Las cloacas de Podemos
El problema del partido ha sido siempre la coba: nacieron en una cámara de resonancia, que es la universidad. La formación morada ha decapitado a su abuela pero se resiste a matar al padre
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¿Hubiera mantenido Carmena el Ayuntamiento de Madrid sin ese sumidero absurdo de 42.000 votos estériles, capricho del zar y la zarina? ¿Una candidatura independiente apoyada por la cúpula morada hubiera arrastrado votos desde la abstención? Esto es más que probable, pero lo cierto es que no lo vamos a saber nunca. Lo que sabemos es que Podemos ha decapitado a su abuela pero se resiste a matar al padre. Podían sacar otro referéndum pasivo-agresivo ahora, como cuando se compraron el chalé, y lo mismo hasta les daban coba.
¿Hubiera mantenido Carmena el Ayuntamiento de Madrid sin ese sumidero absurdo de 42.000 votos estériles, capricho del zar y la zarina?
El problema de Podemos ha sido siempre la coba: nacieron en una cámara de resonancia, que es la universidad, y excretaron a todo aquel que provocaba disonancias en la melodía flipada del 'sí se puede'. Y sí, se hubiera podido, si la preocupación de Podemos hubiera sido 'la gente' y no 'su gente'.
Pero ahora no les queda más que escuchar. El ruido es atronador. Os lo traduzco, esto es lo que ha dicho 'la gente' a Iglesias y Montero: si tanto queréis a Podemos, podéis quedároslo. Y dicho esto, se han largado al PSOE. La gente está más que acostumbrada: sabe que allí salta el tejado en cuanto sopla el viento financiero, pero prefiere un refugio precario a ver cómo se matan a navajazos los Auténticos.
¿Qué queda hoy de Unidas Podemos? Pues gente resentida y exabruptos de Monedero en Twitter mientras en Galapagar berrean dos bebés mayores de edad. A Iglesias, si baja de Palacio, le van a alfombrar de claveles la Gran Vía. El PP y Ciudadanos necesitan a Vox, y el caso es que en Génova estaban abriendo botellas de champán, porque no es lo mismo ayuntamiento del cambio que cambio en el ayuntamiento.
En fin. Todo demuestra que el enemigo número uno de Podemos no era el fascismo, ni el machismo, ni la xenofobia ni la abstención. El enemigo número uno de Podemos fue siempre Podemos. Monedero, Iglesias, Montero, Echenique: la formación estaba destinada a un banquete, pero eran invitados y comida al mismo tiempo. Se creyeron leones y rugieron, el espejo les devolvió la imagen de unas hienas y creyendo hiena al de al lado se comportaron como lo que son.
Las cloacas del Estado les hicieron daño, esto no lo duda nadie, y la prensa les hizo daño. Hubo miedo en el Ibex, ¿os acordáis? Pero de todas las cloacas misteriosas, la más letal ha resultado ser la que llevaban debajo. Una extraña cloaca invertida a la que llaman, pomposamente, cúpula.
Si Errejón es inteligente, no volverá a decir que una vez estuvo allí, pero cierto olor a cadáver siempre le acompañará.
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Contrastes y dignidad . Podemos desaparece de La Mancha, de Valencia, de Sevilla, de la Coruña... y hay dimisiones como debe ser.
Podemos desaparece del Parlamento castellano-manchego y su líder dimite tras el batacazo electoral
La coalición
Unidas Podemos pierde la mitad de los sufragios que cosecharon por
separado el partido morado e Izquierda Unida en los comicios de 2015 y
con 74.372 votos, superados por Ciudadanos y Vox, se quedan fuera de las
Cortes regionales.
A. BURGOS
27/05/19
TALAVERA DE LA REINA.- Público
Eran las ocho de la tarde cuando las urnas se cerraban para empezar a contar votos. Elecciones locales, europeas y autonómicas, estas últimas las más importantes para Castilla-La Mancha. La mayor parte de los candidatos habían decidido pasar la noche electoral en la capital de la región, Toledo, mientras que el todavía vicepresidente segundo del Gobierno regional, líder autonómico del partido morado y candidato a la Presidencia de la Junta de Comunidades por Unidas Podemos, José García Molina, igual por el arraigo que tiene a la ciudad, por el augurio de malos resultados o por carecer de sede propia en la Ciudad Imperial, decidía seguir el recuento en la de Talavera de la Reina.
