La Ingobernable llama a la movilización el 11 de mayo tras negociar con un Ayuntamiento de Madrid con "poca voluntad"
El centro social okupado ha llegado a un acuerdo con
una asociación de vecinos de Barrio de las Letras y un AMPA que el
consistorio municipal ha aceptado pero no cumplido todavía, según el
colectivo. Desde el equipo de gobierno no han querido hacer
declaraciones al respecto.
En mayo se cumplirán dos años de la okupación del edificio ubicado en la calle Gobernador de Madrid. Así nació La Ingobernable, un “centro social de comunes urbanos” como lo define el colectivo que “da vida” al edificio de propiedad municipal. El inmueble fue cedido a la Fundación Ambasz
para hacer un museo durante la etapa de Ana Botella como alcaldesa de
la capital de España. Tras la okupación y con Manuela Carmena ya como
regidora, el Ayuntamiento indemnizó a Ambasz en 2018 con 1,4 millones de
euros. Pese a ello, su futuro sigue lleno de incógnitas.
Para celebrar este segundo aniversario, La Ingobernable ha anunciado “una gran movilización”
el 11 de mayo "para defender el espacio y garantizar la permanencia del
proyecto” en el que se realizan más de 170 actividades al mes porque
“defender la Ingobernable es defender nuestro Madrid, un Madrid
feminista y ecologista”, según el comunicado que han hecho público desde
el centro social. La manifestación del 11 de mayo está apoyada por organizaciones como la Asamblea Feminista Madrid, Ecologistas en Acción y la Asociación Libre de Abogados, entre otros.
Este movilización llega tras cerrar la Ingobernable un acuerdo el 6 de marzo con otros dos organizaciones del barrio cuyas condiciones ha aceptado el Ayuntamiento de Madrid,
según el colectivo. El acuerdo de La Ingobernable con la Asociación de
Vecinos del Barrio de las Letras y el AMPA del colegio Palacio Valdés
incluye una propuesta de convenio al consistorio de 4 años. Además, el
texto insta al consistorio a que respete las “exigencias mínimas” y le
emplaza “a salvaguardar el principio de protagonismo vecinal y colectivo
y confiar en la capacidad de autoorganización de las vecinas y vecinos
para decidir sobre nuestros propias espacios”.
Este acuerdo político llegó tras varios encuentros a propuesta del propio consistorio
en los que participaron concejales del actual Ayuntamiento de Madrid,
cuya “poca voluntad y responsabilidad” La Ingobernable considera
“frustrante, peligrosa y tardía”. El Ayuntamiento ha transmitido un
“mensaje contradictorio” respecto al “reconocimiento del proyecto y su
permanencia”, según el comunicado hecho público por La Ingobernable.
El colectivo considera “ni este ni otro consistorio va a
ser el que defienda La Ingobernable” y “será el apoyo del movimiento,
los colectivos y las vecinas y vecinos lo que defenderá este espacio
ante las amenazas y el intento de usarse como arma arrojadiza con
intereses electoralistas”. Desde el espacio okupado también denuncian tres semanas de inacción tras la firma del acuerdo
por parte del Ayuntamiento, del que “no sabemos nada” tras
comprometerse en convertir el acuerdo político en un texto jurídico que
haría llegar a los tres colectivos, según La Ingobernable. El
Ayuntamiento de Madrid ha rechazado hacer declaraciones al respecto.
Estas reuniones y el acuerdo aceptado por el Ayuntamiento no se habían hecho públicas hasta ahora. De hecho, Manuela Carmena afirmó el 13 de febrero en Carne Cruda que “no iba a ir a reunirse” con La Ingobernable
pese a que fue invitada por el colectivo porque “es un edificio que es
del Ayuntamiento y se ha entrado sin permiso en él”, algo que “no está
bien” porque “las normas son muy importantes” .
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Parece que Carmena ha dejado clara la idea que tiene acerca de las competencias y los derechos, respectivamente, del Ayuntamiento y de la ciudadanía. Quizás, sería muy bueno para todas y para ella, en especial, recordarle con premura algunos pormenores que parece haber olvidado con el ajetreo electoral y los rifirrafes del poderío. Algo así como que demo-cracia, significa poder del pueblo, que por cierto paga impuestos para mantener el Ayuntamiento y el sueldo de los ediles, incluido el de la alcaldesa, así como el mantenimiento de los edificios públicos que no se usan y que se han rescatado del desastre botellil pagando por ello un pastón, que obviamente sale de los bolsillos contribuyentes, obligatoriamente.
