domingo, 14 de mayo de 2017

El fruto de tu vientre



Publicada 14/05/2017 (Infolibre)

Todo debate político es un debate ético para un intelectual. Lo anotó Max Aub en sus sobrecogedores Diarios (1939-1972), unas páginas en las que dejó testimonio de su tarea de dignidad. Para personas como Max Aub, la vida fue una tarea de dignidad y debate consigo mismo. Cada palabra y cada pensamiento se convirtieron en un modo de situarse ante el exilio, las vueltas, la literatura, la Guerra Fría y el ir y venir de los años. Mientras observaba muchos comportamientos en nombre de la eficacia interesada o de los dogmas, él no quiso olvidar la dimensión ética de las mañanas y las noches.

Puede añadirse que para un intelectual la ética cotidiana suele ser inseparable de la teoría, ese lugar en el que la vida se hace idea y las ideas buscan correspondencia con las realidades de la vida. Por eso hay debates que se cargan de significación en los matices del pensamiento.

El asunto de la subrogación de la maternidad se ha extendido con fuerza en los últimos meses. La primera inquietud con la que yo respondo a ese debate tiene que ver con el rechazo a la mercantilización. Vivimos en un mundo que lo mercantiliza todo. Suelo reivindicar la significación de mi oficio, escritor y profesor de Literatura, como una apuesta por un concepto no mercantilizado del tiempo. La dimensión narrativa y sentimental del tiempo literario es un modo de enfrentarse con el relato de la memoria a la lógica del consumo depredador, la inercia que convierte a los seres humanos y al propio concepto del tiempo en objetos de usar y tirar. El vértigo del capitalismo hace del pasado un desecho y del futuro un vertedero.

Resulta fácil percibir esta alegría neoliberal en la defensa de la maternidad subrogada que hacen algunas personas del entorno de Ciudadanos. Para ellas la libertad es sobre todo una cuestión individual, sin dimensiones sociales, que se funda en el derecho a comprar o vender cualquier cosa.

Pero desde un punto de vista ético y teórico el debate no se agota ahí. Muchos amigos míos que suelen huir del orgullo neoliberal son partidarios de la subrogación. Casi todos responden a otro tipo de orgullo más respetable y atractivo para mí: el orgullo gay. Amigos homosexuales defienden el ejercicio de su libertad para ser padres de hijos nacidos de su propio semen. No les basta con el derecho a la adopción que Izquierda Unida consiguió incluir en la ley de matrimonio para personas del mismo sexo aprobada por el Gobierno de Zapatero.

El respeto que siento por sus opiniones éticas y teóricas me lleva a discutir conmigo mismo en otro terreno más complejo. Se trata del asunto de las minorías. Estoy convencido de que uno de los avances políticos más interesantes de nuestra sociedad es el respeto a las minorías. Por eso me planteo hasta qué punto ese respeto puede convertirse en manos de la mercantilización en un generador de desigualdades. Cuando se defiende algo con honestidad, conviene siempre estar muy atento a sus posibles perversiones. El respeto a la minoría gitana, por ejemplo, no me ha hecho nunca aprobar todo el machismo que se oculta en el rito de sus bodas: esos pañuelos humillantes con la sangre de la virgen sometida para siempre al varón.

Así que en este debate tenemos dos extremos que merece la pena concretar: de una parte, el deseo de unos homosexuales de buena posición económica, ciudadanos de países occidentales, que quieren tener hijos no adoptados; y por otra parte, el peligro de dar coartada legal a un negocio de explotación de mujeres forzadas por la miseria a vender más de 9 meses de su vida y el fruto de su vientre. Esto de la mercantilización de los cuerpos es un asunto muy serio. En el último libro de Juan Torres, Economía para no dejarse engañar por economistas (2016), me enteré de que expertos de la Organización Mundial de la Salud han denunciado que en muchos pueblos del Sudeste Asiático el 90 por ciento de la población sólo tiene un riñón porque el otro lo han vendido a tramas organizadas para trasplantes en los países ricos.

Cuidado con confundir la minoría homosexual con una minoría de homosexuales millonarios. Puedo estar equivocado…, tal vez. Pero cuando uno se equivoca en favor de los pobres y los débiles, los resultados son menos graves que cuando uno se equivoca en favor de los fuertes y los ricos. Todas las consideraciones legales de subrogación generosa servirán sobre todo de coartada para un negocio de explotación carnal en nuestras realidades mercantiles.

Así que me atrevo a pedir a mis amigos homosexuales que se piensen lo que está en juego. El primer ejemplo de vientre subrogado fue el de la Virgen María. Todo un Dios le exigió su vientre y su hágase en mí según tu palabra. ¿De verdad vamos a dejar que el dinero ocupe en nuestra sociedad el lugar de los dioses?

