La estrategia de Catalunya en Comú abunda en su condición de
"imprescindibles" para desbloquear la situación tras las elecciones del
21 de diciembre
El miedo de Catalunya en Comú era
que la campaña de las elecciones que se celebrarán el próximo 21 de
diciembre replicara la dinámica de bloques que ha operado,
principalmente, desde las autonómicas de 2015 que llevaron a los
independentistas a la mayoría absoluta. Y así había sido, al menos hasta
ahora. La candidatura que encabeza Xavier Domènech busca introducir en
el debate, en los discursos, elementos disruptivos que permitan salir
del bucle. Y creen haberlo encontrado.
"Nuestra
impresión es que los adversarios quieren polarizar, reeditar el clima
del 27S con el agravante de que ahora hay personas en la cárcel",
apuntan a eldiario.es desde el equipo de Domènech. Frente a esta
tendencia propiciada a partes iguales por los independentistas y los
autodenominados constitucionalistas, los comunes
han detectado una bolsa de votantes "cansados" de la dinámica de bloques
y que ven en la tercera vía que quiere representar CatComú.
"Esa tercera vía se está abriendo espacio", apuntan
desde el equipo de campaña. Es la opción de la "tercera papeleta", la
del "ni DUI ni 155, sino desbloqueo". Los estrategas de los comunes
han encontrado además el objeto, el significante que aglutina estos
anhelos que las encuestas detectan pero que no se reflejan, al menos de
momento, en las previsiones electorales.
Del candidato Borgen a la "llave" de la gobernabilidad
El primero en lograr, de alguna manera, este objetivo fue el PSC, que situó a Miquel Iceta como el candidato Borgen. Un concepto ahora en disputa que sobrevoló el Día de la Constitución y fue protagonista en buena parte de los corrillos en el Congreso de los Diputados el 6 de diciembre.
El temor a una repetición electoral se ha instalado, quizá más en
Madrid que en Catalunya. En el Congreso ya se vivió en la primera parte
de 2016 el carrusel de negociaciones y guerras de relato que condujo a
los comicios del 26J. Más importante que el candidato a la Presidència
de la Generalitat, aseguraban algunos, es saber quién romperá el
equilibrio de dos bloques que, según parece, podrían salir el 21D sin
ninguna mayoría absoluta.
"Pregúntale a Domènech",
fue la respuesta que un importante barón regional del PP dio a varios
periodistas cuando fue preguntado por esa posible repetición electoral.
Horas antes, el candidato de CatComú había sacado esa llave de casa
antigua del bolsillo durante un mitin y había arengado a los presentes: "Ahora ya todos reconocen que seremos decisivos".
Son, y este es el mensaje fuerte hasta el final de la campaña, los
llamados a "desbloquear la situación, poner la gente en el centro y
abrir un nuevo tiempo de soluciones".
Construir épica e ilusión
La campaña de las catalanas de 2015 fue netamente emotiva. Y, de
momento, la de 2017 lo está siendo también. "La llave" busca aportar a
la campaña de los comunes construir esa "épica" y esa "ilusión" sin la que no hay relato posible en un proceso electoral.
El objeto se ha convertido incluso en protagonista de una campaña más
informal, pensada para redes, que CatComú ha lanzado en forma de diario
interno de Domènech.
Los estrategas de la campaña no quieren repetir los errores de 2015,
cuando Catalunya Si que es Pot intentó lanzar mensajes distintos hacia targets distintos. "Ahora buscamos los puntos en común de esos 279.000 votantes de Junts pel Sí que han acabado descontentos con el procés y de ese 30% de votantes del PSC que considera el 155 una infamia", explican a eldiario.es.
"La evolución ha sido brutal en términos de discurso", apuntan. "Está siendo mucho más unitario", siguen.
Buena prueba son los mítines y actos conjuntos de dirigentes tan
dispares, al menos en la teoría, como Teresa Rodríguez, líder de Podemos
Andalucía, y Joan Mena, que procede de EUiA. O Pablo Echenique con el
propio Domènech o la eurodiputada de IU Marina Albiol. En 2015, como
recuerdan muchos de los que vivieron aquellas elecciones, parecían
partidos distintos. De hecho, la presencia de dirigentes de Podemos en
la campaña que dirige CatComú, que se planteó de forma limitada en un
primer momento, es creciente según avanzan los días.
En la noche del 21 de diciembre los comunes pueden
encontrarse en una situación paradójica. Aunque quienes saben de
encuestas aseguran por lo bajo que la volatilidad del electorado hace
muy difícil una predicción ajustada del resultado, Catalunya en Comú sí
asume con más o menos resignación que Domènech no romperá las marcas de
CSQP en 2015.
Y aún así, incluso con un resultado
peor, puede encontrarse en la noche electoral con que tiene la llave que
abrirá el candado de la gobernabilidad.
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