domingo, 15 de septiembre de 2013

Hasta con gas, como en los viejos tiempos hitlerianos...



Anoche Pepe Bono, al que estimo y admiro porque convirtió La Mancha en un ejemplo de desarrollo, cultura y civismo durante un veintenio y fue un ejemplar ministro reformista de Defensa, habló en La 6ª y criticó el "independentismo" catalán y la amenaza de ruptura del Estado español. Dijo lo que piensa y lo que teme, me parece completamente justo y legítimo. Pero muy insuficiente, muy estrecho de miras. Farragoso y pusilánime.
Un socialista demócrata no puede ni debe considerar un peligro para la democracia esa consulta que para los catalanes es imprescindible. Y para el resto de españoles completamente digna de respeto.

Los ciudadanos no están para ser esclavos del Estado, sino que éste debe ser la herramienta común de trabajo y entendimiento, sin excepciones, mientras represente y defienda el bien común. Y cuando el concepto y funcionamiento deteriorado de ese Estado se interpone entre los ciudadanos y sus derechos, sus libertades, sus leyes y la justicia, ha llegado el tiempo de que ese Estado cambie de ruta y de contenidos. De que se le sustituya por otro sistema. Eso no significa para nada que se rompa algo insustituible, sino que se ponga en marcha algo mejor y más adecuado al tiempo en que vivimos, a la madurez social tan distinta a la de aquel otro tiempo en que se constituyó el Estado actual, que evidentemente está agotado y no consigue hacerse con las soluciones éticas, políticas, económicas y solidarias que ahora son vitales para la ciudadanía, que es la sustancia y el alma del Estado.

El Estado no puede ser inamovible ni inmodificable. De hecho la mayoría de estados europeos se han ido modificando y conformando al alza social, con revoluciones, ideas nuevas que se comparten y evolucionan. España no. La España institucional lavó la cara de la dictadura y le puso otro maquillaje más moderno y ligero, menos visible que el viejo y desconchado, pero nada más. Ahí quedó la cosa.

Si de verdad esa transición tan sobada e hipertrofiada hubiese dado los resultados que se esperaban de ella, España jamás  habría llegado a un momento tan demencial, tarado y sin rumbo como el actual. España no necesita la independencia de Catalunya para descomponerse, sino que, desgraciadamente,  los catalanes quieren la independencia porque ese Estado de plástico y silicona ya está descompuesto por completo. Lo ha descompuesto y podrido la corrupción de todos los falsos servidores del Estado alimentada por la aberración inicial: una Jefatura de Estado heredada de una dictadura atroz, e inmune a la responsabilidad jurídica y penal de sus actos, amparada nada menos que por la Constitución, que para tener valor real, ético y legítimo, debería ser el freno y el control por encima de todo poder, incluido el monárquico. Ahí empieza el declive. En el principio de todo el proceso, que está enfermo desde sus comienzos y que a lo largo de 35 años no se ha revisado ni analizado ni corregido, como si las premisas de entonces fuesen las mismas y como si esas premisas hubiesen sido las tablas de la Ley mosaica.Con el agravante de que la única modificación que se ha hecho ha sido por imposición de la UE y a espaldas de los ciudadanos. Yo misma, en mi confianza hacia el gobierno de Zapatero, rompí una lanza a favor de la propuesta e un presidente, que sigo creyendo honesto y buen hombre, pero errático y demasiado crédulo, admití aquel trago como algo "europeizante" y necesario para mantener un funcionamiento común de la economía, y después he tenido que asumir el fallo garrafal de aquella decisión que abría la puerta al abuso de la Europa de alta velocidad sobre la Europa de velocidad dudosa. Mea culpa.

