sábado, 27 de mayo de 2017

Dicen que se está poniendo en peligro el Estado de Derecho



El presidente en funciones, Mariano Rajoy, en la sesión de investidura del 31 de agosto.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en una imagen de archivo. Jon Barandica
El PP ha copado la cúpula judicial. El nombramiento de los jueces Concha Espejel y Enrique López –recusados en la Gürtel por su vinculación al PP–, para dirigir dos salas fundamentales de la Audiencia Nacional, ha producido un escándalo considerable. Ambos, desde Penal y Apelaciones, tendrán a su cargo precisamente dilucidar los casos de corrupción del PP. Ha sido posible por los votos de los vocales adscritos al PP en el CGPJ, el órgano de gobierno de los jueces. Disculpen la repetición de las siglas PP en el texto, es que se repiten igual en nuestras Instituciones.
"Se cierra el círculo", decían desolados desde Jueces para la Democracia. "Hay un asalto enorme del poder político para colocar jueces y fiscales afines en órganos decisivos que juzgan la corrupción", escribe su portavoz Joaquim Bosch. Se pone en riesgo el Estado de Derecho, concluyen expertos independientes. Hasta los prudentes o tibios habituales se muestran estupefactos.

No hay mayor problema. El PP ha podido comprobar que sus escándalos se diluyen en poco tiempo y les compensa pasar unos días rebatiendo acusaciones, limitadas, con cara de cemento. El mecanismo es siempre el mismo. Las operaciones que se avistan terminan confirmándose –imprescindible la serie de artículos de Elisa Beni sobre justicia–. Se produce un alboroto, limitado, y el hecho consumado se queda. El tratamiento mediático ayuda mucho en la tarea. De los periódicos grandes –cada vez menos grandes– de tirada nacional solo El Mundo traía en portada este viernes el acceso a un puesto clave de la Audiencia de una jueza afín, muy afín, al PP. Pasen ustedes a las radios y televisiones y verán cuántas hablan de esto que nos afecta de forma concluyente. Igual el periodismo también está copado, colonizado.
Todo empezó mucho antes. Aquella mayoría absoluta del PP en 2011 desencadenó una contrarreforma judicial sin precedentes. Se ampliaron las funciones del Tribunal Constitucional para darle poder sancionador y fueron accediendo a cargos fundamentales profesionales de reconocida solvencia… en el PP. O, aunque en mucha menor medida, en el PSOE. Porque los relevos en el TC  a repartir entre ambos partidos, excluyendo a los demás, se realizaron en este marzo, en el curioso tiempo de prórroga del que disfrutaba Rajoy como presidente del Gobierno. 
A la cúpula fiscal, en constante entredicho, se la considera diseñada al servicio de los intereses del PP. El ministro de Justicia ha sido hasta recusado en el Congreso. Se les sorprende en inexactitudes, por no decir mentiras, reiteradas, Moix, fiscal jefe Anticorrupción, es un claro exponente, y no pasa nada. Ayuda, insisto, el tratamiento mediático. La presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid, Victoria Prego, se molestó en escribir un artículo laudatorio a " Moix, el buen fiscal vapuleado".  
Preguntémonos como haría el Derecho Romano, fuente de todo el Derecho, a quién beneficia este estado de cosas. Más aún, preguntémonos qué tipo de organización monta esta estructura judicial y la acompaña de las leyes y códigos "Mordaza" para castigar las protesta. Fueron calificados de antidemocráticos por el Consejo de Europa. De Ley Ominosa por el New York Times y no fue obstáculo alguno para promulgarlos y para que permanezcan. La justicia española es una de las más desprestigiada de Europa.
La separación de poderes es la esencia del Estado de Derecho. ¿Está en peligro en España?
