miércoles, 31 de diciembre de 2014

Corpus iuris incivilis

El presidente de Castilla y León acusa a Montoro de "manipular" y "mentir de forma descarada"



Rebelión a bordo habemus. El pp ya está harto de sí mismo. Es la crónica de un descalabro autoanunciado como sin querer. Y era cosa de esperar, como se espera la cosecha tras la siembra y el regadío. Un hecho natural en la lógica de la acción reacción. El rebaño se solivianta y empieza, después de mucho no acabar de creérselo, a ver que los pastores le están timando a saco, que Montoro ya no es Sutoro, sino un cabestro a su bola con muy mala baba que más parece un enemigo que un patrón comodioshmanda y como las buenas costumbres pperas venían recomendando desde la era dorada de Fraga y herederos. Ahora, en la de hojalata, nada es lo que parecía que era la era. Y se malician que hasta el dorado de entonces quizás sólo fuese purpurina con lentejuelas adosadas para dar más reflejos de prosperidad. Fatua, como el fuego de San Telmo sobre los mástiles de la Armada Invencible del pp, estrellada irremediablemente, en medio de la tempestad y los elementos respondones del propio eco, contra los acantilados de la evidencia del despiporre. 
Ser o no ser, es el único y hamletiano dilema que les queda a los próceres del contubernio populista de derechas, o sea, de esa  rara especie de pperonismo encamisado, encorbatado y foreveryoungneado del pp, tan amante de la sastrería de ppostín como de la bolsería luisvuitton y loewe. Y que sólo quede un dilema como detritus político es otro dilema en sí. Este pp no gana para sustos judiciales descontrolados sin que sepa como, ni para dilemas, entelequias y aporías. Cada vez es más griego en todos los aspectos. Y por eso más PPappanathas, si cabe.... Chi lo sa!

Juan Vicente Herrera considera que el ahorro que conseguirá su Comunidad con la refinanciación de la deuda "no llegará ni a 100 millones" frente a los 483 millones que planteó el Ministerio de Hacienda (Publico)

Todo parecía tan atado y bien atado desde el franquista  black-out inicial, que nadie se preocupó cuando las ataduras empezaron a desgastarse por exceso de volumen del engendro in crescendo ni por el reventar de las costuras indumentarias con el aumento de peso específico y sobre todo a medio especificar, entre la cárcel, el banquillo, las citaciones, los registros, las fianzas, los sobres, las comisiones, las preferentes, los sms y la vida tarjetil en black y viajes subvencionados hasta para las novias del extrarradio isleño, que iban levantando burbujas por doquier y noquier, que a su vez están derivando en ampollas que revientan cuando menos se lo esperan. Las lenguas de múltiple filo van farfullando sottovoce que es cosa del gafe presidencial, que Aznar ha utilizado en su insania mental, más que evidente en sus estrámboticas memorias, para vengarse de que los españoles no supiesen valorar ni recompensar su clarividente epopeya bushiana en Irak. Ya empieza a ser vox populi que Aznar está detrás de esta debacle y que aparecerá en plena campaña electoral en una nube, envuelto en olor de faestidad, para juzgar a todos los malos ppepperotas, al fin de los tiempos pperos. La cosa está tan que arde, que Rajoy, acompañado por la siempre fiel ministra de Fomento, se ha puesto a inaugurar un teatro de marionetas, para ir entrando en materia y tomar tierra, que ya está bien de pulular de plashma en plashma. Que hay que dar la cara, además de la cruz, en cuestiones de verdadera enjundia. Y ¿qué mayor enjundia que aclarar la afinidad indiscutible entre un gobierno bailón con trolas monumentales, gürtelismo, punicidades varias y vocación titiritera ante los mercados, las multinacionales, la banca mundial y un teatro de títeres estable, dentro de lo que cabe, cuando ya no se puede inaugurar otra cosa que la caída en picado?¿Qué mayor gloria que cooperar a que los caballos de la Guardia Irreal se lleven un presupuesto realísimo de más de 600.000 euros mientras los cuidadores de las egregias bestias no se pueden pagar la calefacción?
Las crónicas de Marianarnia ya no dan a basto. Por eso mismo su mejor explicación, verdaderamente ppoppular, está en el teatro. De maria-no-netas, por sus puestos. Sobre todo por sus puestos.


                                                                                                 

A ver si a base de indirectas gráficas cada vez más directas, este desgobierno va comprendiendo donde están las llaves de la despensa, o sea, la clave del verdadero éxito político, social y económico: en la inteligencia emocional, que llamamos Amor, para simplificar. Lo demás es siempre la misma ruina a más o menos corto plazo. Ni derechas ni izquierdas ni mediopensionistas serán jamás capaces de hacer nada válido y duradero si no incluyen el Amor en sus programas. Sí el AMOR, así en mayúsculas. Y no se trata de arrumacos libidinosos ni de fofeces ñoñas y blandengues basadas en el 'buenismo' y la lástima. Se trata de educarnos prácticamente en con-vivir solidariamente desde la base, en que nos importen los otros desde la razón y el sentimiento, como nos importamos nosotros mismos. Se trata de JUSTICIA. Nada más. Y nada menos.

CIEs




Cuando el alma nos duele
porque los cuerpos lloran
de repente sentimos
que se rompen fronteras
y que el aire nublado
de la fiesta vacía
tiene hambre, tiene sed
y está sólo
detrás del paredón
de la ignominia;
la noche anestesiada
por el ruido
se convierte de pronto
en ojos refugiados
de sombra escurridiza.


Y nos lloran los muros
como madres de Mayo,
como atolones negros
como infantas difuntas
sin pavana; como faunos
recién sobresaltados
sin siesta ni preludio.
Sin música de fondo
ni columna sonora.

Cuando nos duele el alma
de ese modo
rezuman las preguntas
como lágrimas
en todos los naufragios,
mientras los abandonos
dispersos en la noche
llueven en la esperanza
de un mañana distinto.

Y entonces acontece
que todos somos uno
con dimensión herida
que se llena de versos
y de fuerza
incomprensible y virgen
hecha de un llanto inédito
que no nos pertenece
y al que pertenecemos
por sorpresa o milagro

Sé que la vida empuja
y que el destino urde
con nuestra voluntad
el tejido del mundo
las telas invisibles
de aquello que ya fue
y de lo que será...

Pero no obstante
hay una luz mayor.
Otro sentido
que late y nos envuelve,
que explica la locura,
el desconcierto
y la fragilidad.

El extraño empezar
de un tiempo nuevo
en el que nos despierte
otra mañana
la ternura, el consuelo de amar
los árboles vencidos,
ese momento fiel y desarmado
en que el amor se queda
al descubierto, sin coartadas
y nos sale al encuentro
con lucidez de abrazo,
de pan y de cobijo.

Sin lobos, sin corderos,
sin pastores ni perros
ovejeros, sin cuchillas ni balas.
Sin pateras hundidas
en la niebla del nunca.
Sólo hermanos eternos
en un mundo de iguales,
en libertad naciente,
de cuerpos y de almas.

