jueves, 17 de agosto de 2017



Los neonazis de la manifestación de Charlottesville desde muy cerca




Este reportaje de Vice News nos coloca lo más cerca posible de los sucesos ocurridos en Charlottesville este fin de semana. En especial porque la periodista Elle Reeve y el cámara acompañan a los neonazis que convocaron la concentración. No nos permite saber exactamente quiénes son, pero sí cuáles son sus ideas. En cuanto al peligro que suponen, lo mejor es la frase que pronuncia uno de los promotores, Christopher Cantwell (después de dejar sobre la cama de su habitación todas las armas que llevaba encima): “Creo que mucha más gente va a morir aquí, francamente, antes de que acabemos”.
También cuenta con imágenes de la noche anterior, de la marcha con antorchas en el parque donde está la estatua de Robert Lee, con gritos contra los judíos y el eslogan revelador de “Blood and soil” (sangre y tierra). Es decir, “Blut und Boden”, una invocación fundamental para los nazis alemanes en los años 30. Esa es la concentración que Trump defendió por oponerse a la retirada de la estatua de Lee, aprobada por el Ayuntamiento.
En el reportaje aparece el momento en que la gente de Charlottesville pone fin a una rueda de prensa del principal organizador de la manifestación ultra, Jason Kessler, que decidió hablar ante los periodistas ante el Ayuntamiento de la ciudad. Después de unas pocas palabras, tuvo que salir huyendo cuando algunos pensaron que la provocación había ido demasiado lejos. Hay mejores imágenes del momento en este vídeo.
Una de las conclusiones que se pueden sacar de las imágenes del reportaje de Vice News es que el desenlace pudo ser mucho peor. La pregunta es evidente: ¿dónde estaba la policía? Un principio básico de cualquier actuación policial cuando hay una manifestación y una contramanifestación es que no puedes dejar bajo ningún concepto que ambos lados se acerquen. Tienes que crear un perímetro y un cordón policial que impida que estén situados a muy pocos metros. La concentración de los ultraderechistas había sido autorizada por un juez. El Ayuntamiento y la Policía local no podían prohibirla. Eso no quiere decir que no pudieran legalmente hacer nada.
Tal y como se comporta la policía en EEUU –no hay que hacer mucho en una protesta en la calle para que te detengan–, su pasividad es difícil de creer. Tenían que haber controlado el parque mucho antes de la hora de comienzo del acto, las 12.00 hora local, para controlar la situación. Esperaron fuera de él hasta que el gobernador de Virginia declaró el estado de emergencia local, momento en que desalojaron el parque sin problemas. Pero lo que hacían a partir de ese instante era ocupar un parque vacío y el conflicto se había trasladado a otras zonas de la ciudad.
El gobernador destacó que muchos de los manifestantes ultraderechistas contaban con más armas que la policía. Eso no aparece en el reportaje de Vice News. El mismo sábado, vimos cómo un grupo de miembros de una milicia se presentó en Charlottesville con uniformes militares y armados con fusiles de asalto. La legislación sobre armas en Virginia permite este tipo de cosas. El jefe de policía local negó que sus fuerzas estuvieran intimidadas por esa demostración de fuerza. Pero el caso es que no aparecieron donde debían estar.

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Y ahora las preguntas que podemos hacernos entre copa y copa de fútbol o entre sálvame y series televisivas a la carta, o entre chapuzón, cervecita, tapa y videojuego:

¿Este es el mundo que queremos?

¿Sería posible ese mundo si EEUU y el resto de sus fans fuesen demócratas y civilizados?

¿Es posible un mundo libre, justo y humano compuesto por individuos esclavos de sus instintos y teledirigidos por un cómodo e inútil concepto de libertad que esconde cadenas y cerrojos para la lucidez, la igualdad, la empatía social y la convivencia plural?

El despertar de la conciencia es contagioso. Si suena tu despertador interno no lo apagues, no te calles. No te escondas. No te aísles. Sal de tu burbuja y comparte tu experiencia personal, aunque de repente te sientas como un marciano, pronto encontrarás a muchas más conciencias como la tuya y juntos sabréis cómo iniciar caminos y proyectos liberadores. 

Que no te timen con el cuento de "cumplir tus sueños" egocéntricos, ésos que consisten en comprarte una moto de alta cilindrada, un coche nuevo cada año, un chaletazo en la playa más juerguista o un velero para fardar de lo que no tienes ni conoces:conciencia (si la tuvieses esos sueños te darían risa y en algunos casos, hasta asco y un poco de pena). Mienten aunque no lo sepan quienes te hablan de ese tipo de "sueños" que acabarán en pesadilla antes de lo que imaginas. 

No hay sueño particular que se pueda hacer verdadero  y que dure, en un mundo tan tenebroso como agresivo y hostil en el que todo dura un suspiro: lo que se tarda en consumir el momento y la sensación; mientras ese mundo no vaya mejorando en calidad de vida para todos -que incluye la de una misma, claro-, mucho más que en cantidad de artilugios tecnológicos y de bancos pirañas, solo será una quimera vacía de sentido con fecha de caducidad como los yogures. 
El único sueño con posibilidades es el que nos mejora como individuos y, por ello, como colectivo. Nos abre caminos profesionales y vitales. Nos hace creadores de nuestras propias marcas de valor incalculable y compartible. Y eso no es un sueño ilusorio, es un estado que se convierte en modo de vida y de gestión vital, una dedicación plena, un deber afectivo y fraterno, un agradecimiento al milagro cambiante de la vida y un gozo que nada ni nadie te puede arrebatar, porque cuanto más se da, más aumenta  y más cunde.
Si el dinero  y los recursos se gestionasen así, se acabarían inmediatamente las crisis económicas y los craks financieros, que se producen, no por abundancia y excesos de derechos e igualdad entre los seres humanos, sino por todo lo contrario: por acumulación enfermiza y rácana de casi todo para muy pocos que no producen nada tangible y solo cobran beneficios,  y carencia absoluta de casi todo para los que producen la riqueza.

Los alimentos acumulados en exceso se pudren para sus dueños y al mismo tiempo producen hambruna en los que trabajan y no comen. Cuando los trabajadores protestan por esa desigualdad flagrante, los dueños del almacén donde se pudre el exceso acumulado llama a la policía que apalea a los que carecen de todo. Entonces los amos del cotarro, siempre en minoría, se montan su defensa a base de discriminación de "clase" represora y discriminadora, un racismo económico. Y ya tenemos un fascismo para defender 'las  libertades y la patria', con ello demuestran la falacia de su horripilante y obtuso concepto de libertad y patriotismo.
Ellos y sus ancestros, también tuvieron 'sueños' contantes y sonantes que cumplieron: devastar el Planeta mientras acumulan bienes para morirse reventando de abundancia podrida. Y dejando un mundo cada día más horrible y lleno de cadáveres de generación en generación, aniquilando seres que, en tantos aspectos, podrían darles cien vueltas en todo, cuyas mentes y trabajos hubiesen sido un tesoro para la humanidad, pero que acaban deshechos bajo las bombas del negocio, tiroteados y ahogados por las mafias de los miserables acumuladores y explotadores compulsivos de recursos humanos, económicos, financieros, estratégicos, tecnológicos y bélicos.

La estrategia de la UE pagando asesinos de inmigrantes en el Mediterráneo es la misma que la de EEUU y sus miles de Charlottesvilles en acto y potencia. Los mismos perros sólo con distintas ubicaciones geopolíticas, porque hasta el collar, el ladrido y los mordiscos son los mismos. Idéntico el pedigrí.



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