Pasemos a la política. El socio de gobierno del PP, Ciudadanos, calla sustancialmente ante esta situación. El tiempo ha confirmado lo que desde el comienzo se apreciaba: su objetivo prioritario es el mantenimiento en el gobierno del PP, de la derecha incluso corrupta. Sean cuales sean sus declaraciones, los hechos lo confirman. 
El caso del PSOE merece una disección ordenada. El Gobierno de Rajoy ha cerrado ese círculo judicial en la actual legislatura. El golpe de mano interno que apartó a Pedro Sánchez de la Secretaría General el 1 de octubre fue esencial para ello. Imprescindible. Las nuevas primarias han demostrado que se obró en contra de la militancia. Que realmente la militancia era partidaria del No a Rajoy. Igual que sus votantes que recibieron el mismo mensaje antes de acudir a las urnas. Ateniéndonos a los hechos, el objetivo prioritario del PSOE que quedó era evitar un gobierno progresista y por tanto apostar por la continuidad del PP. Siguiendo el hilo del razonamiento fue una decisión que cambió el rumbo previsto. Una decisión que afectó a toda la sociedad.
Es el colmo oír en tertulias o ver en la prensa que Pedro Sánchez está haciendo "tragar sapos" a los susanistas. Después de lo sucedido. Todavía habrá que ver si la guerra no trae nuevos episodios. El Intermedio, de la Sexta, elaboró un resumen de declaraciones antes y después de las primarias del domingo, demoledor. 
Tenemos que atender a otros elementos esenciales. Es inaudito en democracia, intolerable, digan lo que digan los reglamentos que se fabricaron que un presidente o una presidenta no responda a una moción de censura presentada legítimamente. Es lo que va a hacer Rajoy y también Cifuentes, presidenta de Madrid, señalada por corrupción. Ciudadanos lo ve bien, el PSOE no se opone.  El PP despliega esa prepotencia porque lo sabe.
Lo poco que permanece al margen de ese entendimiento tácito es el Parlamento. Algunos ayuntamientos también. Con Unidos Podemos entró un tipo de diputados y senadores al que los establecidos tratan como advenedizos. Por eso se niegan a responder personalmente a su moción Rajoy y Cifuentes. La endogamia es corta de miras, siquiera para ver al conjunto de la ciudadanía a la que las Cortes representan. La realidad española no admite esperas a una moción de censura a Rajoy y a cuantos le sustentan. Aunque venga mal al PSOE y sea comprensible en este momento.
El papel de la prensa afín es fundamental al objetivo, determinante. El silenciar o alterar noticias, el descomunal embudo con el que se aborda la información internacional por si influye en la política española. La protesta por la corrupción del presidente que echó a Dilma Russeff en Brasil y la represión con el ejército patrullando por las calles apenas se ha difundido o comentado. 
La deuda pública, cebada como para un banquete de inversores y especuladores. Bruselas, sin levantar la vigilancia a otras desviaciones como ha hecho ya con Portugal. La desigualdad, disparada. Los recortes en lo esencial, inamovibles. Subvencionando con dinero público los errores de bancos, concesionarias de autopistas y operaciones como Castor. Y la justicia que escandaliza con sus nombramientos y deja voces grabadas de vergüenza, como la de un expresidente de Madrid hoy encarcelado y un exministro. Jueces que convienen o no convienen y hay que "poner a tomar por culo a Onteniente", en la senda de lo que luego ocurre.
Y todavía es un "numerito" una moción de censura, o hay que esperar.
Con todo ello y mucho más, ¿se puede considerar que está en peligro el Estado de Derecho? Un riesgo es algo que se vislumbra y está por venir.
¿Ustedes qué opinan? 

