promoviendo la secesión.
Y también debería hacerse una crítica a las Iglesias, incluyendo las musulmanas, que no se hizo
Pero las críticas deberían también extenderse, como bien pedía Hafida Oukabir, a las comunidades religiosas, que actuaron con gran solidaridad durante la crisis, lo cual aplaudo, pero olvidaron en el periodo pre-crisis la responsabilidad que todas ellas tuvieron en contribuir a crear las condiciones para que tal ataque ocurriera. Y es ahí donde debería criticarse a las religiones, o mejor dicho, a las Iglesias (las instituciones humanas que gestionan las religiones) por su actitud moralizante, arrogante y escasamente democrática. El lector me permitirá hacer una reflexión muy local y que espero aclare lo que digo. Si usted va al bello pueblo de Cadaqués en el Alt Empordà, verá que en un lugar muy prominente de la fachada de la Iglesia hay un reloj de sol. Y bajo tal reloj hay una frase que lo resume todo. Dice “Yo (el reloj de sol) sin sol no soy nada. Tú sin fe no eres nada”. Esta frase es enormemente insultante para los que no somos creyentes, al definirnos como parte de la nada. Bajo este lema de superioridad moral, que se presenta en todas las religiones, las Iglesias se han atribuido la potestad de dominar, explotar y violar todos los derechos humanos imaginables. Y la historia de nuestro país es un ejemplo de ello. Hubo épocas en Catalunya, en España y en Europa, en que el terrorismo de la Iglesia Católica –como en la época de la Inquisición- o durante su apoyo a la dictadura, estaba generalizado. Esto no se ha enseñado en nuestras escuelas y debería haberse hecho.
El Estado debería respetar las religiones, pero regular a sus Iglesias
Y el otro punto que debería también criticarse es la excesiva permisividad del Estado español (sea central, autonómico o local) hacia las Iglesias. Y estoy hablando de todas las Iglesias, que a través de la enseñanza y normativa moral que promueven alcanzar una enorme influencia sobre la población. En realidad, uno de los instrumentos más importantes que utilizó la dictadura franquista para mantenerse en el poder fue la Iglesia Católica, que era una rama del Estado (los sacerdotes eran pagados por el Estado y los obispos eran nombrados por el dictador), y que adoctrinó durante cuarenta años a toda la población. Incluso hoy la Iglesia Católica continúa ejerciendo una enorme influencia en la cultura general del Estado, siendo una de las máximas promotoras, por ejemplo, de la uninacionalidad del Estado y del machismo en el país.
En la España actual, las Iglesias (todas) están en situación privilegiada, la católica mucho más que cualquier otra, siendo ello una consecuencia directa, en el caso de la Iglesia Católica, de la continuación de la cultura franquista en las instituciones del Estado. Y este privilegio incluye una tolerancia excesiva que tiene componentes antidemocráticos, lo cual repercute negativamente sobre la formación y educación de la ciudadanía. Y ello aplica también a la Iglesia musulmana existente en España. Los Imanes -como educadores de sus feligreses- deberían estar regulados, aprobados y registrados por el Estado (sea este central, autonómico o local), asegurándose de que comparten los valores democráticos del país. No puede ser que algunas Iglesias Musulmanas sean “islas de otros países” dentro del país, financiadas desde fuera, transmitiendo una cultura distinta a la del lugar donde residen y viven sus feligreses. Es más, los Imanes deberían hablar el lenguaje de sus feligreses y tener los valores democráticos de la sociedad donde se ubican. Esta normativa, existente ya en otros países, debería aplicarse a todas las Iglesias, y también a la musulmana en España. Y las comunidades musulmanas necesitan presionar para que ello ocurra.
La integración de los jóvenes musulmanes a la sociedad 
Pero tales comunidades deberían presionar (junto con toda la sociedad) para que se integre a los jóvenes en la sociedad. Lo que es más importante conocer, de todo lo que ha ocurrido, es saber por qué unos jóvenes que parecían integrados en la sociedad catalana se convirtieron en terroristas. Este es el gran tema del que apenas se ha hablado. Cargar todas las culpas en el Imán es insuficiente. Tan importante es el mensaje como el mensajero. ¿Qué es lo que se estuvo transmitiendo a los jóvenes? ¿Era la transmisión de las brutalidades que se están cometiendo en los países de mayoría musulmana en los que los gobiernos occidentales, como España, están bombardeando o ayudando a bombardear a sus poblaciones? ¿O fue su motivación religiosa la de matar a los infieles? ¿O puede el deseo de recuperar Andalucía remontarnos entonces a la época medieval? Estas son preguntas que deben responderse, pues ello puede llevarnos a una reflexión general, muy necesaria, sobre cuál es el papel de las Iglesias en una sociedad democrática, dentro de otro debate, incluso más urgente y necesario, de cuál es la función de los medios de comunicación en nuestro país, que más que ser de información son de persuasión. La libertad y la democracia dependen, en parte, de ello.

