domingo, 3 de diciembre de 2017

Gracias a estas compañeras de Podem por aportar su válida y honrada opinión sobre la tensión entre Podemos y Podem. La conciencia coherente es imprescindible además de necesaria.

La apuesta por Podem Catalunya: un proyecto en construcción

03 Dic 2017 (Público)


Ruth Moreta
Ex secretaria de Organización de Podem Catalunya
Noelia Bail
Ex coordinadora General de Podem Catalunya


¿Qué ha pasado en Podem Catalunya?
Ha pasado casi un mes desde que la dirección estatal de Podemos, tras el anuncio de una consulta a nuestra asamblea ciudadana, la dimisión del Secretario General de Podem Catalunya, ha impuesto una gestora y cesado el Consejo Ciudadano de Podem Catalunya. Después de un tiempo de reflexión, diálogo y discusión, desde la autocrítica, algunas de las personas consejeras del cesado CCA creemos que es el momento de explicar a las personas inscritas y al conjunto de la ciudadanía nuestro análisis sobre lo que ha sido, lo que es y lo que esperamos que sean Podemos y Podem Catalunya.
En enero del 2014 nace Podemos, un partido instrumental al servicio de la ciudadanía. Su lema: “asaltar los cielos”; su estrategia: una rápida victoria electoral; su objetivo: ganar para cambiarlo todo gobernando desde las instituciones. Muchas de nosotras sentimos y vivimos aquel intento de asalto a los cielos como la primera oportunidad que ofrecía la política para devolver el poder y las instituciones a las personas. Creímos (y creemos) que otra forma de hacer política es posible. Sin embargo, en estos casi cuatro años hemos visto que alcanzar el cielo de forma fulgurante implica costes: un decreciente protagonismo de los territorios; falta de autonomía para desarrollar agendas propias; confluencias precipitadas; ritmos marcados por las contiendas electorales; y un largo etcétera.
Asaltar los cielos ¿a pesar de nosotr@s mism@s? 
Aunque estas renuncias parecían incomprensibles para un partido joven nacido del hartazgo de la política de despachos y el reparto de sillones, los primeros resultados electorales en Europa y España mostraron que gran parte de los principios fundamentales básicos eran prescindibles en términos de éxito electoral a corto plazo (sólo se necesitaba un pequeño grupo tomando decisiones y la atención mediática para impactar). Tras tres años, y con perspectivas de resultados electorales menos impactantes, el lema asaltemos los cielos se ha desdibujado. El contexto político ha dado un giro de 180 grados y no ha existido (ni existe) un replanteamiento de la estrategia, los objetivos ni los fines que acompañaban a ese lema. Tampoco hemos asistido a una reflexión profunda sobre si una rápida victoria electoral es suficiente para superar las estructuras estatales y administrativas heredadas del postfranquismo. De hecho, los tempos que parecen marcar a Podemos y marcaron también en parte a Podem Catalunya son los del control de las alianzas electorales, y no los del empoderamiento de las bases y la apertura a la ciudadanía. ¿Nos hemos olvidado que vinimos a dar voz a quienes no la tenían? ¿Dónde quedó aquello de “la gente normal haciendo cosas extraordinarias”?
En paralelo a este proceso interno Catalunya ha vivido (y continúa viviendo) un momento político excepcional. Desde posiciones que van desde la unilateralidad (de la que ahora muchos parecen abdicar) hasta las que abogan por un amplio consenso por el derecho a decidir mediante un referéndum pactado, Catalunya ha evidenciado los límites del actual marco constitucional del Estado. Pese a la legitimidad de la reivindicación, la respuesta del Estado liderada por el PP y apropiada por las élites ha sido la represión y la judicialización. Una respuesta que ha hecho resurgir una mentalidad heredada del franquismo que permanecía casi invisible. Si pretendemos continuar avanzando en la definición de la relación entre Cataluña y España y en el avance como sociedad democrática, es hora de hacer, como país, autocrítica.  Y es hora en Podemos de hacerla también.
Cuando vemos con tanta claridad la posición intransigente del Estado hacia lo que significa Catalunya, y no somos capaces de ver la propia de la dirección estatal hacia lo que es Podem, se impone una reflexión sobre qué nuevo camino trazar en la resolución de nuestros conflictos internos. Lo sucedido entre Podemos estatal y lo que considera su filial catalana -Podem- ha evidenciado que las formas de resolver los problemas territoriales en contextos plurinacionales se extrapolan del estado a las organizaciones políticas. La solución no ha pasado por la negociación sino por el cese de la dirección catalana, legítimamente elegida. Alguien podría decir que una consulta impuesta en tiempo y forma desde la dirección estatal de Podemos sobre la confluencia electoral con Catalunya en Comú debe leerse desde el descontento de muchos miembros de Podem con la dirección política, y que la gran participación en la consulta fue un claro no a la dirección saliente y un sí rotundo a la coalición.