¡FELIZ AÑO NUEVO DE VERDAD A TODAS Y TODOS!

lunes, 29 de diciembre de 2014

Fotos






         
              



Las palabras absorben el túnel de la nada,
insinúa la Luna otro nuevo creciente
y el aire me parece un don de adivinanzas,
mariposas tardías recuperando el sol
en medio del invierno. Dudando
entre la imagen y el vacío.
Rostros. Posturas. Muecas.
Temporalidad fija. Detenida.
Presa de un norrecuerdo

El tren levanta el velo de un arcano.
Un ángulo impreciso de nostalgia
pende sobre el andén. Corre el paisaje,
se deslizan las flores de lavanda
aroma de cantueso, madreselvas silvestres
bajo la protección estática del cielo.
Espigas y abandono en las maletas.
Una canción al fondo;
billete, portaminas, el walkman y el abrigo
saltan por los asientos. Y para mí la tarde
es un minuto exento que revela en sus ojos
todos los desamparos sin palabras.
Yo sólo soy testigo de otro flash

Y pensar que "esto" nos gobernó ocho años...así se explica como nos hemos quedado...

"HE OJEADO LAS MEMORIAS DE AZNAR RECIENTEMENTE PRESENTADAS, Y HE SELECCIONADO ALGUNOS PÁRRAFOS PARA TRANSCRIBIR AQUÍ, TAN ESPELUZNANTES, QUE NO HE PODIDO REACCIONAR TODAVÍA. Primero creí que se trataba de un super ególatra, megalómano de via estrecha y tontolaba, y ahora creo que se trata de alguien que debería seriamente de estar ingresado en un psiquiátrico. Es aterrorizante que el destino del estado español haya podido estar años en manos de un desequilibrado como éste. Y, si es cierto lo que dice de Bush, debería estar con él.

PÁGINA 25: "Muchas veces me han preguntado cómo sé que soy especial. Es difícil de decir; digamos que siempre lo he sabido. Ya desde el colegio sabía que ninguno de los que me rodeaban estaba a mi altura. Como delegado de mi clase, en 3ºB, tomé la decisión de ocupar 3ºD y librar a aquellos pobres chicos del pésimo delegado que habían elegido. No fue una decisión sencilla; tuve que mandar a varios muchachos a combatir al patio pero, al final, obtuvimos la victoria. Aquel día comprendí que estaba destinado a algo más grande que yo mismo."
PÁGINA 156: "La primera vez que supe que no era un ser humano corriente, lo recuerdo bien, fue cuando ETA voló mi AUDI A8 blindado conmigo dentro. Salí de allí, envuelto en llamas, y pensé: ¿cómo es posible que haya sobrevivido? Nadie se lo explicaba. Los médicos no encontraron una respuesta, tampoco mi personal de seguridad. A todo el mundo le pareció...milagroso. Aquella noche soñé con Dios. Era una luz, no tenía rostro, pero sí voz. Me iluminó con su haz y me dijo: "José Mari, si te has salvado es porque te necesito vivo para que lideres a la Humanidad." Me dijo un par de cosas más, pero son personales. Aquella experiencia me cambió, por supuesto. Desde entonces soy mucho más humilde.
PÁGINA 178: "Me atrevo a decir que George Bush es mi mejor amigo. Compartimos una ambiciosa visión del mundo, la visión de los líderes de la Humanidad. George me planteó un reto fascinante, que consistía en convencer a todo un país de que nosotros teníamos razón mientras les matábamos. Nunca antes se había intentado algo tan ambicioso, así que acepté inmediatamente. Fue una gran experiencia de la que guardo muchos buenos amigos."
PÁGINA 215: "Creo que un hombre debe cuidarse con independencia de su edad. A todos nos gusta sentirnos sexys, también a mí. Empecé corriendo 5 kms. al día; hoy corro veinte y no sudo. Claro que nunca he sudado. Mi médico dice que es un trastorno glandular, pero yo lo llamo don."

Lo he encontrado en Facebook. No tiene desperdicio. Creo que leer las memorias de Aznar debería ser un ejercicio de Educación para la Ciudadanía, que enseñe  a los españoles  a reconocer los peligros del fanatismo meapilas y a lo que se arriesgan cuando se votan aberraciones como el pp.

How Great Thou Art - Acapella Arrangement

domingo, 28 de diciembre de 2014



Las ilusiones




                                               
 

En las ilusiones pueden esconderse los engaños, pero en todas ellas hay también una negociación con el mundo de lo posible. Los desencantos de la realidad tienen casi siempre más que ver con los medios que con los fines.

Pienso en mis cartas a los Reyes Magos. La verdad es que un balón de reglamento, una batería, un Scalextric o un tubo de chocolatinas no sólo fueron posibles, sino también reales. Pocas cosas hay tan realistas como las cartas de los niños a los Reyes Magos. Otra cosa es que algunos Reyes Magos no existan y el amanecer deslumbrante de los regalos sólo sea posible gracias a la ilusión de los padres. Pero eso no tiene que ver con los fines, sino con los medios. La ilusión está ahí, nadie la desmiente. Sólo hace falta encontrar un modo de que los fines y los medios se ajusten, sean justos, compartan la realidad de un sueño.

Este año me han llamado del Ayuntamiento de Granada para que salga en la Cabalgata de los Reyes Magos. No he podido, no he querido resistirme a la ilusión, ni a la melancolía. Voy a hacer de Rey Gaspar y es un honor. Tengo recuerdos vivísimos de mi infancia, la letra redonda de las cartas con camellos en el sobre, la cabalgata, el tumulto de hermanos y primos en la puerta de la tienda de música de mi abuelo, la lucha por los caramelos, el desfile de pajes y carrozas llegadas del Oriente, el frío del regreso en la parada del autobús, las sábanas nerviosas, la impaciencia del amanecer y la fiesta de la luz encendida con el nombre de cada uno delante de los regalos distribuidos por el salón.

Las ilusiones en el futuro son realistas porque son infantiles, porque saben lo que debe suceder, porque tienen la forma de un par de zapatos de niño en espera de unas monedas de chocolate, tres copas de licor para los Reyes, unas cuantas zanahorias y un barreño de agua para los camellos.

Los ajustes con los datos de la verdad son irremediables. Ayer fui al Ayuntamiento a probarme la corona, la túnica y el manto. Siempre hace falta tomar medidas. Me condujeron a la dependencia municipal más hermosa, un gran almacén donde se guardan los utensilios de la cabalgata de Reyes y de la procesión del Corpus. Allí estaba mi infancia ordenada en estanterías y guardada en baldas, baúles y cajones. Me miraron en silencio los cabezudos, la cara sin velo de la reina mora, la Tarasca, los gorros con plumero, los jarrones de Oriente, las vestiduras de los pajes y de sus Majestades. Allí estaba la memoria, llena de color y fantasía, ocupando unos metros cuadrados de la realidad.

La verdad es que la corona y el manto del Rey Gaspar me quedaban muy bien. No hubo que añadirles o quitarles un centímetro. Ya que estaba tan cerca de la ilusión, decidí escribir una carta para pedirme unas cuantas cosas a mí mismo. Ahora no se me escapan los sueños, yo me lo guiso y yo me lo como, sin necesidad de saber dónde acaba Gaspar y dónde empieza Luis. Deformado por los años, pensé en iniciar la carta con una declaración de principios. La vida nos condena a guardar los ideales y la conciencia en un almacén secreto, a doblar las telas de las esperanzas y el compromiso, del mismo modo que los operarios municipales guardan y doblan los trajes de una cabalgata.