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Bendita sea la palabra que dice la verdad, querido poeta. Porque solo ella tiene la auctoritas suficente para que la realidad se ilumine. Por eso, Juan, el de Patmos, la identifica en el prologo de su evangelio con el unico dios posible: el que no miente ni enganya ni se puede manipular repartido en imagenes y conceptos teologicos(!?) pret-a-porter; es la conciencia universal repartida en el brick y la gestion de cada uno y de cada una. Por eso habita entre y dentro de nosotros, siendo ese Yosotros universal al que damos consistencia material al canalizar esa  enegia y el que al mismo tiempo fluye como consistencia sutil ontologica y permite a todo el que lo desea experimentar el ser simultaneamente desde si' mismo y en comun, sin cortes entre ambas manifestaciones de una misma esencia amorosa y creadora de sustancias y formas. Yle' kai morphe'. Pero mucho mas contundente se manifiesta esa palabra si se hace carne, si puede tocarse, comerse, aspirarse y compartirse sin fronteras ni excepciones grupales, selectivas, dogmaticas y agocentricas. El esplendor divino de la palabra llega cuando el ego enmudece y el amor toma las riendas del no poder al estilo de las tiranias y manejos, para que se haga la luz en la caverna y se abran las puertas de la libertad, de la igualdad y la fraternidad. 

Desde luego, que en tal estado de gracia, universal en si' mismo, no tiene cabida ningun danyo colateral, como el abuso y la injusticia. Como la subrogacion de los vientres de pobres criaturas explotadas hasta en su maternidad al portador, a pesar de que la leyenda y el cuento chino hayan convertido en dogma y culto nada menos que el disparate de la infumable violacion de Maria de Nazaret por el espiritu santo, colocandolo a la altura etica y divina de un zafio y agresivo Zeus Olimpico, arquetipo incompatible de todas todas, con el dios de ternura y justicia, padre/madre, el abba', (papaito en arameo) que el mismo Jesus explicaba con parabolas y sobre todo, demostrando con sus hechos, que son la mejor manera de comprender lo inefable y de seguir experimentando en todos los tiempos humanos esa vivencia inalterable, resistente y al mismo tiempo tan plena y dulce, nutritiva y sanadora, personal, intransferible pero comunitaria sin necesidad de iglesias ni religiones, de entranyable conexion con toda la humanidad, empezando por la mas machacada y rota, como no, si son la creme de la creme del amor y la sencillez, con sus defectos, claro, como todos, pero con muchas mas excusas legitimas que los poderosos y compralotodo...
Por que' pensar que lo de Jesus fue real y no una fabula? Porque si es posible que una/o pueda experimentar dentro y fuera de si' mismo/a lo que relatan los viejos escritos, e incluso antes de haberlos leido, Jesus de Nazaret tiene todas las papeletas para haber dado en la diana de lo humano y lo divino como un hecho unico, al alcance de todos y todas, si quieren, claro! que ni el cuerpo ni el alma humana, como los arboles, pueden crecer a base de tirones, golpes y hachazos, traumas por parte de quienes te hacen llorar porque te quieren bien, faltaria mas!, ofensas graves a su naturaleza y a su inteligencia. 

Hay un bache inhumano sin solventar en el hecho de la gestacion subrogada: la depredacion del egoismo y lo que nuestro amigo Luis, el poeta y profesor, apunta. Aunque el capitalismo desalmado y psicopata lo haga evidente en la apariencia omnipotente del poder adquisitivo, el dinero no es en absoluto la clave todopoderosa de la vida ni de la felicidad ni del equilibrio ni del conocimiento aunque lo sea de la informacion, del negocio espurio, de la fanfarria y del mercado, es una herramienta nada mas.
Las maternidades y paternidades subrogadas, fecundacion in vitro y vientres alquilados acabaran por pasar factura a sus usuarios y a convertirse, en las de-generaciones siguientes a este dislate, en un deterioro vertiginoso de la especie humana. Sera un efecto psico-emocional parecido a la Thalidomida en los anyos sesenta, un farmaco que evitaba las nauseas del embarazo y al mismo tiempo hizo nacer millones de ninyos mutilados para toda la vida.
Se ponen los pelos como escarpias pensando en los ninyos y adolescentes cuando pregunten a sus padres o madres de tramite, por el padre o la madre ausentes, por los genes y el paradero de quien vendio el esperma, el ovulo o puso su vientre en alquiler por unos miles de euros o dolares. No sabemos que responderan. Al parecer esos progenitores a distancia no piensan en el telefruto de sus gonadas, solo en sus egos hambrientos de paternidad y maternidad biologica mucho mas que de amor, inteligencia emocional, responsabilidad  y generosidad. Incapaces de un poco de empatia hacia ese futuro producto hormonal y de laboratorio que llamaran hijo. Cabe preguntarse en como afectara' a la naturaleza de los seres humanos procreados tipo oveja Dolly fashion, el hecho de haber sido concebidos en un frasco, sin gota de amor ni mas roce natural que el frio de una probeta y de unas pinzas, teniendo en cuenta las dificultades y problemas que ya existen entre los seres humanos concebidos con la cooperacion de sentimientos, mente y emociones. 

