domingo, 20 de agosto de 2017

La falsa unidad-mogollón contra el terrorismo es demagogia


Parece que el estado español estuviese esperando una barbaridad como la de los atentados terroristas , para proclamar su bando de unidad en un país roto mucho más por la injusticia y la falta de escrúpulos y conciencia, que por cualquier amenaza violenta de origen exógeno. España, como Europa ya están rotas desde hace años. El terrorismo solo consigue poner en evidencia la rotura entre estado y sociedad, entre las políticas en hibernación y la carencias de  gestión adecuada en  las convulsiones sociales sin solucionarlas jamás, sólo poniendo tiritas en las profundas heridas que el mismo sistema actual va dejando abiertas por todas partes. Por eso el afán de unitarismo es la herramienta "providencial" para tapar agujeros descomunales en un tejido sociopolítico incapaz de atender ni solventar asuntos fundamentales que por un lado les desbordan y por otro les importan un rábano.

El mismo estado que ahora predica unidad, lleva la tira de años intentando fragmentar con sus malos tratos sociales y sus partidos trepadores a costa del dolor colectivo, el alma y el cuerpo de los pueblos de España; ni Barcelona, ni Cataluyna ni el resto de territorios necesitaban esa descarada e interesada  exhibición de oportunistas y aprovechados convocando y presidiendo la manifestación multitudinaria de toda la ciudadanía a favor de la solidaridad y el apoyo a las víctimas -no a los gerifaltes que se apuntan a un bombardeo publicitario- junto a la denuncia de la barbarie y del terror. La prueba es que ningún preboste  se dio por aludido en las primeras horas de los atentados, ninguno apareció en el lugar de los hechos ni en los hospitales, ni ayudó a coordinar nada; estaban de vacaciones. Como casi siempre.
Sólo conocemos un caso en que un Presidente de Gobierno dejase de lado sus vacaciones y volase a Galicia que ardía por los cuatro costados. Fue Rodríguez Zapatero, el mismo que propuso en la ONU una alianza de civilizaciones que ayudase a cortar por lo sano el peligro de la radicalización global que se estaba poniendo en marcha. El mismo que acude a Venezuela para promover la escucha y el diálogo y desterrar la violencia para poder entenderse en favor del pueblo. El mismo que medió entre Chávez y el grosero rey Juan Carlos en medio de un acto de política internacional hace años, del quedó para la historia aquel patético farfullo del "¿podqué no te callas?".
Qué curioso, que sea ese tipo de político sensible, afable y conciliador el más desprestigiado, el más ridiculizado y el menos valorado, cuando socialmente es el que más ha avanzado en tantos sectores de una regeneración política y social, como la igualdad y la memoria histórica, por ejemplo. Nadie ridiculiza las mentiras de Azanar en el 11M, ni su pacto de cretinos en las Azores, ni la creación de las burbujas que nos han arruinado a largo plazo, ni su entronización de Rato t de Blesa como adalides de su política económica  y bancaria, ni la instauración de los privilegios y de la corrupción que nos ha triturado económicamente. Es curioso que la prensa olvide con tanta facilidad lo uno y lo otro. Y que su capacidad para repasar las hemerotecas sea tan deficiente, teniéndolas tan a mano. 

Recuerdo muy bien lo que dijo e hizo  Zapatero   el 11M de 2004 cuando los periodistas le fueron a tirar de la lengua con la actitud del pp, acerca de las hipótesis sobre la autoría del atentado: "Disculpen que no pueda atenderles ahora, es que lo más urgente es ir junto a las víctimas, voy al hospital ahora mismo, porque ellas y sus familias son lo primero." 

En 2008, cuatro años más tarde, cuando la crisis, la actitud de Zapatero me defraudó completamente y el Psoe, por igual, me parecieron cobardes y nada lúcidos ni responsables, siguiendo el juego a una UE sin ética ni decencia, e incapaces de negarse a la eliminación del artículo 135 de la Constitución sin siquiera informar ni preguntar a sus conciudadanos, como se hizo en Islandia, por ejemplo, en un momento aún peor que el nuestro. 

Sin embargo en tiempos de dolor y de desastre violento, como  estos días, reconozco que echo de menos a peña como aquel presidente tan mal valorado y me reafirmo cada vez más en la necesidad perentoria que tenemos en todas partes del mundo actual, de portavoces y gestores políticos con valores de humanidad y de empatía sincera y activa, que pongan por delante a las personas antes que el politiqueo (Zapatero al rechazar aquella entrevista "desaprovechó" la ocasión para denunciar los juegos sucios del "enemigo" político para asistir a quienes más necesitaban ayuda) y de que nos sobran sociópatas con ambición y simple mecánica sin alma para ocupar puestos de poder que utilizan sólo para su beneficio y el de sus colegas de abusos. Como ha sido el baño de masas que se han dado en Barcelona los mismos a quienes les es indiferente el dolor del prójimo que que usan, con todo el morro, para hacerse publicidad. Si les importase tanto ese dolor del que se pitorrean en realidad, no harían papilla a los trabajadores, no les dejarían en la calle, no les recortarían sus derechos, no les exprimirían hasta el máximo con una reforma laboral propia de negreros y amparando a delincuentes  compisyoguis e íntimos amigos, no darían a los bancos y a las grandes empresas plenos poderes hasta por encima de la Constitución, rechazarían rotundamente la aceptación del TTIP y del TISA y de todos los engendros yankies-UE que desean reducir a cero los derechos de los trabajadores y trabajadoras...

No sé, a lo mejor esto es la simple praxis constatable del refrán "bueno me hará quien detrás vendrá". Espero que no. Lo cierto es que especímenes como Rajoy y Azanar harían bueno hasta a Calígula, lúcida y cuerda a Juana la Loca, decente al Duque de Lerma e inteligente a Carlos II de Austria. 