Para que un país sea una patria, con lo que eso significa: origen, respeto y crecimiento equilibrado y justo, hace falta que además de ser la tierra natal de los habitantes, tenga la capacidad de acoger, educar, cuidar, corregir, servir y amar a sus hijos. Pero aquí la cosa no va por ahí. Bono fue muy buen gestor y absolutamente ético y decente, pero por esa misma decencia Bono debería ver y reconocer que no todos sus compañeros de partido, como González, por ejemplo, como Barrionuevo, la saga de los Guerra, Vera, Roldán, Aida Álvarez y los de los EREs, no han dado su misma talla y que eso ha dejado una huella y un precedente muy grave en un Estado neófito, débil e inexperto en democracia verdadera. El mismo Bono dejó la política porque no estaba de acuerdo con el talante del momento...No es oro todo lo que reluce. Y esos mordiscos de la herrumbre se han ido comiendo el oro falso y han producido un fermento envenenado que ha contaminado con su engaño hasta lo más básico de una democracia, las urnas: un pp lleno de fobias, rencores, maldades, trampas, rapiñas, mediocridad y deterioro moral que más recuerda a la corte de Calígula o de Nerón o las cortes bizantinas de Miguel Cerulario y Bardas, que un país europeo del siglo XXI.

Como el Psoe nunca ha hecho limpieza y González jamás fue imputado y ni siquiera citado en el caso GAL, el pp se ha pasado su tiempo haciéndolas de todos los colores, amparado por el precedente y agarrado "legítimamente", dentro de la ilicitud y la ilegalidad más bestias, a un ridículo y eficaz latiguillo "y tú más", que nadie puede demostrar que no sea cierto, porque González sigue no sólo sin asumir lo que hizo, ordenó y permitió hacer, ante un tribunal, sino que además sigue siendo miembro de honor del partido y sale cuando hace falta a a dar consejitos y recomendaciones, a mover multitudes olvidadizas, pero también la agenda de recuerdos del pp. Y las memorias de todos los españoles de entonces...
Con esos antecedentes, tampoco se han pedido cuentas a Aznar por lo de Irak contra la petición de toda España, con el resultado del 11M, en lo que el "y tú más" subió hasta unos listones ya insuperables, sobre los que, por cierto, ningún miembro del poder Judicial, como en el caso González, ha dicho ni pío. Mientras la Jefatura del Estado va a su real bola, trincando a base de bien y haciendo negocios por cable familiar y la vista gorda con la corrupción generalizada que se ampara bajo el trono del mismo calibre. Corrupto para no ser menos, hasta las egregias coronillas.  Mientras tanto España sólo se sostenía a base de burbujas del ladrillo y la hipoteca bancaria, como la cosa más natural y como signo de progreso metéorico. Un mamotreto virtual con los pies de barro sin cocer. De cuyo tenguerengue financiero escapaban los dineros apilados en millones como pela que lleva el diablo a sus paraísos particulares donde fiscalidad muere por do más pecado ha. El latrocinio a saco con bula montoricia.

¿Eso es un patria o un zoco chino-afgano desnortado y trincón? ¿Qué clase de ciudadanía puede tragar infinitamente con tal destarifo, durante décadas sin destrozarse?

Los gobiernos de ambos partidos han basado durante todos estos años -suficientes par crear una costra de rutina deshonesta como "normalidad" chanchullera- la riqueza exclusivamente en el dinero fácil. Y han olvidado la formación ética de ellos mismos y de la ciudadanía. La pedagogía de la decencia social en todos los ámbitos empezando por el mismo Congreso, Senado, Tribunales, autonomías, administración y demás instituciones. Exigencia moral personal y cívica, cero.
Aunque a título personal es mucho más moral y coherente el Psoe que el pp, en lo compartido institucionalmente están a la par, el pp por acción directa y el Psoe por permitir y no exigir la ética imprescindible, ya que el baldón de González & company no permite superar nunca el mantra paralizante del "y tú más", que es el chantaje de un ppartido que en sí mismo es ya un chantaje. El pp.
Ese desastre que no se quiere admitir por ninguno de los dos pilares del bipartidismo, reduce "la patria" a un esperpento incapaz de dar cobijo a la justicia, a los derechos y a las libertades verdaderas. Y se genera a través de una distancia abismal entre representados y representantes. Cuya única comunicación es el sueldo que les pagamos con nuestros impuestos. Y que no es que se ganan precisamente por su eficiencia y aciertos. Si de verdad el pp fuese una empresa como le gusta afirmar, los contratantes de sus servicios ya les hubiésemos echado al paro irreversible.

