Fue operada de urgencia por una afección cerebrovascular y le abrieron el cráneo. Pero al conocer su situación irregular, el hospital la envió a casa sin recolocarle un hueso.
O les ponen a dieta de insectos o los mandan a casa a medio operar porque no tienen papeles, como ellos no tienen humanidad. Entre carecer de humanidad o de papeles, nos quedamos con la víctima y esperamos que un día no lejano, el médico que sea capaz de hacer tal barbaridad pierda el empleo y nunca más le dejen ejercer y que el hospital que lo consienta y el gobierno que lo haya decretado, se vayan al contenedor de la basura.
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