martes, 7 de mayo de 2019


Puigdemont, eufórico. Casado, transmutado 


VÍDEO: Pablo Palacios



Puigdemont, eufórico. Casado, transmutado. Después de una excursión jurídica bastante rocambolesca de la Junta Electoral Central al Supremo y del Supremo a tres juzgados de Madrid, Puigdemont podrá finalmente concurrir a las elecciones europeas. Se ha resuelto así un asunto en el que todo parecía repugnar a algo, a la inteligencia o a la democracia. Repugnaba a la inteligencia que un prófugo pudiera ser candidato y repugnaba a la democracia que no pudiera serlo alguien sin haber sido juzgado y condenado. Ahora, el desenlace del asunto repugna el sentido común político. Junqueras, preso preventivo, y Puigdement, buscado por la Justicia, van a dirimir el liderazgo del independentismo catalán peleando por un puesto en el Europarlamento. Su pugna resonará en Estrasburgo y Bruselas, haciendo real el gran sueño del soberanismo: internacionalizar el conflicto, lo que no va a facilitar, precisamente, la desinflamación del mismo en Cataluña.
Y mientras tanto, Moncloa se convertía en Versalles y acogía el encuentro de Sánchez con un Casado al que el susto de la derrota ha metamorfoseado en discrepante civilizado. Saludamos la novedad, naturalmente, que ojalá anuncie un tiempo político distinto. Pero el líder del PP me perdonará si me cuesta creerle. Comprenderá que una transmutación relámpago, como la del doctor Jekyll en Mister Hyde, no la asocie con la realidad sino con la ficción.
Y esta mañana, Sánchez recibe a Rivera, un político con el viento a favor cuyo principal enemigo es su propia ansiedad: quiere tragar antes de masticar y vive el actual momento como si estuviéramos en el último minuto de partido. Y por la tarde, a Pablo Iglesias, llamado a jugar un papel clave en esta legislatura. La naturaleza de su relación con el PSOE puede ser determinante para el futuro de Podemos y del propio gobierno de Sánchez.

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De momento, la democracia y la ética se refuerzan y superan la prueba al  reconocer a Puigdemont, a Comín y Ponsatí, como a Junqueras, el derecho inalienable a la representación política, lo mismo en Europa que en España, mientras leyes y togas self made en manos de tramas del poder se ponen en evidencia a sí mismas. 
Puigdemont y Junqueras serán o no serán decisivos, según lo decidan los votos de muchos y no las fijaciones de unos cuantos al servicio de la pernada franco-feudal. Como debe ser. Como debió ser desde el principio, en una democracia de verdad y no de pacotilla desinformada y "lista", desde que Catalunya se vio despojada de su  Estatut constitucional (2006-2010, jugarreta fashion) por el pp rajoyano, y posterirormente invadida y apaleada por un 155 vergonzante manipulado por los maestros y gurús de Casado y con la cooperación pasapalabra del Psoe y los fasci-abucheos mediáticos patrocinados por el Ibex y su casta. No creo que ese marasmo sea peor que Puigdemont paseando por Europa un  "problema catalán" que nunca hubiese sido posible sin sus creadores peperos y sus cómplices acojonados y sin fuste, del Psoe, irresponsables por exceso de una responsabilidad incomprensible, precisamente en un verdadero socialismo.
Serán los catalanes quienes decidan sobre la valoración de sus representantes. Si ladrones imputados, convictos y corruptos hasta la médula, siguen en el pp y sus tácticas ni siquiera son motivo de arrepentimiento y de regeneración, e incluso la pretendida "regeneración" casadil, resulta más cercana al desguace del estado que a su adecentamiento, algo muy gordo debe estar enredando el sistema equilibrador del estado; quizás ya sea hora de revisar desde la ética, los criterios y aplicaciones de las leyes y sobre todo las tendencias manipuladoras de sus "enteraos" titulados, que se vienen eligiendo a la carta de los políticos que mandan desgobernando. Más caciques que verdaderos gestores políticos. 

