Pues sí. También me alegro muchísimo de que por fin, el partido socialista se haya desperezado y puesto a funcionar. Ya era hora. ¿A qué persona con dos dedos de frente y una chispa de conciencia no le alegraría esta noticia? Una luz por algún lado en medio de la oscuridad siempre es bienvenida.
El principal partido de la oposición en un país democrático y en momentos terribles como éstos, donde el Gobierno está absolutamente superado y hundido por su misma soberbia ciega y tonta, tiene la obligación cívica y ética de cooperar generosamente, de animar a la sociedad para que no se rinda y de ponerse a su lado y a su disposición para todo.
Pero hacen falta gestos y acciones concretas, además de declaraciones y elaboración de comunicados y documentos. Por ejemplo, estaría muy bien que las sedes del PSOE se abriesen como centros urbanos de asesoría, de acogida y de atención al ciudadano, las veinticuatro horas. Sí, un servicio de emergencias, de guardia, a donde acudir cuando un vecino del barrio se ve abocado al desahucio o al embargo de su pequeño negocio, porque no puede pagar una letra miserable porque el consumo se ha cerrado en banda con la política del desguace.
Sería magnífico que entonces hubiese un punto de apoyo, de asesoramiento, de protección psíquica y humana que le recordase lo que vale como persona, que le ponga en contacto con un médico o un abogado o un hospital que se niega a atenderle o con alguien que le ayude porque es minusválido y le han quitado la ayuda de la dependencia. ¿Y por qué no montar en cada sede del PSOE un banco de alimentos de primera necesidad? ¿Por qué no hacer extensiva al socialismo la compasión directa, que no es ni "lástima" ni "limosna", sino fraternidad en vivo y directo, capaz de superar la obligación y el protocolo institucional?
¿Con qué cara se quedarían el Gobierno y su bancada, cuando los parlamentarios socialistas en primera persona pudiesen denunciar en el hemiciclo los casos concretos que van conociendo y hacer que los dañados y ayudados acudan a dar fe con su presencia y su denuncia de cada situación?
Sería magnífico que entonces hubiese un punto de apoyo, de asesoramiento, de protección psíquica y humana que le recordase lo que vale como persona, que le ponga en contacto con un médico o un abogado o un hospital que se niega a atenderle o con alguien que le ayude porque es minusválido y le han quitado la ayuda de la dependencia. ¿Y por qué no montar en cada sede del PSOE un banco de alimentos de primera necesidad? ¿Por qué no hacer extensiva al socialismo la compasión directa, que no es ni "lástima" ni "limosna", sino fraternidad en vivo y directo, capaz de superar la obligación y el protocolo institucional?
¿Con qué cara se quedarían el Gobierno y su bancada, cuando los parlamentarios socialistas en primera persona pudiesen denunciar en el hemiciclo los casos concretos que van conociendo y hacer que los dañados y ayudados acudan a dar fe con su presencia y su denuncia de cada situación?
Podría funcionar con un teléfono como el 112, en versión cercana y personalizada, como el teléfono de la Esperanza, pero en servicio civil y político de verdad. Que los abogados, psicólogos, médicos y trabajadores sociales que sean socialistas militantes se convirtiesen en asesores y acompañantes de los desahuciados, de los despedidos, de los abusados. ¿No poseen una fundación que se llama "Ideas"? ¿Pues qué mejor labor que sacar ideas de la chistera de la solidaridad y gastar el dinero público de las subvenciones en servir a los que les están manteniendo con sus impuestos, mucho mejor que regalárselo al primer pícaro que se monta el negocio con su ex-mujer ?
Es una pena pasar por Blanquerías, frente al antiguo cauce del río Turia, junto a las Torres de Serranos y ver la sede del PSOE vacía. Muerta y sin resucitar. Con todo lo que hay que hacer. Con tanto militante como luego se apunta a las listas electorales para obtener un puesto de trabajo estupendo, cómodo y muy bien remunerado.
Me alegro de que el PSOE se ponga en marcha y espero que no sea sólo como partido alternante con el que ahora la está pifiando a base de bien, sino como un conjunto de seres humanos lúcidos y generosos, de buenas personas, que por encima de partidos e ideas políticas se sienten parte de la misma humanidad golpeada y machacada por los poderes de un mundo sin alma, pero insaciable en cuestión de dineros y poderes. Ojalá esa puesta en marcha saque al PSOE a la calle, al codo con codo modesto y sano, y le haga abrir las puertas para que la calle les visite y les dé la oportunidad de servir de verdad al prójimo como así mismos. Es lo que habría hecho Pablo Iglesias si hubiese sido el jefe del gobierno o de la oposición, en una crisis como ésta y en este tiempo.
Seguramente las urnas cambiarían mucho los contenidos de sus papeletas en las próximas elecciones...y sin necesidad de gastarse un duro en publicitar promesas irreales.
Seguramente las urnas cambiarían mucho los contenidos de sus papeletas en las próximas elecciones...y sin necesidad de gastarse un duro en publicitar promesas irreales.
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