Que nadie se confunda ni induzca a errores. Lo que legítima y mayoritariamente se  aprobó en asamblea fue una unión electoral (ampliamente buscada y deseada), no un cheque en blanco para configurar las listas electorales a dedo, ni para perpetuar a una gestora, ni mucho menos para imponer por la puerta de atrás, una confluencia que acabe con lo que Podem significa para las que día a día lo estamos construyendo. Precisamente, el apoyo de la bases catalanas a la dirección cesada se explicitó en evitar una confluencia subalterna con Catalunya en Comú; y apostar por un lugar central de Podem en la futura confluencia,  que contenga en sus estatutos formas más radicales de democracia interna y un mayor compromiso con el cumplimiento de su código ético. Y que las personas candidatas sean elegidas por primarias en listas abiertas y no en base a acuerdos de despacho. Un tema de tiempos y urgencias, se dice. Bien, si dicha consulta sobre la coalición se llevó en cuestión de días, ¿por qué no hacer lo mismo con las primarias?
¿Y ahora qué? 
Frente a esta realidad y el desafío que supone, nos surgen algunas preguntas: ¿Sigue siendo útil un instrumento  político de transformación acomodado bajo los mismos principios organizativos que tienen las instituciones que pretende transformar? ¿Acaso existe una creciente contradicción entre lo que somos y lo que hacemos? ¿Qué hacemos la militancia de Podem Catalunya? ¿Qué papel jugamos las personas inscritas? ¿Partimos en retirada y abandonamos Podem Catalunya? ¿Nos resignamos a que nos indiquen qué y como hemos de hacer política? ¿O nos quedamos para reconstruir el proyecto político aprendiendo de los errores?
El desencuentro de Podem Catalunya con Podemos estatal tiene de fondo -y seguramente de forma no explícita- la tensión entre la de necesidad de algunos, de organizar verticalmente un partido meramente instrumental y la realidad, de unas bases, de luchar por construir un partido político horizontal y transparente en su toma de decisiones.
Por ello, creemos que es imprescindible la autocrítica y tratar de aprender de los errores. Errores que como dirección de Podem Catalunya también cometimos priorizando, a veces, las urgencias y los fines a las formas e incluso por encima de la relación con las personas y las demandas políticas territoriales. Un partido que se autodenominó feminista pero tuvo una laxitud ante prácticas tóxicas que iban excluyendo a las mujeres de Podem. También, una organización con cierta permisividad política ante la inoperancia de algún Consejo Ciudadano Municipal que olvidó a las bases y que dichas bases, ahí sí, pidieron de forma mayoritaria el cese de esa dirección política. O el haber dado poca visibilidad pública al importante trabajo de organización y gestión interna que han sido los pilares de la organización. Errores que en Podem no debemos volver a repetir.
Hemos constatado cómo los hiper-liderazgos comunicativos son contraproducentes porque van en detrimento del poder colectivo y hacen al conjunto dependiente de un grupo reducido de figuras o líderes. Distribuir los liderazgos comunicativos implica fortalecer capacidades para la representación pública, y  para ello se debe promover la equidad de representación hacia la diversidad de voces. Es necesario empezar a descolonizar desde la práctica comunicativa para transformar desde el discurso.
Pero creemos también que el último año y medio, pese a los errores cometidos y fuera del foco y la atención de las cámaras, se han establecido las herramientas internas para dar la voz real a la gente y hacerla sentir partícipe de un proyecto amplio que es de todas. Creemos que la experiencia y las complicidades acumuladas este tiempo como parte de la dirección catalana, no deben perderse y serán útiles para la reconstrucción de un partido que clama ser reformulado si quiere su supervivencia territorial y política.
¿Un nuevo Podem?
Nosotras estamos convencidas de que es posible re-construir a Podem, de que pese a los desencuentros y las dificultades impuestas nuestro lugar es éste. Porque creemos, desde el respeto a las decisiones personales y desde la certeza que compartiremos luchas y objetivos en el futuro, que tratar de reinventarnos sin aceptar que nos equivocamos es el camino más corto para repetir los mismos errores. Porque existe la expectativa y el compromiso de luchar por una unión de las izquierdas que deje atrás sus diferencias pero no a cualquier precio. Queremos trabajar por un Podemos y por una  unidad de izquierdas que predique con el ejemplo y desde dentro. Que no se configure sólo desde la superioridad moral de una élite intelectual o “estudiosos”,  sino que legitime el conocimiento situado de la realidad de los barrios, de los pueblos y de la gente de a pie, que es el que ha hecho crecer a Podem y a Podemos.
Y es que nosotras tenemos muy claro que, al igual que Angela Davis, no aceptamos aquello que no podemos cambiar, si no que queremos a cambiar aquello que es inaceptable.