Se preveía que García Molina llegara sobre las diez de la noche a la sede local de la formación ‑convertida durante el final de esta jornada electoral en el cuartel regional de Unidas Podemos‑, mientras tanto sus compañeros de filas le esperaban allí. No muchos. No alcanzaban veinte personas las que estaban esperando al candidato y tampoco era la emoción ni la felicidad lo que inundaba la sede.
Pasadas las diez y media de la noche, el candidato llegaba a la sede con su secretaria de Organización y cabeza de lista de Unidas Podemos a las Cortes por Albacete, María Díaz. El alboroto brillaba por su ausencia. Tranquilidad, silencios y miradas entre ellos que hablaban por sí solas.
Un candidato que cruzó la puerta con un escueto saludo, abrazó a sus compañeros y se metió en una sala aparte para ir analizando resultados que ya apuntaban a debacle. Esto sí, ya tenían claro que no haría declaraciones a los medios hasta que no estuvieran los resultados finales.
A medida que pasaba la noche, la sede se empezaba a vaciar, ‑más si cabe‑. Compañeros y compañeras que entre abrazos se decían “hasta mañana”.
Pero una mínima esperanza quedaba, mantenerse en las Cortes regionales. El batacazo llegaba unas horas después, cuando con el cien por cien de los votos escrutados, Unidas Podemos de Castilla ‑La Mancha perdía toda su representación en las Cortes.
Tan solo cuatro años después de su irrupción en el Parlamento regional y esta vez sumando esfuerzos con Izquierda Unida y Equo, la coalición perdía la mitad de los votos obtenidos entre ambos en 2015, recibiendo tan solo 74.372 apoyos. Un raquítico 6,9 por ciento que dejaba a la formación morada fuera de las Cortes.
Resultados con los que García Molina, empeñado en "darle la vuelta al
mundo" con algunas propuestas traídas de Europa y otras polémicas como
el priorizar el acceso al empleo público de los nacidos y empadronados en la región, terminaba 'cayendo de la moto'.
En la sede talaverana de Podemos se palpaba un ambiente triste y desolado, sin nada que celebrar. Una noche que marcará un antes y un después en la organización debido a estos malos resultados, “los peores posibles”, según palabras del propio candidato que, al filo de la una de la mañana, salía a comparecer ante los medios para valorar las elecciones.
Una declaración de no más de tres minutos que dejaba claro una cosa, su dimisión: “Voy a poner mi cargo a disposición y voy a pedirle al Consejo Ciudadano de Castilla‑La Mancha que acepte mi dimisión y convoque una nueva asamblea ciudadana para iniciar una nueva etapa”.
Su análisis de lo sucedido, demasiado básico: "Tiene que ver con una recuperación espectacular del Partido Socialista que a nosotros nos ha menguado", afirmaba.
A partir de este lunes la organización se reunirá para analizar la situación y poder rectificar errores que han podido cometer, que no serán errores de campaña según García Molina, porque "la campaña ha sido magnífica, la más imaginativa, la más creativa y los únicos que hemos puesto encima de la mesa algo distinto". Una campaña que se pretendía innovadora y agresiva -especialmente en el último tramo de la campaña y contra el que ha compartido Gobierno en la región hasta el último momento-, pero que no ha funcionado.
Tras estas declaraciones García Molina abandonaba la sede de Talavera de la Reina afirmando que esto hay que solucionarlo pero que él seguirá con su vida y volverá a las aulas como el profesor de Universidad que siempre ha sido.
Proyector desenchufado, mesas recogidas, cámaras apagadas y una puerta que se cerraría en menos de media hora. No había nada que celebrar, ni que decir. Para el conjunto de Unidas Podemos la jornada de reflexión comenzó inmediatamente después de conocer los malos resultados obtenidos.
