lunes, 16 de septiembre de 2013

Y el cuento de la lechera continúa...

El PP dice que sus afiliados aumentan a pesar del descalabro que le pronostican las encuestas

La mayoría de los partidos reconoce un descenso en el número de afiliados a excepción del PP, donde no se exige pagar cuotas
Expertos achacan la crisis de afiliación a la excesiva burocratización de las formaciones, al escaso peso financiero de las cuotas y a la ausencia de democracia interna
La generalizada desafección política obliga a los partidos a mover ficha. El PSOE convocará primarias abiertas a sus simpatizantes.
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Pues hay que ver qué cosas tan raras pasan en ese partido. Precisamente cuando nada menos que un 64% de afectos al pp no confían para nada en Rajoy, según la demoscopia de hoy mismo. Claro que es posible que tengan razón, teniendo en cuenta el fervor neonazi de su lado más oscuro y la capacidad para manipular a base de pasta hasta al lucero del alba y hacer "milagros". Se estarán afiliando los neofalangistas-nazis de la reserva y los socionumerarios del opus, cada uno por triplicado para hacer bulto en las encuestas . La trampa y la noticia-mejunje es la única forma de que esa ilusión estadística coincida con "su" realidad capaz de cualquier cosa para no perder el chollo que tanta corrupción, mentiras, calumnias, cohechos, prevaricaciones y demás lindezas les ha costado. Todo enlatado en la "santa desvergüenza y el santo cinismo " que Camino les aconseja como legado del "padre" más milagroso que Dios, quien le suele pedir consejo para ir tanteando lo que se cuece y hacer todo lo  contrario y así conservar en el mejor estado posible la integridad y la salud mental de los humanos.

Decir que dizan, mientras no hazan...Y de hacer, poco y pésimo, como su sigla apunta. 

Querido pp: obras son amores, no turbias manipulaciones. Con saldos final de verano y becas para afiliarse, entre lo que el Estado os regala por arruinarlo y la subvención del sobre por parte de los que con vosotros lo arruinan, lo de las cuotas de los afiliados es completamente prescindible, y demasiado bueno y generoso por ambas partes, para ser cierto... Y es para lo único que sois gratuitos es para barrer p'adentro.
Esos afiliados son trezzo, como vosotros en la política nacional. Un pegote inútil y nocivo. No son de verdad. Sino inventados y disfrazados. La triste evidencia es que ni los vuestros ya os apoyan y lo sabéis, pero preferís el ridículo de otra mentira tipo el hidalgo del Lazarillo, antes que el esplendor ético de la verdad.

Si fueseis reales en vez de monárquicos coyunturales y trapaceros, España no estaría como está. Si fuéseis reales no tendríais que ofrecer gratis las afiliaciones y cacarearlo como un triunfo, tendríais cola en Génova para ayudaros y apoyaros con cuotas limpias y en vez abucheos y escraches por todas partes, encontraríais bendiciones y aplausos a vuestro paso. Ni siquiera tendríais que recurrir a la prensa para contar lo bien que andan vuestras huestes apoteósicas, sería del dominio público y sólo bastaría para comprobarlo vivir el día a día.
El país funcionaría con justicia. Matas, Camps, Carlos Fabra, Cotino, Blasco, Barberá, Zaplana, Rajoy, Aznar, Aguirre, Feijoó, Cospedal, Bárcenas, Arenas, Acebes, etc, etc, todos, excepto Basagoiti y al parecer Monago,...no ocuparían puestos relevantes en vuestro organigrama, todos ellos estarían en las listas de imputados y/o en el banquillo de los juzgados que tanto os gustan y que tan bien manejáis. Los jueces decentes estarían trabajando y no en el exilio o en el entredicho difamador.

El paro se habría reducido porque habríais invertido los millones derrochados por  vuestra calamitosa forma de gobernar en la  inversión pública, con préstamos del Banco de España para poner en marcha las PYMEs y sostener los negocios familiares que son la base de la producción y del crecimiento sostenible de cualquier país que sabe por donde anda; habríais cerrado el grifo a la instalación de la plaga de los almacenes chinos, subido los impuestos a los más ricos en vez de animarlos a seguir delinquiendo con la promesa de que desgravarán, obligado a las empresas como las de Amancio Ortega y ex señora, a contratar por ley trabajadores españoles y no irse a China a mantener esclavitud laboral y al Corte Inglés y a Mercadona a comprar determinadas cantidades de productos básicos españoles para no aumentar el paro y el cierre de las pequeñas empresas abastecedoras. 

Habríais puesto a los empresarios y a la banca en su sitio, le habrías tomado en prenda de las ayudas a crédito la parte correspondiente al valor prestado, en  viviendas que habríais ofrecido en alquileres sociales con derecho a compra. Ningún ciudadano habría perdido su casa ni sus derechos por las malas artes y los engaños de los bancos y las UCIs de Botín o las preferentes fraudulentas de Bankia para que Blesa las hiciese desapaercer como si fuese el Gran Houdini, en la compra multimillonaria de un banco arruinado americano del Norte. Y no sigo porque la lista aburre por lo interminable y lo repetitiva...