Buena imagen, pero engañosa, porque ahí no reside el problema. La vida cotidiana está repleta de ilusiones a flor de piel y muchas de ellas guardan un calado político real a la hora de pensar en un mundo más justo. No son los fines los que fallan, sino los medios, las personas que están por medio. Por eso no deberíamos desencantarnos de nuestros sueños de igualdad, fraternidad, libertad y justicia social, sino comprender que nos hemos equivocado de reyes o de padres al escribir la carta. El Scalextric y las chocolatinas son posibles…, las que no tienen perdón son unas autoridades que se han comportado como los dioses, reyes o tribunos de siempre.

Perder el miedo a los intermediarios, es decir, cambiar de intermediarios, es urgente y mucho más útil que perder la ilusión. Os lo dice el Rey Gaspar que sabe mucho de cartas precisas y esfuerzos de hombres y mujeres, de miles de personas dispuestas a que las ilusiones se cumplan. Este rey sólo cree en la corona de los sueños, en el brillo de los ojos de la gente que sabe lo que quiere ver al despertarse. Para los intermediarios del viejo mundo, tiene preparado un saco de carbón.

El Cremona no es tanca!

Revisar los conceptos y sus nomenclaturas es básico

                   


                                   



Una de las tareas imprescindibles para crecer y madurar como individuos y como sociedad ( es imposible separar los unos de la otra) es la revisión permanente de la idoneidad entre lo que pensamos que "sabemos" en teoría y lo que vivimos en la realidad cotidiana; en ese proceso iremos mirando y comprendiendo qué automatismos neurolingüísticos, incrustados en el inconsciente personal y colectivo, nos "condenan" a padecer como Tántalo: el suplicio de las repeticiones históricas. El revival que parece inevitable en el fluir de la Historia de nuestro país. De Europa. Y del mundo.

Elijamos, por ejemplo, un término, como democracia, para practicar. Las palabras de amplio espectro no tienen un significado cerrado ni absoluto, van evolucionando o involucionando hasta adaptarse a las nuevas realidades o hasta quedarse obsoletas, según se modifica la conciencia perceptiva y práctica de los seres humanos. Democracia ya sabemos que significa "poder del pueblo". En su origen, en la antigua Grecia, ese "poder del pueblo" no era ni mucho menos el que es ahora. No todos los griegos eran el  demos fetén, ciudadanía o politeia. Los politoi, ciudadanos, eran una minoría en la que no participaban ni los ilotas (esclavos estatales), ni los periekos (procedentes de pueblos sometidos, que sería el equivalente a los inmigrantes actuales) ni tampoco las mujeres tenían la opción de elegir a los politoi, , ciudadanos, que constituían una obvia minoría. 

Evidentemente, en apariencia, el concepto actual de democracia  tiene muy poco que ver con su significado original. Ahora, al menos en teoría, los Derechos Humanos han conseguido una igualdad a la hora de votar. Aparentemente hemos mejorado mucho. Pero hay mucho más que mejorar. Lo mismo que Aristóteles transformó el contenido semántico de la ética, que en origen sólo significaba "costumbre" o "comportamiento". Con Aristóteles la ética madura, se viste de mayúscula y se convierte en orientación del comportamiento humano hacia el bien social. Con su 'Ética para Nicómaco' el Maestro de Estagira pone por primera vez por escrito (Sócrates ya lo había hecho en la práctica, con su propia vida, que Platón pasó a los textos) la importancia y el valor de la conducta coherente como filosofía de vida. Como régimen organizado de entendimiento social. El paso del sustantivo al adjetivo calificativo es determinante de cualidad  o "virtud" añadida a la sustancia primera. La cualificación dota de vida al nombre, como el oficio que se sabe hacer nos dota a los humanos de fuerza, valor social para el servicio y la utilidad comunitaria. Si aplicamos este criterio analítico al término democracia observaremos que aún está anclado en lo elemental de lo numérico que es el tantum-quantum. Solamente cuenta el criterio del número  mayoritario como criterio para elegir. La democracia que ahora conocemos y practicamos no contempla el sicut , el como. De qué modo. Ese criterio se ha camuflado en las ideologías, que son sectas políticas e interesadas en sí mismas más que en el bien común, hundidas en el enfrentamiento ideológico y en intereses espurios y vergonzantes, son incapaces de admitir la pluralidad propia de la verdadera democracia, el entendimiento entre las diversas percepciones del bien común. Sin exclusiones. Al contrario, "barren", "arrasan", basadas sólo en la cantidad de votos, al resto de ciudadanía, que sólo transita por las instituciones como un fantasma marginal, empobreciendo miserablemente los acuerdos y los gobiernos. Este modelo deforme no es legítimo de verdad, porque la cantidad no equivale para nada a la calidad, ni a la razón, ni ala acierto, ni a la inteligencia colectiva ni al bien común. Además de cantidad hace falta, sobre todo, calidad. ¿Qué ingrediente falta para que se produzca esa Democracia Real que todos queremos construir? Falta la participación directa  de la Ciudadanía en el funcionamiento del Estado, ya que es ella, la Ciudadanía, la que lo financia y lo sostiene con su trabajo y sus impuestos. 
Imaginemos una familia obrera, que se mantiene con el sueldo de los padres humildes y sacrificados, y que los hijos, que han podido ir a la universidad por ese sacrifico y ese esfuerzo, imponen su "gobierno",  se apoderan de los recursos familiares y reducen a sus progenitores  a trabajar sin poder opinar nada más que cada cuatro años, acerca de qué hijo va a administrar la casa durante otro cuatrienio en el que, naturalmente, los padres tendrán que resignarse a lo que haga el hijo gobernador, sin poder reclamar, ni opinar, ni sugerir, ni proponer, ni participar. Pero eso sí, deberán seguir manteniendo con su trabajo y su sueldo el armazón y la estructura del conjunto. Y además pagar a los hijos mensualmente salarios que son cinco veces el suyo, como mínimo. Si los padres protestan, los hijos llaman a la policía y exigen que se les multe por alborotar la paz de la familia con sus exigencias ruidosas. Si esto sucediese en una familia, es seguro que se denunciaría, que la Justicia intervendría, que los servicios sociales y los activistas de los DDHH pondrían el grito en el cielo. Pues bien, eso nos está sucediendo durante todo lo que hemos dado en llamar democracia desde 1978, a 45 millones de personas y aquí no pasa nada. 

Ahora se trata de hacer el cambio democrático de la nominación inerte y cuantificadora del término a la energía dinamizadora y "cualitativa" del mismo, para que la democracia crezca como ciudadanía y no como oligocracia demagógica y cleptócrata que es en lo que ha derivado por su degeneración imparable.

