martes, 9 de diciembre de 2014

Todo es hoy


   
       

Allí se congregaron las memorias.
En la benevolencia del otoño
y sus ocres rojizos.
Iba la luz escribiendo en los campos
y la brisa borrándole los trazos
al relato. Tú también escribiste
por encargo de la melancolía
mas sin convencimiento verdadero.

Se esfumó  la performance
y en nada se quedaron
los andamios alrededor del tedio.
Se cayeron los muros. Con naturalidad
y no hubo consecuencias luctuosas;
algún rasguño suelto sin demasiada hondura
y que se curó pronto,
porque el otoño quiso que el sol permaneciera
dorando rovellones, endulzando castañas,
asando calabazas y boniatos,
enjuagando los campos con las lluvias
feroces de Noviembre.

Y regresó la vida.
En su acontecimiento cotidiano
y sin embargo nuevo. Como siempre.
Entonces comprendiste en qué lugar de ti
congregaba la tarde sus antorchas
al son de una balada repentina

Todo volvió a bailar
igual que en primavera.
Mientras la voz de Silvio
modelaba unicornios azules
en todos los rincones del ahora
con perfume de ayer
y voces de mañana

Moraleja:
Primavera y otoño son notas infinitas
que cruzan los espacios y los tiempos
sin pedirle permiso  al pentagrama



      




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