Eran las ocho de la tarde cuando las urnas se cerraban para empezar a contar votos. Elecciones locales, europeas y autonómicas, estas últimas las más importantes para Castilla-La Mancha. La mayor parte de los candidatos habían decidido pasar la noche electoral en la capital de la región, Toledo, mientras que el todavía vicepresidente segundo del Gobierno regional, líder autonómico del partido morado y candidato a la Presidencia de la Junta de Comunidades por Unidas Podemos, José García Molina, igual por el arraigo que tiene a la ciudad, por el augurio de malos resultados o por carecer de sede propia en la Ciudad Imperial, decidía seguir el recuento en la de Talavera de la Reina.
Se preveía que García Molina llegara sobre las diez de la noche a la sede local de la formación ‑convertida durante el final de esta jornada electoral en el cuartel regional de Unidas Podemos‑, mientras tanto sus compañeros de filas le esperaban allí. No muchos. No alcanzaban veinte personas las que estaban esperando al candidato y tampoco era la emoción ni la felicidad lo que inundaba la sede.
Pasadas las diez y media de la noche, el candidato llegaba a la sede con su secretaria de Organización y cabeza de lista de Unidas Podemos a las Cortes por Albacete, María Díaz. El alboroto brillaba por su ausencia. Tranquilidad, silencios y miradas entre ellos que hablaban por sí solas.
A medida que pasaba la noche, la sede se empezaba a vaciar, ‑más si cabe‑. Compañeros y compañeras que entre abrazos se decían “hasta mañana”.
Pero una mínima esperanza quedaba, mantenerse en las Cortes regionales. El batacazo llegaba unas horas después, cuando con el cien por cien de los votos escrutados, Unidas Podemos de Castilla ‑La Mancha perdía toda su representación en las Cortes.
Tan solo cuatro años después de su irrupción en el Parlamento regional y esta vez sumando esfuerzos con Izquierda Unida y Equo, la coalición perdía la mitad de los votos obtenidos entre ambos en 2015, recibiendo tan solo 74.372 apoyos. Un raquítico 6,9 por ciento que dejaba a la formación morada fuera de las Cortes.
En la sede talaverana de Podemos se palpaba un ambiente triste y desolado, sin nada que celebrar. Una noche que marcará un antes y un después en la organización debido a estos malos resultados, “los peores posibles”, según palabras del propio candidato que, al filo de la una de la mañana, salía a comparecer ante los medios para valorar las elecciones.
Una declaración de no más de tres minutos que dejaba claro una cosa, su dimisión: “Voy a poner mi cargo a disposición y voy a pedirle al Consejo Ciudadano de Castilla‑La Mancha que acepte mi dimisión y convoque una nueva asamblea ciudadana para iniciar una nueva etapa”.
Su análisis de lo sucedido, demasiado básico: "Tiene que ver con una recuperación espectacular del Partido Socialista que a nosotros nos ha menguado", afirmaba.
A partir de este lunes la organización se reunirá para analizar la situación y poder rectificar errores que han podido cometer, que no serán errores de campaña según García Molina, porque "la campaña ha sido magnífica, la más imaginativa, la más creativa y los únicos que hemos puesto encima de la mesa algo distinto". Una campaña que se pretendía innovadora y agresiva -especialmente en el último tramo de la campaña y contra el que ha compartido Gobierno en la región hasta el último momento-, pero que no ha funcionado.
Tras estas declaraciones García Molina abandonaba la sede de Talavera de la Reina afirmando que esto hay que solucionarlo pero que él seguirá con su vida y volverá a las aulas como el profesor de Universidad que siempre ha sido.
Proyector desenchufado, mesas recogidas, cámaras apagadas y una puerta que se cerraría en menos de media hora. No había nada que celebrar, ni que decir. Para el conjunto de Unidas Podemos la jornada de reflexión comenzó inmediatamente después de conocer los malos resultados obtenidos.
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