Ximo Puig
El Consejo de Política Fiscal y Financiera que se reúne este viernes
llega después de un “basta ya” prácticamente unánime de las comunidades
autónomas. Tras meses de silencio y de ocultación de la realidad, el
Gobierno no ha tenido más remedio que convocar a un organismo cuya forma
de funcionamiento no puede continuar ni un día más.
Las comunidades autónomas, a las que el Gobierno ha intentado culpar
de su mala política económica, tenemos toda la legitimidad para tomar la
palabra y para exigir un cambio en la manera de hacer las cosas. Este
Consejo de Política Fiscal y Financiera, en cuyo orden del día solo
viene como punto relevante los recortes a hacer, debe analizar el origen
y la naturaleza real de las desviaciones del objetivo de déficit en
2015. Deber delimitar las responsabilidades de cada administración y,
sobre todo, fijar un objetivo realista para el actual ejercicio.
Y ese objetivo de déficit, no puede tomarse de forma unilateral, con
el peso del 51% de los votos del Consejo de Política Fiscal y Financiera
que representa la mano levantada del ministro. Hay que fijar una cifra
proporcional a la dimensión del gasto que gestiona cada administración
pública. Y, sobre todo, hay que proteger el gasto —en realidad,
inversión— en servicios públicos fundamentales: sanidad, educación y
protección social. Cumplir el déficit no puede significar dañar esas
prioridades. No caben más recortes cuando las autonomías han ajustado su
gasto un 13% en cuatro años, mientras que la administración central
solo lo ha hecho en un 3,6%.
De una vez por todas, hay que afrontar la viabilidad financiera de
las comunidades autónomas, algo que en muchos casos es actualmente una
quimera. El Gobierno tiene pendientes y obligadas dos tareas. La
primera, convocar la Conferencia de Presidentes para fijar con el
Gobierno la respuesta al ajuste que reclama Europa. La segunda, iniciar
de inmediato y con carácter urgente los trabajos para la revisión del
sistema de financiación, un debate que debe llevar aparejado la
transición a un modelo federal del Estado.
Me congratula que el ministro aceptara la propuesta de crear un grupo
de expertos para preparar un diagnóstico técnico de la financiación de
las autonomías. Será el primer paso de un nuevo sistema de financiación
que debe poner encima de la mesa toda la tarta del dinero de las
administraciones públicas.
No puede solo plantearse lo que se destina a las comunidades
autónomas. Desviar la atención a esa parte, propiciando una batalla
entre las comunidades autónomas, solo está en la mente de quienes no
quieren resolver el problema. Porque en la cifra está la evidencia: el
gasto en servicios públicos fundamentales de las comunidades este año
asciende a 105.000 millones. El Gobierno reparte unos 88.204 millones
entre todos. Si tienen una calculadora a mano ya pueden echar cuentas de
cuál será el déficit. Y no les saldrá el 0,3%.
Ximo Puig es el presidente de la Generalitat valenciana.
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Y que viva el tripartito a la valenciana! A ver si cunde el ejemplo en el resto de España. Necesitamos, como el respirar, una conciencia colectiva reivindicativa de lo justo. Y un espíritu federal unificado para gestionar la res publica en medio de una aberración monárquica. Una antítesis incomprensible en tal surrealismo político.
No hay comentarios:
Publicar un comentario