Otro favor
Se lo pido de nuevo por favor. Que el 26 de mayo nadie se quede en casa
Tengo la impresión de que la derecha todavía no se ha enterado de que ha perdido las elecciones. Arrimadas dice que los españoles saben que Sánchez está dispuesto a todo para seguir en la Moncloa, con las mismas palabras que usaba antes de la victoria del líder socialista. Casado comenta que es una catástrofe que Iceta
sea el presidente de la cámara que tiene que aplicar el 155 y me
pregunto si aún no se ha enterado de que el 155 no se va a aplicar,
porque el PSOE tiene mayoría absoluta en el Senado. Rivera
se autoproclama jefe de la oposición saltando olímpicamente por encima
de la aritmética, como si los 200.000 votos y los 9 diputados que le ha
sacado el PP fueran una nadería, mientras insiste en que no para de
crecer.
Cuando aún no nos hemos recuperado de la sorpresa, no por feliz menos asombrosa, de que la izquierda española esté dispuesta a asumir el viejo sueño de la unidad, vemos cómo la derecha se pelea a garrotazos. Sólo hay una cosa en la que están todos de acuerdo. Creen que las próximas elecciones serán la segunda vuelta de las generales. Están tan desorientados, tan aturdidos por la voluntad de los españoles, que necesitan que alguien les eche una mano, y no debemos desaprovechar esta oportunidad. Se lo pido de nuevo por favor. Que el 26 de mayo nadie se quede en casa. Los gobiernos de progreso en municipios y comunidades son imprescindibles para seguir parando a la ultraderecha, para garantizar los servicios públicos, para trabajar por el bienestar de los más débiles. Y para que estos chicos se enteren, de una vez, de que han perdido las elecciones.
Errejón en el balcón de un vecino de Vallecas. TWITTER
Los análisis pronostican que los madrileños seremos la clave del 26-M. Por si acaso, me gustaría compartir algunas impresiones con mis vecinos. Díaz Ayuso achaca las críticas que recibe a su condición de mujer, sumando un despropósito más a una larga lista, como si todas las mujeres produjéramos disparates al mismo ritmo que esta candidata del PP, que elogia el trabajo basura, echa de menos los atascos nocturnos en el Distrito Centro —¡cómo se nota que no duerme por aquí!— y considera que el Orgullo Gay ofende a las familias. Villacís, por su parte, ha dejado claro que está dispuesta a gobernar con Vox y con eso está todo dicho. Como no voy a votar a ninguna de las dos, me han afectado más las decisiones de la Junta Electoral Central, que no ha encontrado inconveniente en que Ciudadanos empapele la calle de Alcalá con una foto de Carmena y Errejón, con críticas a la gestión de la primera, pero ha prohibido que los madrileños cuelguen banderas con las caras de ambos en los balcones, después de negar, incluso a la alcaldesa, publicidad gratuita en las farolas y vetar su presencia —después sólo la del candidato a la Comunidad— en los debates. O sea, que para que le crucifique Ciudadanos, Errejón no es nuevo. Para debatir en televisión, sí lo es. O sea, que yo puedo colgar una bandera del Atleti en cualquier momento, pero ninguna con la cara de unos candidatos, aunque me identifique con ellos tanto como con mi equipo. ¡Ah!, pero Vox sí va a participar en los debates, pese a no haber obtenido representación previa ni en el Ayuntamiento ni en la Comunidad. ¿Cómo justifica la JEC su disparidad de criterio entre Vox y Más Madrid? No he conseguido enterarme. Por eso he decidido convertir esta columna en un balcón y colgar lo que me da la gana.
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Cuando aún no nos hemos recuperado de la sorpresa, no por feliz menos asombrosa, de que la izquierda española esté dispuesta a asumir el viejo sueño de la unidad, vemos cómo la derecha se pelea a garrotazos. Sólo hay una cosa en la que están todos de acuerdo. Creen que las próximas elecciones serán la segunda vuelta de las generales. Están tan desorientados, tan aturdidos por la voluntad de los españoles, que necesitan que alguien les eche una mano, y no debemos desaprovechar esta oportunidad. Se lo pido de nuevo por favor. Que el 26 de mayo nadie se quede en casa. Los gobiernos de progreso en municipios y comunidades son imprescindibles para seguir parando a la ultraderecha, para garantizar los servicios públicos, para trabajar por el bienestar de los más débiles. Y para que estos chicos se enteren, de una vez, de que han perdido las elecciones.
