Cómo fabricar un suavizante casero seguro y ecológico para la ropa
Algunas informaciones
apuntan a que los suavizantes pueden provocar alergias e intoxicaciones o
incluso a que son muy poco ecológicos
Respondemos a requerimiento a Tomás, lector y socio de eldiario.es
Respondemos a requerimiento a Tomás, lector y socio de eldiario.es
Tomás, lector y socio de eldiario.es, nos plantea la siguiente petición: "me quedé muy sorprendido al leer vuestro artículo ¿Cuánto dura una toalla sin perder sus propiedades?,
porque indicabais que es mejor lavar la ropa sin suavizante,
especialmente en el caso de las toallas porque reduce su capacidad
para absorber y secar. A partir de ahí investigué y he descubierto que,
además, los suavizantes son muy nocivos para el medio e incluso que sus
aromas son a base de compuestos que pueden ser tóxicos. Por lo tanto, me
gustaría que investigarais si existe alguna receta de suavizante casero
seguro y ecológico para la ropa".
Suavizantes industriales, poco ecológicos
Los suavizantes para prendas textiles son soluciones -cuando son líquidos- o preparados -cuando van en polvo- que contienen tensioactivos catiónicos, un tipo de compuestos capaces de unirse a la ropa cubriendo la fibra a la vez que evitan por repulsión eléctrica que las diversas fibras se unan y se apelmacen. De este modo, dan una estructura esponjosa y untuosa al tejido, a la vez que menos áspera al tacto.
Por
otro lado, los tensioactivos catiónicos no son inocuos; por sus
propiedades y su capacidad de actuar de puente entre los estados sólido y
líquido, son capaces de interferir en las membranas celulares de los
microorganismos. Es por ello que se los usa o se los ha usado
profusamente en hospitales como desinfectantes, pero del mismo modo, si son vertidos a un medio acuoso, pueden dejarlo rápidamente sin vida unicelular.
En
consecuencia, por el exceso de suavizante que va en el agua de lavadora
o en el residuo de la secadora, pero también por los remanentes que
quedan en las botellas y que van a vertederos, que se considera a los suavizantes sustancias tóxicas medioambientalmente. Eventualmente, se sabe que estos compuestos presentan actividad hemolítica,
es decir que pueden tener efectos nocivos sobre la sangre de los
organismos pluricelulares que de hábitats donde haya vertidos.
Por
otro lado, como bien dice Tomás, a pesar de que sobre todo se presentan
como una solución para prendas textiles gruesas y compactas, en el caso
de las toallas, uno de sus principales destinos, al adherirse a la
fibra y recubrirla impiden que pueda succionar matricialmente el agua y por tanto que haga uso de su capacidad secante. Es decir que el suavizante les resta eficacia.
Finalmente añadir que la concentración de tensioactivos en la solución suavizante ha crecido en las últimas décadas,
pasando de un 5% en los 90 del siglo pasado a actualmente hasta un 15%,
por lo que las dosis de uso recomendadas, a fin de evitar vertidos de
lavadora poco ecológicos, deberían ser menores.
El problema de los aromas
Pero
el suavizante no solo es usado por el efecto que su nombre indica, el
de suavizar el tacto de los tejidos, sino también actúa como
aromatizante merced a los aromas o esencias que contiene el producto.
Son muchos y muy variados perfumes entre los que el consumidor puede
elegir. El problema es que no siempre se basan en aceites esenciales naturales sino normalmente en compuestos químicos sintéticos que emulan en olor de las flores o los frutos.
Así, entre otro destacan el alfa-terpineol, un líquido
incoloro con un suave aroma a lila cuya intoxicación puede provocar
trastornos en el sistema nervioso central, hipotermia, dolores de
cabeza, depresión o pérdida de la coordinación muscular, además de
irritar las membranas mucosas. También está presente el acetato de bencilo, con olor similar al del jazmín, al que algunos estudios vinculan con el cáncer de páncreas.
Otro compuesto presente en los aromas es el alcohol bencílico
que sí es producido por las plantas y se encuentra en varios aceites
esenciales, como jacinto y el jazmín. Sin embargo, puede causar
trastornos en el sistema nervioso central e irritar el tracto
respiratorio superior si se inhala en exceso.
Por su parte el cloroformo también se usa
como agente aromático en los suavizantes de tela. Se sabe que la
exposición excesiva al cloroformo provoca somnolencia, mareos, vómito,
náuseas, dolores de cabeza, daño hepático y renal, trastornos cardíacos,
afecciones de la piel e infecciones en el tracto respiratorio.
Así mismo no es infrecuente el acetato de etilo, al
que la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos enumera como
un desecho peligroso. Los riesgos para la salud asociados con el acetato
de etilo incluyen daño renal y hepático, infecciones del tracto
respiratorio y anemia.
Son algunos de los compuestos aromatizantes más controvertidos, si bien las dosis de intoxicación son muchísimo más altas que las que pueda presentar un tejido tratado con suavizante y realmente para envenenarnos deberíamos inhalar directamente el aroma de la botella, algo que nadie en su sano juicio hará.
Por otro lado un análisis de la OCU en 2013 no encontró efectos irritantes sobre la piel significativos al
ponernos ropa lavada con suavizante. No obstante, no hay estudios que
evidencien la falta de efectos a largo plazo en seres humanos tras una
exposición prolongada estas sustancias a través de la ropa aromatizada.
Cómo fabricar en casa un suavizante sano y ecológico
Hemos
investigado y como consecuencia hemos dado con esta receta para
fabricar un suavizante sano, casero y ecológico. Sus ingredientes son:
- 10 g de bicarbonato de sodio.
- 150-200 ml de agua caliente.
- 800 ml de vinagre de sidra de manzana (puede ser de vino blanco).
- 20 gotas de aceite esencial de venta en herbolarios.
- Un recipiente de plástico con capacidad para 3 litros y medio.
Verteremos
el agua caliente en el recipiente junto con el bicarbonato de sodio y
el vinagre de sidra, lo que propiciará una reacción entre el ácido y el
bicarbonato, liberando abundantes burbujas de CO2 y formando acetato
sódico. Una vez desaparezcan las burbujas, se le añade el aceite
esencial que más nos guste y se remueve para homogeneizar. Se guarda en un lugar fresco y ya está listopara ser utilizado del mismo modo que lo hacíamos con el suavizante industrial. Antes de cada uso deberá agitarse el recipiente.
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