miércoles, 30 de agosto de 2017


Los catalanes no son menores de edad y los demás tampoco


Puigdemont: "Espero que los terroristas lo hayan entendido: no nos derrotarán"
Cabecera de políticos y el Rey en la manifestación de Barcelona EFE
Entre presuntas encerronas y negadas inocencias seguimos avanzando en el duro tránsito hasta el 1 de Octubre, fecha del no menos presunto referéndum catalán. Los dramáticos atentados del terrorismo yihadista han venido a extremar la confrontación. Como punto culminante, la manifestación del sábado en Barcelona. Por ahora. La comparecencia, este miércoles, del presidente del PP y del gobierno, Mariano Rajoy, en el Congreso para responder por la Gürtel brindará a buen seguro nuevas ocasiones para imaginativas estrategias de acción y ocultación.
Moncloa cree que hubo una encerrona titula o mensajea la prensa de Madrid y alguna de Barcelona. ¿A quién? ¿Al PP que situó a sus figuras más destacadas rodeando a Felipe VI? ¿Al monarca? ¿Tampoco sabía el Rey de España a qué iba y por qué? ¿Desconocen que la etiqueta de la cortesía que aparca los conflictos no rige en la calle abierta? ¿Cabe menospreciar más a los ciudadanos que contarles la fábula de la encerrona? Lo que sí hemos hecho es aprender un poco más sobre este país en el que vivimos, sobre quienes lo gobiernan o quienes cuentan lo que ocurre.  Partamos de varias confusiones difundidas, varias de ellas –no todas- con total intencionalidad.
1º) Una manifestación no es un funeral.
Ya hubo su funeral oficial católico, para víctimas de distintas culturas por cierto. Y algunos más. En uno de ellos, en Madrid, el cura se volcó tanto en la unidad, la repulsa del terrorismo y la caridad cristiana que pidió el procesamiento de la alcaldesa Ada Colau, por no poder los bolardos que, según él, le ordenó el gobierno. Y para Manuela Carmena la edil de Madrid porque le cae mal y ya es suficiente razón.
2º) Una manifestación es política.
La vida de los ciudadanos se desarrolla en política. La política no muerde, ni siquiera cuando la hacen los contrarios limpiamente. Y de manifestaciones politizadas a lo grande y una se llenan las hemerotecas.
3º)   La reclamada unidad es una entelequia.
La sociedad no está unida, no es uniforme y difieren sus intereses. Lo cual, por cierto, enriquece. La unidad que reclama el intenso pensamiento dominante es la suya. Todo lo que se aparte de su idea es reprobable. Y en su unidad no cabe mayor táctica política. En la manifestación por las víctimas del terrorismo exigían la unidad de su concepto de España, como la exigen para sus políticas, formas y métodos. ¿Que el independentismo movió sus bazas? Por supuesto. Y los medios de forma ostentosa,  tan unánimes a favor de las tesis del PP de Rajoy y cuanto representa. Creo que muchos ciudadanos, muchos, miles de ellos, fueron con toda inocencia a plantar cara al terrorismo, a acompañar a las familias de los muertos y heridos.
4º) La Santa Inocencia.
Es la que no ha visto o no quiere ver el insistente juego sucio del ultranacionalismo español, tan vinculado a unas políticas concretas: muy conservadoras, muy injustas, muy tiznadas hasta de corrupción. Tampoco las fuerzas independentistas están limpias, y ni, por lo más remoto, lo que ofrecen es la panacea. Los errores del Procés retumban. Pero todo esto se sabía, se ha visto venir y crecer. Y ya está encima. Y toca lanzar sermones episcopales de unidad. Cuando, desde las portadas a los editoriales, pasando por artículos de variada intención, no hacen sino agrandar el problema. Que viene muy de lejos, y está muy enviciado y muy vapuleado.
Llama la atención que hasta catalanes de probada sensatez se apunten al asombro y la preocupación discriminada. Porque invariablemente, en la pretendida equidistancia, la mayor culpa recae en un solo lado. ¿No lo vieron venir? ¿No han asistido a la larga  historia de provocaciones y agravios? Hasta grabaciones existen de la guerra sucia desde Interior. Por no decir cómo calentaba el ambiente la prensa de Madrid hablando ya de boicot y acusando a Puigdemont en los días previos a la manifestación. Las cosas son como son y no como gustaría fueran.
5º) El paternalismo.
El factor más inadvertido, de enorme gravedad, germen de muchas conductas. Las declaraciones de los políticos españolistas y los titulares de la prensa de Madrid, han venido asegurando desde la manifestación de Barcelona que el independentismo boicoteó el acto, organizó la protesta. Algo que no ha destacado en absoluto la prensa internacional. El problema es que confieren al independentismo una capacidad de acción desmesurada para dirigir a las personas. A pobres seres sin voluntad propia que, con la dirección adecuada, van donde les lleven. Demuestran su propio pensamiento. Es muy evidente que ellos, esa prensa “de parte”, lo busca. Prensa, radio y televisión, y políticos de su círculo. Y deben creer que funciona. A ellos de alguna manera sí, pero las maniobras son tan burdas que presumiblemente algún día la gente se tropezará con ellas anudadas a su garganta e igual, antes de ahogarse, reacciona.
Lo preocupante es que hasta episcopados decentes y preocupados con causa estén llamando a una especie de autoridad que lo resuelva. Debe ser la educación en dictadura o  el profundo alejamiento que las élites demuestran tener del común de los mortales. La tentación del padre estricto no deja de crecer. Ocurre más en tiempos de desconcierto. George Lakoff lo definía muy bien en No pienses en un elefante, (UCM, 2004). Se ha impuesto la dirección y el castigo a compaginar con el despojo y el “apáñate como  puedas”.
Manténganse atentos porque el presidente prudente, el que no responde a las afrentas, el que se encuentra en una encerrona con el Rey rodeado de figuras de su partido y todos silbados por un grupo magnificado en su número, sin que nadie pudiera sospechar tal reacción, prepara más leyes restrictivas. Nueva vuelta al Código Penal propone. A ciertas ideologías siempre les da por lo mismo. Ningún país logra detener por completo los atentados, pero amordazar a sus ciudadanos se lleva mucho, es la moda del momento. Sánchez, secretario general del PSOE, ha pactado con Rajoy  “mantener una posición conjunta” ante, lo que llaman el "desafío soberanista catalán". Será cosa del bipartidismo. O del sentido de Estado del bipartidismo.
En conclusión, desconfiemos del patriotismo de personas para quienes la única patria es el dinero y el poder. En cualquier territorio.
Llegados a este punto de enconamiento, la salida más razonable sería celebrar la consulta. Posiblemente saldría que no. Si siguen echando leña a la hoguera va arder toda esperanza. En genérico. Ya ni estamos en el escenario en el que otros países llevaron a cabo un referéndum  en circunstancias parecidas. Y la mala noticia es que en ningún caso se resolverán las fracturas. Ni la catalana, ni la española, ni la relacionada con ambas estructuras.
Los ciudadanos en general somos seres adultos  y responsables. No necesitamos un papá que nos guíe más allá de los 12 años. Ni una mamá siquiera. Créanme, salvo unos cuantos -millones incluso pero no al punto de representar la mayoría-, sabemos lo que queremos, y no nos gusta que nos manipulen, ni nos engañen.