Tal vez no deberian arriesgarse a ser padres o madres de nadie quienes, deseando tener hijos no tienen siquiera la capacidad amorosa de adoptar ninyos ya nacidos y huerfanos de padre y de madre, que son millones en el mundo, tirados por las fronteras del hambre y la huida de las guerras, solo por dar rienda suelta al deseo comercial y consumista de adquirir  eufemisticamente hijos propios, aunque sean  de corta y pega y sin raices de amor entre sus padres y madres, que solo han intercambiado fluidos alojados en el vientre de alquiler de una pobre y desconocida desgraciada a la deriva en todos los sentidos. Un verdadero abuso, como el crimen de la prostitucion por secuestro, chantaje y malos tratos. 

No se' puntualmente qué mecanismos cosmicos concretos intervienen en el momento de la concepcion de los seres vivos, pero debe haber algo muy serio en ello. Desde hace mas de treinta anyos estudio las combinaciones entre los astros y la humanidad, a veces, y con frecuencia, como ejercicio, he hecho cartas astrales para amigos, conocidos y familiares, sobre todo cuando tienen necesidad de conocer sus posibilidades, defectos, cualidades, riesgos o ventajas del caracter. Estudie con un medico de Valencia, el Doctor Francisco Verdu', cuatro anyos de medicina astrologica y diagnosis por el iris combinado con el mandala natural de la rueda del zodiaco, siguiendo las ensenyanzas de Hipocrates, Pitagoras,  Paracelso, Servet, Nostradamus y  la escuela de maestros integrales y holisticos, que desde Mesopotamia y Egipto investigaron la relacion entre el Cosmos y la biologia, la fisica, la quimica y las matematicas. Nada de magias ni adivinaciones sui generis.
Las cartas astrales son el estudio de la relacion cuantica entre los astros y el ser humano, para ello es necesario conocer la fecha, la hora y el lugar del nacimiento.  Cada cuerpo celeste, cada coordenada del planeta Tierra, cada hora, minuto y segundo, cada mes del año, estación y día de la semana, tienen un valor y unas cualidades, que los miles de años de practica han demostrado que no son en vano, sino el equipaje tan personal e irrepetible de cada uno como el iris y las huellas dactilares. Lo cierto es que esa ciencia que muy pocos toman en serio, da en el clavo con un tino a tope. Ya que, además, el estudio de cualquier ciencia se convierte, practicamente, en una canalizacion natural del conocimiento y la intuición que se combinan en la lógica y en el calculo físico y numérico de espacios y tiempos, órbitas, tránsitos y aspectos de los astros siempre ralacionados con el funcionamiento telúrico y hasta atómico de los elementos y celular de los seres vivos. Esa ciencia está basada en la comprobacion material en la vida real de las personas, estudiadas bajo la perspectiva simbolica de su cruz zodiacal. Hay una cruz fija, una mutable y otra cardinal en las que se reparten los cuatro elementos, agua(fluidez emocional y adaptación al medio, síntesis), aire (intuición, iniciativa, creación y asociación), tierra (estabilidad, equilibrio, produccion, cosecha y análisis) y fuego (mente racional dominante y organizadora, impulso inicial, ego prominente, conflictos y transmutación). Los doce signos se reparten entre esas tres cruces zodiacales, que nada tienen que ver con la cruz como suplicio, sino como punto de encuentro entre las dimensiones horizontal y vertical, que son fuerza de lo bajo a lo alto y apertura a izquierda y derecha y viceversa en ambos casos. 

