El trabajo no para; es lo que tiene crear tanto paro...

Manual de Desobediencia Económica (2013)

Presentamos el Manual de desobediencia de este 2013. Este año no pensamos hacer una impresión masiva centralizada, sino un proceso de varias ediciones en paralelo en diversos territorios, para promover que la versión que llegue en cada lugar incluya los proyectos a financiar propios de ese territorio.

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MANUAL DESOBEDIENCIA ECONOMICA 2013

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La única edición que se enviará en un ámbito territorial mayor, será la que se incluye en lacampaña de cofinanciación: La desobediencia no cabe en la prisión, protejamos la Revolución Integral, que se está realizando en la plataforma autogestionada CoopFunding. Y en la cual las aportaciones a partir de 20 euros, incluiran el Manual de Desobediencia económica 2013.

Hace más de un año, en el manifiesto derecho a rebelión invitábamos a los ciudadanos a no pagar los impuestos al Estado, porque ya hoy dedicarlos a lo público no es destinarlo al Estado, sino destinarlo a iniciativas sociales que el Estado ha dejado de financiar, cerrando el acceso a estos servicios a una parte importante de sus contribuyentes, porque no por casualidad privatización viene de privar.

La #insumisiónfiscal del 2012 se extendió en múltiples territorios, abriendo la participación aproyectos diversos que asumieron la autogestión fiscal como forma de invertir aquellos recursos desviados del control estatal

Para facilitar la descentralización y la autogestión autónoma a nivel local, iniciada con la red deoficinas de desobediencia económica , proponemos que puedan listarse los proyectos donde desviar los recursos de manera local. De esta manera pensamos que puede facilitarse la interacción de las personas decididas a ejercer su derecho legítimo de desobedecer mediante la declaración de la renta, con los proyectos que actualmente están trabajando de manera autogestionada, para una transformación de la sociedad, gestionado desde abajo y sin depender de las instituciones ni de recursos privados.

De este modo, en el Manual de desobediencia, habrá una parte común, con la explicación detallada de cómo realizar la insumisión fiscal a la declaración de la renta y otras estrategias relacionadas con la desobediencia integral y otra parte autónoma, donde se podrán incluir los proyectos de cada territorio.

Es del todo ilegítimo que nos cuelguen a las espaldas una extraordinaria deuda que no nos corresponde y que se nos exige con recortes presupuestarios que han condenado a los ciudadanos al empobrecimiento, a la pauperización de sus condiciones de vida, al desmantelamiento de los servicios públicos, a la inestabilidad familiar, a la perdida de futuro, al consumo de fármacos y a la decadencia democrática, mientras se le regala miles de millones de euros a los bancos, se silencia la compra de material militar por otros miles de millones, se les permite a las eléctricas que nos estafen con el déficit tarifa, el suma y sigue continúa hasta el infinito.

En este contexto, de declive generalizado, la insumisión fiscal es una de las propuestas que visibiliza el descontento con la gestión estatal, abriendo así las posibilidades de una gestión de lo público desde otro lugar y con otras intenciones, extendiendo así el empoderamiento colectivo a partir de acciones individuales y socializando la desobediencia como práctica para la transformación!

Ahora mismo la visibilidad de estas estrategias depende de todas nosotras, así que seguimos trabajando intensamente…… Os esperamos!!

1,2,3…desobediencia!

• Mail general información y preparación campaña desobediencia económica 2013 info@derechoderebelion.net

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Comentario:

Me  ha parecido muy interesante escuchar y leer las propuestas de esta iniciativa insumisa, pero a la vez me gustaría puntualizar algunos aspectos que deben quedar bien claros para que no acabe todo en agua de borrajas. 

Lo primero es delimitar y esclarecer la diferencia entre rebelión e insumisión o desobediencia.  

La rebelión es un acto puntual de rechazo estratégico como presión contra un poder, con respuesta beligerante ante un determinado tipo de imposición o de régimen. Por  ejemplo, un golpe de estado como el del 23 F o como el levantamiento militar fascista del 36, es una rebelión; la rebelión no responde pacíficamente sino en el mismo plano violento de la represión. Está al mismo nivel evolutivo de lo que rechaza, más que un bien común busca la revancha y la supresión de lo que le molesta. La rebelión acaba en enfrentamiento porque no tiene herramientas para la escucha ni para el diálogo. Por eso todas la rebeliones acaban de dos modos: si fracasan, sus participantes, acaban reprimidos y aplastados y si ganan aplastan a los contrarios. Su dialéctica es la violencia. Por eso a lo largo de la historia nunca han sido ni pacíficas ni constructivas. Son las guerras por la independencia, las revoluciones sangrientas para cambiar una sociedad o un régimen. Se logra el cambio de tirano pero no se logra el cambio de conciencias. 

