Los padres de Xavi, el niño de 3 años asesinado en Las Ramblas, se abrazan con el imán de Rubí
“Necesito darle un abrazo a un musulmán. Que esa gente no
tenga miedo. Necesito hacerlo”, ha dicho Javier Martínez, que perdió a
su hijo en el atentado de hace una semana
Los dos han visitado la mezquita del pueblo natal del pequeño, donde residen, y han estado junto al imán suplente del municipio, Driss Sally, que no ha podido reprimir las lágrimas
Los dos han visitado la mezquita del pueblo natal del pequeño, donde residen, y han estado junto al imán suplente del municipio, Driss Sally, que no ha podido reprimir las lágrimas
Los padres de Xavi, el niño de 3
años asesinado el pasado 17 de agosto en Las Ramblas de Barcelona, han
visitado junto a su familia este jueves la mezquita de Rubí, el pueblo
natal del pequeño y su lugar de residencia. Ahí, como parte de un
homenaje a las víctimas del atentado, se han fundido emocionados en un
abrazo con el imán suplente del municipio, Driss Sally, que no podía
reprimir las lágrimas.
“Gracias a todos. Me encanta ver que la Rambla vuelve a
estar llena. Que no haya miedo”, ha dicho Javier Mártinez, el padre,
según reproduce El Periódico de Catalunya.
“Necesito darle un abrazo a un musulmán. Que esa gente no tenga miedo.
Necesito hacerlo”, ha añadido. Horas después, se ha producido el
encuentro con Sally.
“Sé que hay otro crío muerto. No
he podido conocer a nadie, pero comparto el dolor con ellos. Con todos.
También comparto el dolor con los familiares de los terroristas. Lo
comparto. Somos personas. Somos muy, muy, muy, muy personas. No estoy
hablando como si estuviera drogado. No tomo ningún tipo de pastillas: no
las necesito. Estoy hablando con el corazón”. Javier también ha querido
dar las gracias a los Mossos: "Son una de las mejores policías del
mundo".
El padre de Xavi también afirma su deseo de
que “la muerte de mi hijo sirva para algo”, apelando a la unidad y el
carácter acogedor de Catalunya. El niño paseaba el pasado día 17 por las
Ramblas junto a su madre, una de sus dos hermanas (también presentes
hoy en el acto) y su tío cuando fue arrollado por la furgoneta de los
terroristas. Un agente de la Guardia Urbana intentó reanimarlo con un
desfibrilador de una farmacia del paseo. Al no encontrar ninguna
ambulancia, el policía lo montó en su coche patrulla y lo llevó al
Centre d'Urgència d'Atenció Primària Perecamps, donde no
pudieron salvarlo.
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