miércoles, 11 de septiembre de 2013

Samaniego traduce a Esopo en verso y aquí nos lo aplicamos como diosh manda

Es voz común que a más del mediodía
en ayunas la zorra iba cazando.
Halla una parra y quédase mirando
de la alta vid el fruto que pendía.

Causábale mil ansias y congojas
no alcanzar a las uvas con la garra,
al mostrar a sus dientes la alta parra
negros racimos entre verdes hojas.

Miró, saltó y anduvo en probaduras;
pero vio el imposible ya de fijo.
Entonces fue cuando la zorra dijo:
"¡No las quiero comer! ¡No están maduras!"

No por eso te muestres impaciente
si se te frustra, Fabio, algún intento;
aplica bien el cuento
y di: ¡No están maduras!, frescamente.

Así sucede hoy por estos pagos
cuando la realidad muestra sus frutos
a políticos torpes y enlodados
que en vez de inteligentes son muy brutos 

Proceden con enredos e ignorancia paleta
con chanchullos corruptos y necedad supina
tratando de envolver en redundacia hueca
los pobres resultados de su inquina

y llamando al apaño democracia
proclaman su estulticia en cada esquina
Se asombran luego de perder ocasiones
olimpiadas, victorias y blasones

Y culpan al destino, al enemigo oculto,
a tirios y a troyanos, normandos y sajones,
de su fracaso en juego tan corrupto
y de truncar sus vanas ilusiones

proyectos y negocios siempre sucios
que les llenan la bolsa, la vanidad y el ego,
y no les dejan ver en el renuncio
qué bajas rentas dejan los borregos

qué poca liquidez produce el rucio
que se coloca al frente de una empresa
o la mula de carga del infundio
haciendo la función de lideresa

por eso siempre encuentran a su paso
que el dulzor de las uvas más granadas
más jugosas, crujientes y maduras
no se encuentra al nivel de su andanada

sino en la esplendidez de las alturas
adonde sólo llegan los que aspiran
a las frutas mejores y más sanas
y por eso, por dentro, las cultivan

y ellas son con su esencia el alimento
el bocado exquisito y la dulzura
que nutre su consciencia y su talento
sin tener que robar tanta hermosura

sin herir el racimo, mas con inteligencia
y con finura, sin trampas, sin engaño
sin vanidad, sin rapiña, sin ego,
y sin ponerle precio a la excelencia

sin métodos de mula y de borrego
sino con la bondad e inteligencia
que nos regala el sabio con sosiego
y amor que anima el alma y la consciencia.

La basura y la gloria no se rifan
y el crecer de verdad no se regala
todo es el suma, sigue y multiplica
de lo que cada uno se trabaja

por eso lo más bello y lo más dulce
lo que más alimenta cuerpo y alma
no se puede encontrar entre bazofia
porque sólo proviene de las zonas más altas

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