En un par de semanas Youssef se lo estará jugando todo en sus exámenes finales. Como
para cualquier joven en España en su último año de instituto, las
pruebas de junio -que en Gaza, Cisjordania y Jordania reciben el nombre
de “Tawjihi”- son fundamentales para seguir adelante con sus estudios.
Pero
a Yousef, que vive en un campo de refugiados al norte de Gaza, lo que
en realidad le preocupa no son las pruebas, sino la luz. Con la crisis
energética que está sufriendo la población gazatí en las últimas
semanas,
los cortes de electricidad duran ya 20 horas cada día y estudiar se ha convertido en misión imposible.
Como
él, miles de estudiantes están sufriendo las consecuencias de una falta
de electricidad fundamental para la vida. Para poder estudiar tienen
que utilizar velas o despertarse en medio de la noche o cuando la
electricidad vuelve a funcionar.
La educación es para Yousef una absoluta prioridad y un modo de
tratar de seguir su propio camino en un ambiente dominado por la
ocupación y el bloqueo israelí.
No podemos dejarles de lado, es un derecho fundamental.
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