Blowin' In The Wind -Bob Dylan - Lyrics


Alguien que lo arregle

Un 57% de catalanes votaría a favor de la independencia, según la Generalitat
Un 57% de catalanes votaría a favor de la independencia, según la Generalitat EFE
Sin haber empezado a tramitar la famosa Ley del Referéndum, que tanto dio que hablar antes de las vacaciones de verano, los independentistas acaban de presentar la Ley de Transitoriedad, que tanto va a dar que hablar a la vuelta de las mismas vacaciones. Sin aprobar la primera, la segunda no sirve de mucho. Es como si James Cameron hubiera estrenado Terminator 2 cuando aún está a medio estrenar Terminator 1, demasiado espectáculo junto.
Si realmente se estuviera diseñando un marco de legalidad para la independencia, la Ley del referéndum tendría mínimos de participación y resultados, como en todos los precedentes que cita, y la Ley de Transitoriedad se habría aprobado después de que los catalanes votasen y sin elevar la unilateralidad a título para quedarse con el patrimonio o los funcionarios.
Ahora, si estamos en precampaña electoral de una ERC y una CUP que ven la oportunidad de devorar lo que queda de Convergencia, entonces tanto espectáculo es algo más que ruido; también para un Mariano Rajoy y un PP que tienen en Catalunya el argumento perfecto para intentar coger como rehén a la izquierda española.
Esta película ya la hemos visto demasiadas veces. Admitámoslo, el llamado procés nos está agotando a todos. A los catalanes porque viven en un bucle, como Bill Murray en Atrapado en el Tiempo pero con Carles Puigdemont en lugar de Andy McDowell, que no deja de constituir una diferencia bastante notoria. A los que no somos catalanes también nos agota, porque también existimos y tenemos problemas y demandas que el gobierno de Rajoy ignora, con la excusa de que están muy ocupados atendiendo el desafío catalán, y los medios de comunicación de ámbito estatal sólo recogen si se parece en algo a lo que pasa en Catalunya y se pueden indignar mucho.
Seguramente por eso cada vez emerge con más fuerza la demanda de quienes se niegan a elegir entre dos bandos que no parecen tener más interés que obligarte a escoger, la demanda de que alguien se decida a hacer política y asumir riesgos para arreglarlo como se hace en democracia: dialogando, acordando y asumiendo compromisos compartidos.
No se puede ir a la independencia con un respaldo que no supera ampliamente el 50% del electorado. No se puede bloquear la reclamación de más autogobierno con el voto de menos de la mitad de los catalanes. Sólo hay algo con sentido que se puede hacer: negociar, ceder y llegar a un acuerdo. Que alguien se ponga a ello parece una opción que seguramente, ahora mismo, tendría un respaldo abrumador en España y en Catalunya. El Estado español se hizo como se pudo en 1978. Es hora de construirlo como se puede y queremos en el Siglo XXI para atender los problemas de todos. 

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Eso es, Losada, que dejen de oirse y empiecen a escuchar a la ciudadanía de una puñetera vez, que sería lo normal en una democracia. Pero, claro, hay tanta tela que cortar, que a lo mejor una cosa tan sencilla como obvia es demasiado para todas y todos, tan acostumbrados a la complicación como sinónimo de inteligencia y sobre todo de tejemaneje político y de pereza mental hija del miedo a los cambios de rutinas. 
¿No os ha pasado alguna vez en una simple reunión de la comunidad de vecinos que al exponer un problema o alguna queja, alguien aporte una solución clara, con evidentes posibilidades de ser la adecuada y que la peña la rechace  no con razones ni lógica, sino porque "es que las cosas no son tan simples", "no, eso no va a ser posible", "¿por qué?"-pregunta el osado vecino que ha hecho la propuesta- "Anda éste, pues porque eso nunca se ha hecho y punto", y todos a coro escalonado: "pues claro, nunca se ha hecho", "no vamos a hacer algo que no sabemos como va a salir si no se ha hecho nunca". "...Bueno, -dice el administrador/Fátima Báñez- pasemos al siguiente tema, vecinerías". Lo mismo se hacía, por ósmosis, en las juntas municipales de distrito en aquella Valencia ppeppera en tiempos del cólera morbo, es decir de "el caloret" y del Ron Cacique. 