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Ayer escribía acerca de la enfermedad tisular de las Españas. Hoy me reconforta leer este artículo de dos compañeras catalanas que están sufriendo una tensión importante en su entorno político. Empatizo totalmente con su estado de ánimo. Yo misma, y más compañeros y compañeras, en el otoño del 2014 pasamos por una experiencia similar en Podem Valencia. Y como resultado yo personalmente acabé en Unitat Popular: la nueva iniciativa de IU, una vez superado el tsunami de Podemos, que casi la aplasta, algo que hubiera sido imperdonable para aquella fuerza desatada de politólogos de élite y una verdadera pérdida irreparable para los pueblos de Iberia. IU es, como Podem, un patrimonio imprescindible para una nueva visión política y social y su cooperación es tan necesaria para ambos y para los españoles, como respirar.
El Podemos recién nacido era como un caballo suelto en una cristalería. E IU no merecía semejante final porque ella es la base honesta y sólida en valores para cualquier proyecto progresista. También tenía su lógica que al principio la unidad de proyectos no fuese fácil. Los nuevos llegaban alucinados y embravecidos por su golpe estratégico en Bruselas y las veteranas se sintieron aplastadas por la presión absorbente de las podemitas. En IU el feminismo como el ecologismo, el laicismo o el espíritu republicano eran ya un hito importantísimo desde hac mucho tiempo, en Podemos eran mucho más flojos e todo eso y casi de compromiso, lo mismo que la democracia de base, que en IU es básica y en Podemos era un mero trámite. En IU la consulta asamblearia era en serio, en Podemos era un ritual más que algo serio y decisivo. A la hora de la verdad contaba la hegemonía mucho más que la simbólica y colorista asamblea. Ya quedó claro en Vista Alegre I. 


Había una realidad palpable: por obra y gracia de la transversalidad que Podemos ha convertido en una herramienta insustituible para su concepto del asalto a los cielos, una gran parte de los fans estaba encantada con un aparato fuerte y seguro que liderase y mandase. Fue fácil convertirse en mayoría para quienes prefieren comer el menú servido en la mesa antes que cocinarlo entre todos y por turnos bien organizados, en los fogones. Esa es, desafortunadamente, la realidad española. Mientras esa actitud sea mayoritaria no habrá cambios contundentes sino paulatinos y a ralentí. Yo también estoy con Angela Davis, pero los años y los golpes me han enseñado que hay que aplicar las estrategias y los métodos adecuados al lugar en el que estamos radicados y en el tiempo presente. Nada tiene que ver la base social de USA que nunca ha conocido una dictadura, que la de un país como este nuestro, que desde hace siglos sólo ha vivido dictaduras bajo palio uniformadas y coronadas, hasta que en 1978 pudo tener -por primera vez en su historia- una Constitución medianamente presentable, que para estos pueblos nuestros casi era un escándalo en aquel entonces, y que le durase más de 5 años, cuya importancia para la gente de a pie no estaba nada definida ni casi entendida, porque eso se dejaba para "el gobierno y los políticos" que ya sabían lo que tenían que hacer, que para eso mandan.

