El dilema del activista con cargo público: ¿Parar o continuar?
Cinco activistas que tienen un sitio en la
Institución (y que incluso optan a revalidar su cargo público) explican
los motivos que los han llevado a dar el paso hacia la política y por
los cuales, de momento, no dejarán el cargo a pesar de reconocer los
límites de la Institución.
Si ayer hablábamos con
activistas que pronto dejarán el cargo institucional o que ya hace un
tiempo que lo hicieron, hoy es el turno de aquellos que continúan o incluso aspiran a un segundo mandato. Empieza a aparecer el riesgo de sentarse "demasiado" en la silla. De aquí que los entrevistados lancen avisos, como el de Elisenda Alamany:
"La gente a pie de calle está más arraigada a los realidades. En
cambio, los que llevan muchos años en la institución pierden el norte y
la perspectiva". Su excompañera de filas, Gala Pin (Barcelona en
Comú), siente en este caso muy cercano al suyo: "La gente que lleva
mucho tiempo en los partidos acaba haciendo argumentos reduccionistas".
Ambas encaran un segundo periodo en la Institución.
Otros activistas consultados, como Ruben Wagensberg (ERC) y Vidal
Aragonés (CUP) todavía tienen legislatura por delante. Mientras que
Mateu Xurí (ERC) acaba de arrancar.
Ruben Wagensberg (ERC): "A menudo pienso que quizás el mejor es que marche"
Ruben Wagensberg (Barcelona, 1986) logró cierta
notoriedad como portavoz de la plataforma Casa Nostra, Casa Vostra que
impulsó la campaña 'Queremos Acoger'. Activista en temas de migraciones y
refugio, hizo el salto al Parlamento en las elecciones posteriores al
referéndum del 1 de octubre de 2017. A pesar de las dudas existenciales y
las consultas con familiares y amistades, acabó accediendo a integrar
la lista de ERC. Y allí sigue. A pesar de que no sorprendería que
cualquier día anunciara que se va, viendo la escena: "Acabas apoyando
cosas que nunca harías, pero por respeto a tu grupo y al colectivo en el
cual estás lo acabas haciendo. También llega un momento en el que piensas que en la calle puedes hacer mucho más que dentro.
Así que a menudo pienso que quizás lo mejor es marcharme. Pero después
los compañeros de los colectivos te responden que no, que es mejor tener
uno de los nuestros allí dentro y así siempre tenemos alguien con quién
interlocutar".
Wagensberg, también encuentra cuestiones que dan
esperanza. "Por ejemplo, este año hemos conseguido que la Generalitat no
haga el anuncio que hace cada verano, alertando de la venta ilegal pero
con un tono que criminalizaba a los manteros". Afirma que no cambia
mucho, pero que es una pequeña victoria. Aquí juega mucho la implicación
personal de cada diputado y sus temas de interés, "a pesar de que no
tendría que ser así". Coincide con otros entrevistados al señalar el
juego partidista y la lentitud del Parlamento. Pero todavía le queda el
resto de la legislatura para intentar revertir algunas dinámicas.
Vidal Aragonés (CUP): "El Parlamento no es nuestro lugar, pero sí un altavoz"
Vidal Aragonés (Cornellà, 1978) nació el mismo año que
el régimen que quiere abolir. Curtido en el movimiento juvenil de su
ciudad, pasó más tarde a las mesas cívicas por los derechos sociales y
las marchas contra el paro. De ahí le vendrá el interés en la defensa de
los trabajadores y ejercerá 16 años como abogado laboralista en el
despacho cooperativo Colectiu Ronda.
A finales de 2017 su nombre sonó para ir al
Parlamento. Puigdemont ya estaba en Bélgica y la CUP renovaba lista. El
partido bajó de 10 hasta cuatro diputados. Pero la convicción es
granítica: "Los cuatro lo tenemos muy claro: el Parlamento no es nuestro
lugar, pero sí un altavoz". Lo dice casi entre risas, por la aparente
contradicción que apunta: "¡Es que la mayoría de los diputados de los
otros partidos nos dicen que hacemos muy bien el trabajo y nos felicitan en algunas comisiones!". Pensar que no es tu espacio de confort, pero aun así hacerlo bien.
Que no sea donde quieren estar tampoco quiere decir
que quieran irse. "Tenemos que tener el Parlamento como herramienta de
difusión, pero sin confiar en grandes cambios". Y dice con sinceridad: "La efectividad del Parlamento es muy baja.
Si me pregunto en qué ha cambiado la vida de los catalanes en el tiempo
que llevo aquí, creo que diría que en nada. Ni para mejor, ni para
peor". ¿Se dedican muchas horas y muchos recursos económicos? Sí. Pero
cree que después las decisiones se toman en Bruselas y en Madrid: la UE y
el Estado español. Vidal pone como ejemplo que el Tribunal
Constitucional haya anulado 42 normativas del Parlamento en los últimos
años. Se desconoce cuánto durará la legislatura, pero mientras esté
vigente, Vidal Aragonés seguirá peleando.
Gala Pin (Barcelona en Comú): "Los poderes fácticos nos consideraron intrusos"
Gala Pin (Valencia, 1981) es el paradigma perfecto
de la activista que entra a la institución e incluso llega a ostentar un
cargo de Gobierno. Quien antes se manifestaba contra los desahucios
(como miembro de la PAH), y contra el hotel W y la marina deluxe
del Puerto Viejo (como vecina de La Barceloneta) es ahora regidora del
Distrito de Ciudad Vieja. Lleva una legislatura y aspira a una segunda.
