domingo, 22 de septiembre de 2013

Merkel y el futuro

Hoy deciden los alemanes acerca de Merkel y su continuidad.
Para Alemania Merkel es útil. La trata bien. Sabe gobernarla con mucho acierto. No es una neocon salvaje, sino una gobernante de inteligencia práctica. Es talmente una ama de casa tradicional. Lleva muy bien la economía  y el balance de gastos controlado, nunca fastidiará a los suyos, al contrario, jamás descuidará el bienestar máximo con el mínimo gasto. Lo dicho, una madraza economista que jamás se atreverá a compartir ni a imponer a los suyos el discurso del nuevo rey de Holanda.
Sus menús nutritivos están muy regulados para que nadie carezca de comida y sustento. Trata bien a las visitas trabajadoras y se esmera con el servicio que suele ser la flor y nata del eurobarrio, los cuida y los valora; les paga lo justo y aprovecha sus capacidades para beneficiar a la familia y para que aporten aquello que a la familia a veces le falta:motivación, entusiasmo, creatividad y brillantez. A cambio son tratados con los mismos derechos que los de casa y con el mismo respeto. Si carecen de lo fundamental, como integrantes del mismo proyecto, reciben las mismas ayudas sociales. Merkel es una buena y justa gobernanta y una buena persona. Los intereses de su casa son sus intereses y ha conseguido que lo sean también para el personal extranjero de servicio, que acaba adorándoles y cooperando encantados y agradecidos con el sistema, porque se sienten mucho mejor tratados y valorados que en sus casas de origen. Merkel no es tonta y sabe muy bien lo que hay que valorar y lo que no. Por eso mismo ayuda a los españoles inteligentes que huyen de la quema ppera y aniquila a los idiotas que aún viven como esclavos y siguen votando lo que hay: la materia border line impolítica que se ha subido al carro del poder con trampas y juegos sucísimos.Y sin que Merkel haya puesto el mínimo reparo, porque sólo el dinero tiene valor para ella, la ética de los demás ni le va ni le viene, pero esa indiferencia hacia la ética ajena que en privado es respeto, en lo público es complicidad y encubrimiento de delitos gravísimos de corrupción, que sobrepasan ya la capacidad de frenado por parte de la sociedad española, que es víctima maniatada por los piratas del pp, que se han apoderado de las tres columnas institucionales y manejan a su antojo: poderes legislativo, ejecutivo y judicial. Merkel actúa como si la corrupción absoluta de un país de la UE a la deriva no influyese en las cuentas financieras de todo el conjunto y cree que es cosa de los ciudadanos, a los que sólo les queda, para salir de este enjuague trágico, el recurso de las revueltas y la rebelión. Merkel acusa a los españoles de consentir lo que hay, porque cree que están educados como los alemanes cuando los ve trabajar en Alemania mejor aún que muchos nativos, y cree que der spaniers problem es sólo cosa de vaguería y jolgorio. Lo que Merkel también ignora al parecer, es que ese potencial español, que tanto bueno aporta a Alemania, sólo puede desarrollarse ampliamente y con normalidad donde se lo permiten. Las políticas españolas de desarrollo, fomento, promoción y educación son un caos, porque no ha habido jamás un modelo que estructure y ordene el funcionamiento de las cosas. Y como desde siempre ha gobernado una oligocracia que se ha fingido demócrata para seguir mandando y destruir la democracia poniéndola al servicio de sus partidos, no hay forma de que las mentes y ánimos más lúcidos y preparados sean escuchados, valorados y mucho menos promocionados.
La prepotencia y la envidia es el sustrato mugriento de ese quinto poder subyacente que frustra cualquier iniciativa española desde la misma administración, a no ser que los emigrantes repatriados, una vez conseguida fama internacional por sus capacidades y valores, regresen, entonces sí se les escucha, pero suele ser ya al final de sus carreras y en su jubilación, así que les premian con doctorados honoris causa, les condecoran como gloria fósil nacional, enmarcan sus méritos, los colocan en las estanterías culturales y no les hacen ni caso en lo que sugieren. No les dan la oportunidad de ser asesores o Presidentes de una República ni senadores ni nada. Eso sí, cuando se mueren los ponen por las nubes y añoran sus talentos, que tanto han colaborado en la investigación científica en Cincinati o en Toronto, Oxford, en Heidelberg, en París o en Oslo.

