lunes, 30 de septiembre de 2013

Las mil caras del delito "no delictivo"


Los supuestos pagos de Bárcenas a los líderes del PP no son delito fiscal

El País Madrid 
Los pagos anteriores a 2007 han prescrito penalmente y los posteriores a ese año no superarían la cuota de 120.000

El juez cree que el PP pagó con dinero negro las obras en Génova

Ruz ordena registrar la oficina del arquitecto que remodeló la sede. Hacienda considera veraces los papeles de Bárcenas.

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Hé aquí la reconocida inadecuación del pp. Los delitos contra la ciudadanía que permiten llenarse los bolsillos especulando con los dineros públicos no se pueden medir en cantidades ni deben caducar como si fuesen yogures, porque ya el hecho de aprovecharse de lo que no es propiedad personal sino pública, y se especular con ello, es suficiente delito moral como para ser condenable por sí mismo; debería formar parte del código deontológico civil. Es una apología de la corrupción y ésta es el terrorismo económico que desintegra el Estado y sus servicios imprescindibles, destruye los derechos y el sentido de la propia Constitución. Es gravísimo que las leyes españolas tengan un nivel tan ínfimo de exigencia contundente con algo tan decisivo y fundamental como la decencia económica de los representantes y gestores públicos, que le deben un respeto y una responsabilidad a la ciudadanía porque están contratados en las urnas para servir, no para forrarse con los cargos políticos y emplearse nada más que en sus intereses personales y partidócratas.

Este juez Ruz sólo ordena registros y comparecencias; luego no pasa nada y todos se van de rositas, como los dineros públicos, seguramente es para que el tiempo pase y todo prescriba. A estas alturas nadie se cree que los dineros de Bárcenas sean sólo suyos, sino en gran parte del pp. Y se piensa que Bárcenas está encarcelado para que no pueda irse de la lengua sin sufrir las consecuencias. 

Es ya tal el desprestigio de este gobierno y de su parido a causa de tanta opacidad filodelictiva, que proclamar su inocencia a estas alturas es irrisorio y patético. Nadie les creerá jamás, mientras no tengan la decencia de admitir sus errores y sus mangancias. Un arrepentido que se corrige merece todo el respeto. Un cínico que aunque sea evidente su corrupción se empeña en pasar por inocente, pierde el respeto y la credibilidad para seguir gobernando. Debe dimitir. Pero igual que el rey, los politicastros temen la pérdida de inmunidad. Por eso, además de no querer soltar el chollo, es la razón de que no expliquen nada creíble ni estén dispuestos a dimitir pillados en tantas irregularidades e ilegalidades que ellos se apañan, como Berlusconi, cambiando las leyes a su favor y a su puñetera bola.

En política el delito ético es el peor y el más grave, porque incluye todos los demás y es su origen. Y desprestigia y degrada para siempre.

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