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Diré lo que opino. 
Todo el catálogo de calamidades que expone Rosa Mª Artal son verdades como puños, que no pueden camuflarse de otra cosa, son pura evidencia.
Pero, al mismo tiempo se plantean percepciones y puntos de legítima reflexión que también es honesto tener en cuenta. Una parte importante de la ciudadanía de  izquierdas ve además en este laberinto de cuestiones otros aspectos no tan claros y simples como puede parecer en el planteamiento de la emergencia indiscutible del momento político.
La gravedad de la barbarie filibustera y sociópata del pp lleva en  marcha y agravándose in crescendo escandalosamente desde hace meses y la ciudadanía se preguntaba por qué nadie a la izquierda que habíamos votado movía pieza contundente en el Parlamento con la que estaba cayendo especialmente desde que el Psoe para evitar unas elecciones que le habrían dejado a la altura de UPyD, permitió el disparate de un gobierno semejante, poniendo a su partido por encima del bien común. Podemos se ve que también estaba pasando por la crisis que luego se resolvió en Vista Alegre II, mientras el Psoe atravesó el desierto de la gestora y hasta ahora no ha conseguido levantar cabeza. Ha habido mucha paciencia y comprensión social porque las fracturas había que curarlas en los dos partidos, sí o sí. 
Se entendió que es necesaria la serenidad, la resistencia y el trabajo ciudadano de ir haciendo el cambio por cuenta propia y pasándolas canutas, lo  que las formaciones políticas menos indecentes, desencuadernadas por la ferocidad del régimen neoliberal no estaban en condiciones de solventar con herramientas mejores y más contundentes. 

Precisamente por ese motivo, ahora la ciudadanía se pregunta por qué Podemos no ha planteado la moción de censura al pp hasta que el Psoe no ha entrado en un tiempo más sano de reconstrucción con éxito, ha planteado sus primarias, Sánchez ha vuelto a la vida con las cosas bastante más claras, en olor de multitud y organizadísimo, también es obvio que necesita un mínimo de tiempo para ordenar y renovar encargos, responsabilidades y orientación parlamentaria, al mismo tiempo que los afines al Psoe y futuros votantes que podrían optar por Podemos, se han volcado con la cara izquierda del Psoe, que por primera vez en la historia no se avergüenza de tener sangre roja y corazón a la izquierda como todo el mundo, y abandona la casta que ya había hecho callo sobre la conciencia psoeísta que nunca fue en realidad ni socialista ni obrera, sino pura burocracia estratégica para ganar y quedarse en el poder al precio que fuera. Como así fue.
P. Sánchez no es un socialista renovado, sino un socialdemócrata de la vieja escuela, pero traumáticamente neoconverso al socialismo original y eso complica la situación del tablero politicante. O sea, que el nuevo avatar es mucho más peligroso para el iglesismo que cualquier barón o baronesa al uso en el viejo Psoe, es la réplica del Podemos original y con curriculum de escarmiento añadido, o sea, con práctica y oficio que bien orientado tiene todas las garantías fiables precisamente porque ha superado y sobrevivido al infierno de Dante sin desaparecer en sus calderas. 

Lógicamente al podemismo le han saltado todas las alarmas, si el socialismo en España cumple con su verdad social y con su ética política ¿qué pinta ya  Podemos en el reparto de la tarta del poder? Podemos, tal y como lo ve el sector Iglesias, tiene sentido en el vacío de la izquierda, pero con ese hueco bien ocupado deja de ser tan necesario y urgente, con el daño colateral de ser echados al arcén por los que ya estaban a punto de ser podemitamente  sorpassados. Entonces hay que acorralar y poner contra las cuerdas al nuevo brote verde antes de que arraigue, crezca y fastidie por completo el sueño hegemónico que tiene a Pablo Iglesias en un sinvivir, aunque no así a otros sectores podemitas con los pies en el suelo y la conciencia en vela, que prefieren menos hegemonías y burbujas de mayorías absolutas y más acogida a la diversidad, más consenso y salud democrática que bloque uniformado, más empatía ideológica que dogmatismo estratégico, más visión de conjunto que cortoplacismo atropellado por urgencias mal entendidas. Y, efectivamente, el hegemón podemita, con su inteligencia vivaz y a la que salta, ha saltado como un muelle, aprovechando la ocasión, intentando usar la moción de censura contra el pp que ya era una urgencia desde hace más de un año y aunque según parece para él no lo era tanto como para la realidad ciudadana y podía esperar mejores momentos estratégicos para ser usada ad hoc, es decir contra el pp podrido y zombi pero aferrado al chollo con uñas y dientes y contra el Psoe convaleciente y saliendo del shock de la debacle. Ains!