Por esas razones hay una legitimidad natural en la capacidad del pueblo para tener acceso a usar adecuadamente y con responsabilidad los lugares públicos en los que realizar y compartir actividades sociales, culturales, de convivencia. Las normas se organizan y se implementan por medio de unas comisiones cívicas adecuadas que se establezcan de común acuerdo junto con el Ayuntamiento; no hay porqué hacer un problema ni una batalla de lo que solo debería ser un trámite enriquecedor y pedagógico para una democracia sana. Las normas en el caso de La Ingobernable no deberían estar en contra de las buenas iniciativas populares porque no hayan sido idea del Ayuntamiento, sino pactadas razonablemente para dejar claro el uso adecuado de los bienes comunes, no tienen por qué ser un ordeno y mando de juzgado o alcaldía, sino acuerdos nacidos del consenso puntual y modificable cuando sea necesario, entre la institución y sus usuarios, que mantienen al estado con su trabajo, sus privaciones y sus impuestos. Algunos derechos legítimos tendrán que tener a cambio en el asunto del uso de los espacios de todos y todas, ¿no es lo justo y lo lógico?
Por esas razones hay una legitimidad natural en la capacidad del pueblo para tener acceso a usar adecuadamente y con responsabilidad los lugares públicos en los que realizar y compartir actividades sociales, culturales, de convivencia. Las normas se organizan y se implementan por medio de unas comisiones cívicas adecuadas que se establezcan de común acuerdo junto con el Ayuntamiento; no hay porqué hacer un problema ni una batalla de lo que solo debería ser un trámite enriquecedor y pedagógico para una democracia sana. Las normas en el caso de La Ingobernable no deberían estar en contra de las buenas iniciativas populares porque no hayan sido idea del Ayuntamiento, sino pactadas razonablemente para dejar claro el uso adecuado de los bienes comunes, no tienen por qué ser un ordeno y mando de juzgado o alcaldía, sino acuerdos nacidos del consenso puntual y modificable cuando sea necesario, entre la institución y sus usuarios, que mantienen al estado con su trabajo, sus privaciones y sus impuestos. Algunos derechos legítimos tendrán que tener a cambio en el asunto del uso de los espacios de todos y todas, ¿no es lo justo y lo lógico?
Otra cosa es que no haya habido contacto ni diálogo, ni interés de la alcaldía por la propuesta, ni debate ni escucha previa antes o durante la okupación. Sería muy bueno que se explicase en una rueda de prensa todo el proceso y que informasen los vecinos y el Ayuntamiento al resto de ciudadanía, acerca de lo que haya pasado y no debería estar pasando o qué tendría que pasar para que se normalizase el proyecto vecinal o las dificultades haya al respecto, si es que las hay. Sería un gesto importante y muy necesario en una democracia. No todo se decide en las urnas cada cuatro años, las urnas solo son las catalizadoras que resumen la realidad de cada día y los vínculos legítimos entre la ciudadanía y los partidos que, como en España especialmente, mangonean las instituciones encaramados en privilegios que jamás deberían tener en una verdadera democracia.
Me pregunto, ¿qué proceso devastador transforma y degrada la percepción de quienes deciden acceder a la gestión política de las instituciones, para que personas normalísimas, decentes y majas, acaben en un par de años y a veces en unos meses, convertidas en máquinas de mandar , engolfadas en sus burbujas y completamente ajenas y hasta opuestas a lo que demostraban ser antes de su escalada politiquera, y por ello absolutamente irreconocibles por sus cada vez más desconcertados votantes?
Si se produce una okupación noviolenta y civilizada de espacios públicos que no se utilizan o se utilizan mal por parte de la administración, ¿qué problema hay en afrontar sanamente que las cosas no se han hecho adecuadamente y empeñarse en que se arregle lo que no funciona? La autoridad verdadera nunca se ejerce a base de enfrentamientos, sino evitándolos con inteligencia y teniendo en cuenta algo fundamental: no hay "cargos" públicos para subirse a la noria del poder, sino encargos que cumplir humildemente para que las cosas normales no deriven en conflictos y enfrentamientos irresolubles por causa de la rigidez, la distancia, la normatitis y el dar por supuesto que los encargados "mandan" sobre quienes encargan lo que necesitan a sus portavoces y representantes democráticos: los contratados por los votos a sueldo de la ciudadanía, que, además, cobra bastante menos que ellos y ellas.
Parece mentira que una ex jueza tan maja y abierta en apariencia, como Carmena, tenga tan poca práctica democrática y tan poca habilidad en sus 'sentencias' municipales.
Parece mentira que una ex jueza tan maja y abierta en apariencia, como Carmena, tenga tan poca práctica democrática y tan poca habilidad en sus 'sentencias' municipales.
Viendo esta deriva atroz, se entiende a un mejor que IU y los anticapis prefieran ir por libres a las municipales. Entre el podemismo y el manuelismo solo les queda la conciencia disponible para manejarse y no caer en el mismo agujero negro del ppoderío hasta derivar de Doctor Jekill a Mister Hyde en un plisplás. Una lástima.
Ains!
Ains!
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