sábado, 9 de diciembre de 2017

Sutiles emboscadas


Hoy leo en eldiario.es un artículo de Carlos Elordi preguntándose en el título si se habrá  pasado ya el momento Podemos. Leyendo el contenido se va desvelando la estrategia mediática del sistema para ir intoxicando sin que se note. Puede que ni siquiera Elordi conscientemente desee torpedear la alternativa de la izquierda más coherente; es muy posible que sea un contagio natural de la toxicidad general de los medios españoles, que funcionan en el mismo registro: el miedo a ser diferentes y tomados como partidarios de lo que no está triunfando al menos en apariencia y que tiene preocupadísimo al régimen y a su bunker. Mejor no decantarse por nada que rompa inercias informativas, no vaya a ser que se queden fuera de la ola cuando ganen los de siempre, precisamente aupados por esa prensa que o se pasa o no llega, como en el juego de las siete y media. Y así, sin ser "los malos" y sin mojarse, se funciona a gusto de una clientela más amplia.
Podemos es un peligro para el establishment precisamente porque pone el dedo en la llaga de la realidad y no se casa con nadie, es decir, no tiene amigos en las grandes empresas ni en los medios, porque ya se encarga el mismo Podemos de ser noticia en todo momento con la praxis más que con la publicidad. Sólo hay que entrar en youtube y tirar de videos. ¿Cuántos medios han publicado, por ejemplo, el vídeo en el que Teresa Rodríguez explica con pizarra, datos y cifras por qué es injusto e incoherente que los políticos parlamentarios andaluces ganen mucho más de lo que necesitan y por lo que ella solicita al Parlamento andaluz que le baje un sueldo que supera con creces un salario justo, mientras los ciudadanos que pagan esos sueldos apenas tienen suficiente para vivir?, ¿y cuántas entrevistas se le han hecho en La Sexta, en A3, en la 5, en La Cuatro o en los diarios impresos en papel o en pantalla, para que explique un asunto de ese calado: el por qué de su propuesta? Sólo pude verlo en Público. Los demás medios chitón, en esa especie de omertá que solo se entiende desde el miedo y/o desde los intereses en que todo siga igual. (En su día ya lo colgué aquí mismo, pero creo que es bueno refrescar la memoria para que no nos pase lo mismo que con la Transición y sus amnesias. La conciencia es como el amor: una realidad viva que hay que cuidar, abonar y refrescar para que se mantenga y crezca)



Es curioso que a pesar de que el grupo parlamentario se llama y es Unidos Podemos, esta prensa siga llamándolo Podemos a secas para limitarlo a una etiqueta y quitarle la esencia plural que le caracteriza y que sea precisamente esa ampliación de criterios y de vocaciones (IU, Podemos, Equo, Cataluyna en Comú, Compromís, Mareas e innumerables fuerzas municipalistas bajo un montón de siglas, que laten, piensan y sienten en plural pero al mismo ritmo solidario y concreto). Que no tiene miedo a reivindicar el diálogo mientras el resto del espectro político se ceba con las banderas y las tripas. Con los bandos. De los que en realidad la mayoría de los españoles de a pie está hasta la coronilla.  Los españoles normales necesitan a Unidos Podemos, y ahora especialmente a los Comunes, porque es la única vía de normalización demostrada que puede romper sin provocar daños generales, las inercias desastrosas que nos han traído hasta este momento irreversible. España no puede más, asfixiada en todos los aspectos por el lumpen de una miseria política institucionalizada  que no la deja respirar ni vivir en paz y en justicia para iguales. 