Tal vez el Ayuntamiento debería haber convocado la manifestación del pueblo, de la ciudadanía, en otro lugar de Barcelona y dejar solos al club de los vivales del fraude electoral, con la exhibición farisea de su unidad pírrica y de paripé, en la mascarada oportunista del viernes sostenida por un pueblo que no se merece tales jetarcas (no es una metátesis involuntaria, jetarcas: un neologismo improvisado para denominar con propiedad el poder de la jeta.  Hay momentos de la historia política en que la realidad se queda sin definiciones ante el shock de lo que le sale al paso). No han estado finos en eso los catalanes y sin querer, seguramente, cegados por el dolor  le han dado alas al mejunje de siempre: a ese estado piraña e ilegítimo que nos tiene secuestrados con sus liturgias y fanfarrias teatrales. Echamos de menos a aquella Ada Colau valiente y sin prejuicios y echamos demás a esa alcaldesa irreconocible con partido propio, que corea la unidad con el lumpen político mientras sacude a los manteros de las calles como si fuesen alfombras (*).

Tenemos que conseguir que las lágrimas y la pena no nos impidan ver lo que hay tras el carnaval de la hipocresía manipuladora. Porque si no lo hacemos ya, nada cambiará en el reino de nunca jamás. Y seguiremos repitiendo curso de sumisión integral por los siglos de los siglos.


(*)
LOS DERECHOS HUMANOS EN LA CAPITAL CATALANA

SOS Racisme tacha la actitud de Barcelona hacia los manteros de "hipócrita y racista"

La organización denuncia 44 casos de abusos policiales hacia vendedores ambulantes entre el 2010 y el 2016, ocho este último año

Exige a Ada Colau que revise los protocolos de la Guardia Urbana y expulse del cuerpo a los agentes responsables de estos episodios

HELENA LÓPEZ / BARCELONA
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Alba Cuevas, Lorena Antón y Alicía Rodríguez, de SOS Racisme, este martes en la Rambla. / RICARD FADRIQUE 

 
SOS Racisme ha exigido este martes al gobierno de Ada Colau que revise "la marca de ciudad que quiere proyectar al mundo" y entienda que priorizar el turismo de masas y no aceptar la imagen de negros vendiendo con mantas en el paseo de Gràcia es una decisión "hipócrita y racista". La petición se ha hecho en el marco de una rueda de prensa convocada por la entidad para hacer público que en Barcelona persisten las "prácticas policiales racistas" hacia los manteros.
Su directora, Alba Cuevas, ha denunciado que la Guardia Urbana ha protagonizado 44 casos de abuso y vulneración de derechos contra vendedores ambulantes entre el 2010 y el 2016, ocho de ellos en el 2016, "cuando este gobierno ya llevaba un año al mando". Como respuesta a esta situación de "racismo institucionalizado", Cuevas ha instado a la alcaldesa Colau a expulsar del cuerpo a los agentes responsables y ha recordado que su organización no defiende "siempre" a los manteros, y que los casos que llevan han pasado antes un estricto protocolo. "La represión por parte de la Guardia Urbana, el Código Penal y la ley de extranjería" son un "cóctel altamente peligroso para los derechos humanos", ha alertado.
La organización de defensa de los derechos humanos evidencia que la venta ambulante no autorizada es una realidad estructural que ha existido siempre en Barcelona, y recuerda que las personas que se dedican a ella están altamente expuestas a sufrir situaciones de abuso y vulneraciones de derechos, "lo que no suele tenerse en cuenta al abordar el tema", ha criticado.

IDENTIFICACIONES POR PERFIL ÉTNICO 

Cuevas ha puesto también sobre la mesa que la policía barcelonesa no sigue un protocolo claro de actuación "que respete, proteja y garantice los derechos humanos". Las prácticas arbitrarias y los casos de abuso más habituales, según las experiencias recogidas por esta organización, son las identificaciones por perfil étnico, las detenciones ilegales, los atestados 'ad hoc' para justificar la actuación policial y la aplicación de la vía penal como primera opción, en lugar de priorizar la sanción administrativas, que, a sus ojos, es la infracción más clara en cualquier caso.
"Además, el Ministerio Fiscal acostumbra a pedir penas desproporcionadas, con un resultado evidente: la impunidad de los agresores y la criminalización de las personas que se dedican a la venta", ha destacado Alicia Rodríguez, coordinadora del servicio de atención y denuncia de la entidad.

DELITOS FALSOS

Para ilustrar estas situaciones de vulneración de derechos, Rodríguez ha expuesto el caso de 'Manel' -nombre ficticio- un vendedor ambulante senegalés que lleva 12 años viviendo en Catalunya con permiso de residencia. Desde este servicio le defienden en cuatro casos por acusaciones de venta ambulante y lesiones en los que, según denuncia SOS Racisme, se han producido irregularidades: no se le detuvo en el momento y se le acusó solamente en base a una identificación por fotografías, "además de que se le atribuyeron delitos falsamente", señala Rodríguez.
Este martes celebraban que han conseguido que sea absuelto de una petición de cuatro años de prisión. "La persecución a 'Manel' -quien no ha querido dar su nombre ni aparecer ante la prensa por miedo- empezó después de que un familiar suyo denunciara a un policía", han señalado.
La abogada de la entidad Lorena Antón ha añadido que constatan que los jueces se creen mucho más la versión policial que la del vendedor, "a quién no dan credibilidad", que no se cuestionan los atestados policiales y que la actuación de la fiscalía se centra en defender los intereses de las grandes marcas.


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