Es muy cutre y demasiado frecuente en la política al uso, manipular y emplear  el dolor ciudadano de los atropellos institucionales como estrategia y las necesidades urgentes del prójimo como ariete y catapulta contra las murallas del poder que se quiere conquistar, la excusa es "salvar" al pueblo, pero el objetivo real es degustar durante años y años, el placer de mandar, poseer y sobre todo, ganar. Lo de ganar, especialmente  en España es una enfermedad con tanto prestigio inexplicable, que al ganador los defectos y delitos no solo se le perdonan, es que se convierten en méritos admirables. Y todos lo saben. Los que mandan en Podemos, también. Los listos lo aprovechan para medrar y los tontos para tener la seguridad de que les guía el mejor cabestro disponible, no el que mejor gobierna sino el que mejor pelea, el que miente con más salero y duende, el que despliega y utiliza guarradas más 'inteligentes'(¡?) con apariencia de estrategias y tácticas necesarias para ser el campeón de esa constante champions league de los egos en concurso hacia el poderío. En este sentido hay ejemplos y pruebas muy significativas al portador, como los cheques, que demuestran el grado de manipulación externa y desconexión interna que puede ejercer la política de ocasión más por interés propio que por convencimiento ético, simplemente basta con observar y descubrir el caso de Ramón Espinar en su acto fallido en el episodio de las cocacolas a pares en el propio Congreso, mientras se debatía el tema tremendo de los trabajadores en conflicto con la multinacional cocacolera. No es un delito ni es una infracción de nada, ni siquiera un acrítica al diputado, es simplemente la prueba del algodón que demuestra la mugre existente bajo la apariencia de lo que parecía estar limpio. Lo más natural sería que una vez descubierto el sufrimiento y la injusticia contra los trabajadores, los portavoces políticos que luchan en las cámaras legislativas porque se haga justicia, practiquen lo que dicen en la calle, y de verdad hagan un boicot personal a la cocacola, simplemente porque les repugna cómo y a costa de qué gana dinero esa empresa. Se ve que hay peña que no llega  a esa valoración y ni se acuerda a la hora de doparse con la cocacola de lo que está defendiendo al otro lado de la puerta. Lo patético es que esa peña pretenda defender a los explotados por la marca que tanto les mola consumir mientras la empresa susodicha consume a sus defendidos. En fin. Es como pedir que desaparezca la lacra de la prostitución y luego irse de putas como si no pasara nada entre una acción y la otra.
Una incoherencia muy humana, claro, pero si se va de renovadores sociales y políticos con responsabilidad pública y se tienen unos principios éticos mínimos, cosas así deberían cantar La Traviata y obligar moralmente a dimitir, desde uno mismo, porque no se está a la altura de lo que se ha prometido estar. Claro, que algo así apenas tiene sentido en un país en el que quien cometió la atrocidad de dar luz verde al terrorismo de estado como si fuese lo más normal siguió gobernando tan pancho y lleva la tira de años colocado por ley en el Consejo de Estado, donde igual que a Aznar y a Zapatero se le consulta y se le venera como a si fuera el Zaratustra del socialismo ilusorio que hasta ahora  ha andado por las Españas haciendo de las suyas; a ver si es verdad que se cierra capítulo y jubilación definitiva, de una vez, para ese gurú inexplicable aun a estas alturas de la historia. El franquismo psicológico sigue cabalgando a sus anchas por las praderas de los miramientos incomprensibles y las consideraciones de lo establecido, aunque sea un disparate y una vergüenza colectiva, considerada como "respeto" y buenas maneras... al estilo Corleone, obviamente.