Lo que ahora nos toca es lo que estamos haciendo: no 'regenerar' la democracia, porque lo que hemos vivido y soportado hasta hoy, nunca ha sido una democracia en plenitud, más bien un cutre sucedáneo, sino generar democracia; organizarnos como ciudadanía. 'Podemos' no es la solución, como piensan muchos aún, sino un síntoma visible y temporal de esa solución. Lo que menos importa es el partido; la fuerza es del movimiento social de base, que es sobre todo, el vértice, el nivel más alto de conciencia y el más bajo en riesgo de corrupción. Es imposible corromperse cuando todo es transparente, cuando todos los asuntos comunes -TODOS- tienen que decidirse y aprobarse en asamblea entre ciudadanos que están en constante actitud de mejorar en ética cívica, donde la cantidad de los votos va buscando sobre todo alcanzar la máxima calidad justa y ética. El debate y el diálogo ciudadano abre las mentes, permeabiliza la sensibilidad, ablanda y abre los bunkers de la rutina mental y social. El contacto con la problemática diaria trae en sí propuestas y soluciones que a los "profesionales de aparato" jamás se les ocurrirían por falta de de roce, de frecuencia, de interés y de tiempo, que dedican a medrar en el partido y a que el partido medre. Los ciudadanos asamblearios se ayudan y se despiertan mutuamente. La Asamblea Ciudadana es terapéutica y pedagógica per se. Su disciplina de escucha participativa, de orden autoelegido, de debate civilizado, de cuidado amoroso del detalle, de los sentimientos, de respeto tan imprescindible como la libertad, la práctica de los deberes éticos, tan imprescindibles como los derechos. 
Por fin está fabricándose el antídoto contra la toxicidad ide-ilógica, contra lo arbitrario, contra el lado más absurdo y turbio del poder. Se llama Inteligencia Colectiva. Sabiduría Comunitaria. Decencia Terapéutica. Y es un logro de todos los ciudadanos y ciudadanas que no se han resignado ni se van a resignar a un estado de cosas tan obsceno como delictivo, injusto, desigual y opresivo. 

¿Qué pueden hacer los partidos para arreglar lo descompuesto? Dejar de mentir y elucubrar manipulando el dolor social. Disolverse humildemente, comprender que sin ciudadanía no son nada. Deshacerse de sus majestuosas sedes y dedicar el dinero de su mantenimiento y la mitad de sus sueldos a los ciudadanos que están en las últimas, a proporcionar microcréditos para que los bancos no vampiricen más a los modestos empresarios de la PYMEs. 

¿Qué pueden hacer los media? Campañas constantes de apoyo ciudadano. Fomentar ideas solidarias. Animar a la participación. No alentar ilusiones de recuperación, cuando la realidad escupe sin pudor justamente lo contrario y se ve a las claras que si no fuese por las elecciones inminentes, la ridícula subida de céntimos en los sueldos hubiese sido un subidón de impuestos y una quita  de la mitad del sueldo. Dar mucha más importancia a lo que se cuece en la calle y en las casas, en los desahucios, en las escuelas de barracón, en la tragedia del paro sempiterno, en los hospitales sin vendas ni desinfectantes ni analgésicos y dejar que el Rey se monte Ikea para dar sus discursos, si eso le gusta. No mentir con las encuestas de audiencia y de popularidad real cuando ya la peña sabe de sobra como funcionan las calculadoras del CIS, multiplicando las respuestas que han recogido en el Barrio de Salamanca y en Puerta de Hierro, por una estimación masiva y +IVA de todo el País. Dejar de dar jabón a ese pastiche, colocarlo como una noticia más, detrás de las viñetas, que son más ilustrativas y eficaces que los discursos sobados, de atrezzo teatral con que nos tratan de taladrar. Dejar a Rajoy y a su family ppera en la última página o entre los anuncios de prostitución de alto standing. Hacer la crónica del fenómeno humano y no de los avatares de Jurasic Park. Dejar de dar coba a la coleta de Podemos y preocuparse por lo que de verdad hacen los ciudadanos y ciudadanas. Así, seguro que la democracia sale del borreguismo del "cuanto" y empieza a adquirir con más fuerza y velocidad su sentido cualitativo. Su oficio y su virtud. Su verdad real.


                                           

La política es ética solidaria o no es política. Bravo por Teresa, por Ada y la CUP. Querida Ciudadanía, tienes nombre de mujer.



Teresa Forcades y Ada Colau junto al diputado de la CUP, David Fernández, han mostrado su apoyo a los desempleados que están encerrados en al Iglesia del Pi de Barcelona, desde el pasado 23 en demanda de un puesto de trabajo digno.


Teresa Forcades y Ada Colau junto al diputado de la CUP, David Fernández. /TONI ALBIR (EFE)

viernes, 26 de diciembre de 2014

No es lo mismo

                                           




Hemos pasado centurias de dependencia en todos los sentidos. Es cierto que la dependencia es inevitable en según que casos y estados de debilidad insuperable por cuenta propia, como es la enfermedad, la invalidez, o un empobrecimiento repentino,  pérdidas importantes, o un abandono, una muerte, una ruptura o un despido sin finiquito. Pero esas dependencias son parte de la misma dinámica circunstancial de la existencia. Aunque sean terribles cuando llegan, como no dependen de nosotros ni nosotros las originamos, se pueden superar aprendiendo y sacando lo mejor que tenemos para crear estados de ánimo o tomar resoluciones que ayuden a convivir con la precariedad y a superarla en la medida de lo posible.

Sin embargo, hay otro tipo de dependencia que sí es cosa nuestra. Son esas ataduras emocionales e invisibles que deforman la realidad y nos la sirven cocinada a gusto del primer mastercheff que se nos cuela en casa, o sea, en la conciencia, que es la casa más nuestra, y así nos hemos acostumbrado a ver el panorama  con la mirada de otros, en quienes hemos delegado sin apenas darnos cuenta, la mirada y la responsabilidad de percibir y analizar esa realidad en nuestro lugar. "Ellos saben más"- se suele pensar y sentir; nadie nos lo ha dicho, pero nosotros lo deducimos porque les vemos con una seguridad que no tenemos, con una labia que nos falta, con unos recursos que no sentimos a nuestro alcance, porque no nos sentimos capacitados para hacer lo que hacen ellos. Y entonces, delegamos. Nos rendimos a una extraña evidencia que nadie ha comprobado pero que sentimos natural, como normalidad. Claudicamos de crecer. Renunciamos al camino de los descubrimientos, porque se piensa que eso no es para todos, sino para los "elegidos" por la fortuna, por los genes o por el azar. Entonces establecemos un tope que nos impide crecer, avanzar, explorar, elegir, madurar. 

En el proceso de aprendizaje personal y social hay dos paradigmas o arquetipos, mejor, que asumen el rol de referencia. Y nos proporcionan la manera de encauzar energía, aptitudes, comportamientos y opciones. Son el maestro y el líder. ¿En qué se diferencian y qué nos aportan?

El lider.-

Es un modelo emprendedor de actividades y de ideas. Tiene garra, fuerza, talento y saber práctico para gestionar, tiene magnetismo y una personalidad fuerte y resuelta. Sabe estar a la altura de lo que sea y asumir con naturalidad las situaciones. No se corta. No parece que dude ni que vacile. No se le pone nada por delante y es capaz de hacer cualquier cosa para salirse con la suya y convencer a la mayoría de que sus soluciones son las mejores. Arrastra voluntades y provoca entusiasmo. Si él está presente todo parece más fácil y más seguro. El lider piensa por adelantado y va en sus propuestas por delante del resto. Por eso se le considera mejor dotado y más capaz , por eso se recurre a él para que decida por los demás y se busca su visto bueno.
El lider aunque en un momento dado sea conveniente que tome las riendas de asuntos difíciles, no es una figura que ayude al desarrollo de los demás, sino más bien un freno para ese mismo desarrollo. Al lider sólo le normaliza la autonomía y la resolución de sus presuntos liderados. El líder tiene que aprender la humildad y la capacidad de servicio si de verdad quiere ser útil y no un estorbo cuando se vea que su liderazgo ha sido el obstáculo y la causa de muchas dificultades que no se pueden resolver en un despacho a puerta cerrada sino poniendo en común los problemas, preguntando, escuchandoo y dialogando.

