La fórmula portuguesa para ganar Eurovisión
La experiencia portuguesa de gobierno de izquierdas apunta a que
otra política económica es posible en la Europa de la austeridad (y de
paso ganar la Eurocopa y Eurovisión...)
Tras el ridículo de nuestro representante en
Eurovisión, y cuando va para medio siglo de nuestro último triunfo,
deberíamos tomar nota del vencedor de este año, Portugal, que nos ha
dado una gran lección. Nuestros vecinos han aplicado lo que podríamos
llamar “la fórmula Portugal”, que es mucho más que una buena canción y
un intérprete sin disfraz. Les cuento los requisitos, a ver si somos
capaces de copiar la fórmula.
Para ganar Eurovisión
como Portugal hacen falta, en primer lugar, varios partidos de izquierda
de distinta tradición y personalidad: desde la socialdemocracia (el PS
portugués) al comunismo (el PCP allí), pasando por las nuevas formas de
izquierda antiglobalización (el Bloco de Esquerda, que suele compararse con nuestro Podemos aunque es muy anterior).
En segundo lugar, para ganar Eurovisión hace falta que
esos mismos partidos, pese a sus diferencias históricas e ideológicas,
sean capaces de unirse por un mismo objetivo: echar al gobierno de
derecha, revertir las políticas de austeridad y mejorar las condiciones
de vida. No es un paso fácil, pero si se quiere la gloria eurovisiva
hará falta que todos borren líneas rojas, renuncien a parte de su
programa, y acuerden mínimos para empezar a rodar. Y que lo hagan sin
poner por delante listas de ministros. En este paso es importante que la
militancia y los votantes empujen.
Con todo lo
anterior, ya tendríamos un gobierno de izquierda, o si prefieren de
centro-izquierda, lo que como mínimo garantizará no quedar entre los
últimos del festival. Si además queremos tener opciones de victoria,
tendrá que resistir las presiones internas y externas, obviar el rechazo
de los grandes medios y resistir la hostilidad de la troika, para
ponerse a gobernar cuanto antes. Los jurados nacionales valorarán muy
favorablemente un primer paquete de medidas contundentes. 12 points!
Si no nos ha barrido antes un ataque a la griega, el siguiente paso es desmontar los recortes y contrarreformas:
restituir derechos laborales y salarios; frenar privatizaciones;
eliminar la sobretasa fiscal… Todo ello acompañado de medidas urgentes
para los más desfavorecidos: aumento de pensiones, salario mínimo y
prestaciones familiares; gratuidad de libros de texto; protección contra
la pobreza energética, mayor inversión en sanidad… Y sin descuidar reivindicaciones como el aborto o la adopción por parejas homosexuales.
Llegados a este punto, la victoria en Eurovisión estaría cada vez más
cerca, y se empezarían a ver las primeras señales positivas: además del
alivio de la población, los indicadores macroeconómicos también
acompañarán, para sorpresa de quienes siempre vaticinan el desastre:
baja el paro, crece el PIB, y el déficit está controlado, lo que pone de
los nervios a los talibanes de la austeridad, pues aunque Portugal sea
un país pequeño y a menudo despreciado, se convierte para el resto de
Europa en la prueba de que otra política sí es posible.
Por supuesto, la gloria eurovisiva no es un camino de rosas, y Portugal
sigue pasando apuros con su deuda, su prima de riesgo o su sistema
financiero. Pero está haciendo camino, ya en el segundo año de un
gobierno por el que nadie apostaba un escudo. Y encima, el partido
gobernante no deja de crecer en los sondeos, frente a la agonía
socialdemócrata del resto de Europa.
En España,
avergonzados por el fiasco de Eurovisión, corre el runrún de la “fórmula
Portugal” entre la izquierda. Incluso en el PSOE, Pedro Sánchez repitió
en el debate de ayer que el suyo es el modelo portugués; aunque no olvidamos que hace un año viajó a Lisboa para conocerlo en persona y a la vuelta pactó con Ciudadanos.
¿Qué? ¿Cómo les suena la “fórmula Portugal”? Si no son muy fans de
Eurovision (o si piensan que he aprovechado el gancho eurovisivo para
colarles un artículo sobre lo que está pasando en Portugal y de lo que
apenas hablamos en España), esperen que les doy el argumento definitivo:
la misma fórmula le sirvió a Portugal para ganar la Eurocopa del año
pasado. ¿A que a eso no me dicen que no?
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