El problema no era tanto una tensión entre IU y su rival podemita, como la poca o nula disposición de la sociedad en general a ser autosuficiente política, sin jefes que le digan lo que tiene que pensar. 
Para ese estado de tan poca lucidez decisoria lo del empoderamiento se queda en agua de borrajas, además de ser un oxímoron en sí mismo. Nadie, absolutamente nadie, puede ser empoderado por otros. Puede ser liberado de una cárcel. Socorrido en una necesidad. Salvado en un naufragio, de una catástrofe o de un accidente o de en un bombardeo, pero nunca se es  empoderado por alguien desde fuera de sí mismo. Porque el empoderamiento pertenece al terreno de la conciencia, o sea, que sólo desde un despertar de esa conciencia, una se puede empoderar de su vida y de su responsabilidad, de su libertad y de su autonomía vital y por supuesto de su compromiso participativo comunitario y social. Ésa es la función pedagógica ineludible que debe acompañar el desarrollo humano a lo largo de la existencia, y donde debería estar el eje de toda gestión y tarea política. Sin una ciudadanía decente y lúcida, de poco vale tener muchos recursos y riquezas, porque no se utilizarán con inteligencia y cuanto más bienes y ganancias se tengan más peligro tendrá ese país y esa gente. El ejemplo lo tenemos en nuestra propia historia: España descubrió y conquistó América, presidió un imperio europeo, dio la primera vuelta al mundo, tuvo colonias por todas partes, en la  lógica capitalista imperial debería haber sido más rica aún que Inglaterra y no sólo no  lo fue, es que ese despilfarro ostentoso y hortera le nubló la inteligencia, la condenó a vivir en guerra constante con todo el mundo, la envenenó con la soberbia y la chulería que aún le quedan y la ha reducido, a lo largo de siglos de lento hundimiento confundido con  protocolos ridículos, farándulas dinásticas y una presunción tan patética como la del Hidalgo del Lazarillo de Tormes, llevádola al estado en que ahora vegeta bajo la bota de los mismos patanes que asolaron el Méjico de los aztecas y el Perú de los Incas y que han dejado en todo el subcontinente americano un legado de miseria, clasismo, fanatismo religioso, militarismo y dictaduras a saco.

Eso es lo que sucede cuando un proyecto inicial por importante y fabuloso que sea no se gestiona desde la inteligencia del bien común y con el talento adecuado para cada gestión. Ese talento no sólo es financiero y mercantil, también debe ser humanista y benefactor en lo particular tanto como en lo universal. Al parecer ese tipo de inteligencia en España no ha lugar. Quienes lo tienen o bien pasan desapercibidos porque no quieren conflictos o bien son acosados y rechazados por el medio social, hasta que se abstienen de todo o emigran para no regresar. Pero, ay, si deciden regresar lo hacen cuando han triunfado en los negocios  o en una carrera de éxito, milagrosamente entonces, son premiados, celebrados y condecorados al máximo. España no tiene el don de ver más allá de los oropeles y la quincalla que confunde con el oro y las joyas auténticas por eso es mucho más fácil de engañar que de educar. Ejemplo: una de mis hijas en tercero de carrera tuvo que pedirse una Erasmus para descansar del desprecio y acoso en su facultad de Físicas, porque se le ocurrían ideas y las comentaba con los profesores que en vez de sentirse encantados  de tener en clase alguien tan rico en potencial o al menos curiosos, se lo tomaban como una humillación. Cuando la chiquilla hizo lo mismo en la Universidad de Münster, los profesores le dijeron que era una suerte tenerla en clase, que lo suyo se llama entre los físicos "tener ideas felices" y que si ella quería, aquella Universidad le daba una beca, le hacía el cambio de expediente y podría terminar allí la carrera. Ni que decir tiene que ni lo dudó. Años más tarde tras acabar la especialidad, ya  en la tesis se encargó de un proyecto intereuropeo sobre física atómica con el material y los estudios que le aportaban desde las universidades de Bari, Milán, La Sorbona y el CSIC de Madrid, donde le pidieron que diese una charla cuando vino a recoger el material investigado, entonces encantados con ella, le ofrecieron un buen puesto de mucha responsabilidad y estupendamente pagado, al que ella, naturalmente, renunció aun más encantada que ellos (rompamos tabúes: la verdadera patria no es en necesariamente donde naces, sino donde encuentras apoyo, valoración, respeto,estímulos para mejorar y crecer, motivos para vivir y ser razonablemente feliz). Esa miseria también es España y hay que saberlo para poder curarnos de la lacra. Otro ejemplo bien reciente: la justicia argentina y el saneamiento de su memoria histórica, que acaba de poner el punto final a lo que España ha sido incapaz de ponerle ni el prólogo.
Tenemos que atar cabos, causas y efectos para que indecencias como las que estamos soportando se acaben de una vez.