El maestro.-

Es el revés del lider. El maestro no dirige, orienta. No predica, escucha. No hace las tareas de los alumnos, sino que les anima a que sean ellos los actores. Un maestro verdadero jamás es un obstáculo sino una bendición. No es la luz que ilumina la comprensión del discípulo, sino el electricista que le enseña a producir luz propia. El maestro no dogmatiza sino expone y deja espacio y tiempo para asimilar lo expuesto y luego pregunta y anima a crecer, a ser autónomo, a no ser dependiente de él mismo, ni de su criterio ni de sus ideas. El maestro muestra, indica, es como el puntero sobre el mapa o la señal de tráfico que muestra una dirección o un paso de peatones, pero no lo cruza por ti ni te dice que vayas en una u otra dirección. El maestro es quien muestra con su ejemplo de vida la importancia de ser lider de uno mismo antes que intentar ser lider para los demás y lo poco que vale un lider cuando sólo es el ego la fuerza que estimula y anima en los demás como en sí mismo. El maestro hace comprender profundamente con su actitud y su disposición el poco valor que tiene gastar la vida en competir, en vivir en tensión para superar y humillar a otros y cuánta felicidad y riqueza inmensa da la cooperación solidaria que mejora el mundo. El maestro, sin presionar ni juzgar, hace descubrir la felicidad que produce el bien común y la  fuerza que enciende la empatía cuando sientes y comprendes al otro y descubres que el otro también eres tú.

En nuestra sociedad sobran líderes y aspirantes a lideres, de todos los colores y formatos, pero faltan maestros. Y se nota muchísimo. Nuestra formación en casa y en la escuela es muy chunga, muy pobre. Llena de automatismos, no valora la imaginación ni la intuición al mismo nivel que valora la lógica y el rigor del método pensante, que sin la intuición y la imaginación  se convierte en rigidez y bloqueo. En descarada pobreza cognitiva. No se enseña en la práctica como unir el Ello con el Yo y con el Superego, que diría Freud, o el Padre y el Niño con el Adulto, que dice Berne. La educación que recibimos es intelectivamente ramplona. La infancia busca el primo de zumosol. O sea, el lider. Para serlo o para seguirlo. A falta de líder los niños se apañan con los héroes de los relatos, de las series, de las películas o del patio de la escuela o el parque. Se adora al campeón de lo que sea en el que brilla un trozo del lider global. En el imaginario queda grabada esa necesidad y ese modelo que viene a solucionar como por arte de magia lo que uno no acierta a definir ni a organizar en su existencia. Es pavoroso escuchar a seres humanos normales definir lo que sienten por una actriz , un presentador, unos cantantes o por Pablo Iglesias. "Tengo mi cuarto lleno con sus fotos. La tengo en la mesita de noche y le enciendo velitas. Le rezo como a la virgen y hasta me parece que me concede lo que le pido".

Es dramática esa programación porque ya en la edad adulta el déficit educativo nos convierte en masa manipulable y desvalida ante cualquier clase de lider, superman o superwoman que se presenten dispuestos a resolver los problemas que nosotros no podemos solucionar. De ahí deriva la condición de nuestra sociedad, que en vez de estar animada por la realización plena del ser humano, es una pandemia de penurias dependientes, que se han ido convirtiendo en el motor social de la economía. Y hasta ha terminado por definir y marcar la gestión política. Todo es carencia. Todo es precariedad. Y, a la vez,  todo es negocio próspero. A más enfermedad, más prosperidad para los negocios sanitarios. A más conflictos, más trabajo para los abogados. A más infelicidad y desequilibrio, más consumo. A más desorden, más policías y cárceles,a más inseguridad , más pólizas de seguros, a más escasez, más carestía y bajos salarios más créditos y a más problemas internacionales más gasto de armamento. A más consumo de coches, más gasto de carburantes tóxicos  más dinero que circula. A más alimentos refinados más enfermedades metabólicas...o sea más dinero en tratamientos y al mismo tiempo que anuncian un chocolate exquisito, una comida basura a domicilio, salchichas o jamones a tutiplén, te anuncian las pastillas para regular el colesterol y el azúcar se sustituye por los edulcorantes. En fin. Programados para seguir todos los liderazgos y lavados de cerebro de cualquier calaña, con tal de que produzcan pasta, poder y glamour.

Sólo los maestros pueden neutralizar este estado de demencia general. No me refiero, obviamente,  a los maestros profesionales, -las carreras y títulos, en una sociedad como ésta no son siempre un aval de maestría, sino más frecuentemente la póliza que garantiza la posibilidad de un trabajo y de cobrar dinero a cambio- sino a los sabios. A los que predican con el ejemplo. A los que acompañan en el crecimiento, no a los que lo manipulan para adocenar la inteligencia, arrancar de cuajo la sensibilidad y la conciencia aplastando las mejores cualidades y someterlas a una mutilación traumatizante hasta tal punto de que todo ese destrozo llegue a asumirse como lo más normal. ¿Quién no recuerda El club de los poetas muertos, tan real y crítica como demoledora? 

 Sobran estímulos, sobran herramientas, sobran recursos exógenos. Falta la base de nuestra humanidad, la mirada capaz de ver por dentro y desde dentro. Sobran reclamos y distracciones para desperdiciar nuestro tiempo de vida, pero falta la capacidad para encontrarle el sentido. Sobran efectos, pero falta reconocer las causas reales de esos efectos.

Nos sobran programas fantásticos y nos falta la voluntad de realizarlos. Nos sobran líderes y lideresas, pero nos faltan maestros por todas partes.


                                     

¿ Por qué crecen las desigualdades de renta?

Vicenç Navarro

Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra



Hay muchísimas teorías que intentan explicar por qué desde los años ochenta las desigualdades en la mayoría de países a los dos lados del Atlántico Norte han ido creciendo, alcanzando su máxima expresión durante los años de la Gran Recesión, es decir, a partir de 2007. Es importante señalar que, aun cuando las desigualdades de renta han alcanzado unos niveles sin precedentes durante estos años, dicho crecimiento se fue acentuando desde los años ochenta.

Por desgracia, gran parte de los analistas del crecimiento de las desigualdades se han centrado en causas económicas – tales como la globalización de la actividad económica o la introducción de nuevas tecnologías – sin dar suficiente importancia a las causas políticas, que han sido las determinantes. Y entre ellas, el conflicto entre las instituciones que promueven y defienden los intereses del capital, y aquellas que defienden los intereses del mundo del trabajo, es central. No se puede entender la distribución de las rentas de un país sin entender el conflicto entre el primero y el segundo.

Y el hecho de que ello sea así se debe precisamente a que las mayores fuentes de rentas en cualquier país proceden o de la propiedad del capital o de las que derivan del trabajo. De ahí que cuando analizamos la distribución de las rentas sea importante conocer sus fuentes.

El grupo de personas, en cualquier sociedad, que deriva la mayoría de sus rentas de la propiedad del capital (lo que antes se llamaba la clase capitalista, término que ahora no se utiliza por considerarse “anticuado”) es muy pequeño. No más de un 1% de la sociedad. De ahí que el movimiento Occupy Wall Street de EEUU (que se inspiró en el movimiento del 15-M de España) se refiriera a este grupo como el 1%, expresión que ha venido a sustituir al término anterior. En realidad, este 1% incluye no solo a los grandes propietarios del capital, sino a los gestores de ese capital (como por ejemplo, los banqueros).

