La segunda oportunidad
Publicada 27/05/2017
(Infolibre)
Compromís pide a Podemos que "retrase" la moción de censura para esperar al PSOE
Baldoví pide una nueva moción que "tenga alguna posibilidad de salir adelante".
Compromís lleva tiempo demostrando que una izquierda más allá del PSOE no tiene por qué ser necesariamente montaraz ni inevitablemente utópica.
La sugerencia que han hecho a Iglesias de que espere a que el PSOE se redefina para ir adelante con su moción de censura ha destapado la verdadera esencia de la iniciativa de Podemos: hacer ruido y construir argumentario para seguir zurrando a los socialistas, que es el deporte para el que parecen estar más capacitados. Cualquiera que no sea un fiel entregado a la causa de Pablo Iglesias –por si alguien con memoria aún se confunde, me refiero al de Podemos, no al fundador del PSOE– se dará cuenta de que esperar unas semanas no sólo no sería perjudicial, sino que abriría la posibilidad de armar una verdadera alternativa de izquierdas, que es lo que pretende Compromís con su propuesta.
Pero, claro, para eso tiene que quererse armar una alternativa de izquierdas, y es evidente que esa no es la intención de Podemos.
Probablemente, la irritación que entre la dirección actual de la formación ha provocado lo solicitado por los de Oltra no viene tanto por haberlo hecho en público y sin avisar, como por lo que deja al descubierto, que es la falta de una voluntad real de cambio. Ya se vio después de las elecciones, cuando se postuló Iglesias como presidente y hasta pidió carteras, y vuelve ahora, en que sin carteras –ya sería demasiado- sí se pone a la cabeza de esa manifestación a ninguna parte que es la moción de censura.
La vida no siempre ofrece segundas oportunidades, y la política menos. Cuando llegan, lo más inteligente parece no desaprovecharlas y aplicarse las lecciones aprendidas en la primera fallida. Pero para eso hay que tener humildad y algo de visión de futuro. Probablemente Pedro Sánchez no vuelva a andar por el camino que le sacó de la Secretaría General el pasado mes de octubre. Si es inteligente, sabrá sacar tajada al altísimo rédito político obtenido al arrebatar al aparato el poder de influencia sobre la militancia y empezará a definir y reorientar un partido socialista que, todo hay que decirlo, él mismo contribuyó a quebrar. Habrá que darle un margen al renacido, dejando aquí anotado a modo de autocrítica que los que le dimos por muerto políticamente estábamos de vacaciones en la inopia.
Y allí puede que siga Iglesias. Porque no da la sensación de que vaya a aprovechar la ocasión de enmendar la actitud que tanto contribuyó hace meses a la continuidad de Rajoy al frente del gobierno. Ni aunque se lo pidan los propios. O acaso todavía menos por esa razón. Dice que ahora tiende de nuevo la mano al PSOE, a Pedro Sánchez, ¿por qué no demuestra que quiere de verdad avanzar parando la moción de censura?
La propuesta de Compromís, además de un consejo de elemental prudencia, es una verdadera oportunidad de la izquierda española para parar el reloj, empezar un diálogo lo más abierto posible y conseguir crear una alternativa amplia de oposición que vaya al objetivo que todos afirman perseguir sin que nadie dé muestras de hacerlo de verdad con astucia o inteligencia política. Parece primar más el fuego de artificio que la luz permanente, el grito al hígado que la idea eficaz, la ambición personal que el objetivo de cambiar las cosas.
Si con la moción de censura se pretendiera de verdad cambiar democráticamente al gobierno, Podemos esperaría a abrir un nuevo diálogo con el PSOE y probablemente otros partidos. Pero, claro, asumiendo que quizá hubiera que cambiar de candidato, y ahí ya habría algún problema por parte de quienes se llenan la boca de patriotismo pero parecen trabajar más para su cortijo que para la patria de todos.
Si todo sigue igual, si en la dirección de Podemos no prende la semilla del lúcido pragmatismo que pone sobre la mesa Compromís, los valencianos seguirán apoyando la moción porque a ello se han comprometido a pesar de la dimensión de la diferencia de criterios con la Casa Madre.
Lo cual, dicho sea de paso, da muy buena cuenta de la dosis de generosidad y responsabilidad que también Compromís pone sobre la mesa.
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