Creo que mi choque con Podemos se produjo fundamentalmente en ese nivel del empoderar:  estoy convencida de que empoderar personas es imposible si ellas no se empoderan ni buscan despertar por su cuenta, lo mismo que no se puede comer, digerir, respirar, evolucionar, tomar decisiones transcendentes o amar por otros. La línea que separa el empoderar del manipular al prójimo con el beneplácito del empoderando, en realidad no existe.
Empecé a preocuparme seriamente cuando me enteré de que había personas en la asamblea del barrio que colocaban velas devotas ante la foto de Pablo Iglesias y se acabó de confirmar mi intuición cuando un mes antes del primer  Vistalegre nos enviaron un emisario de Madrid-Moscú (como ya se bromeaba por aquí) mediante Sergio-Miguel Pascual-Strogoff, con el recado de que si no obedecíamos las directrices del Club Complutense, Pablo se iba. Lo cierto es que fue muy reconfortante comprobar que esa amenaza cayó en saco roto para muchos compañeros y compañeras que estaban despiertas y atentas, aunque no para todos en modo unanimidad. Seguramente parecido a lo que ha pasado en Podem Catalunya, sólo que mucho menos grave. En Catalunya ha coincidido con el crack de la proclamación de independencia, por eso la división ha sido algo mucho más dramático y dañino y tiene más complicada la  solución.
Pero no hay imposibles cuando hay madurez y se busca entre todos el bien común por encima de tener más o menos buenas razones, mientras los criterios aplicables no vulneren la conciencia de nadie ni su libre albedrío y haya un proyecto general para decidir lo mejor por encima de los egos individuales y colectivos. 

Me fui de Podemos porque mi visión del compromiso político no encontraba su lugar entre ellos, y no porque no valorase entonces como ahora su papel valiosísimo y decisivo en el cambio social y político, que ya es fundamental, no sólo porque hayan tenido millones de votos y un montón de escaños, aunque no ellos solos, sino por el valor de lo que aportan en tantos aspectos, como paladines de la pedagogía cívica, política y ejecutiva, por las iniciativas llenas de buenas propuestas, capaces de convertirse en canales que permiten a la ciudadanía convertirse en una fuerza constitucional con acceso al Parlamento y a la política municipal especialmente, supongo que es lo que ellos llaman empoderar, (aunque en realidad las acequias para que fluya el agua de la conciencia renovadora que ha permitido iniciar el proceso del cambio las construyó el 15M, sin el que Podemos no existiría).

Han sabido coordinarse en Común, en Comú, en Mareas de todos los colores, que las bases les han enseñado a respetar, partiendo de la cooperación con IU, Equo y Compromís, hasta que como una verdadera marea de decencia y regeneración democrática han entrado en los ayuntamientos (un terreno secundario para los planes iniciales de Madrid, que Podemos  trataba de evitar para centrarse fundamentalmente en el asalto al palacio Frozen de La Moncloa) Pero el pueblo manda, se quiera o no. Y el pueblo dijo nones y se decantó en 2015 por una pluralidad territorial que solo ha sido posible en los municipios y en Valencia al completo; y en 2016, defraudado por la falta de solvencia moral del psoe que ha preferido al pp antes que a  Unidos Podemos como socios, desde su deformación secular heredada puede que a este pueblo le parezca más seguro en tiempos revueltos, regresar a una actitud fetal y lactante o directamente a la abstención si se vote lo que vote el resultado será siempre el mismo biparty o la parálisis institucional como sucedió tras las elecciones de Junio del año pasado porque le psoe y el pp bloquearon todas las salidas pactadas; el pueblo tras ser ignorado por el cacicato bicéfalo peladepediente, puede que intente volver al seno madrastrero y en pleno delirio masoca no votar más o votar a lo bonzo a Mariano Rajoy (ese estar no estoy pero nunca me voy). Aunque para llegar a ese estado de calamidad han hecho falta algunas innovaciones deplorables por el largo y accidentado camino:

1) Un psoe en la higuera con complejo cegato de superstar y con un canguelo y una inmadurez impropias del momento político y de un partido que se auto considera socialista pero que en un arrebato inexplicable se empareja con c's y no con la izquierda, como la cosa más normal y no como el contra natura que debería ser esa aberración. Un Pedro Sánchez que no sabe por donde va si no le dan la ruta hecha y el mapa prediseñado por quienes piensan por él y lo tratan de empoderar a toda costa para que no se venga abajo a las primeras de cambio.

2) Un Podemos ya superado, con el ego a mil por hora, que le impidió ejercer con sensatez y un Iglesias in Wonderland, al que las velitas que le encendían los fans del primer momento se le convirtieron en vudú, debido a su prepotencia de nuevo rico parlamentario, muy lamentario, la verdad. Con errores tremendos como fue organizar un gobierno cuento de la Lechera por su cuenta y repartir cargos como si ya se estuviese en La Moncloa. O como el célebre y desgraciado lance de la cal viva usada contra Pedro Sánchez que cuando lo del GAL era un niño chico. Que fue como si a Iglesias y a Podemos le hubiesen endosado el asesinato de la Familia Romanoff ordenado por Lenin hace cien años.
En fin, que 'la gente' se asustó muchísimo, y como Pedro Sánchez suele hacer, donde dijo digo, dijo Diego. Y en las siguientes elecciones ya no confió en Podemos y no porque se hubiese hecho coalición de izquierdas sino porque ya no se fiaba del Podemos superstar de los comienzos. Tampoco fue capaz de perdonar una boutade sin más trascendencia, sobre todo en el estado de debacle total en el que nos encontramos, anteponiendo molestias personales a responsabilidades generales; parece que a P. Sánchez lo que le falta en inteligencia le sobra en orgullo. Pésimo equipaje para un posible gobernante.

3) Un pp agotado. Podrido sin remisión pero atacando como una fiera moribunda a todo lo que se le cruza por medio. Sin más idea que mantenerse como sea en el poder para no perder la impunidad y acabar como en la peli de Berlanga: Todos a la cárcel pero a la que salta para tirar con bala, no contra su opositor oficial que se ha convertido en su mayordomo, el psoe, sino contra Unidos Podemos, la verdadera oposición.

De todas formas, es mucho mejor lo que ha pasado en ese sentido electoral que lo que podría haber pasado gobernando en la misma ola, Sánchez e Iglesias, no tanto por Iglesias que es más inteligente que orgulloso, como por Sánchez que ya no se sabe ni lo que es. Y no me refiero a la desgracia que sufrimos con el pp, sino al futuro de la izquierda, de la conciencia, del progreso y de la consolidación de la fuerza ciudadana, que decidió dar un giro y obligar a los partidos de izquierda a entrar en razón cooperativa y transformadora en la primavera de 2015. Si el pueblo no se despierta desde la base nunca habrá conciencia ni democracia en proporción suficiente para gobernar, el biparty lo sabe y está haciendo el pino puente para evitar como sea que la Izquierda pueda gobernar; lo cierto es que  nunca se habría podido demostrar la de cosas que se transforman y marcan el rumbo de los tiempos desde la experiencia municipalista, mucho más que desde un lejano des-gobierno central. Eso el pp y el psoe parece que no lo han visto. Mejor así.


La solución la tenemos en las afinidades que son la justicia social, la igualdad democrática, los derechos universales y su aplicación sectorial además de global, la ética política que no nos permite corrompernos y seguir gobernando como si nada, la humildad honesta y transparente que nos hace sabios y autocríticos, la escucha, el respeto, el considerarnos hermanos de humanidad por encima de colegas ideológicos, de patrias o de banderas, que en definitiva son creación del capitalismo sus élites del forring office, no del pueblo, aunque las reivindiquen ciertos comunistas y psociatas, la verdad es que la única patria posible de los comunistas, socialistas y personas de corazón limpio y mente sana, es la humanidad y los valores que la hacen posible, como canta la Internacional.
 Desde esa realidad inmaterial que da sentido a la propia materia y a toda resistencia y lucha justas , quiero decir que a día de hoy Unidos Podemos es un bastión de la decencia política, que trabaja y está demostrando su capacidad para ser coherente en lo que la derecha llama incoherencia, como está siendo la capacidad de comprensión y sabiduría política y negociadora en el tema catalán, en el que le está dando lecciones al Psoe, que sólo busca votos en Catalunya a cualquier precio asociado al pp o  en Madrid o dándose de tortas en Sabadell con el mismo partido que arruinó el estatut y ha ido provocando el estallido indepen.