¿Por qué el crecimiento de las desigualdades se inicia a partir de los años ochenta?


Si miramos los datos de EEUU, podemos ver que el 1% con mayores rentas del país pasó de tener el 8% de todas las rentas en el año 1979, a un 17% en el año 2007. ¿Por qué tuvo lugar este crecimiento tan notable? ¿Por qué no pasó antes? La respuesta a estas preguntas son respuestas políticas centradas en el conflicto entre el mundo del capital y el del trabajo. En EEUU, como en la mayoría de países de la Europa Occidental, el mundo del trabajo fue adquiriendo mayor fuerza y poder después de la II Guerra Mundial y, como consecuencia, las rentas derivadas del trabajo aumentaron hasta llegar a representar casi el 75% de todas las rentas. Ello determinó una respuesta del mundo del capital para intentar revertir esta situación. La elección del Presidente Reagan en EEUU y de la Sra. Thatcher en el Reino Unido fue el inicio de esta respuesta, aplicándose políticas públicas – conocidas como neoliberales – que tenían como objetivo aumentar las rentas del capital a costa de las rentas del trabajo. ¡Y lo consiguieron! En el año 2012, las rentas del capital habían aumentado hasta representar el 48% de las rentas totales, mientras que las del trabajo bajaron a un 52%. Lo que ahora se presentan como causas del crecimiento de las desigualdades – tales como la globalización y los cambios tecnológicos – son, en realidad, síntomas y no causas de este enorme cambio en las relaciones de fuerza entre capital y trabajo. El hecho de que haya países muy globalizados – como los países escandinavos – que continúan teniendo salarios elevados y un extenso Estado del Bienestar, muestra que el punto clave no es la globalización per se, sino cómo se hace, lo cual depende de la relación de fuerzas en cada país en la relación entre capital y trabajo. Tanto la movilidad del capital como el movimiento de trabajadores y/o de puestos de trabajo son variables políticas que pueden (si hay voluntad política) influenciarse. Creer que nada se puede hacer frente a factores exógenos como la globalización es caer en un determinismo económico que, llevado a sus extremos, conlleva a la eliminación de la democracia, hecho que es más que sorprendente que haya sido aceptado por fuerzas que históricamente se consideraron como los instrumentos del mundo del trabajo. El cambio de la Constitución española, en su artículo 135, es un ejemplo de ese determinismo económico.

El capital crece a costa del mundo del trabajo

Soy consciente de que cuando indico que el crecimiento de las rentas del capital se ha hecho a costa de las rentas del trabajo, estoy abriendo una ventana a vilipendios y respuestas hostiles (procedentes en su mayoría de instituciones, como FEDEA, financiadas por el mundo del capital). Los datos, sin embargo, hablan por sí mismos. Veámoslos en EEUU, donde hay más datos sobre estos eventos.
La enorme expansión de la banca (en parte resultado del enorme endeudamiento de la clase trabajadora, derivado del descenso salarial), ha alcanzado unos niveles claramente hipertróficos

Desde los años ochenta, las rentas del capital han ido subiendo, y las del trabajo han ido bajando. Y ello no ha sido por mera casualidad. Si el lector mira cómo ha ido evolucionando la productividad laboral (medida por el producto producido en una hora trabajada) verá que durante el periodo de los años cuarenta a los años sesenta, dicha productividad aumentaba un 3% por año (como promedio), el mismo porcentaje que aumentaban los salario (medido por el salario por hora), lo cual explica la casi constancia en la distribución de las rentas. Como bien dice Alejandro Reuss en la revista Dollars and Sense (Nov/Dic 2011), durante esta época la tarta aumentaba al mismo ritmo que aumentaban los salarios, con lo cual el porcentaje que los salarios representaban del total de las rentas quedaba igual.

Pero si analizamos la evolución de la productividad a partir de los años ochenta vemos que la productividad laboral creció un 2% por año, pero el salario por hora creció solo un 1%. El gap (la distancia) entre lo que el trabajador producía y lo que se le pagaba aumentó, de manera que la distribución de la riqueza producida se realizaba a favor del capitalista (perdón por utilizar un término tan anticuado para definir al que tiene la propiedad de la empresa) a costa del trabajador, que recibía una compensación menor. Y ahí está la raíz del crecimiento de las desigualdades, de la cual nadie habla.

Y si por ello no fuera suficiente, la enorme expansión de la banca (en parte resultado del enorme endeudamiento de la clase trabajadora, derivado del descenso salarial), que ha alcanzado unos niveles claramente hipertróficos (el tamaño del sector bancario en España es 3 veces superior – en términos proporcionales – al existente en EEUU), ha disparado todavía más el crecimiento de las rentas del capital, tanto de los propietarios (los accionistas) como de sus gestores (los banqueros).

Conclusión

De ahí se deriva la enorme importancia de que se acentúe la urgencia de revertir el equilibrio de fuerzas a favor del mundo del trabajo, a costa del mundo del capital (hegemonizado hoy por el capital financiero). Y esto es lo que hicimos Juan Torres y yo en el documento que preparamos para Podemos. Los problemas económicos que hoy existen en España y en Europa se deben al excesivo e hipertrofiado poder e influencia que tales poderes financieros y económicos tienen sobre la gran mayoría de medios de información y persuasión (incluyendo FEDEA), y sobre sus instituciones políticas. Como bien diría mi maestro Gunnar Myrdal, todos los problemas económicos son básicamente problemas políticos. Así de claro.

jueves, 25 de diciembre de 2014

Belleza y magia natural


El Bosque Azul de Halle, en Bélgica.

El discurso del rey. Ains!

No escuché anoche el discurso irreal. ¿Para qué? Hubiese sido una pena perder el tesoro del tiempo en una tarea que ya de antemano, y empíricamente, se sabe que sólo deja vacío, cansancio social y anímico y una tristeza desinflada, harta, aburrida de ser tan triste y tan inútil. Llevo años que no lo hago. Lo de escuchar monsergas dinásticas de vividores a costa del tesoro público, del trabajo ciudadano. Cada mañana y cada noche, me levanto y  me acuesto más republicana, con la ayuda insustituible de sus malestades los reyes apócrifos. Y de sus cortes de milagros forrístico-delincuentes.  
Para saber el resultado de estas devaluadas peroratas me siguen bastando las noticias y mirar a mi alrededor cada día. Empezaré a escuchar discursos de ese tipo cuando vea mejores signos reales que avalen su trascendencia y los discursos sean el resultado de algo, no la propaganda de nada. No soy masoca y no me mola soportar marrones sin sustancia ni fundamento ni utilidad. 
Mientras tanto, prefiero escuchar conciertos de Vivaldi, mirar por la ventana la magia nocturna y afilada de la Luna incipiente en medio de un cielo salpicado de estrellas: un lujo que ha traído el frío invernal a un territorio desacostumbrado a sus rigores. Valencia, entre humedad marina, porquería atmosférica y derroche lumínico-festivo constante, posee la horrible cualidad de carecer de cielo nocturno, vive nocturnidades alevosas, sofocada bajo una lona espesa rosácea y mugrienta, como de circo deprimido, separándola del panorama celeste. Nos queda una Luna emborronada en telas de araña, que sólo se muestra hermosa y fantástica sobre el mar cuando los cielos están despejados, pero eso tiene que coincidir con plenilunios espléndidos cada vez menos frecuentes, debido a la pringue ambiental. Es curioso observar como los elementos, la materia orgánica y la maquinaria del cosmos, llegan a reflejar como espejos, los estados colectivos de conciencia social, política, económica, ética...Nada está separado. Y donde no hay ética desaparece al mismo ritmo, la estética, que es la síntesis del equilibrio de fuerzas, espacios, tiempos y cualidades. De la Idea y el sentimiento. No se puede ser al mismo tiempo belleza e injusticia. No se puede ser inteligencia y maldad. No se puede ser garrulos espirituales y elegantes materiales. Son opuestos que se autoexcluyen y cuando se intentan compaginar, se produce un desequilibrio patológico que acaba enfermándolo todo. 