Estos sucesos deberían ser un toque de atención para revisar actitudes y en qué grado de compromiso y de sensibilidad gestora están quienes dicen ser representantes, que nadie ha elegido en especial, pero que al estar apuntados a una sigla en cualquier momento pueden ser agraciados con el premio de un escaño o de un puesto en el Senado a cuenta de todos nosotros, sean como sean y sea cual sea el móvil que les ha llevado hasta el encargo que detentan. Basta con ser fiel a la secta política. Y no es "culpa" de Podemos, es un lastre español que debemos eliminar de nuestro tejido social, y que debería estar en la mira telescópica de un partido que pretende regenerar la política y sus métodos. No es posible mejorar lo indecente si no se es consciente de que lo indecente está infiltrado en nosotros mismos ni se aprende el imperativo moral de no realizar actos que en otros nos parecerían poco recomendables y por los que seguramente se pondría el grito en el cielo si no fuesen cosa propia.

Si Sánchez hubiese ganado por cuatro décimas, Podemos no se habría preocupado tanto por la moción, pero lo de ganar arrasando y con conocimiento de causa participativa por parte ciudadana, ha complicado muchísimo el rumbo de las cosas. Y en caso de victoria inesperada, lo mejor es seguir la dinámica de la sorpresa para intentar parar el frenesí y las posibilidades de una derrota, que no debería serlo, pero que en el imaginario de la patología del ganador compulsivo es un peligro inminente. Palos en las ruedas que parezcan el bombín que las quiere hichar. No está mal como juego en el patio del cole, pero como estrategia política de quienes afirman querer lo mejor para su pueblo, solo sirve para enmarañar y complicar aun más una situación que necesita despejarse y no enredarse y enrarecerse aun más. No necesitamos tantos ganadores, necesitamos escuchadores sociales y agentes políticos con más ética que estrategias y tácticas (el caso de Sánchez  y las bases lo ha dejado meridiano), gente con temple facilitador de lo necesario y evitador de complicaciones innecesarias y hasta perjudiciales para el bien común.

El futuro será cooperativo, políticamente interactivo, participativo, plural  sectorial, federal y municipalista en red,  o no será sino un derrumbe interminable y angustioso del pasado que se intenta reproducir sin posibilidad de conseguirlo, ya no se puede, aunque una catástrofe de dimensiones planetarias nos devolviese a la prehistoria, no volveríamos a la misma onda del pasado, porque hasta la catástrofe y la escasez se gestionarían desde otro plano muy distinto. Nuestra evolución mental y psicoemotiva, nos ha cambiado el modo de afrontar la realidad. De hecho, con un estado mundial más perjudicado aún que en la crisis del 29, la reacción de nuestra especie es muy distinta. Y aunque sigue habiendo maldad, crueldad y miseria de todas clases, también existe más conciencia, más solidaridad, más empatía e inteligencia colectiva.

La nueva política, para que podamos sobrevivir, irá haciendo camino entre la permacultura y el patchwork político y social entre despojos, para poder abandonar el estado de decadencia entrópica, de toxicidad creciente,  de luchas sin cuartel ni final, donde sólo se aplaza el combate hasta que los vencidos se reponen y vuelven al ataque para vengarse, vencer y crear otros vencidos que repitan el mismo programa devastador.
Tendremos que aprender a tejer la vida y la sociedad con lanas y algodones de todos los colores, no se desperdiciará ni un sólo hilo, ni una sola puntada. Habrán quedado atrás estos tiempos tenebrosos, de cementerio y desconsuelo, de desajuste y absurdas contradicciones sin sentido, del mundo extraviado en su locura sin límites; sobrevivir en común y en igualdad, baja los humos y  ayuda mucho a comprender quienes somos, de donde venimos y hacia adonde vamos, qué es lo fundamental y qué es lo que nos sobra e incluso nos estorba para ser felices con los demás tanto como con una misma. Se recordará esta época como la puerta que se tuvo que abrir desde la base social y atravesar para salir de un infierno delirante y entrar en la vida de verdad. Depende de nosotros la elección y la transformación de la mente, de la conciencia colectiva, de los hábitos y de la sensibilidad,  de la inteligencia. Pero, ¿estamos dispuestos a no abandonar y a seguir caminando sin seguridades y creando a cada paso lo que necesitamos, sin recetas prefabricadas, porque ya no existen los ingredientes de ayer y solo nos queda el Otro, la Otra, multiplicados por el amor y la fraternidad?