¿Qué otra cosa mejor pueden hacer los catalanes que consolidar su determinación independentista de tal cacao en el que nunca se han sentido realmente insertados desde lo emocional y al que están cooperando con sus impuestos? ¿Tanto les cuesta a los políticos profesionales la empatía? ¿Tan ciegos están para no ver que esto no es la causa de ninguna desgracia sino la consecuencia de la indecencia generalizada, en la que se pringó hasta el pp nacionalista catalán o sea, ciu?

Querido Bono y queridos energúmenos falangistas de ese video vergonzoso: la patria no es un cortijo ni los ciudadanos son esclavos el servicio de los abusadores. Ni vosotros, cafres pseudofalangistas de atrezzo y de mercadillo por contrata atropellada, sois los más adecuados para reclamar una unidad que ya rompéis con vuestra invasión y vuestra falta absoluta de respeto. La patria, como diría José Antonio Primo de Rivera, que era un poeta muy inteligente, sobrio y visionario y muy buen abogado, -por eso lo mataron con permiso y sugerencia solapada del futuro dictador, al que hubiese dejado a la altura del betún si hubiese vivido para contarlo-  el conjunto de seres humanos que se unen porque tienen un destino común en lo universal como lo tienen individualmente, no unas bridas al cuello como los bueyes, pintadas de rojo y gualda y coreadas por el himno real granadero. Ni un caciquismo nefasto y depredador que asfixia tanto desde los bancos como desde  los poderes institucionales. La patria que no hace nada más que esquilmar y maltratar no es una patria sino un tugurio indecente. Una cueva de ladrones mafiosos, en la que toda barbaridad es posible como la presente burrada en la sede cultural madrileña de Catalunya. Todos los españoles somos separatistas e independentistas de ese engendro. 

En vez de dar caña a Cataluña, habrá que trabajar para que España sea, por primera vez en su historia, una patria digna de unos hijos válidos, que ni tengan que irse fuera, tanto porque no pueden subsistir como porque se avergüenzan de pertenecer a su demarcación. Porque si intentan crear algo nuevo que dé resultados buenos para todos, se les zancadillea, se les menosprecia, se les envidia, se les entorpece desde la misma administración o les roban la idea y la reproducen al revés. 

Tal vez haya que independizarse o exiliarse en masa hasta que en esta "patria-madrastra" sólo queden diputados, familia real y comandos gaseadores sobre el mapa español; simplemente porque un permiso para poner en marcha un proyecto sencillo, que en Alemania está listo en unos ocho días, en España puede tardar años si no se dispone de una bolsa de la compra con unos doce mil euros ad hoc, para el cacique que preside la Diputación, como es el caso Fabra Carlos. Y a ese tipo de líder no van chillarle los patriotas. No se sabe si porque ignoran lo que se cuece más allá de su entrecejo y cejo fanático o porque les paga y contrata la misma mano que mueve el enjuague.

En fin, que para ser patria de alguien los álguienes tienen que dar un giro copernicano YA, con una constitución y un régimen estatal de una categoría que no existe en España. Referéndum sobre el nuevo modelo de Estado. Disolución de cámaras. Gobierno provisional mientras se reinventa la Constitución entre todos y con una nueva  la ley de partidos como herramienta electoral mucho más ecuánime; y se refrenda con el si o el no. Luego elecciones generales. Y a empezar de nuevo con lo que hayamos decidido en mayoría dialogante, para eso está internet y la responsabilidad ciudadana activa.
O cambia o se muere este Estado apolillado, lleno de alcanfor, decrépito y chuchurrío como las viejas madames pintarrajeadas y estiradas hasta romperse, con tal de que no se les vean las arrugas y la flacidez del cuerpo viejísimo, pero con camuflaje de falsa y ridícula juventud ortopédica que todos ven  excepto ellas. Así tropezando y dando traspiés entre leche y leche mientras los generales la sostienen, como a su malestad antes de ayer, o mientras los techos del Congreso lloran deprimidos con goteras de desesperación por lo que tienen que aguantar cada día. La realidad es mucho más locuaz, reveladora y contundente que la fantasía más atrevida.

No sé qué pensaréis vosotros, compañeros de territorio machacado, pero una patria como la de esos mostrencos gasificantes del video, violentos, bochornosos e impresentables como compatriotas, yo no la quiero ni envuelta en oro molido, que seguro que rascas y es purpurina pocha que destiñe.

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