Sin tregua
Los que dicen estar hartos del superprotagonismo del conflicto catalán en la política española abandonen toda esperanza de que remita. No va a perder relevancia ni siquiera en esta semana previa a las municipales, autonómicas y europeas. Lo van a reglamentar situaciones de gran resonancia hoy y mañana la presencia en el Congreso de los presos soberanistas selectos. Hoy para recoger sus actas de diputado
y mañana para asistir a la constitución de las cámaras, escenificará
con todas sus intensidades el problema y sus laberintos. Después, el
debate sobre su casi segura suspensión de funciones y el domingo las
europeas, la disputa por plaza en el Europarlamento de Junqueras en la
cárcel y Puigdemont huido que asegura enredo creciente y repercusión internacional.
Y de inmediato los acuerdos de investidura que vuelven a poner al independentismo en posición clave y a los partidos de nuevo ante su contradicción más recurrente: lo que dicen desear frente a lo que de verdad desean. PP y Ciudadanos, por ejemplo, consideremos drama que el independentismo determine tantas cosas en la vida política nacional y sin embargo cuando se les brinda la oportunidad de liberar al Gobierno de España de ese yugo, el patriotismo que manda es el del partido.
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Podrían lograr con su abstención lo que dicen querer pero es mucho mejor negocio que Sánchez
dependa de Esquerra, es un filón para el reproche y la erosión. Luego
está además el juicio al procés y la sentencia. O sea que, por una razón
o por otra el independentismo catalán sigue asfixiando toda nuestra vida política.
En esta ocasión, distrayendo la importancia de la cita en las urnas del
domingo y apagando las acuciantes llamadas a la participación y dejando
de manifiesto que continuará marcando el paso en la nueva legislatura.
Sin tregua.
Y de inmediato los acuerdos de investidura que vuelven a poner al independentismo en posición clave y a los partidos de nuevo ante su contradicción más recurrente: lo que dicen desear frente a lo que de verdad desean. PP y Ciudadanos, por ejemplo, consideremos drama que el independentismo determine tantas cosas en la vida política nacional y sin embargo cuando se les brinda la oportunidad de liberar al Gobierno de España de ese yugo, el patriotismo que manda es el del partido.
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