Balcón
Errejón en el balcón de un vecino de Vallecas. TWITTER
Los análisis pronostican que los madrileños seremos la clave del 26-M. Por si acaso, me gustaría compartir algunas impresiones con mis vecinos. Díaz Ayuso achaca las críticas que recibe a su condición de mujer, sumando un despropósito más a una larga lista, como si todas las mujeres produjéramos disparates al mismo ritmo que esta candidata del PP, que elogia el trabajo basura, echa de menos los atascos nocturnos en el Distrito Centro —¡cómo se nota que no duerme por aquí!— y considera que el Orgullo Gay ofende a las familias. Villacís, por su parte, ha dejado claro que está dispuesta a gobernar con Vox y con eso está todo dicho. Como no voy a votar a ninguna de las dos, me han afectado más las decisiones de la Junta Electoral Central, que no ha encontrado inconveniente en que Ciudadanos empapele la calle de Alcalá con una foto de Carmena y Errejón, con críticas a la gestión de la primera, pero ha prohibido que los madrileños cuelguen banderas con las caras de ambos en los balcones, después de negar, incluso a la alcaldesa, publicidad gratuita en las farolas y vetar su presencia —después sólo la del candidato a la Comunidad— en los debates. O sea, que para que le crucifique Ciudadanos, Errejón no es nuevo. Para debatir en televisión, sí lo es. O sea, que yo puedo colgar una bandera del Atleti en cualquier momento, pero ninguna con la cara de unos candidatos, aunque me identifique con ellos tanto como con mi equipo. ¡Ah!, pero Vox sí va a participar en los debates, pese a no haber obtenido representación previa ni en el Ayuntamiento ni en la Comunidad. ¿Cómo justifica la JEC su disparidad de criterio entre Vox y Más Madrid? No he conseguido enterarme. Por eso he decidido convertir esta columna en un balcón y colgar lo que me da la gana.
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Y
aquí me uno a Almudena en la misma denuncia contra ese despropósito
llamado JEC (¿de 'jeckes', tal vez?) Qué vergüenza. En cualquier
democracia decente esta JEC habría sido apartada de ese encargo
inmediatamente y sustituida por otra que cumpliese con la primera norma
para tal responsabilidad: la coherencia de la ética igualitaria más
elemental en la gestión delicadísima de los derechos y deberes nada
menos que en una campaña electoral. Pero claro, Spain is tan different,
que esos tiquismiquis decentes y legítimos, son imposibles, además de
una bagatela sin fuste, of course!
Un abuso en el boicoteo electoral parecido al que perpetró el Watergate y costó la dimisión al Presiente Nixon, aquí es el imperioso cometido de la JEC y todos encantados de la eficacia y el buen funcionamiento de las instituciones.¡Toma castaña, democracia!
La verdad es que esta cacicada inmunda se merecería como penalización, un apoyo masivo en las urnas por parte de las ciudadanía a favor de Más Madrid y que los "promotores" ideológicos junteros de la ocurrencia y sus respectivos partidos inspiradores, apechugasen con las consecuencias de su genialidad filibustera. En estos casos, convendría no olvidar el Motín de Esquilache. Adaptado a unas elecciones del siglo XXI, obviamente...O sea, votar en plan masivo a Manuela Carmena como alcaldesa y a Gabilondo como Presidente y, que la JEC apechugue con el karma y su justicia poética, mientras Madrid se recupera del esquilme pepero durante un cuarto de siglo, igualito que Valencia. Ya basta, hay que darles el finiquito de urgencias y sin diferir, xd! Se lo han ganado a pulso, hasta el último minuto.
Un abuso en el boicoteo electoral parecido al que perpetró el Watergate y costó la dimisión al Presiente Nixon, aquí es el imperioso cometido de la JEC y todos encantados de la eficacia y el buen funcionamiento de las instituciones.¡Toma castaña, democracia!
La verdad es que esta cacicada inmunda se merecería como penalización, un apoyo masivo en las urnas por parte de las ciudadanía a favor de Más Madrid y que los "promotores" ideológicos junteros de la ocurrencia y sus respectivos partidos inspiradores, apechugasen con las consecuencias de su genialidad filibustera. En estos casos, convendría no olvidar el Motín de Esquilache. Adaptado a unas elecciones del siglo XXI, obviamente...O sea, votar en plan masivo a Manuela Carmena como alcaldesa y a Gabilondo como Presidente y, que la JEC apechugue con el karma y su justicia poética, mientras Madrid se recupera del esquilme pepero durante un cuarto de siglo, igualito que Valencia. Ya basta, hay que darles el finiquito de urgencias y sin diferir, xd! Se lo han ganado a pulso, hasta el último minuto.
Ais!
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