El mismo Elordi hace una confesión sin darse cuenta cuando afirma que seguramente el supuesto bajón de Podemos está causado porque los medios lo han marginado y bloqueado. No como él que aún le hace el favor de darle el protagonismo de un titular aunque sea para confirmar la realidad del acoso e intentos de ninguneo y bajón total. Hay limosnas que hacen más nacesitado al que da que al que las recibe, Elordi. ¿No lo has pensado?
Hay otra falacia en el texto que no sé si es a propósito o por simple ignorancia cuando el autor afirma que "Podemos no tiene propuestas" y que a lo mejor eso es lo que a la gente la desmotiva. Bueeeeeno...Se ve que Elordi no sigue los asuntos del Congreso muy de cerca, porque si no no haría tal afirmación, precisamente es UP el grupo parlamentario que más propuestas presenta y todas importantes y novedosas en materia política, jurídica, social, económica, territorial, de género y medioambiente, por no hablar de la propuesta constante y bien concreta de la reforma de la Constitución, intervenciones y argumentarios que superan en datos concretos y sugerencias al resto de los partidos que generalmente sólo dicen algo para responder con inconvenientes o equiescencias, nunca para aportar constructivamente frente al rodillo monologante pepero que es negado para debatir sin ofender y despreciar. Las suelo ver en directo si lo retransmiten y en internet ya en diferido. Te recomiendo, Elordi que lo veas si puedes, para que descubras a Unidos Podemos y no te quedes con la foto fija de 2014 en el impacto inicial. Y que comprendas si puedes, que en la verdadera política hay que elegir entre trabajar para tener éxito o trabajar para la gente que ha votado y para el bien común por encima de todo. No se puede estar en misa y repicando si se es lo que se ha prometido ser. El éxito es efímero, hoy en la cresta, mañana en el contenedor. La ética y la responsabilidad, no. Ni la política, aunque ahora sea una especie de top-model noticiable o trending topic de Instagram.
Ni a Unidos Podemos ni  ningún partido se les  vota porque sean cracks mediáticos ni para ser noticia de usar y tirar, sino para que sirvan a la ciudadanía. Que Podemos usara en su día la difusión mediática no significa que su sino sea quedarse en eso. Deberías caer en la cuenta, porque más o menos los periodistas también deberían tener un código ético similar. Por algo la prensa es el cuarto poder y no un negocio sin más, ¿o no es así? Además es muy insustancial y mosqueante decir semejante cosa de Podemos y no del pp o del psoe o c's, a los que, según la consigna de los sumos poderes, consideráis partidos serios que no necesitan un club de fans. Unidos Podemos tampoco lo necesita. Su atractivo no son los golpes de efecto ni el barullo mediático al que le sometieron nada más aparecer, sino su decencia y sus pies en el suelo. Cualidades que no tienen por ahora los otros tres integrantes más votados del juego electoral, y eso que ya llevan lo suyo gobernando. Obras son amores y no buenas razones. Si se quiere derrotar a UP, tendrán que esforzarse muchísimo para cambiar de registro, ser honorables y fiables además de presentables, y tener una hoja de servicios mejor y como mínimo tan limpia  e incorrupta como la suya. Hoy por hoy es imposible. Y ésa es su mejor propaganda donde gobiernan y no sólo no defraudan, sino que encima construyen vida, salud, igualdad, optimismo, cercanía honestidad transparente y diálogo. Podemos nació en la Universidad, el 15M en la calle, y ambos movimientos al reconocerse como similares, están madurando juntos y regenerando la sociedad desde la base y no desde los sermones, en el mismo contexto en que los demás se enrancian, se corrompen, se separan de la realidad  y juegan con el pueblo a los escañitos del y yo más. Así que no es la prensa, ni los bancos ni el Ibex 35 sino la realidad diaria la que da a Unidos Podemos su razón de ser. De momento no hay otra oferta mejor. Y la gente es menos tonta de lo que os parece.

Tengo la sensación de que  hay un escalón insuperable entre la política de salón, su prensa y la calle. Entre la realidad virtual de la demoscopia de teléfono y afinidades electivas y los ciudadanos y ciudadanas de a pie, -no de Alberto Rivera (tendría que ser catalán de alma(¡?) para llamarse Albert)-, de esos millones de currantes, pensionistas, estudiantes sin beca porque no estudian en colegios religiosos privados pero sí "milagrosamente" subvencionados con lo que el gobierno se ahorra/despilfarra en barracones. Parados de duración interminable, trabajadores sin contrato ni derechos, sueldos miserables por los que hay que pagar en IVAs de todo lo necesario, más de la porquería que se cobra. Pensionistas recortados, amenazados y agredidos cada tres por dos por un nuevo tijeretazo a la hucha de la cada vez más Inseguridad Social. Invasiones de los territorios a los que después de afanerles el estuatut se les secuestra el gobierno autonómico como la cosa más natural. En fin, a todos esos y esas que nunca han tenido la ocasión de que alguien les pregunte por su intención de voto mientras se les corta la luz mientras se le paga el casoplón en París a Vert o las vacaciones maravillosas a sus "malestades" zarzueleras, por ejemplo.

Ante la frivolidad de la frase final alucino: "Pero tanto estas como ellos necesitan algún éxito. Por pequeño que sea". Como si la política fuera una corrida de toros, una revista de Lina Morgan o un campeonato de fútbol. Ains!
Es una pena que Elordi y tantos periodistas al uso no se hayan leído el programa y las propuestas de Unidos Podemos y por ello no las puedan ver materializadas en los ayuntamientos del cambio y eso que Madrid, Barcelona, Coruña, Cádiz o Valencia y un montón de municipios por toda la geografía ibérica están que se salen, con la erradicación de las privaciones más urgentes de solucionar  y con la eliminación del déficit y con la implementación de políticas sanas, limpias, sostenibles desde la ética hasta la ecología, la movilidad regulada por el respeto a los derechos de las personas a respirar antes que a contaminar, la ayuda e incremento del pequeño comercio, la preocupación por la salud y la regulación de la toxicidad medioambiental y amoral, una fiscalidad justa y no abusiva con los más débiles  económicamente;  unos éxitos en cadena que al pp lo han puesto de los nervios y a Montoro le han activado el turbo contra Unidos Podemos. En fin, algo que los pobres españoles no habíamos conocido nunca en los años del ayer ni del hoy, a pesar de ser demócratas bautizados sin que  nadie nos preguntase si estábamos de acuerdo o no, con esa imposición entre bautismo demócrata sui generis,monárquico sí o sí, o acabar en el limbo por imbéciles o en los infiernos por rebeldes y preguntones. Nunca  nos avisaron de que en realidad se empieza por mandarnos al limbo de la tontuna y del tópico inoculado para poder llegar a cocernos a fuego lento en el infierno biparty mediante la perfección del sistema.