Hay muchas maneras de ayudar al desrrollo de la UE, que no son cuestión de dinero ni de troikas perseguidoras, sino de presión política, de inspecciones de la transparencia y control de los gobernantes mucho más que de los ciudadanos. Y Merkel con su influencia bien podría sugerir al Parlamento europeo que en vez de aplastar a los griegos, italianos, españoles, portugueses e irlandeses, controlasen a la clase gobernante, que se estableciese una obligación para los políticos, de formarse haciendo prácticas en varios parlamentos la Europa del Norte y teniendo que suparar pruebas prácticas antes de llegar a asumir ninguna responsabilidad política y social. Y que sin ese requisito certificado no se puedan presentar a ningún partido ni optar a cargos de responsabilidad política e institucional. La Europa del Sur necesita una pedagogía, un aprendizaje de sus clases dirigentes. Porque no hay líderes verdaderos, sino bandidos buenos y bandidos malos entrenados en los foros públicos, que se pelean entre ellos; unos tienden a compartir parte del botín con los necesitados y los otros se lo guardan directamente en sobres, cuentas y gürteles. Ese estado de bandolerismo tiene que terminar por fuerza si se desea el bien común. No sólo por el bienestar y la justicia de las partes sino por la continuidad y bienestar del todo: la UE.

Bueno, eso es Merkel. Pero hay más. Ella tiene in mente un mapa económico y social de Europa donde Alemania sea el modelo a seguir. Lo cierto es que sería estupendo que toda Europa funcionase tan bien como Alemania, sólo que el método para conseguirlo no es el más acertado. La dureza de su exigencia está muy mal regulada: ayuda a los gobernantes que hunden la economía de los países del Sur y hunde a los ciudadanos que deben mantener a esos gobernantes y la prosperidad del país. Merkel debería escuchar más a las ILPs y a los sindicatos españoles, que a un gobierno cegado por el lucro y por la manía de legalizar el derecho feudal de pernada. Merkel está apoyando a una mafia esquilmadora, a la que la mentira electoralista ha colocado en el poder. Merkel está apoyando la prevaricación, la corrupción y el cinismo más incompetente de nuestra historia. Merkel como gestora de Europa es un fracaso. Ve menos que un gato de yeso.

Merkel, con su idea de crecer en los mercados, no ve que ese crecer y crecer sólo en exportaciones y ventas es una política sin futuro. También lo es descuidar el desarrollo de lo parcial en favor de lo total. Si se quiere una Europa verdaderamente próspera, justa y autosuficiente, no se puede admitir que ningún gobierno europeo recorte en empleo, en educación, en sanidad, en derechos adquiridos por toda una vida de trabajo y esfuerzo, esquilmando a los pensionistas de clase media y humilde, mientras banqueros y ejecutivos o políticos excedentes se llevan una fortuna en pensiones que sobrepasan con mucho la remuneración que merecen en realidad. 

Todo este humus soterrado en la bancarrota del recorte sin discernimiento, parece que es invisible para la cancillera que hoy amenaza con seguir al frente de los asuntos alemanes y controlando al resto. Sólo que la cosa no se queda en Alemania, trasciende y moldea los cánones económicos y en consecuencia, sociales, de toda la UE. Especialmente de los machacados países del Sur. Merkel tiene la visión perfecta para el aquí y el ahora de Alemania y satélites del Norte, pero no ve tres en un burro sobre el aquí y el ahora de los ciudadanos del Sur del Continente, que en realidad son la clave del progreso y del verdadero crecimiento, mucho más que el euro mal gestionado. Para eso la miopía merkeliana es de caballo. Y por el bien de todos, alemanes y europeos, embarcados en la misma nave, es muy deseable que las elecciones de hoy den paso al equilibrio con el peso político de SPD, de Die Linke y de los Verdes, mucho más que al partido que ahora gobierna en mayoría y a sus socios los liberales del mercado salvaje. 

En un momento como éste, es urgentísimo e imprescindible para sobrevivir como proyecto internacional, incorporar todos los recursos que abren puertas y cierran injusticias en cada uno de los países miembros de la UE. Ya no se puede gobernar exclusivamente para uno solo sin pensar en el bien común. Todo repercute en todos. Si lo único y más decisivo sigue siendo el dinero y no las personas, la UE acabará deshecha, porque cada país perjudicado terminará, con tal de sobrevivir, por salirse de ese torrente enloquecido que le arrastra al mar de la desintegración social, política, laboral y económica. Y entones los USA con China del bracete, serían los únicos gestores del orbe. O sea, the end para el resto del mundo.

