miércoles, 22 de mayo de 2013

El cacao mental y las contradicciones de Beppe Grillo

He visto un video en el que el lider del movimiento 5stelle afirma en un mitin que las instituciones les obligan a convertirse en un partido político. ¿Y qué esperaba que ocurriese si se presentan a unas elecciones? Él mismo dijo hace pocos días a unos representantes de DRY que acudieron a visitarle en Italia que pasar por las urnas era obligatorio para poder representar los intereses de quienes forman esos movimientos. Pero se ve que desconoce los mecanismos naturales y con lógica, que mueven el entramado y las responsabilidades de quienes se presentan a unos comicios. 

Grillo pretende entrar en el juego de la lotería sin comprar el número de la papeletas o viajar en el tren de la democracia sin pagar el billete. No distingue entre un movimiento de opinión para mostrar el cabreo públicamente, algo que es completamente legítimo pero que carece de herramientas institucionales para hacer valer algo más que el enfado; de otro tipo de movimiento de compromiso que sirve para canalizar las inquietudes y necesidades de la ciudadanía, que no es atendida por el estado, pero que crea recursos y permeabilidad social y servicio voluntario y gratuito a la ciudadanía (el 15M) por medio de plataformas concretas e ILPs y lo que es una formación de ese tipo que desea tener voz y voto en un parlamento como grupo de representación política al uso, para lo cual necesita aceptar las normas que rigen la democracia parlamentaria; de lo contrario el Parlamento se convertiría en la jungla. Y en un gallinero de histerias demagógicas sin más pies ni cabeza que los humores de sus componentes e incapaz de debatir ni consensuar nada, ni siquiera los decibelios del griterío.

Da la sensación de que Grillo sea un grillo realmente. Que sólo sabe hacer cri-cri y como dice la canción tradicional que lo retrata: Il grillo è buon cantore che tiene lungo verso...Sempre il grillo stà pur saldo quando è già maggiore il caldo..." y ahí se queda. Porque los grillos van por libre, cada uno por su lado, sus coros están hechos de uno en uno, por eso nunca se sabe ni se entiende lo que cantan; cada uno lleva su estrofa distinta y todos la gritan al mismo tiempo.
En España serían los grilloflautas, pero en versión solista. Cada uno por su lado. Y el grillo más gritón censurando el canto de los grillos menos gritones. Como mandan los totalitarismos.

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