Brexit: Hacia el enquistamiento
La ilusión inicial se ha diluido en una disputa interna desgarradora. Se ha embarullado como algunas peleas matrimoniales en las cuales la ebullición de la bronca termina pensando tanto como los motivos originales de la disputa
Ya conocen la secuencia: el Parlamento británico volvió a decir no al plan de salida negociada por Theresa May;
hoy, segundo capítulo, segunda votación. Se decide si el Reino Unido se
va por las bravas el viernes 29, dentro de 15 días, y si entramos todos
en tierra incógnita. Si se rechaza esta fórmula expeditiva, mañana
jueves tercer capítulo, tercera votación para aprobar una petición de
aplazamiento para saltar la fecha límite del día 29 y ganar tiempo.
Todos los pronósticos coinciden en que esto es lo que probablemente ocurrirá, pero tampoco aclara demasiado la situación porque de cuánto tiempo hablamos. Europa está dispuesta a posponer dos o tres meses, un aplazamiento técnico, pero no más salvo que cambien las actuales circunstancias con unas elecciones o un segundo referéndum, por ejemplo. Pero hay otra cosa, si el Reino Unido siguiera siendo miembro de la Unión el día 2 de julio, cuando comience el mandato del Parlamento Europeo surgido de las próximas elecciones, los británicos tendrían que estar representados. Luego tendrían que haber ido a votar en las europeas del día 26 de mayo, una cita que nadie recuerda ahora mismo.
El lío es mayúsculo. La ilusión inicial se ha diluido en una disputa interna desgarradora. Se ha embarullado como algunas peleas matrimoniales en las cuales la ebullición de la bronca termina pensando tanto como los motivos originales de la disputa. El brexit se dirige hacia donde parecen dirigirse los problemas actuales, tanto Cataluña como Venezuela, hacia el enquistamiento.
Todos los pronósticos coinciden en que esto es lo que probablemente ocurrirá, pero tampoco aclara demasiado la situación porque de cuánto tiempo hablamos. Europa está dispuesta a posponer dos o tres meses, un aplazamiento técnico, pero no más salvo que cambien las actuales circunstancias con unas elecciones o un segundo referéndum, por ejemplo. Pero hay otra cosa, si el Reino Unido siguiera siendo miembro de la Unión el día 2 de julio, cuando comience el mandato del Parlamento Europeo surgido de las próximas elecciones, los británicos tendrían que estar representados. Luego tendrían que haber ido a votar en las europeas del día 26 de mayo, una cita que nadie recuerda ahora mismo.
El lío es mayúsculo. La ilusión inicial se ha diluido en una disputa interna desgarradora. Se ha embarullado como algunas peleas matrimoniales en las cuales la ebullición de la bronca termina pensando tanto como los motivos originales de la disputa. El brexit se dirige hacia donde parecen dirigirse los problemas actuales, tanto Cataluña como Venezuela, hacia el enquistamiento.
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