Deseemos lo mejor para todos en cualquier caso. Y que quien deba gobernar Alemania lo haga desde una profunda solidaridad inteligente, empatía y respeto por y hacia el resto de la Unión Europea, sin despreciar ni sobrevalorar a ninguno de sus estados miembros.

P.D.
Anoche caí en la cuenta de que en este sucinto análisis del mundo merkeliano, se me había pasado por alto hacer referencia a la gestión de propuestas y de motivaciones políticas en el ideario de esta calculator Lorelei conservadora. Me parece importante que lo veamos y reflexionemos, porque como europeos bajo su influencia y dominio de situaciones, el asunto no es moco de pavo.

Como ejemplo y referencia recientísima quiero comentar la postura de Merkel ante el problema de Siria y la amenaza invasiva del gendarme planetario, del supermán americano del Norte. EEUU. En la aldea global macluhiana nada puede sernos ya ajeno y distante. Ante algo tan grave, ella ha pasado del tema olímpicamente. Lo primero es su caché electoral y a la conciencia que le den alpiste. Como "gestor espiritual" de la UE el gobierno Merkel  no ha estado ni mucho menos a la altura de los alemanes, que son solidarios y generosos por naturaleza. Un tirón de orejas a Obama, quienes conozcan un poco al pueblo alemán saben que se lo hubiesen dado muy a gusto. Pero Merkel no. Ni frío ni calor, no fuese que la intención de voto se resintiera con esas tonterías que en el fondo no importan más que el spread, las exportaciones y los rescates quieras o no.
Y como excusa, el caso del espionaje a Alemania descubierto por Snowdon, le ha venido que ni pintado para no soltar prenda. Nadar y guardar la ropa electoral. Un juego poco limpio y sobre todo muy poco humanitario, que indica que este mix de sotas entre oros y bastos, no es sólo otra dama de hierro, sino más bien de acero congelado en un bloque de hielo, en un iceberg flotante en el océano del egoísmo de la política internacional. ¿Qué puede importar el genocidio de un pueblo tan primitivo, incivilizado y con tan mal caché, la amenaza justiciera de su barrido fulminante del mundo de los vivos por parte del cacique mundial del exterminio, cuando lo importante de verdad es una Europa y una Alemania convertidas en moneda de mercado, que se acoplen a la merkelidad imbatible del Bundestaat y al poder omnímodo de su Bundeskanzeler, o sea de ella misma? Muy bajito, bajo mínimos, está el nivel humanitario de Merkel. Un suspenso con todas las de la ley. Por eso no es extraño que haya machacado a Grecia sin pensar en los griegos, a Chipre si ver que hay chipriotas, a Portugal, Italia e  Irlanda sin ver personas machacadas bajo banderas y corona de euroestrellas y a España sin ver españoles, sino números que bailan flamenco dándole al vinito y a las tapas o pagarés vestidos de torero que corren delante de los toros las 24 horas del día desde los Pirineos a Tarifa, más perros que el suelo, que no pagan a Hacienda para que el Gobierno y sus amiguetes se repartan beneficios en sobres. Ella no investiga el latrocinio de los gestores indecentes, el poder hermana y por eso se fía de ellos mucho más que de los desgarramantas que siguen soportándolos y votándoles porque seguramente sacan tajada cuantiosa...de su miseria más que merecida. Que se jodan, hasta en alemán, que se lo merecen por ese cuerpo jotero y ese arranque taurinopropulsor que les desborda.
Merkel, con su actitud ante lo de Siria y los USA, ha demostrado que en asuntos de compasión, empatía y humanidad internacional no es nada que valga la pena y que el Parlamento británico y hasta Putin la han superado en sentido común. Así como,por el contrario, Hollande, con su apoyo radical al terminator yanky nos ha dejado un amargo duelo por el civismo socialista del gobierno francés, que seguramente no ha hecho el esfuerzo reflexivo de ponerse en la piel de los pobres sirios normales, que seguramente son la mayoría, como hubiese sido lo natural en un verdadero socialista de mente y corazón. O sea completo y no a retales patchwork.

Visto lo visto, la ventaja con Merkel será su comprensión incondicional si, mirando sólo los intereses particulares como ha hecho Alemania con Siria, bajo su vara de medir, Catalunya se separa de España y los españoles del euro. Seguramente Merkel, en su obsesivo barrer pa'dentro, nos comprenderá mejor que nadie.



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