Es muy chocante que hasta la tele, que empezó haciendo Gran Hermano en recintos cerrados, se haya ido a islas desiertas a ejercitar la supervivencia en grupo como espectáculo y ficticia puesta a prueba de quienes se apuntan a esa experiencia, o sea, a pasarlas de todos los colores por propia voluntad, solo a cambio de la fama y del glamour que concede un hueco en Sálvame, en casa de Bertín Osborne o en el psiquiátrico. El futuro que bulle en el inconsciente colectivo ya se masca en el aire y en las ondas de la intercomunicación, a niveles que Kant llamaría de la sensibilidad interna y externa, convertida ya en el tercer a priori del constructo ontológico del maestro de Könisberg. Es una maravilla la sincronicidad de los procesos naturales y conscientes que siguen su curso con nosotros y a pesar de nosotros. Como diría Heráclito de Éfeso, panta rei. Todo fluye.

Cada vez se hace más necesario para un cambio real en nuestro país de países que la casta política e informativa lea y comprenda el teorema magistral de C.M. Cipolla Le leggi fondamentali della stupidità umana(*) ("Allegro ma non troppo." Società editrice Il Mulino. Bologna. 1988. También está traducido al español) Es más, si los partidos políticos fuesen inteligentes, éticos y sensatos, harían de ese mini tratado social, que es una joya concentrada en poquísimas páginas, un texto básico de obligado estudio y praxis, tan importante o más que el alma mater de las ideologías. Ninguna ideología por extraordinario que sea su contenido sirve para nada honesto y útil si carece de inteligencia para comprender y de oportuna humanidad para actuar.
Esto es lo que opino.


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(*) Dejo aquí este fragmento del ensayo para hacerse una idea del argumento:

"La Quinta Ley Fundamental afirma que:

La persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que existe

El corolario de la ley es que:

El estúpido es más peligroso que el bandido. 

Las personas buenas e inteligentes hacen que todo funcione y todos mejoren, incluidas ellas mismas.

Los bandidos arruinan a todos, pero ellos se enriquecen.

Las personas estúpidas causan pérdidas a todos sin sacar beneficio para nadie, con lo que sólo consiguen perjudicar absolutamente.

En otras palabras, en una sociedad sana los torpes dotados de algunos elementos de inteligencia más elevados que la media de su rango, así como los bandidos con dotes de inteligencia, y sobre todo, los inteligentes, contribuyen en distinta medida, a acrecentar el bienestar de la sociedad. Por el contrario, los bandidos imbéciles y los torpes estúpidos no hacen otra cosa que añadir problemas y pérdidas a las que ya han causado los estúpidos previamente, aumentando así el poder destructivo de estos últimos.

En cambio, especialmente en las sociedades en declive  destaca entre los individuos en el poder una alarmante proliferación de bandidos con un alto porcentaje de estupidez y entre los que no están en el poder, un alarmante crecimiento de los torpes.
Tal cambio en la composición de la población de los no estúpidos, refuerza inevitablemente el poder destructivo del sector de los estúpidos  y lleva el país a la ruina."
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Y mil gracias a periodistas como Rosa María Artal, que nos ayudan a discernir y a descubrir aspectos de la actualidad que a simple vista no se podrían ver sin su lúcida cooperación.






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