Así estamos. Con un 'monos-arka', literalmente, detentador de un único poder, o sea, antidemocracia total, aferrado al chollo con uñas y dientes. Pegado al juego de tronos con superglú. Un solemne dontancredo nacido y programado para serlo. Que no sabe hacer otra cosa. Cuya inutilidad es su propio destino. Y que a su vez es el paraguas crowdfunding retroalimentador de la misma oligarquía que hace todo lo posible para que los españoles  vivamos a la Luna de Valencia enmarañada y corrupta hasta las trancas. En una atmósfera horrible. Degradada cual Gürtel impenitente.

¿Cómo es posible un autoengaño tan largo, que aún espere de esta situación y de ese ruá resultados más dignos y decentes que nunca serán posibles en este estado inmoral de caída libre en picado imparable? Este buen señor, como el pp con sus manzanas podridas en el árbol podrido, aún cree que la corrupción de su hermana es cosa de andar por casa. Peccata minuta. Un trapo sucio anecdótico que hay que lavar en familia y ya está. Este señor no se ha enterado aún de que los Jefes de Estado de la Edad Contemporánea no son reyes absolutistas, sino servidores públicos, que cuando no cumplen sus deberes se les puede impugnar y, como le pasó a Nixon, pueden ser juzgados por los tribunales y obligados a dimitir, si es que su propia ética, en primer lugar, no les lleva a dimitir por sí mismos. Este señor Borbón no está al loro de que Willy Brandt, por ejemplo, Canciller alemán, dimitió "solo" porque descubrió que su secretaria personal, tenía un  novio de Alemania Oriental, cuando aún estaban separadas las dos repúblicas. Seguro que a los políticos y monarca españoles, eso les da risa. Se parten con tanta exageración y tiquismiquis. Y no relacionan con esos comportamientos, la extrema dureza de la crisis en nuestro país, la debacle de las instituciones, el desmoronamiento del estado y la consecuencia: el despertar traumático de la conciencia ciudadana, machacada y hundida, que en menos de un lustro ha comprendido de golpe el retraso histórico de la sociedad y sus causas.  Desde su casta se  horrorizan con el fenómeno Podemos, le buscan las vueltas para desencuadernarlo sin comprender que Podemos es la consecuencia directa de sus abusos institucionales, de sus chanchullos irresponsables, de sus enjuagues y de su incapacidad generalizada para asumir sus culpas y solventarlas con soluciones que no alcanzan ni a pensar, angustiados por la amenaza de perder el chollo institucionalizado. Al menos podrían dar gracias a que Podemos sea un movimiento de elevada conciencia social, solidaria, respetuosa con los Derechos Humanos, noviolenta y mucho más civilizada que esos farsantes colocados por enchufe en todos los estamentos políticos. Pero no. No lo ven. Sólo tienen miedo y se atrincheran, como Felipe el pusilánime. El avestruz. 

Mire, don Borbón, los trapos sucios de su familia nos están apestando a todas. Y a todos. Son patrimonio nacional. A ver si lo capta de una vez. El trono no puede seguir siendo la lavandería de la roña familiar. Su hermana debe ser excluida de la sucesión, y si ella tiene aún el cinismo de querer seguir como  entronizable en el elenco dinástico , usted mismo deberá tomar cartas en el asunto, dejar de ser el rey de copas y oros y ponerse las pilas como rey de bastos familiar y de espadas institucional. Ponga orden y decencia donde no la hay y corte por lo insano lazos indignos para hacer limpieza de fondo en el armario real, que lleva siglos siendo el estercolero mejor pagado del país. Una enfermedad crónica que ya debe erradicarse de una vez por todas. 
Si usted está interesado en ser Jefe del Estado de verdad, quite a su hermana de la lista del 'finger', disuelva las Cortes, convoque un Gobierno de emergencia, y luego elecciones generales y dimita y preséntese a a un referendum en el que los españoles opinen sobre la conveniencia de soportale o la de pasaportarle. Acepte la realidad y deje ya ser ser un real parásito. 

Una verdadera felicitación de Navidad por su parte habría sido anunciar esos cambios imprescindibles; pero, lo que según cuentan las crónicas del día, ha perpetrado usted, ha sido una burla más de su casta contra la ciudadanía. Un delito moral e inmisericorde. Cínico. Un escarnio contra los que sufren las consecuencias del apego ansioso de su familia a un poder ilegítimo que  un dictador impuso al mismo pueblo que machacó durante cuarenta años. Usted es la consecuencia de aquello y una vez más lo acaba de demostrar. 

En La locura del Rey George, hay una frase fantástica en la que "el loquero" real declara que durante años su oficio ha sido descubrir que todos los locos se creen reyes y que por eso los reyes son un fenómeno demencial, así que la "locura" de George era su estado natural. Enfermedad profesional y hereditaria. Pues eso mismo, malestad. Vea la peli, porfa, con su señora, que seguramente se la podrá explicar, y medite. Y luego aplíquese el cuento.

Poeta, estás que te sales. Genial, simplemente, genial


 Sobre las naderías del rey

 





 Por Luis García Montero

 
                     
El hechizado es uno de los cuentos más famosos de Francisco Ayala. Recogido en Los usurpadores (1949), cuenta la historia del Indio González Lobo. Llegó a España en 1679, después de cruzar el mar en uno de los galeones que se cargaron de oro americano para celebrar las bodas de Carlos II. Después de muchas idas y vueltas, gestiones, recados, visitas, informes y súplicas, consiguió entrar en la cámara del rey gracias a un azar y a la ayuda de la enana doña Antoñita Núñez. Sentado en el trono, en el centro del imperio, en el corazón del poder, vio sólo a un infeliz babeante y desvalido que jugaba con un curioso monito.

El simbolismo oficial del poder encubre en su interior un hueco casi siempre triste y oxidado. Los verdaderos poderes no están sentados nunca ni en los sillones de un parlamento, ni en el trono de un palacio. Los usurpadores se valen de máscaras simbólicas y sometidas para excluir a las personas de los ámbitos de decisión. La democracia, que nació para acabar con esta farsa, ha caído también en la degradación de un simbolismo no participativo.
Me acuerdo del cuento de Ayala siempre que veo anunciado el discurso del rey en Navidad. Se crea gran expectación, se hacen comentarios, profecías, se debate sobre el sentido de sus posibles palabras, sus alusiones, sus silencios… Se trata de una disciplinada manera de adornar y resaltar aquello que por necesidad está hueco. Más que en ninguna otra situación, cobran importancia los modos, el decorado, las estrategias comunicativas: porque el verdadero significado es el hueco del poder que vemos, nuestra propia exclusión.