El pp da confianza a toda esa España mindundi y arrastrapiés que necesita siempre la garantía indeleble de que nada cambie, ya ni siquiera como decía Lampedusa a través de Tancredi en Il Gattopardo, que al menos, lo parezca. Ni eso, que luego se acostumbran a la facilidad y se creen que todo el monte es orégano. Y no. Por ahí ya no.

El diálogo político en España sólo sería posible si fuese impuesto por decreto ley y  por el Tribunal Constitucional e incluso por el Supremo si se complica la cosa y con la Guardia Civil de por medio y con los Mossos si aconteciere al otro lado del Delta del Ebro. O sea, por obligación. Con un par. Como Trillo sin ir más lejos cuando arregló de un plumazo gonadesco el asunto del Yak y sus víctimas. Recordemos que al pp no lo echó Zapatero, ni el Psoe ni las indecencia de Aznar y su submundo, sino el 11M. 
Recordemos que lo de la democracia-manárquica tras la dictadura fue también una imposición de EEUU y las potencias europeas que pusieron a España contra las cuerdas, no por miedo a que siguiese el régimen, sino por interés mercantil y logístico. España como miembro de la OTAN ya no cobraría nada por el alquiler de las bases americanas, es más, si ya todo el país era del club matarile, ni siquiera serían  necesarias, si es de la OTAN cualquier punto del país puede usarse como base y no solo gratis,  encima pagando en tropas, material y gastos comunes de mantenimiento. 

Dialogar en España es sinónimo de blandenguería y no de inteligencia. Todos los diálogos democráticos de corte y confección del poder, confluyeron en el guiñol del 23F y se hicieron migas ante la fuerza troglodita y la parodia real. Dialogar en España no es a favor del bien común, que acaba desautorizando a los flojos que ceden a cambio de acuerdos, sino un pulso para que gane un grupo sobre otro y que la victoria legitime los sopapos bien dados e incluso los enredos y habilidosas vainicas del juego sucio. Y, tiene razón Losada, eso durante años y años, cansa, agota y aburre, desenergetiza y chafa cualquier cosa. Eso es el sistema del pp. Gobernar por agotamiento de los gobernados. Y el Psoe esperando en la puerta a que se acaben los boatos del funeral y entonces entrar triunfantes entre despojos en la tierra quemada y perder una o dos legislaturas quitando la mierda que estaba extendida y atascando todo. Así nunca hay tiempo para gobernar nada ni renovar nada de verdad. Vueltas del burro en la noria.

El 15M  sacó a la luz que hay una España invisible que puede y sabe negociar en asamblea, que sabe escuchar y poner en marcha proyectos concretos de a pie que los gobiernos no consideran relevantes, como hacer plataformas cívicas sectoriales, como las mareas y las ILPs, las asambleas vecinales y los grupos de apoyo que se encargan de sostener psicológicamente a las personas damnificadas por los filibusteros del parné y que el Estado, cómplice manifiesto,  no tiene en cuenta ni conoce ni le importan. En esas movidas de la realidad y no de la especulación el diálogo está vivísimo, con datos, cifras, situaciones, rostros, nombres y apellidos. Si quisieran que se arregle este berenjenal sin salida, le pedirían al pueblo que sus grupos organizados acudiesen al Parlamento y a las comisiones del Senado, tomarían nota y obedecerían como es la obligación en democracia. Pero ellos se atrincheran en los escaños y salvo excepciones, la respuesta está en el viento.




martes, 29 de agosto de 2017

¡Qué drama, xd!







El pasado sábado, una marea humana se manifestó en Barcelona contra los atentados terroristas de la capital catalana y en Cambrils en el que han fallecido 16 personas. En la restringida zona de autoridades de la marcha, el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, se fotografió con algunas de las personas que allí estaban.
Una de ellas fue el embajador de Qatar, Mohammed Al Kuwari, quien publicó la imagen en Twitter. Una instantánea más de las miles que se hicieron ese día si no fuera porque se produjo cuatro días después de que Iglesias relacionara a Arabia Saudí y Qatar con la financiación del yihadismo.






Desde Podemos relatan a eldiario.es cómo se tomó la fotografía. Pablo Iglesias se encontraba en la zona de la manifestación reservada para las autoridades. Un lugar inaccesible no solo para el público general, también a veces para los colaboradores de los líderes políticos. La seguridad en los actos a los que asiste el jefe del Estado es siempre muy numerosa y contundente.
Según esta versión, el embajador se acercó a Iglesias dentro del cordón de seguridad. Le pidió que se hiciera una foto con él. El líder de Podemos accedió y, solo después, el representante catarí le reveló quién era. Después se marchó sin intercambiar más palabras con Iglesias.
Mohammed Al Kuwari fue uno más de los muchos que pidieron al secretario general de Podemos una fotografía. Hubo otras con asistentes anónimos a la manifestación.