Es cierto que los españoles como pueblo a grosso modo no se distinguen por su lucidez, generalmente las masas de cualquier lugar son de todo menos lúcidas. Pero lo habéis hecho tan espléndidamente fatal, que hasta la masa está adquiriendo lucidez a base de catar vuestra levadura malísima. Y estáis machacando a vuestros votantes, que ya son más ex que otra cosa,  con la misma fruición que a los votantes ajenos o no votantes de nada. Es lo que tiene la barbarie, como la grasa y los olores, se expande y sólo se detiene con la limpieza de la materia y del entorno contaminados.

Si para el pp "gobernar es repartir dolor" (Gallardón copyrigth) y el destino in crescendo de los perjudicados es "que se jodan" (A. Fabra, idem), lo natural por parte de los españoles doloridos y jodidos a posta y con saña predeterminada, no es una afiliación masiva a ese partido atroz, que se defiende de sus propios fantasmas con diez furgones de policía en la puerta de su chiscón porque tiene más miedo que vergüenza a la respuesta que merece, lo sabe muy bien. Tampoco atrae para nada la resurrección de la momia franquista caralsol brazo en ristre ni resulta nada atractivo y relajante el olimpismo concentrado en lactosa, glucosa y cafeína publicitadas en el mundo entero por una alcaldesa border line en su momento más estelar. Y sobre todo por una economía del fraude moral y el abuso institucional.


Al menos, dear pp, cuando pienses en estrategias para recuperarte publicitariamente no seas tan torpe y tan zafio como siempre lo ha sido tu saga "familiar". Por lo menos mira la realidad que te rodea y que has destrozado por activa, pasiva y perifrástica; no te empeñes en que te dé peras el olmo y no confundas gigantes con molinos porque te puedes llevar, con toda seguridad, el mismo batacazo excelso que Alonso Quijano cuando le fallaron las lentillas y confundió gato con tigre y con pantera siberiana en ayuno obligado, que en este caso es la realidad pura y durísima en la que especialmente has colaborado con verdadero fervorrrrrr. Con el agravante de que tú no cuentas con un Miguel de Cervantes para que te arregle el talle, te almidone el miriñaque y te deje electoralmente presentable. Tú cuentas con tus portabobadas y su deleznable analfabetismo intelectivo. Con tus menestrales de la mediocridad y tus mesnadas del rebuzno y garrotazo gaseado. No puede ser de otro modo. No hay más que rascar.

Tu estrategia a lo Botella, pp, me recuerda los años cincuenta del pasado siglo en la España mugrienta en blanco y negro que me rodeaba. Me recuerda una merienda-cena en el jardín de mi casa natal, que ya no existe, antes de que mi padre perdiera hasta la camisa en manos de un Mario Conde o de un Rato de la época. Me recuerda la angustia de Manoli, la doncella y "cuerpo de casa", que debía servir las mediasnoches, tapas exquisitas, la cursilería recién importada por mi madre de los apfelkühen de su amiga Helena Lux, gastrónoma e intérprete al servicio de la Calvo Sotelo, los plumkakes y sandwiches copiados del recetario de El hogar y la moda, cuya sutileza se deshacía en las manos nerviosas de Aurelia, la cocinera de Villamayor de Calatrava, analfabeta, y el tea party mezclado con lonchas de jamón finísimas, de queso de VillaRobledo, salchichón de Olot, butifarra de Bellpuig y pan de Viena como se llamaba el rarísimo pan de barra, encargado de extranjis en Bermúdez, la pastelería distinguida de la capital, para no servir los trozos bastotes de la hogaza maquilera y espesa que consumíamos normalmente cada día pagando además con un cupón recortable, para que nadie se llevase más cantidad de la estipulada por el gobierno.
Recuerdo la angustia de Manoli; al plancharse la cofia con el almidón se le quemó el borde. Lloraba agobiadísima porque la cofia de repuesto estaba en lejía y no podría secarse y almidonarse hasta el día siguiente. Entonces mi madre, en uno de sus arrebatos de ingenio, le dijo que  se pusiese uno de los cuellos duros de mi padre, sujeto  por dos horquillas a cada lado de su melena rizada con permanente. Y así estuvo toda la velada, yendo, entre plato y plato, a mirarse en el espejo para comprobar que el invento no se iba de varas. Lo mismo te pasa a ti, pp. Que aún arrastras la pobreza de alma dictatorial y cutre como aquella cofia quemada y sin repuesto disponible; todavía no te acabas de acoplar al riesgo chapucero  de ponerte un cuello duro de caucho en la calva de tu inteligencia-ficción, donde es imposible que se agarren las horquillas de la realidad porque los rizos de la ética no pueden crecer donde no hay raíces que los sostengan.

Mi abuelo materno, el sabio guardia civil extremeño, tan civil que no parecía un guardia de nada sino un imponente y elegante maestro de lucidez, lo decía como pensando en alto al leer y hojear Abc, Pueblo o Ya, que era lo que había entonces, en plena expansión franquista, mientras movía su cabeza de derecha a izquierda comentando: "De donde no hay no se puede sacar". Parece, tristemente, que muy pocas cosas importantes han cambiado en tantos años de distancia.

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