La derecha se tropieza
Ciudadanos parece haberse convertido en el agente naranja. Todo cuanto toca se envenena
Tampoco le ha ido mejor al PP. Tras liarse con la inmigración y la maternidad, Casado, ha tratado de zafarse presentándose como víctima de las noticias falsas
Aunque en este campeonato mundial de lo bufo tan duramente competido por la derecha el ganador indiscutible ha sido, sin duda, Vox
Antón Losada
Tampoco le ha ido mejor al PP. Tras liarse con la inmigración y la maternidad, Casado, ha tratado de zafarse presentándose como víctima de las noticias falsas
Aunque en este campeonato mundial de lo bufo tan duramente competido por la derecha el ganador indiscutible ha sido, sin duda, Vox
Los líderes de la derecha, Santiago Abascal, Pablo Casado y Albert Rivera posando en la foto final de la concentración de Colón, en una imagen de archivo
Marzo no está saliendo un
buen mes para la precampaña de la santa alianza de la derecha.
Empleando sus propias metáforas, podríamos decir que la reconquista
iniciada en Andalucía se ha hecho un lío al cruzar Despeñaperros y anda
perdida por los campos de Castilla.
Ciudadanos parece
haberse convertido en el agente naranja. Todo cuanto toca se envenena.
El pucherazo en Castilla y León para colocar de candidata a Silvia
Clemente, rutilante fichaje y antaño imaginativa contratadora en las
filas populares, ha resultado letal. Perpetrado con la sofisticación de
quien amaña unas elecciones para delegado de la clase, descubierto por
tres militantes de base repasando los listados, el sainete bien podría
titularse "Tres chavales de Burgos y una candidata algo turbia" y se ha
llevado de un plumazo la credibilidad del discurso regenerador de Albert
Rivera. Además de darle un buen bocado a su liderazgo y despertar dudas
sobre otras primarias naranjas. Cs ha pasado de representar la gran
amenaza a convertirse en ese rival herido y débil a costa de quien
esperan alimentarse populares y socialistas para ganar.
Tampoco le ha ido mejor al Partido Popular. Tras producir su propia versión de El Cuento de la Criada
y liarse con la inmigración y la maternidad, Pablo Casado, el hombre de
la licenciatura exprés, el máster superfast y el millón de inmigrantes
que vienen subiendo desde África para quedarse en España, ha tratado de
zafarse presentándose como una víctima de las noticias falsas y los
bulos.
Ya lanzados, los populares han intentado
cuadrar el círculo y colarnos a la vez dos ideas contradictorias: que la
manifestación independentista en Madrid había resultado un fracaso
pero, a la vez, una muestra de la debilidad y la urgencia de echar a
Pedro Sánchez. Un intento donde se ha visto muy acompañado por la misma
prensa que se cubrió de gloria profesional al difundir el bulo de la
agresión feminista a una militante de Vox, creyendo tener en sus manos
la pistola humeante que demostraba que España estaba llena de feminazis.
El resultado final solo podía ser meterse en otro jardín y amenazar en
público con limitar el derecho de manifestación e ilegalizar los
partidos que no les gustan; como, por cierto, también hacen en El Cuento de la Criada.
Aunque
en este campeonato mundial de lo bufo tan duramente competido por la
derecha el ganador indiscutible ha sido, sin duda, Vox. La plataforma
que buscaron al personarse como acusación particular en el juicio al
procés, se ha ido convirtiendo en un auténtico abismo por donde se han
despeñado, exhibiendo su más absoluta incompetencia e incapacidad. El
empujón definitivo se lo ha dado Manuel Marchena, el presidente del
Tribunal, teniendo que preguntar a su testigo, el major Trapero, aquello
que un indocumentado Ortega Smith fue incapaz de plantear.
A
Vox le pasa lo mismo que a sus tertulianas y tertulianos en la
vanguardia mediática. Cuanto más aparecen en los medios, más evidente y
notoria se hace su falta de preparación, su banalidad y su incapacidad
para mantener un debate con alguien sin recurrir al insulto. Dicen poco
porque saben poco; es lo que hay.
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