Eso no quiere decir en absoluto que al resto de España Catalunya le beba ser  indiferente  u hostil como pretende la derechona sino todo lo contrario: para que las cosas se arreglen hay que arreglar el tema catalán simultáneamente con  el tema federal que nos implica a todas las autonomías, y conseguir una reforma de la Constitución cuanto antes, algo que mientras el psoe esté avalando y permitiendo que gobierne el pp, jamás se logrará haga Podemos lo que haga, no puede hacer milagros sin que el pueblo se despierte y vote por encima del miedo y la costumbre de una política de mercadillo todo a cien. 

Ahora me pregunto, si por ejemplo ¿habría sido posible que en  Francia e Inglaterra hubiesen podido sobrevivir los ciudadanos a los ataques e invasión del  nazismo alemán si en la resistencia en medio del horror los ciudadanos se hubiesen estado peleando entre ellos por los cargos y los piques del nacionalismo de Bretaña contra el de Normandía y sobre qué alcaldes eran los mejores y más dispuestos? Creo que en ese plan lo que hubiese quedado de Europa ahora sería una manada alemana y nazi-fascista sin habitantes de otras etnias y culturas. Todo bajo control. Absoluta y literalmente dura lex. Como a Rajoy le gustaría por lo de los tribunales, las togas, las tazas, los vasos y esas cosas del menaje hogareño o de barra de bareto.
Ahora mismo el problema no es Catalunya ni España es el gobierno del pp y quienes lo ven y consideran como honorable, obedecible, sostenible y hasta votable en sus dos versiones: pp/c's,  con el apoyo incondicional de una aberración como el psoe, que se apunta a donde más tajada crea que va a sacar, mientras el pueblo sufre y paga si quiere como si no, para que los partidos de siempre le sigan crucificando, desde la legalidad vigente, claro.

No destrocemos lo que nos queda en común y vivible con rifirrafes perfectamente superables. Y aprendamos entre todas a distinguir los tiempos y las necesidades urgentes, de otras aplazables y menos urgentes que dependen más que de las ideologías políticas, de la pedagogía social mutua y que necesitan tiempo para desarrollarse. El lado positivo del problema independentista fuera de tiempo y lugar para el bien común, a día de hoy, no debería estar dividiendo a la izquierda sino uniéndola en su pluralidad nada hegemónica por cierto, solucionando los problemas urgentes  a base de trabajo conjunto. Si en una emergencia como ésta todo se detiene para quitar hilvanes o para decidir si bordamos el cubre bandejas con punto de cruz o punto de sombra, mientras las balas destrozan la casa, no nos dediquemos a la política, montemos una mercería.
La realidad que nos debe ocupar al cien por cien, es que  los enfermos crónicos y degenerativos olvidados, sin médico, a las familias sin recursos y sin luz ni gas en plena ola de frío, desatendidas por los recortes de Convergencia-PDCAT, en Reus, en Siurana, en Prades, en Vich o en Mataró, lo mismo que por el pp en Lavapiés o en Entrevías, en los Pajaritos o en la Olla del Pastor, les importa un rábano ser o no independientes, de verdad,  e igualmente les importa un rábano que les atiendan en cualquier idioma. Esa urgencia ética y humanitaria está y debe estar por delante y por encima de todas la patrias e independencias. De lo contrario estaríamos a la altura de España 2000, un grupo fasci-valenciano que sólo da ayuda solidaria a los españoles y jamás a los refugiados.

Si no entendemos ni asumimos esa prioridad somos un timo y un fiasco como asamblea, como políticos, como estado y como habitantes de cualquier nación ibérica. No queda otra conclusión más acertada.






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