Tal vez sea hora de dotar a la Carta Magna de un contenido ético capaz de arbitrar con mejores parámetros los derroteros del estado, del hecho geopolítico ibérico, es decir,  la convivencia de sus pueblos expresados dinámicamente, como ciudadanía capaz de pensar y decidir, sin que la propia ley se convierta en una bomba de relojería en manos de unos mediocres descerebrados y/o esbirros de poderes políticos retrofranquistas (me quedé de piedra cuando descubrí hace años que el compañero de clase más torpe, cerril  y negado que  conoció mi promoción del Bachiller, era un cargazo del Supremo del que dependían nada menos que decisiones de lo más básico y determinante) Es evidente que aprobar una oposición no significa que se pueda comprender todo lo meramente embuchado por la memoria automáta ni que se haya superado el nivel cognitivo de una cacatúa. 

Por eso es tan importante y fundamental una pedagogía social que ayude a madurar como colectivo, mediante la participación de comités populares (no populistas) y de ILPs (iniciativas legislativas populares), como de observatorios ciudadanos imprescindibles, con el atributo y el derecho a voto de facto, que pueda modificar las aberraciones de unos individuos encorsetados y convertidos en falsas enciclopedias, como ésas que solo sirven de adorno, para rellenar estanterías y en vez de libros, son un armazón de madera decorado con falsas encuadernaciones y por dentro solo un vacío estremecedor, que solo se toca para quitar el polvo.

En cuanto al versallismo de Sánchez creo que es un toque más que necesario del domador inteligente con las fieras enjauladas. En vez de sacar el látigo que sería el desprecio, por ejemplo, de recibir primero a Podemos y a los nacionalistas, dejando muy claro quien manda ahora, que es lo que habría hecho un trifachita ganador por apabulle total, Sánchez ha preferido pasar la mano por el lomo de las bestias, apaciguarlas con exquisita educación, no como ellas que sin bozal y mordaza no dan una, y hacer que saliendo de las jaulas entren en un espacio civilizado y empiecen a conectar con otras energías más evolucionadas, capaces de no tomarse revanchas ni de saltar a la yugular, y demostrando que pudiendo dejarles al margen de todo porque solo necesita convocar al numeroso "enemigo" separtista, rojo perdío y terrorista, para dejarles K.O. for ever &ever, las cosas se pueden hacer mucho mejor con la democracia convertida en una con-celebración de la convivencia respetuosa y positiva aun con los seres menos adecuados y más impresentables. Tal vez el primer triunfo verdadero de Sánchez haya sido cambiarles las gafas de un tortazo monumental y democrático a las fieras corrupias y ahora, al recibirlas con una corrección y un sentido noble de la responsabilidad, acabarlas de dejar para el arrastre ante sus propios votantes. O sea, declarar con los hechos que todo el calentón de la furia trifásica, era simplemente el postureo trinkavotos de un derechito y cobarde "menos lobos, Tío Martín". Hasta los más chulos y retrecheros broncas y bocazas, al final son corderitos ante la democracia verdadera de un pueblo mayormente mucho más despierto de lo que su paciencia infinita daba a entender hasta el 28 de mayo de 2019.

No siempre Versalles está controlado por un Luis XIV. A veces se materializa el fantasma de la ópera. Y otras, Pedro Sánchez en versión Ángel Cristo, pero mucho mejor dispuesto, sin látigo ni banqueta auxiliar. Menos mal.

La democracia no solo ha rescatado al Psoe de las cavernas, también ha condenado al ostracismo votero y mediático al partido que provocó "el pproblema catalán" y dejado a medio gas a las naranjas de la China. Mucho mejores, digestivas y aromáticas las de València ¡donde va a parar!
Para contarlo solo ha quedado Cayetana la marquesa, tipití, tipitiesa,  en Catalunya. En Euskal Herría ni rasto del convoy.  Ningún lugar más propicio para celebrarlo que el palacio de la Moncloa. No lo dudes, Iñaki. O si quieres dúdalo, que para eso esto es una democracia monoarcada comodiohsmanda. De lash que hashta lesh shalen bien lash mocionehs de censhura y todo esho.
 Ains!

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