Pablo Iglesias se fotografía con asistentes a la manifestación contra el terrorismo del sábado.
Pablo Iglesias se fotografía con asistentes a la manifestación contra el terrorismo del sábado. Dani Gago (Podemos) / Barcelona.
El secretario general de Podemos ha arremetido duramente contra algunos partidos políticos españoles y contra la Casa del Rey por su connivencia con Arabia Saudí y Qatar, países a los que relaciona con el yihadismo. "Algunos partidos en España temen sumarse al enorme consenso social respecto a la necesidad de revisar las relaciones empresariales con países como Arabia Saudí y Qatar, así como a proponer e implementar un control férreo de los flujos financieros y de los paraísos fiscales (clave en la financiación de las redes terroristas)", aseguraba Iglesias en un post en Facebook. "Sus compromisos con ciertos sectores empresariales pesan demasiado y les hacen desatender la responsabilidad de Estado", apuntaba como motivo.
El líder de Podemos también pedía en su artículo a los líderes de PP y Ciudadanos que reconozcan "que los intereses empresariales españoles en Arabia Saudí y Qatar no pueden condicionar nuestra política de Estado" y que asumieran "que las relaciones de la monarquía española con la monarquía saudí perjudican la imagen internacional de España y ofenden a buena parte de la ciudadanía".
Las acusaciones no son nuevas. La propagación del wahabismo, una de las ramas más radicales del islam y la oficial de Arabia Saudí, se ha señalado desde siempre como uno de los vehículos para radicalizar a musulmanes de todo el mundo. Riad, al igual que Qatar, cuyas familias regentes comparten lazos aunque ahora están enfrentados, ha financiado a grupos insurgentes de ideas islamistas o salafistas que han intentado derrocar al Gobierno de Asad en Siria.

Defensa de Qatar frente a Arabia Saudí

Al Kuwari es embajador de Qatar en España desde marzo, cuando presentó las credenciales al jefe del Estado en una ceremonia protocolaria en el Palacio de la Zarzuela.


Desde entonces su cuenta de Twitter ha publicado los habituales mensajes institucionales. Hasta junio. En la primera semana de ese mes se desató una crisis en el Golfo Pérsico que colocó a Arabia Saudí y sus aliados en el Golfo Pérsico frente a Qatar, precisamente a cuenta de las acusaciones de financiación del terrorismo.
El embajador se ha dejado ver en televisión explicando la posición de su país. Ha sido entrevistado por diversos medios. Se ha reunido con políticos como el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara.
También tuiteó una imagen de la dirigente andaluza de Podemos, Teresa Rodríguez, en uno de sus primeros días como eurodiputada, en 2014. El tuit muestra a Rodríguez con una camiseta a favor de Palestina. Una foto que publicó ella misma en su Facebook hace tres años.

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El bulo hubiera sido un éxito en escandalera y disparate si el intruso de la foto se hubiese identificado previamente ante el portavoz de Unidos Podemos, como el embajador de Qatar en España con ganas de foto y glamour, y Pablo Iglesias, ni corto ni perezoso, hubiese aceptado de mil honores semejante  marrón conociendo la identidad del polizón iconográfico. Pero resulta que la cosa fue un híbrido en plan ataque de piojo-mosquito tigre, aquí te pillo y aquí te acribillo y si puedo te desautorizo el discurso de ayer y lo dejo en agua de borrajas, donde pusiste a parir a mi maravilloso reino de Jauja petrolera y millonetis que le compra armas a tu país para matar lo que haga falta, mientras tú presumes de ser ajeno a todo. Ja! Pues que lo sepas, acusica Barrabás, al Padre vas...que va a ser que no, que con esta foto todos verán lo falso de tu discurso y lo honorable de mi anonimato de camuflaje... ¡Hale, chincha y rabia, qué ya verás como te van a poner los maruhenders, inders, pedrojoters, abeceiters, twitters, feisbookers e instagramers! A bajar de un burrers o de un camellers...según se encuentre el punto de nieve en las negociaciones, ya sabes que para mi país lo de la nieve es pan comido, a pesar de los 55º infernales de que disfrutamos mientras le atizamos al sostenimiento creciente al cambio climático, a la cochambre pobretona  de Yemen y regalamos el material pirotécnoco a los imanes fervorososque lo soliciten  para que el DAESH siga viento en popa a toda furgoneta, bala y bombona de butano haciendo heroicidades por esa UE malísima, por donde haga falta y, por supuesto, también  gracias al petróleo, que os estamos vendiendo a precio de saldo.No nos vengas ahora a jorobar este impecable trueque mercantil...inshalláh! 

Vamos, que  el amigo Mohamed Al Kuwari, se ha tenido que quedar a gusto con la inocentada, con ella ya tiene asegurado el porvenir como diplomático. Qué finura y qué limpieza de protocolos, qué sutil sentido de la oportunidad y de los asuntos de estado...jolín, por lo menos de las Mil y una Noches, en plan Simbad o Aladino, con lámpara a petróleo, como mínimo, y el Genio de parranda por ahí. Presentarse en la mani de Barcelona después del contubernio entre Felipe VI y el tenderete del pim-pam-pum...catarí que te vi, tras un atentado a cargo de los fanáticos mantenidos por su país, y una foto robada con P.I. ya es más que rizar el rizo: un gag "político" más digno de Aterriza como puedas que de Sherezade.
Anda, que está la diplomacia del pastón de un abandonao...cómo se nota que va quedando poco petróleo...Ya se les apunta cualquiera a embajador y ni se coscan; Pablo Iglesias, por si hay una próxima vez del numerito, lleva contigo un rosario bendecido por el papa y le pides con cariño  al atracador fotero que se haga un par de selfies contigo rezando a san Cucufato y luego se lo das a la prensa, a ver qué opinan en Qatar. Seguro que se mueren...del susto o de la risa. Pues aquí y ahora, ídem, eadem, idem. Mohamed Al Kuwari, el brazo distraído del fair to play. Y si le falla la diplo, Santiago Segura lo contrata, fijo, y encima con el aval de su malestad, el amigo, el colega de transacciones, el compiyogui por antonomasia, eso está hecho. Un carrerón.

