Tratar de, tratar de ayudar
el lado oscuro de declarar la emergencia climática
¡Víctor de Lorenzo –es decir, la biología sintética nacional– se dispone a salvar el planeta! Microorganismos marinos (seguramente “mejorados”), alimentados con hierro “sembrado” en el mar, son la clave… En un tuit del 5 de mayo escribe que bienvenidos sean los intentos bienintencionados por reducir emisiones de GEI, pero que no resolverán el problema. “Se necesitan intervenciones a gran escala para capturar CO2 de forma activa. Sólo el microbioma de la Tierra tiene el poder catalítico y las dimensiones necesarias para marcar la diferencia”.[1] Y los ingenieros de bacterias y algas estaremos ahí para suministrar el producto.Declaramos la emergencia climática (como la UPC en Barcelona ayer, 7 de mayo); y como no podemos salir del capitalismo, el paso siguiente es la geoingeniería. Ésa será la secuencia.
Vamos camino de un planeta devastado, el genocidio que acompañará al ecocidio, y una humanidad residual que acaso intentará el poscapitalismo en el siglo XXIII. (La geoingeniería, sin salir del capitalismo, tampoco “resolverá el problema”).
la nueva oleada de extractivismo verde
Asad Rehman (director ejecutivo de la ONG War on Want) argumenta juiciosamente que con los planes para ecologizar el capitalismo a través de un Green New Deal nos adentramos en una nueva fase de extracción de recursos y riqueza de los países del Sur global. El Norte sigue manteniendo “la creencia de que el Reino Unido y otros países ricos tienen derecho a una mayor parte de los recursos finitos del mundo, independientemente de a quién empobrecemos al hacerlo, o de la destrucción que causamos”. Son los mismos poderes dominantes que han sacrificado voluntariamente a las personas y al clima en busca de beneficios los que impulsarán este colonialismo verde.“Pero esta vez los gigantes de la minería y las compañías de energía sucia ondearán la bandera de la emergencia climática para justificar el mismo modelo de negocio mortal. En esta nueva revolución energética, el cobalto, el litio, la plata y el cobre reemplazarán al petróleo, el gas y el carbón como la nueva línea frontal de nuestra destrucción corporativa. Los metales y minerales necesarios para construir nuestras turbinas eólicas, nuestros paneles solares y nuestras baterías eléctricas serán arrancados de la tierra para que el Reino Unido continúe disfrutando de la ética del bote salvavidas: sostenibilidad temporal para salvarnos nosotros, pero a costa de los pobres.
La reducción de la dependencia de los combustibles fósiles por sí sola no resuelve la crisis de desigualdad y pobreza a la que se enfrenta la mayoría de los ciudadanos del mundo, dos mil millones de los cuales ni siquiera tienen acceso a la electricidad ni a formas limpias de cocinar.
La escala de la nueva extracción necesaria llegará a eclipsar el implacable impulso actual por los recursos naturales sobre los que se basa el capitalismo. El informe de la OCDE Global Resources Outlook to 2060, que asume un crecimiento anual del PIB mundial del 2’8%, estima que los recursos extraídos aumentarán de 79 mil a 167 mil millones de toneladas. Esto es un aumento general del 111%, con un aumento del 150% en metales y del 135% en minerales.
La extracción de recursos es responsable del 50% de las emisiones globales de GEI, mientras que la extracción de minerales y metales es responsable del 20% de las emisiones incluso antes de la etapa de fabricación. Y detrás de cada tonelada de extracción hay una historia de contaminación y agotamiento del agua, destrucción de hábitats, desforestación, envenenamiento de la tierra, impactos en la salud de los trabajadores y cientos de conflictos ambientales, incluido el asesinato de dos defensores ambientales cada semana.
En un postrero giro irónico, la extracción de los mismos minerales necesarios para nuestras nuevas tecnologías verdes dará como resultado un debilitamiento de la resiliencia de los ecosistemas, que resulta crucial para amortiguar y mitigar los impactos del cambio climático irreversible.
Hablan mucho en el Partido Laborista y en los sectores izquierdistas de los demócratas en los Estados Unidos es de una ‘transición justa’: la transición de empleos intensivos en combustibles fósiles a empleos verdes, y el cambio a ‘energía 100% renovable’. Sin embargo, estos movimientos no se dan cuenta de que tales soluciones socialdemócratas serían desastrosas para gran parte de la población mundial. Un Green New Deal dentro del molde del pensamiento actual conducirá a una nueva forma de colonialismo verde que continuará sacrificando a la gente del Sur global para mantener nuestro modelo económico quebrado.
La demanda de tecnologías de almacenamiento y energía renovable superará con creces las reservas de cobalto, litio y níquel. En el caso del cobalto, que se extrae actualmente en la República Democrática del Congo en un 58%, ha ayudado a alimentar un conflicto que ha arruinado la vida de millones de personas, ha provocado la contaminación del aire, el agua y el suelo, y ha dejado el área minera como uno de los diez lugares más contaminados del mundo.
Algunos estudios estiman que para 2050 la demanda de cobalto será del 423% de las reservas existentes; litio, un 280%; y níquel 136% de las reservas actuales. El telurio para paneles solares podría exceder las tasas de producción actuales ya en 2020. En lugar de afrontar la realidad de que el capitalismo requiere un crecimiento implacable y es simplemente incompatible con la lucha contra el cambio climático, ya se está planificando una nueva lucha por la extracción de minerales con propuestas para la minería en aguas profundas. Eso arruinará algunos de nuestros ecosistemas más frágiles, con más extracción planificada en Brasil, China, India y Filipinas.
La semana pasada, la líder comunitaria chilena Marcela Mella advirtió que los planes de los gigantes mineros angloamericanos para extraer 400.000 toneladas de cobre al año durante los próximos 40 años de los glaciares andinos de Chile podrían llevar a la destrucción de ecosistemas vitales que también suministran agua al 6 millones de personas que viven en la capital de Chile, Santiago. Los ejecutivos de la minería declararon que ‘nuestros productos son esenciales para la transición a una economía baja en carbono’. La nueva ola de extractivismo verde promete ser tan mortal y sucia como la extracción de combustibles fósiles.”[1]
salir del lío
Joan Margarit en una entrevista, después de la concesión del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana: “Si me preguntas qué zonas son más claras, más transparentes, más nítidas, más limpias de la vida, diría los dos extremos [la infancia y la senectud]. Lo del medio es un lío turbio, y así ha de ser. Luego, contemplado desde la distancia, dices: ‘Pero qué locura, qué idiotez’. Pero no es una idiotez. La especie, para mantenerse, para sobrevivir, necesita esta inmensa mentira que es la propia vida…”[1]Bueno, ojalá pueda uno llegar a ese estadio de serenidad y transparencia que evoca el poeta catalán antes de la senectud decrépita… Salir “del lío” por ejemplo a mi edad, a los 57 años (mejor que a los 67, o a los 77, o a los 87…).
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