martes, 17 de septiembre de 2013

El acoso y derribo a la cooperativa valenciana del Parque Alcosa

Son años de esfuerzo y de trabajo los que hacen falta para convertir un barrio marginal  en un hábitat ejemplar. Muchos. Desde 1973 hasta hoy. Un barrio del extrarradio de Valencia con población inmigrante de otras comunidades y luego de otros países, inicialmente con parados y jóvenes sin salida ya en aquellos años, se ha ido convirtiendo a partir de la asociación de vecinos en un ejemplar espacio de convivencia, en un ecosistema solidario. La agrupación inicial de vecinos se amplió y se convirtió en el centro y eje social del barrio, con diversas plataformas trabajando desde dentro en educación, limpieza, salud, cultura, orientación, recursos y empleo. Todos para todos. Hasta convertirse en una empresa autogestora y solidaria que el propio ayuntamiento contrata para la limpieza del barrio, por medio de la que se fomenta el empleo de los parados o incapacitados, de modo que se puedan ganar dignamente la vida. Un proyecto que debería exportarse y difundidirse, hasta que llegó el pp y sus recortes desvergonzados para esquilmar a saco. Ahora el Parque Alcosa es un mal ejemplo de autogestión independiente. Y aunque ellos son una empresa que trabaja por contrato con el ayuntamiento de la ciudad, no salen rentables ¿tal vez porque esa empresa no paga sobres para que la contraten? ¿Quizás porque no pertenece a los capitalistas adeptos a la causa del "forring office of cup café con leche? A saber, cuál será la causa concreta que alegan para desmantelarla. Ya han avisado del desguace y hay dos mujeres en huelga de hambre como denuncia y reivindicación del caso.

Aunque aleguen que es por recortar no se lo cree nadie, porque la limpieza se hará, pero  adjudicada como negocio a determinado postor subrogado previamente elegido por amistad o complicidad. Por ejercicio puro y duro de la "cosa suya" para los ciudadanos y "cosa nostra" para los mafias de la gestión.

Valencia, la ppera, no para en su decrepitud moral y en su podredumbre infinitamente corrupta. Y considera un pésimo ejemplo la existencia de la autogestión solidaria. Valencia es deprimente como comunidad autónoma, no sólo por ser el feudo del pp, sino por el desinterés ciudadano, por la indiferencia y por la poquísima o ninguna conciencia solidaria que la domina. Ante esa actitud la oligarquía va a saco en todo y los ciudadanos se resumen en dos facetas: los pasotas absolutos pero protestones crónicos y los que enferman de rabia sorda y de rencor destroyer que aprovechan el disgusto colectivo para sacar de paseo sus frustraciones y complejos personales con el grito amenazante y el insulto procaz, pero a la hora de la verdad inútil y vacío de contenido ejecutivo y más engolfado en su autobombo por la imagen y el brillo de su secta ideológica, que dispuesto a trabajar por el bien común.

Hoy he escuchado una burrada impresionante mientras en la puerta de la Ciudad de la Justicia nos volvíamos a concentrar por el juicio a los estudiantes del Instituto Luis Vives, que Sánchez de León, delegada del Gobierno, mandó apalear considerándolos "el enemigo". Alguien ha comentado que hay que ir mucho más allá de la democracia: por la libertad es más importante que la democracia. Me he quedado patidifusa ante un analfebetismo cognitivo y una osadía chulapona que empastaban perfectamente con el absurdo.  He visto lo difícil que resulta ser demócratas y libres en el mismo pack para estos espíritus escuálidos que no saben ni lo que es la democracia ni la libertad. Que chillan por ósmosis sin comprender el significado de lo que dicen ni de lo que hacen. Cuando hay que arriesgar algo para ser libres y demócratas se quedan esperando en un rincón  a la sombra del anonimato, a que otros, que no suelen chillar porque necesitan la energía del grito para realizar lo que el grito no consigue por sí mismo, les solucionen las papeletas del riesgo asumido sin temor y con plena soberanía cívica. Y pienso que si no hay futuro no es sólo porque no hay trabajo y sí, mucha corrupción, sino también porque todavía no se es ciudadanía sino corral de bueyes mansos y toros fanfarrones de mucho arranque y poco tiro. Y claro, un corral de ganado requiere ganaderos negociantes que trapicheen con el bestiamen que rota entre la rabia de la ignorancia y el pasotismo de la comodidad permitiendo que los caporales hagan de ellos carne de cañón y boccato di cardinale para su bolsillo.

Menos mal, que más al fondo de esa intemperie descorazonadora e inhóspita, se alza la hermosa construcción del 15M y el mundo en transición hacia otros planos mucho más justos y gratificantes, donde la inteligencia emocional y solidaria está inaugurando la tercera España, la que es capaz de hacer del viejo odio un encaje maravilloso de bolillos y amor transfomador de realidades. Fértil y evolutivo. Nuevo y lleno de experiencia bien reciclada y mejor repartida.

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