Inventamos historias cuando olvidamos SER.
El presente absoluto
apenas necesita metáforas ni bucles para reconocerse.
El presente es así; huye de las vitrinas,
de la congelación de los museos,
de la feroz tenaza del pasado.
Y de la infatuación de los futuros
sanamente imperfectos.
El presente es espuma en los posos del tiempo.
Es solamente tacto, la rúbrica indeleble
con que la vida firma la sentencia del cambio
en la totalidad de cada instante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario