Apartheid electoral
En mi opinión, con
base en un "nacionalismo español de reconquista" no se puede gobernar
democráticamente España. Se puede intentar hacer imposible que se la
gobierne por quienes no comparten dicha versión del nacionalismo
español. O gobierna el nacionalismo español de reconquista, o no
gobierna nadie. Esta es la disyuntiva que se le está ofreciendo
desde "las derechas" a la sociedad española
La "Reconquista" fue el
mensaje subliminal de Vox en las elecciones andaluzas del pasado dos de
diciembre de 2018, que acabó con el éxito contra pronóstico de todos
conocidos. Un nacionalismo español de "reconquista" o de "cruzada" es el
vínculo que une a los tres partidos de la derecha de cara a las
próximas elecciones de abril y mayo. La marcha a caballo de Santiago
Abascal liderando a sus mesnadas en Andalucía lo escenificó
admirablemente. Mucha bandera, mucho himno, mucho orgullo de ser
español. Recitado con diversos matices, ese es el programa de futuro que
se propone a la sociedad española. No es un programa de gobierno, sino
un programa para "reconquistar" el poder, que, a través de una moción de
censura "ilegítima", ha acabado en mano de los enemigos de España.
El
Gobierno en este momento, según "las derechas", es el resultado de la
confabulación de los partidos anticonstitucionales o que han dejado de
ser constitucionales, como el PSOE, que es el que ha encabezado la
operación en el inmediato pasado y el que pretende proyectarla en el
inmediato futuro electoral. Lo urgente es la "Reconquista". Una vez que
se haya "reconquistado" el poder, habrá tiempo para traducir la
"Reconquista" en un programa de gobierno. Es lo que ha ocurrido en
Andalucía, donde los dos partidos que están en el Gobierno y el que les
apoya desde fuera todavía no saben muy bien cómo hacer esa operación de
traducción de un programa de "reconquista" en un programa de gobierno.
De ahí el retraso en la elaboración de su primer proyecto de
Presupuestos, que ni está ni se le espera. Pero lo primero es lo
primero. Hay que ganar las elecciones. Después ya se verá.
En mi opinión, con base en un "nacionalismo español de
reconquista" no se puede gobernar democráticamente España. Se puede
intentar hacer imposible que se la gobierne por quienes no comparten
dicha versión del nacionalismo español. O gobierna el nacionalismo
español de reconquista, o no gobierna nadie. Esta es la disyuntiva que
se le está ofreciendo desde "las derechas" a la sociedad española.
Catalunya es una parte irrenunciable de España. El País Vasco es otra
parte irrenunciable de España. Pero el nacionalismo catalán y vasco no
pueden participar, ni directa ni indirectamente, en la formación del
Gobierno de España. Los nacionalistas catalanes y vascos son ciudadanos
españoles, pero no pueden participar en el proceso de dirección política
del Estado español. Los únicos sufragios que pueden ser tomados en
consideración para la formación de gobierno son los de los ciudadanos
catalanes y vascos no nacionalistas.
Con su
"nacionalismo español de reconquista" las tres derechas pretenden
imponer un "apartheid" electoral en Catalunya y País Vasco. Con los
nacionalistas catalanes y vascos se puede convivir en la sociedad civil,
pero no en la sociedad política. En el terreno de la economía, de la
investigación universitaria, de la cultura en general, del deporte,
etcétera, los ciudadanos catalanes y vascos, independientemente de que
sean nacionalistas o no, compiten en condiciones de igualdad con los
ciudadanos españoles. Y lo hacen muy bien. Son buenos españoles. Pero en
el terreno de la política no pueden competir. Es ilegítimo que
pretendan influir en la dirección política del Estado.
Y
sin embargo, lo que la historia electoral desde 1977 nos enseña es que
los partidos políticos representativos del nacionalismo catalán y vasco
han sido los árbitros del empate que tiende a producirse entre los
partidos de gobierno de la derecha y de la izquierda española. De las 12
legislaturas, la constituyente de 1977 y las 11 constitucionales (de
1979 a 2016), sólo ha habido cuatro, 1982, 1986, 2000 y 2011, en las que
se ha podido garantizar el Gobierno por el PSOE o el PP en solitario.
En todas las demás, la contribución del nacionalismo catalán y vasco ha
sido imprescindible de una u otra manera.
Con el
‘apartheid’ electoral que conlleva el "nacionalismo español de
reconquista" la sociedad española en toda su diversidad y complejidad no
puede autodirigirse políticamente, es decir, no puede ser gobernada
democráticamente de manera estable e indefinida. La lógica de las "tres
derechas" es una lógica "franquista", que no puede expresarse a través
del sufragio universal. Con base en ese "nacionalismo de cruzada" no
puede formularse un programa de gobierno que pueda abrirse camino
democráticamente. El día de las elecciones podría dar como resultado una
mayoría de las "tres derechas". Pero entre las "tres derechas" no
existe la cohesión interna mínima para hacer viable de forma democrática
un programa de gobierno.
Antes de acudir a las urnas
en abril y mayo los ciudadanos deberían reflexionar sobre los programas
electorales que son portadores de programas de gobierno democráticamente
realizables y los que no lo son. Nos vamos a enfrentar con este dilema
con una intensidad muy superior a como hemos tenido que hacerlo en
nuestro pasado democrático.
No hay comentarios:
Publicar un comentario