Este año se jugaba, además, con el morbo de que era el primer discurso navideño de Felipe VI. ¿Es VI, verdad? Tampoco tiene mucha importancia. ¿Pero qué va a decir este pobre rey de todos los españoles? Sólo que tanto él como nosotros no tenemos nada que decir. ¿Qué medidas puede tomar contra la crisis o la corrupción? Ninguna… En nuestro caso, somos víctimas del invierno democrático que procura de forma maquillada excluir a los ciudadanos a la hora de tomar decisiones. En el caso del rey, se escenifica el oficio de estar en el centro del teatro a costa de no pintar nada. Dejando a un lado los problemas económicos que sufre la mayoría de población (algo que no afecta a la Familia Real, sino a las familias reales), el oficio de rey, su nada, es la mejor metáfora de la ciudadanía en el mundo de hoy.

Los intérpretes de palacio esperaban que, en sus minutos de gloria, Felipe VI hiciera hincapié en tres cosas: la imputación de su hermana Cristina, la crisis económica y la cuestión catalana. Pero el rey, consciente de su papel, imprimió sobre todo un desenvuelto tono autoreferencial, se constituyó antes que nada en símbolo de los españoles de hoy, encarnó la falsa alternativa de un país que puede regenerarse sin cambiar de verdad. Una generación nueva ocupa el lugar dejado por la vieja y mantiene el mismo discurso. Yo soy el nuevo espíritu de España, vino a decirnos. Y para convertirse en símbolo se quedó hueco por dentro y asumió el oficio de decir naderías sobre la corrupción, la crisis y la cuestión catalana.

1.- Estaban equivocados los que esperaban una alusión a su hermana. Que un rey diga que todos los ciudadanos son iguales ante la ley es algo muy ridículo. Su padre don Juan Carlos lo dijo sin creérselo, ya que había movido muchos hilos para ocultar el escándalo y luego presionó para que la justicia cerrara los ojos. Pero, aunque se lo hubiese creído, es ridículo que hable de igualdad alguien que se considera por nacimiento con derecho a ser Jefe de Estado.

Y lo de la renuncia de doña Cristina a los derechos es también una broma. Uno no es rey por sus méritos o por su honradez. Los usurpadores pueden jugar con la línea sucesoria según le interese a su mascarada. Pero, en realidad, cometer un delito no afecta a la sangre ni al nacimiento. Está mal eso de negar a una hermana. La dimisión sólo es digna cuando hay votos por medio, cuando uno debe su cargo a la opinión pública.

2.- Recordar en un momento entrañable que hay muchas familias que lo pasan mal y evitar los discursos triunfalistas del Gobierno ante la crisis es un acto de pura desfachatez. ¡Claro, así se puede! Sin responsabilidad ninguna y viendo los toros desde la barrera, las bondades del monarca sólo sirven para reforzar el descrédito de la política: los políticos son malos, yo no. Las opiniones del rey se parecen mucho a los comentarios de barra del bar emitidos por gente que luego se abstiene, o no se moja, o no asume responsabilidades, o no participa en la paralización de un desahucio o en una marea en defensa de los servicios públicos.

3.- Hablar de que la unión hace la fuerza y de que juntos podemos solucionar todos los problemas es una interpretación muy barata de la cuestión catalana, de columnista de quinta categoría que no quiere abordar el asunto que se discute.

Lo peor de todo es que el rey no puede decir otra cosa. Hacer algo distinto es salirse de su papel. Sólo queda bien diciendo naderías. La pregunta cae ahora de parte de los ciudadanos: ¿pueden ellos, que no son reyes, salirse del papel que le han asignado las élites? ¿Pueden opinar de la corrupción, la crisis y la organización territorial de una manera distinta a la fijada por el discurso oficial? Se trata de romper una burbuja y de tomar conciencia de que nuestro trabajo no es ser inútiles. No somos Felipe VI. ¿Es VI, verdad?

miércoles, 24 de diciembre de 2014

Balada para Diosito



           



A ver si lo consigo: Que lo tuyo y lo mío no puede encadenarse
entre palabras. Intento esta mañana
escribirte una carta desde ahora, desde la mismidad de este momento,
desde la exactitud de esta dulzura que me roza la piel
mientras me envuelve toda la ligereza de los pájaros.
Ya son casi las diez y yo casi un trasluz
si me arriesgo y te nombro sabiendo que no cabes
en ese disco duro
donde intenta archivarte la lógica pequeña de las cosas.

A ti lo de los nombres no es que te importe mucho,
te gusta ser así, dócil en el amor, loco e irreverente
con tu propia grandeza (es un lujo celeste
que tan sólo la luz se puede permitir)

Pero en esta mañana se me juntan los tiempos,
la búsqueda y el llanto, oscuros purgatorios
donde lloré tu ausencia sin saber
que tu ausencia era el don que me habitaba, 
el mismo no saber que nada hay que saber
sino  vivirte. Y vivirme también,
simplemente, vivirme. Descubrirme presente
y en esas, descubrirte. Y al mismo tiempo amar,
amarse, amarte (suave conjuración de reflexivos)
y sumarse a la voz de la ternura y a la prueba del nueve
en esa matemática infinita con la que tú armonizas,
inventas o dibujas galaxias y universos.

De repente aquí estás, enredado en mis manos
como una invitación para el concierto del desorden,
como una partitura a medio terminar, como un poema
en el que sólo quedan los espacios vacíos,
los renglones en clave de silencio. Siempre
múltiple y uno. Gigantesco de átomos
diminuto de cosmos, en esencia y detalle.

Y me había sentado a escribirte una carta,
a recordar los tiempos que ya fueron memoria
y se agotaron.
Contaba con pensar para enlazar los días
en todo lo que fue. Pero tu plan es otro.
Se ve que yo propongo y tú dispones.
Porque ya no me queda ni rastro del pasado
ni el árbol de la noche ni una herida siquiera
para engancharme al tren de las excusas.

Te revelas así. El pasado no es. El futuro no importa
porque nunca será más que futuro. 
Lo que ES es ahora, aquí, como Domingo, mañana,
suavidad, abrazo, nube, tostada, desayuno,
flor en aquel rincón, niños al fondo,
nostalgia en los armarios de la niebla,
pequeño impresionismo del instante.
Me  detengo y respiro. Leo. Pero se difumina cada letra
en el reposo intenso de esta luz.
Un viejo pensamiento gastado de costumbre
intenta decir Dios, No vuelvas la cabeza
mientras arden los reinos que no fueron;
si los miras ahora te morirás de sal,
de tristeza y de nadas
(reconozco tu voz que viene a sorprenderme silenciosa
entre negritas)

Y me quedo sin versos, sin historia,
sin lógico y coherente discurso argumental.
Y sin embargo, ha valido la pena
abandonar el rumbo establecido,
dejar a lo que ES la libertad de ser .

Y vuelvo a respirar 
toda la mansedumbre de la luz
mientras te siento y me disuelvo
en todo, en ti, en mí y en ellos

Mira que sin saber ya lo sabía
Y que sin conocerte te conozco.
Es inútil que hable, que te piense
o te escriba:
Lo que hay entre Tú y yo no es cosa de palabras.