El rey conversa con el embajador catarí en España tras la protocolaria entrega de credenciales, el pasado mes de marzo.
El rey conversa con el embajador catarí en España tras la protocolaria entrega de credenciales, el pasado mes de marzo. CASA REAL


Ecosocialismo o Capitalismo Verde, por Jorge Riechmann

  


 "El piso treinta

             del rascacielos sueña

    que no necesita cimientos"

            
                    ***

 "La derrota no es el final de la lucha

   sino el comienzo de otro aprendizaje"


                                   (Jorge Riechmann)


               -BRIGADA POÉTICA- 


Se puede seguir su trayectoria en tratarde.org

Sólo el Amor - Silvio Rodriguez

Aprended, pp y c's: el viejo comunismo socialista tiene mucho que enseñaros. Hay que ver cómo cunde el dinero público cuando no se roba ni se saquea...


Editorial en detalle

Nº: 262   Agosto  2017


Operación Milagro


Ignacio Ramonet



Le llaman “la Ceguera”. Es un conjunto de cuatro modernos edificios situado al suroeste de La Habana (Cuba), concretamente en el verde y boscoso municipio de Marianao. No lejos de la mundialmente conocida sala de espectáculos Tropicana y del que fuera colegio jesuita de Belén (1), donde cursó sus estudios secundarios Fidel Castro. Oficialmente se llama Instituto Cubano de Oftalmología Ramón Pando Ferrer (2) y ahí (3) es donde se inventó, el 9 de julio de 2004, a iniciativa de Fidel y de Hugo Chávez, la famosa “Operación Milagro” que le ha devuelto la vista a millones de personas ciegas y sin recursos no sólo en Cuba y Venezuela sino en decenas de países de América Latina y del mundo.
El hospital existía, en forma embrionaria (4), antes de la revolución cubana. Se llamaba “La Liga contra la Ceguera” (de ahí el nombre con el que aún se le conoce popularmente) y había sido fundado en 1956 por un grupo de oftalmólogos humanitarios, financiado por un patronato de beneficencia a base de donaciones voluntarias de la población. Pero la mayoría de sus médicos, después de la victoria de la revolución, abandonaron a sus pacientes y se marcharon a Estados Unidos.
Con el personal que no desertó y se mantuvo fiel al proyecto transformador, poco a poco, gracias también a un grupo de jóvenes oftalmólogos, se retomó el proyecto. Así fue consolidándose la idea de impulsar la creación de un Hospital Docente Oftalmológico enteramente financiado por las nuevas autoridades revolucionarias.
En 1988, a iniciativa del presidente Fidel Castro, se creó, en el seno de este hospital, con los más modernos equipos tecnológicos, el Centro de Microcirugía Ocular que pronto iba a situar a Cuba en los primeros puestos, a nivel mundial, en materia de cirugía de cataratas, miopía y glaucoma. De todo el planeta empezaron entonces a acudir pacientes para someterse a delicadas intervenciones. Y la excelente reputación del “Pando Ferrer” se fue extendiendo por el mundo entero.
“¿Cómo surgió la idea de la ‘operación milagro’?”, le pregunto al doctor Marcelino Ríos, director del Hospital Pando Ferrer. Acompañados por la Dra. Eneida Pérez, que dirige el departamento de cataratas, estamos en su modesto despacho en el que destaca una gran foto en blanco y negro, enmarcada –obra de Alberto Korda–, que muestra en primer plano a Fidel Castro encendiendo un cigarro junto a Che Guevara.
El Dr. Ríos lleva su bata blanca bien abrochada por encima de una camisa azul, está sentado ante una mesa repleta de libros y documentos, y me cuenta: “Todo empezó un 9 de julio del 2004. Se cumplen ahora exactamente trece años. Yo estaba ya de director. Recuerdo que era un viernes, ya de noche, pasadas las siete de la tarde. Una gran parte del personal, como es lógico, ya se había ido a su casa. Empezaba el fin de semana... Y, de pronto, me anuncian que llega, de improvisto, Fidel. ¡Imagínese!”.
El Dr. Ríos se echa las manos a la cabeza y hunde los dedos en su espesa cabellera gris mientras, abriendo bien grandes los ojos, trata de reproducir la traumática sorpresa de entonces: “Ignoraba a qué venía el Comandante... Y me puse a reunir a todos los doctores que, a esa hora, podía encontrar disponibles. No eran muchos, cuatro o cinco a lo sumo. Entre ellos estaba la jovencísima Dra. Eneida Pérez, que no debía tener ni treinta años entonces... Llegó Fidel, con su uniforme verde oliva, sus botas altas, afable como siempre. Venía solo, sin ningún ministro. Nos reunimos en un salita pequeña. Expectantes... Y ahí, sin muchos preámbulos, bebiéndose un vaso de agua, Fidel nos pidió, como un favor, si podíamos recibir el día siguiente por la mañana –un sábado...– a un grupo de cincuenta pacientes venezolanos que estarían llegando de Caracas para ser operados de cataratas...”.
“¿Ya dominaban ustedes la cirugía de las cataratas?”, le pregunto a la Dra. Eneida Pérez. Venerada por sus pacientes, amable y bondadosa, considerada como una de las mejores cirujanas oftalmólogas del mundo, la Dra. Eneida me explica: “Bueno, quizás no tanto como ahora con trece años más de experiencia... Pero ya realizábamos, en 2004, unas setecientas cirugías por semana... Y ya entonces, varios de nosotros, exactamente siete, dominábamos la más novedosa técnica quirúrgica, la Blumenthal (5), para el tratamiento de las cataratas, enfermedad que es responsable, hay que recordarlo, de la mitad de los casos de ceguera en el mundo”.
“Al día siguiente –prosigue el Dr. Marcelino Ríos– a las siete de la mañana, llegaban a nuestro hospital los cincuenta venezolanos anunciados por Fidel. Una hora después ya habían sido operados los primeros de ellos. Y el lunes siguiente, nuestros siete cirujanos, trabajando sin descanso, habían operado a todo el grupo. Me llamó Fidel para felicitarnos y preguntarme si podíamos operar a más gente... ¿A cuántos más? le pregunté. Y ahí es cuando me dice que, sin duda, se había expresado mal porque lo que él nos había pedido era operar a cincuenta venezolanos... ¡al día! Además, eso no debía perturbar el servicio a los pacientes cubanos que ya operábamos normalmente...”.