En fin, que la red de infundios urbi et orbe está como nunca. Y lo más inquietante  que se nos transmite a los mindundis y mindundesas del populacho, es la duda del porqué. La pregunta del marrón: ¿la prensa está así de ciega por inercia, por necesidad pesetera  o por falacia premeditada y consensuada con el gerifaltado reinante? Lo cierto es que no se sabe qué es peor: si estar en el limbo de la inopia o directamente y por fabricación del consentimiento (así lo llama Chomsky sin pelos en la lengua, que es lo normal en él) en los putos infiernos de la cloaca mediática. 
Mientras tanto ya no sabemos si lo que  leemos es pre-jucio manipulador o post-verdad resignada. Un dilema propio de la Esfinge de Edipo. Hay mitos que nunca desaparecen si la mentalidad que los puso en pie sigue partiendo el mismo bacalao durante milenios. Esto parece un reto propio de los juegos del hambre o de Matrix I para la insurgencia de la lucidez colectiva. Es muy heavy que pasen siglos a saco y esto sólo cambie de modas y de apodos, ¿verdad?
O tal vez unidos podamos hacer algo realmente nuevo y quizás ¿no será ahora el momento de verlo, reconocerlo y cambiarlo? Se ve que el yuyu es tremendo ante esa evidencia, en todo lo establecido exclusivamente para sí mismo. Qué le vamos a hacer, es lo que toca en los ciclos de la vida. Se nace, se crece, se madura y se mengua hasta que se desaparece. Menos en la fantasía y cuentos góticos donde siempre se imaginan los más ilusos que los vampiros y los fantasmas siguen ahí en plan chupasangres y ectoplasma. Al final la realidad acaba bajando el telón del cuento y el guiñol se acaba. Jorge Riechmann dice algo así como que 'el ático del rascacielos piensa que no necesita cimientos'. Pues eso mismo.

Para eso han nacido el 15M y Unidos Podemos: para ser los cimientos de un tiempo nuevo y de un mundo en forzosa transición.  No es raro que con ellos el sistema se muera de miedo y los quiera neutralizar como sea para devorarlos, antes de que se les joda el negocio, que se le va a joder de todas todas al paso que va el cotarro cegado por su soberbia, avaricia y sociopatía psicótica. Sólo es cuestión de tiempo. Pero la peña no quiere seguir sufriendo mientras paga los platos, tazas y vasos  rotos en la vajilla de Rajoy que es un manazas para esas delicadezas, o de Pedro Sánchez que para el caso es un ten con ten.

Aquí dejo el material de análisis por si alguien quiere trabajarlo y sacar sus conclusiones.

¿Se ha pasado el momento de Podemos?

Algunos pueden haber caído en el desánimo: los salarios siguen siendo igual de bajos, las condiciones laborales siguen siendo igual de salvajes, ninguno de los recortes sociales se ha revertido, la ley mordaza sigue aplicándose, este país es cada vez menos democrático y la corrupción sigue saliéndole gratis a Rajoy






El líder de Podemos, Pablo Iglesias. / Marta Jara
El líder de Podemos, Pablo Iglesias. Marta Jara
No parece que la polémica en torno a la cuestión catalana vaya a abrir una nueva crisis interna en Podemos. Al menos por ahora. Las relaciones entre ese partido e Izquierda Unida tampoco amenazan con ir más allá de las tensiones habituales entre socios distintos, cada uno con sus intereses de grupo. Pero los sondeos siguen sin ser buenos para Podemos. Y entre los militantes y simpatizantes de esa organización hay preocupación. Y surgen distintas preguntas. ¿Por qué está ocurriendo eso? ¿Por razones coyunturales que podrían desaparecer si cambia el panorama político general? ¿O porque el impulso inicial que llevó al éxito se ha frenado? ¿Se puede aún encontrar o crear algo nuevo que estimule a los votantes potenciales alejados a acercarse otra vez al partido?
No sería la primera vez que Podemos se recuperara de un bajón en los sondeos. Y en los últimos tiempos tampoco se han producido cambios sustanciales en el marco político que lo hiciera más difícil que en otras ocasiones. Tras unos meses de claro abandono de las tentaciones de entenderse con el PP, el PSOE ha vuelto a la senda del apoyo a la política de la derecha. Aunque sólo sea en la cuestión catalana, en la aplicación del artículo 155. Y a menos que un gran éxito de Miquel Iceta en las elecciones del 21 de diciembre proporcione a Pedro Sánchez la fuerza suficiente como para enfrentarse e imponerse a los sectores más conservadores de su partido, esa situación va a mantenerse.









