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Zapatero, hijo mío, tu quoque? ¿También tú, criticas y ninguneas una de las necesidades más grandes que tenemos? ¿Después de ocho añazos como presidente y como estropiciante final de la economía, aún no has sido capaz de unir los trozos del patchwork entre Constitución sin reformar y desastre anunciado? Con esa miopía histórica no sé como te atreviste a lo de la memoria...claro, así ha salido. Un desastre que no ha solucionado nada, que ha dejado vacía la esperanza de encontrar a los muertos perdidos y un cabreo taliban en los otros. No fuiste capaz de sacar con humanidad y pericia lo mejor de los españoles para llevarles a la reconciliación y al perdón mutuo. Y ahora, después de haber metido mano por cuenta de Merkel a la Constitución y en plan underground, como agravante, ahora te desayunas y te meriendas con estas (que conste que yo también confié en ti entonces y me arrepiento profundamente) ...Que la reforma de la pobre Constitución no es una urgencia.
Pues mira, los ciudadanos, a los que siempre dijiste respetar, estamos convencidos de que la mayoría de nuestros sufrimientos proceden del régimen constitucional que tenemos. Lo primero es que lo que sirvió hace treinta y cinco años, ahora es un tapón que no permite resolver los gravísimos problemas que nos aplastan y está haciendo pagar los platos rotos a las generaciones que no pudieron votarla en su inicio ni la han podido reformar en su deterioro.
Pues mira, los ciudadanos, a los que siempre dijiste respetar, estamos convencidos de que la mayoría de nuestros sufrimientos proceden del régimen constitucional que tenemos. Lo primero es que lo que sirvió hace treinta y cinco años, ahora es un tapón que no permite resolver los gravísimos problemas que nos aplastan y está haciendo pagar los platos rotos a las generaciones que no pudieron votarla en su inicio ni la han podido reformar en su deterioro.
1) España quiere y necesita un referendum sobre la monarquía. No desea mayoritariamente una casa real a la que mantener de por vida, sean como sean sus miembros. Es una lotería a la que está harta de perder.
2) España no quiere una ley de partidos como la que hay. No quiere bipartidismo programado. Sino listas abiertas y saber a quien vota detrás de cada nombre emboscado en unas siglas, para evitar que detrás de un gobierno aparezcan un Bárcenas senador, un Fabra Carlos en una Diputación, un Rato, una Cospedal, una Aguirre, un Pujol, un Matas, un Camps, una Mato, un Zaplana o un Aceves o un Aznar, un Blasco, un Cotino, un Feijóo narconavegante veraniego, un Guerra con despacho disponible, una Aida Álvarez, un Roldán o un González con bodeguiya incorporada lleno de dudas entre haber o no dinamitado a la ETA tras crear un GAL. Y quiere que esa determinación la contemple la Constitución reformada. Que quite inmunidades e irresponsabilidades reales y que deje que la Justicia, de verdad sea para todos igual.
3) España quiere la separación verdadera de los tres poderes. Y quiere que los gobiernos no sólo los elija el Legislativo, sino también la ciudadanía. Y quiere votar a los jueces que ocuparán los tribunales fundamentales : El Supremo, el Constitucional y el CSPJ. Y quiere también elegir al Jefe del Estado, como Francia o EEUU.
4) Los españoles quieren que el Legislativo intervengan como asesoría y con votos vinculantes, las Plataformas Cívicas y Éticas, por medio de las que los representantes institucionales estarán mucho más y mejor vinculados e informados de lo que pasa en la realidad y fuera de la burbuja del poder.
5) España sabe que no puede mantener catorce gobiernos simultáneos, que no dispone de dinero suficiente para permitirse ese despilfarro y quiere unas autonomías mucho más simplificadas y racionales. Federadas y solidarias, transparentes y sin patrioterismo demagógico, de charanga, pandereta, toros y fallas, que enfrenta y no hermana. Y arruina cualquier presupuesto.
6) España es muy consciente que la corrupción nace de una Constitución deficiente, que sólo se fija en los trámites, en las reglas y normativas de protocolo, pero no tiene valores éticos suficientes ni los aplica a las normativas vigentes. Y eso da como resultado unas desigualdades y agravios comparativos vergonzosos. Privilegios que aplastan en la práctica las libertades y derechos teóricos.