“Tuvimos que traer a otros siete oftalmólogos del interior del país porque no dábamos abasto... –me explica la Dra. Eneida Pérez–. Tuvimos que constituir dos grupos: el primero empezaba a las 7 de la mañana... Terminaba a final del día... Calcule usted, cada intervención en aquella época duraba unos 15 minutos... Y cada cirujano operaba a unos sesenta o setenta pacientes al día... En total, los catorce cirujanos operábamos a una media de unos 500 pacientes cada día... Fue un reto formidable. Tuvimos que sobrepasarnos. Dos meses después, habíamos operado a unos 14.000 pacientes. Casi todas eran personas sin recursos. Con anécdotas muy conmovedoras: madres o padres que veían a sus hijos por primera vez... Ciegos de nacimiento –porque hay cataratas de nacimiento...– que por fin recobraban la vista y descubrían el mundo... Muchos lloraban de emoción. Humanamente fue una experiencia fabulosa”.
“Fidel –recuerda el Dr. Ríos–, un tiempo antes, en una reunión precedente, me había preguntado: ‘¿Cuál es la mejor tecnología para la cirugía oftalmológica, sin contemplar precios pero obviamente que no sea norteamericana?’. Le dije, sin vacilar, que era la alemana o la japonesa. Y el Comandante, a pesar de las reservas expresadas por algún ministro, mandó importar lo mejor. Para dar el mejor tratamiento a nuestro pueblo. Ello permitió a nuestros médicos y a todos nuestros especialistas formarse en las técnicas más actuales, más avanzadas. Sin esos equipos de alta tecnología y sin esos progresos no hubiésemos estado a la altura del desafío que nos planteó aquel 9 de julio de 2004. Fidel lo tenía pensado, no me cabe duda, desde mucho antes. Recordemos que, con Hugo Chávez, ya habían lanzado con enorme éxito, en Venezuela, la ‘Misión Barrio Adentro’, enviando a miles de médicos cubanos a los barrios más pobres para atender a pacientes que, a veces, no habían visto a un doctor o a un dentista en toda su vida. Por eso, los dos Comandantes conciben la idea de lanzar la ‘Operación Milagro’. Pero no divulgan la iniciativa; la mantienen en secreto hasta ver si todo sale bien”.
“Durante más de un año –prosigue la Dra. Eneida Pérez– estuvimos operando a miles y miles de pacientes venezolanos. Se estableció un verdadero puente aéreo con Caracas. Cada enfermo venía, por razones obvias, acompañado de un pariente. Y a este pariente, nuestros servicios médicos lo sometían a un examen de salud completo, multidisciplinario. Y a menudo se descubría que padecían diversas afecciones de salud o padecimientos crónicos; y también se les trataban. O sea que paciente y acompañante regresaban a su país totalmente curados”.
“¿Cuándo se anunció públicamente la existencia de la ‘Operación Milagro’?”, le pregunto al Dr. Marcelino Ríos. “Fue –me contesta– en el marco del programa de televisión ‘Aló Presidente’ que se realizó aquí en Cuba, en la provincia de Pinar del Río, en un poblado llamado Sandino, el 21 de agosto de 2005. Ahí es donde los presidentes Hugo Chávez y Fidel Castro anuncian que ya se han operado más de 50.000 pacientes y divulgan la existencia del convenio mediante el cual se crea la ‘Misión Milagro’, que plantea intervenir quirúrgicamente a seis millones de latinoamericanos, aquejados de enfermedades oculares, en un lapso de una década. Se le puso de nombre ‘Milagro’ porque es la expresión popular de centenares de pacientes que, al recobrar la vista, exclaman sorprendidos: ‘¡Es un milagro!’. Muchos de ellos nos contaban sus experiencias de peregrinar por los diferentes servicios de salud de sus respectivos países, sin recibir respuesta. Y ya habían abandonado toda esperanza de recuperar la vista algún día...”.
“¿La ‘Operación Milagro’ –le pregunto al Dr. Ríos– se ha extendido a otros países además de Venezuela?”. “El año siguiente al anuncio hecho por los Comandantes Fidel y Chávez, o sea en 2006, abrimos varios centros oftalmológicos en Venezuela, integrados por profesionales cubanos –un centenar de ellos trabajadores de nuestro hospital Pando Ferrer–. Debo precisar que, en la ‘Operación Milagro’, participan unas 165 instituciones cubanas. Y se dispone, además, de una red de cincuenta centros oftalmológicos con 82 posiciones quirúrgicas en 14 países de América Latina y el Caribe. Porque, en efecto, Fidel y Chávez, a partir de la experiencia cubana, decidieron ampliar el servicio a otros países, incluyendo a varios Estados del Caribe, como Haití y San Vicente y las Granadinas. Bolivia fue la siguiente nación. Después se sumaron Guatemala, Honduras, Ecuador, Paraguay, El Salvador, México, Argentina, Uruguay... Hasta alcanzar una veintena, más otras decenas de establecimientos quirúrgicos abiertos por personal cubano en África y Asia”.
En el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay unos 45 millones de ciegos. Y, como nos lo precisaba la Dra. Eneida Pérez, la mitad de ellos, o sea unos 25 millones, lo son sencillamente a causa de las cataratas. Lo que significa que, con una simple operación quirúrgica, esos 25 millones de personas podrían recuperar la vista. Dicho de otra manera, esos 25 millones de personas son ciegas porque son pobres. Porque no pueden costearse una intervención quirúrgica de alto coste, o porque no viven en un país con un sistema público de salud que preste esa atención y asuma ese gasto. Esa es la tremenda injusticia que quisieron combatir los líderes de la revoluciones cubana y bolivariana. Igual que ambos combatieron y erradicaron por completo el analfabetismo en sus respectivos países, se propusieron erradicar la ceguera.
Algunos quizás se pregunten si todo esto que estoy diciendo no es más que propaganda. Para verificarlo, como yo era muy miope y con unas cataratas muy complicadas, decidí probar en mi propia persona la “Operación Milagro” y someterme a cirugía en los dos ojos.
Después de los análisis pertinentes, mezclado con las decenas de pacientes que llenan los pasillos del Hospital Pando Ferrer, me sometí a la intervención. Con sus manos de ángel, la Dra. Eneida Pérez me operó. Una semana el primer ojo. La semana siguiente el segundo. Seis o siete minutos a cada vez. Cero dolor. Increíble. Totalmente ambulatorio. Apenas operado, te levantas de la mesa del quirófano por tus propios pies y, sin la ayuda de nadie, te marchas a casa. Dos horas después, te retiras tú mismo el esparadrapo que cubre el ojo operado. Milagro. Ya ves bien. Ya puedes hacer vida normal. Puedo dar testimonio de ello. ¿Cómo no pensar en los millones de personas que han vivido esta experiencia? ¿Cómo no estar eternamente agradecidos a los dos Comandantes que impulsaron este grandioso milagro?   