"Claro, en un primer momento los poderes fácticos
nos consideraron intrusos. Pensaron que la gente había votado mal y que
teníamos que irnos", arranca Pin. Pero a pocas semanas de acabar la
legislatura, no es descartable que BeC pueda volver a gobernar. Apuntan
algunas victorias en la pizarra: "La empresa pública de energía tiene
mucho potencial". Pero también frustraciones: "A pesar de haber
conseguido el 30% de vivienda social en obra nueva, al final el Estado
no nos da poder para poner límites a la crisis habitacional y al precio
del alquiler".
Y hace referencia explícita a una de las grandes
polémicas vividas esta legislatura en materia de participación ciudadana
y movimientos sociales. "Para mí la multiconsulta fue un gran choque",
dice, en referencia a la posibilidad que una entidad forzara una
consulta ciudadana con el aval de 15.000 firmas. "El movimiento por la
remunicipalización del agua llevó 28.000 firmas en su defensa, pero la
mayoría de partidos votó en contra por la presión de Agbar". Un dardo
claro hacia la CUP, a pesar de que los anticapitalistas rectificaran
pocos días después. "Pero después ya era tarde". Un comentario que suena
amargo. "Es que antes éramos más felices".
Elisenda Alamany (Nova): "A pesar de que te sientas extraña, hace falta hacerlo
Elisenda Alamany (Sabadell, 1983) vive días de
cambio. Después de haber sido portavoz de Catalunya en Comú- Podem en el
Parlamento y apartada del cargo por divergencias con la dirección,
encabeza ahora el partido Nova. Todavía más: coaligada con ERC, será la número 2 de la lista de Ernest Maragall en el Ayuntamiento de Barcelona.
Antes de entrar en la institución, aun así, Alamany
venía del Vallès Occidental y de militar en sus candidaturas
alternativas. La incorporación a la institución llega así: "Muchos
formamos parte de una generación desposeída. De hecho, damos el paso en
el momento en qué se rompe el frágil equilibrio. A pesar de que tenga
consecuencias y sea duro; a pesar de que te sientas extraña en las
instituciones, hace falta hacerlo".
Así que lleva su "mochilita" e intenta llevar las
voces de la calle hasta el coro de la Institución, dice Alamany. A pesar
de que reconoce la divergencia de caminos y tempos de cada bando. "En
política funcionamos con unos ritmos que no se adecuan a los demandes
ciudadanas. De hecho, la institución no es suficientemente ágil para dar
respuesta. Así que al final la sociedad avanza a un ritmo determinado y
la Administración va detrás". Un apunte más: “Los que legislan no
parece que vean los cambios que venden y pretenden seguir legislando
cómo se hacía hace 10 años”.
Dicho esto, Alamany pasará ahora a intentar
conquistar la joya de la corona de las elecciones municipales en
Catalunya: el Ayuntamiento de Barcelona. Una lucha en la cual cada
partido ha tirado de los mejores cartuchos que ha encontrado dos de los
exconsejeros de PDeCAT (Artadi, Forn, Munté y Mascarell), un exministro
francés (Valls), un exministro español (Corbacho) y exdiputadas como la
socialista Laia Bonet y la propia Alamany.
Mateu Matas, Xurí (ERC): "No quiero acabar absorbido por el sistema"
Mateu Matas, Xurí (Santa Margalida, 1982) es el
orador mallorquín más conocido de la escena actual. Y también uno de los
más combativos contra los gobiernos del PP en las Islas Baleares,
especialmente durante la pasada legislatura encabezada por José Ramón Bauzá. No en balde, la aprobación del TIL suscitó un tsunami en defensa de la lengua de las Islas:
la marea verde. Los preceptos de Xurí no solo han sido los de defender y
querer la lengua, sino que también han abrazado todas las banderas:
allá donde ha sido reclamado, ha ido. La conservación ambiental de
Mallorca, el decrecimiento turístico... "Es cierto que no militaba en
ningún partido, incluso ahora no me considero de ninguno", explica, casi
con aire de novel. "Sí que es cierto que ofertas para entrar en
política he tenido, de formaciones muy diversas, de aquí que se me
conozca por las glosas", reconoce, "pero me parecía que des del canto de
la glosa podría ser más útil y tampoco me gusta demasiado la
partitocracia".
Sin embargo, en un momento dado acaba dando el paso
("casi de manera fortuita"), y entra en política institucional. Se
afilia a ERC, formación que preside en Mallorca. Y ahora integra la lista electoral en el Congreso de los diputados, en coalición con MÁS,
como número 4. A pesar de que resulte prácticamente imposible que salga
elegido, solo la negociación de la lista ya lo ha dejado sorprendido.
"Si una cosa considero difícil es entrar en el juego de la negociación.
Hay una falta de honestidad, incluso diría que por mi parte. ¿Cómo puede
ser todo tan complicado cuando negocias, si las personas cotidianamente
hacemos las cosas mucho más fáciles?", se pregunta Xurí.
Ahora tiene el reto de no caer en convencionalismos.
"No quiero acabar absorbido por el mismo sistema", explica. Por eso,
apunta hacia la coherencia ideológica como el valor que quiere preservar
en su paso por la política institucional: "A veces, es más importante
presentar batalla, que no ganar parcialmente”.
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Detalle revelador que canta La Traviata en estéreo:
Entre los políticos entrevistados para hablar de activismo en el presente reportaje, no hay ninguno de derechas. ¿Por qué será? Adivina, adivinanza...
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Detalle revelador que canta La Traviata en estéreo:
Entre los políticos entrevistados para hablar de activismo en el presente reportaje, no hay ninguno de derechas. ¿Por qué será? Adivina, adivinanza...
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