7) Si los logros y aciertos de las leyes y decretos que favorecen a los ciudadanos se respetasen obligatoriamente por todos los partidos que llegan a gobernar, porque así lo exigiese la Constitución no se podrían sacar leyes como la reforma laboral actual o la ley de Educación de Wert. Queremos que los asuntos que atañen a los valores básicos como educación, vivienda, sanidad, salarios mínimos, pensiones, trabajo y protección al trabajador, dependan claramente y con detalle, de la Constitución y que no los puedan cambiar los gobiernos a su aire, cuando llegan al poder y sin consultar en referendum a los ciudadanos.
8) Queremos que las energías, la banca, los recursos básicos como los transportes y los servicios públicos como la protección ciudadana en las emergencias, la policía, la Educación y la Sanidad y la Dependencia sean de régimen estatal. Que la justicia sea gratuita cuando no haya medios para costearse una defensa. Y que el Estado pueda contratar a los profesionales en vez de crear sólo puestos vitalicios de trabajo. Porque sabiendo que hay que renovar los contratos cada x años, los trabajadores estatales no se apoltronarían y se preocuparían de afinar al máximo su competencia profesional para mantener el puesto, que puede durar toda la vida laboral a cambio de rendir lo suficiente y demostrarlo con eficacia. No queremos privatizaciones de los derechos humanos. Eso es cosa de todos. O sea del Estado que mantenemos con nuestro trabajo e impuestos. Y queremos que todo eso lo contemple una Constitución que además condene la corrupción con toda contundencia y que prohiba a los corruptos imputados ocupar cargos públicos hasta que se demuestre su inocencia. Y a los imputados con acusaciones comprobadas, que nunca más tengan un cargo público. Y a los que demostradamente hayan robado, prevaricado y cohechado, que sean penalizados y obligados a devover hasta el último céntimo que hayan robado o administrado con negligencia manirrota.
En fin, que esto es sólo una pequeña muestra de lo que los ciudadanos de España desean y trabajan para conseguir. De lo que debaten en sus asambleas y reivindican el la calle y el as ILPs. Si Zapatero, después de gobernar dos legislaturas ni siquiera se ha hecho sensible a estas necesidades y no ve que esas carencias están en la base del desastre económico y que se retroalimentan con corrupción generalizada, está demostrando que él ha pasado por el Gobierno de España, pero que el Gobierno de España se le quedó enorme, diez tallas más grande que la suya, por lo menos. Y que es un desdoro y un lastre estar pagándole mientras viva un sueldo que no se merece. Y un puesto en el Consejo de Estado que le viene enorme. Como a Aznar y a González. Otros dos ilustres parásitos vitalicios que , junto a él, nos han traído hasta este estado de precariedad y miseria, sobre todo moral y espiritual. Que son el origen verdadero de la miseria material que nos oprime, que desahucia, que deja en desam-paro, que deja sin atención a los más desfavorecidos e indefensos. De la desorganización ancestral heredada y nunca corregida, del caos administrativo, de una economía de la improvisación más torpe y de una auotestima pésima que nos hunde como ciudadanos de un país desastroso, que podría ser espléndido si ellos hubiesen sabido gobernarlo, no para que sus partidos acumulasen poder, sino para que triunfase el bien común, aunque los partidos no manden tanto ni crezcan y medren al amparo de la podredumbre.
Zapatero, te diría que a tus zapatos, pero en vista de tu disposición me parece que te van grandísimos. Enormes. ¿En qué trabajabas antes de hacerte profesional del socialismo insocialista? Pues vuelve a tu profesión de origen y trata al menos de ser en ella más competente que como político ex-socialista y neo-neocon. Ni chicha ni limoná.
Zapatero, te diría que a tus zapatos, pero en vista de tu disposición me parece que te van grandísimos. Enormes. ¿En qué trabajabas antes de hacerte profesional del socialismo insocialista? Pues vuelve a tu profesión de origen y trata al menos de ser en ella más competente que como político ex-socialista y neo-neocon. Ni chicha ni limoná.
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