(1) Su edificio lo ocupa hoy el Instituto Técnico-Militar.
(2) Ramón Pando Ferrer (1933-1958) fue un joven estudiante cubano –dirigente estudiantil en la Universidad de Las Villas y militante del Directorio Revolucionario 13 de Marzo– que luchó contra la dictadura de Fulgencio Batista (1952-1959). Arrestado por soldados batistianos, es torturado y asesinado. No se han hallado sus restos mortales.
(3) Dirección postal: Instituto de Oftalmología Ramón Pando Ferrer, calle 76, n° 3104, entre 31 y 41, Marianao, Ciudad de La Habana, Cuba. Tel.: +53 72654800. Sitio web: www.pando.sld.cu/
(4) En 1959, cuando triunfa la revolución, aún no se había terminado de construir el primer edificio de los cuatro que conforman hoy el conjunto hospitalario.
(5) El profesor Michael Blumenthal, de Israel, es el autor de la técnica de extracción de catarata extracapsular por pequeña incisión realizada manualmente [Manual Small Incision Cataract Surgery (MSICS)]. Léase su libro: Cirugía manual de catarata con incisión pequeña (Ed. Highlights, 2004). 


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Si en vez de Ignacio Ramonet, esta historia la contase la Biblia, a Fidel y a Chávez les llamarían ángeles envíados por Yaveh para sanar la ceguera de los pobres y desasistidos, maltratados  por los reyes impíos de Israel o de Babilonia... Menudo temazo material y simbólico para una homilía ¿verdad, iglesias católicas resignadas o luteranas  protestantes y eso?
Pensad, pensad, buitres queridos y de-votos, mucho más ciegos que los ciegos, aunque a lo mejor el peso de la ambición, de las mentiras, los infundios despellejadores de lo inalcanzable y de los latrocinios "normales" en vuestra condición contrahecha, no os permiten que las neuronas puedan ejercer su natural función. Y la conciencia missing, mucho menos. Una lástima.