La insumisión o desobediencia es el rechazo razonado y pacífico de una situación y negarse a asumir leyes, normas, estatus o costumbres que resultan nocivas e injustas para uno mismo o para el bien común porque son absurdas, están obsoletas o sólo favorecen a una parte de la sociedad y por eso son injustas. La insumisión desobediente no se niega al diálogo, sino que es uno de sus mejores recursos, porque el hecho de plantearse la misma desobediencia no violenta y razonada, implica un proceso de análisis, de serenidad y de discernimiento. Es el caso de Gandhi para conseguir la independencia de la India ente el imperio británico. Es el caso de Jesús recogiendo espigas o curando enfermos en sábado o hablando con recaudadores o prostitutas y adúlteras o enfermas de hemorragia, que eran tabúes impuros para los judíos. O el caso de los objetores de conciencia ante el servicio militar. O el caso de la insumisión de la población negra norteamericana con Luther King o el caso de Robert Kennedy que desmanteló el tabú del apartheid americano cambiando unas leyes vergonzosas, con el resultado de una venganza cruel contra su hermano que lo permitió y contra él mismo que lo llevó a cabo. A los dos les costó la vida. 

La rebelión esconde frustraciones personales que se expresan en la furia común. La insumisión y la desobediencia noviolentas no llevan carga de odio sino de inteligencia y búsqueda del bien para todos, incluídos los oponentes. La rebelión pretende destruir lo antagónico para colocar lo suyo en su lugar. La desobediencia insumisa pretende que lo opuesto mejore y mejorarse a sí misma en el proceso. 

Por ejemplo, en el proyecto de rebelión se camuflan delitos como el asalto a propiedades ajenas, porque  no se admite que haya bienes privados ya que para muchos rebeldes el bien privado no debería existir y sin embargo para el resto de la sociedad los bienes privados honesta y limpiamente ganados son absolutamente lícitos. Para desmantelar el tinglado de la rebeldía a la carta, sólo hay que quitarle a un "rebelde" su smartphon, su moto o su chupa de cuero, o invadirle su casa y decirle que todo lo suyo es un bien común, como los dineros que ha pedido en el banco con el propósito de no devolverlos o como los productos que se ha llevado del supermercado para castigar el capitalismo de su dueño o como el alquiler que no quiere pagar o el recibo de la luz que ha gastado y tampoco paga. Sin distinguir que una cosa es trabajar por la justicia y otra aprovecharse de la lucha por la justicia para hacer lo que  a uno le dala gana sin considerar responsabilidades hacia nuestros semejantes.

El rebelde es un teórico de la irresponsabilidad y cae en la misma trampa de lo que quiere eliminar. Suelen ser personas frágiles e inestables a las que cualquier cosa que les moleste les enfurece y les enfada por el hecho de que no las han pensado ellos y les condicionan su "libertad". La rebelión es un resultado de la inmadurez. La insumisión y la desobediencia civil noviolenta son producto de la madurez cívica y del respeto. Y del valor. No necesitan vencer sobre ningún "enemigo" porque no consideran que haya enemigos, sino personas que tienen una visión más limitada y que cualquier día pueden despertarse y comprender lo que ahora no ven. Por eso no desprecian a nadie ni combaten a nadie. Su "campo de batalla" lo tienen dentro y su enemigo más feroz es su ego, al que tampoco odian, sólo lo educan y emplean su energía ya reciclada, al servicio de su conciencia y del bien común. Ese estado es el único que puede cambiar las cosas, porque cambia al individuo al mismo tiempo que cambia el sistema. Y viceversa.

Sin el cambio personal toda pretensión de cambio social es inútil, por eso nuestra civilización no avanza o lo hace con un paso adelante y diez hacia atrás. La historia está llena de rebeliones inútiles y sangrientas, pero es escasísima en insumisiones y desobedicencias civiles. Porque cualquiera narcotizado y dormido por la rabia y la pereza mental y ética es rebelde pero sólo los despiertos son insumisos y desobedientes. 

La paz y el progreso real sólo llegarán en un planeta habitados por insumisos cívicos y solidarios. Tan respetuosos con los demás como consigo mismos.