sábado, 11 de mayo de 2013

Los muchos matices de la bienaventuranza





 Bienaventurados

Bienaventurados los hombres honestos que nunca se venden a una situación.
Bienaventurados los hombres sencillos ajenos al ruido de la ostentación.
Bienaventurado es quien vive contra corriente y sale al paso a la gente si está la gente en error.
Bienaventurados los hombres sinceros, contiene su vida conciencia y verdad,
Bienaventurados los que pierden dinero y honores por no claudicar.
Bienaventurados los hombres que viven buscando el sentido de su libertad.
Bienaventurado es aquel que admite opiniones y juzga las situaciones sin prejuicio y sin pasión. Bienaventurados los hombres sin brillo; en torno a su vida no hay expectación
Bienaventurados los hombres que callan y solo en sus obras nos dan su opinión




La vida te la dan
pero no te la regalan.
La vida se paga
por más que te apene.
Así ha sido desde que
Dios echó al hombre del Edén,
por confundir
lo que está bien
con lo que le conviene.

Si a plazos o al contado
la vida pasa factura,
rebaña y apura
hasta las migajas.
Que si en cada alegría
hay una amargura,
todo infortunio esconde alguna ventaja.

Bienaventurados los necios
que se arriesgan a prestar consejos
porque serán sabios a costa
de los errores ajenos.

Bienaventurados los pobres
porque saben, con certeza,
que no ha de quererles nadie por sus riquezas.

Bienaventurados los adictos a emociones fuertes
porque corren buenos tiempos para la gente marchosa.

Bienaventurados los dueños del poder y la gloria
porque pueden informarnos de qué va la cosa.

Bienaventurados los que alcanzan la cima
porque será cuesta abajo el resto del camino.

Bienaventurados los que catan el fracaso
porque reconocerán a sus amigos.

En cualquier circunstancia
por lastimosa que sea,
busca la manera
de comer perdices;
que a pesar de lo alto que
nos coloquen el listón,
hay que brincar
con la intención
de ser felices.

Bienaventurados los castos
porque tienen la gracia divina
y la ocasión de dejar de serlo
a la vuelta de la esquina.

Bienaventurados los que aman
porque tienen a su alcance
más de un cincuenta por ciento de un gran romance.

Bienaventurados los que están en el fondo del pozo
porque de ahí en adelante
sólo cabe ir mejorando.

Bienaventurados los que presumen de sus redaños
porque tendrán ocasiones
para demostrarlo.

Bienaventurados los que contrajeron deudas
porque alguna vez alguien hizo algo por ellos.

Bienaventurados los que lo tienen claro
porque de ellos es el reino de los ciegos. 

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