Con este rollo previo, y al parecer ajeno al tema de las subrogaciones, pretendo explicar mi sorpresa cuando, hace un tiempo, intentando desarrollar  por encargo las cartas astrales de las sobrinas gemelas de un amigo, que quería regalarle a cada una por el cumple, no hubo forma de poder canalizar la información del conjunto de datos, o sea, estaban los factores pero era imposible hallar el resultado, es decir teníamos la maleta para el equipaje pero no había forma de encontrar la ropa del mismo. Las dos chicas ya adolescentes estaban "huerfanas" de curriculum astral, sus horas, minutos y segundos, día , mes y año, más las coordenadas geográficas no daban resultado alguno en la canalización de influencias, todo era un caos incongruente, imposible de coordinar e interpretar, era como si en una partitura las notas se hubiesen desplazado y el resultado fuese una cacofonía espantosa sin compás, sin ritmo ni melodía. Un disparate. Jamás me había enfrentado a una situación de tal calibre. Por más vueltas que le daba no conseguía saber a qué fenómeno me estaba enfrentando. Lo dejé estar. Al cabo de tres o cuatro días me despertó por la mañana una frase que escuché en sueños y que al principio no me pareció relevante: no te esfuerces porque no hay raíces de vida.  No sabía qué podía significar tal cosa. Pero al cabo de un rato sonó el teléfono, era mi amigo, el tío de las niñas. Que me dio la clave. Al despertar esa mañana, tuvo el intuición de que no me había dicho algo a lo que no había dado importancia: su hermana y su cuñado no podían tener hijos y consiguieron ser padres por medio de una fecundación y embarazo por encargo.  
La crianza de las chiquillas había resultado problemática desde el principio, y lo mismo su enseñanza en la escuela, las habían cambiado de colegio varias veces porque tenían problemas de adaptación y de comprensión en todos sitios, por fin encontraron una escuela del sistema Waldorf, de Rudolf Steiner, dedicada a la integración terapéutica de niños con problemas de fuerte inadaptación. El síntoma más visible consistía en una total indiferencia hacia los demás, una carencia absoluta de empatía hasta entre ellas y una incapacidad total para sentir afecto por nadie, ni siquiera por ellas mismas que se autolesionaban constantemente. 

De momento son pacientes de por vida del psiquiatra y de los fármacos sin expectativas de curación, incapacitadas para convivir, alternando la exigua vida familiar con la estancia periódica en centros de atención privados, mas que nada para que los padres puedan descansar y reponerse de la erosión causada por una convivencia que es un suplicio para ellos y para ellas. Mi amigo me comentó hace tiempo que aquello parecía la venganza inconsciente de las gemelas por haber sido concebidas y gestadas sin amor y compradas con dinero como objetos de consumo. 

Para mí fue suficiente aquel episodio. El karma existe y no es castigo de nadie, sino la respuesta universal a los hechos inhumanos de la humanidad, que simplemente son perversiones de lo mejor que tenemos. La mera ley de la consecuencia mediante el principio de acción-reacción. 

Es duro tener que darse esos batacazos  tan solo por no caer en la cuenta de lo caro que sale colocar el dinero y el egocentrismo en el lugar del amor y el respeto a la dignidad del otro, o sea, de la criatura que será la víctima y la mercancía. No se puede diseñar y manipular la existencia de nadie a capricho de necesidades neuróticas, y mucho menos con el terrible delito de la explotación de mujeres pobres, desinformadas y utilizadas sin escrúpulos, entrando en un círculo demencial, sin pagar por ello un precio mucho más caro que todo el dinero del mundo.


P.D.

Esto es pa contarlo y no echar letra. Por arte de  verdadero birlibirloque, y mientras escribía este comentario, el ordenador por su cuenta  y por sí mismo con su propio mecanismo, ha conseguido liberarse del ataque de los trolls hackerizados que hace un par de meses, por lo menos, destarifó al completo este teclado sembrando la desbandada de signos,cedillas, acentos varios y letras tal que la ñ, siempre en precario como invento español.
Me pregunto si esta curación inesperada no será el resultado , como  terapia de choque, del ataque informático mundial del viernes pasado a todos los ordenadores, que en vez de atacar al mío que va por Linux, a lo mejor atacó al programa  destroyer que me había invadido mediante un enlace toxico, que ha debido desaparecer en la vorágine hackera ( está claro, si es así, que quien a troyano mata, a troyano muere) ¡Válgamelseñor en su santa gloria!, dirían mis amigos gitanos del barri de La Coma ante una cosa semejante. O, como diría  Ibn Arabi o cualquier compisufi: siéntate ante el escritorio y verás pasar un texto normalmente acentuado y normalizado, que ya no es tu enemigo ortográfico, sino el fruto de una corrección inesperada, que Allah grande y misericordioso te ha regalado sin que ni siquiera se lo pidas, como tampoco le pediste el engendro que te desportilló la semiótica de las teclas. El que no se consuela es porque no quiere.
Lo dicho, ains!

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