Esa vuelta atrás de los socialistas debería ofrecer nuevas posibilidades a Podemos. Aunque solo fuera para subir algún punto en las encuestas. Sin embargo, es también posible, hay ya algún indicio de ello, que el partido de Pablo Iglesias modifique algo sus posiciones respecto de la cuestión catalana, sobre el derecho a decidir y sobre la España multinacional. Eso no tendría por qué afectar a la intención de voto, salvo en Cataluña. Es más, más de uno en los ámbitos directivos de Podemos piensa que esas posturas y la equidistancia en el conflicto entre Madrid y Barcelona son los motivos principales de la caída en los sondeos.
Pero un cambio de orientación en ese terreno también podría tener el efecto de que el apoyo del PSOE al 155, a la dureza contra el independentismo, pareciera a muchos menos alejada de las posiciones de Podemos. No se puede aventurar lo que puede ocurrir en este capítulo, Cataluña, que es decisivo para todos los partidos y en el que están todos comprometidos, lo quieran o no. Dependerá de cómo se haga. También de lo que hagan los otros. Y del resultado de las elecciones catalanas. En general, y para los Comunes en particular.
Cataluña no tiene por qué hundir a Podemos. Si alguna cosa ha hecho mal, aún tiene tiempo de rectificar. Y entre los escenarios que pueden producirse tras el 21 de diciembre, más de uno coloca a los aliados catalanes de Podemos en posiciones decisorias. Eso puede favorecer los intereses generales, españoles, de la organización o, por el contrario, lesionarlos seriamente si se opta por soluciones poco convenientes. El desafío no es pequeño y el partido de Pablo Iglesias se juega mucho en ese empeño.
Pero la sensación que no pocos tienen de que Podemos ha perdido pie no nace de los problemas políticos que la crisis catalana plantea a esta organización. O no fundamentalmente de ellos. La cuestión que está encima de la mesa es si el mensaje originario de Podemos, la propuesta de una revuelta que nació del 15 M y que en pocos meses congregó a millones tras sus listas electorales, ha dejado de ser tan atrayente como lo fue entonces y hasta hace no mucho para amplios sectores de la ciudadanía.
Se ha dicho y repetido que la causa principal del fiasco que sufrió Podemos en las elecciones de junio de 2016, repitiendo los resultados de 7 meses antes cuando se esperaba mucho más, fue su negativa a permitir que Pedro Sánchez fuera investido presidente, a que un pacto de centro-izquierda echara del Gobierno a Rajoy y al PP. No se ha investigado casi nada al respecto, pero es muy posible que ese efecto tuviera lugar, más allá de que seguramente ese pacto nunca se habría firmado aunque Podemos hubiera accedido a hacerlo.
Y aunque parezca nadar en la ucronía, es oportuno sacar ese asunto a colación. Porque el rechazo de algunos electores potenciales de Podemos a que su voto no sirviera para producir un cambio real puede haberse conjugado en los últimos tiempos con otra sensación también decepcionante. La de que la actual relación de fuerzas políticas no permite avance alguno en ninguno de los capítulos que forman la tabla reivindicativa del programa de Podemos. Que los salarios siguen siendo igual de bajos, que las condiciones laborales siguen siendo igual de salvajes, que ninguno de los recortes sociales se ha revertido, sino todo lo contrario, que la ley mordaza sigue aplicándose, que este país es cada vez menos democrático y que la corrupción sigue saliéndole gratis a Rajoy y al PP. Por mucho que Podemos tenga 71 diputados.
Levantar los ánimos de su gente debería ser la tarea prioritaria de Pablo Iglesias y de los suyos. Pero no es fácil. Primero porque los grandes medios, vehículo decisivo de la agitación que Podemos hizo en los primeros años, les han cerrado las puertas y sólo las entreabren para difamarlos. Segundo, porque en todo el tiempo que ha pasado desde que entraron en la escena pública, no han sido capaces de crear estructuras de movilización y de propaganda alternativas. Siguen teniendo los mismos recursos que al principio. Y también, y no es poco, el apoyo de millones de personas. Pero tanto éstas como ellos mismos necesitan algún éxito. Por pequeño que sea.



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